No sin emoción he retomado a esta, la que fue mi primera publicación
astrológica, para preparar una nueva versión mucho más amplia y
detallada. Desde 1977, año de su publicación, hasta el presente ha pasado
sin duda mucha agua bajo el puente. Se ha hecho ahora evidente la
necesidad de un tal aggiornamento solicitado por estudiantes, docentes y
discentes. La primera versión era sin duda una recopilación sin
pretensiones de originalidad pero que prestó muchos servicios a los
estudiosos de la Astrología.
EL OTOÑO DE LA EDAD MEDIA es un retrato de la vida, el pensamiento y el arte durante los siglos XIV y XV en Francia y los Países Bajos. Esta obra, publicada en 1927, ha conservado, a lo largo de los años, toda su frescura y vigor y se ha convertido en un clásico sobre el tema. En estos estudios sobre la forma de la vida y del espíritu, Johan Huizinga nos ofrece un amplísimo y multicolor fresco de las postrimerías de la era medieval que permite la reconstrucción de la época y de sus motivos impulsores: la concepción jerárquica de la sociedad, el ideal caballeresco, el sueño del heroísmo, la imagen idílica de la existencia, la idea de la muerte, los tipos de religiosidad, la decadencia del simbolismo, la sensibilidad artística, las formas de trato amoroso, la imagen y la palabra...
El tiempo y el espacio son dos coordenadas inherentes al desarrollo de la vida
humana. Vamos a tratar de analizar la concepción de la retícula temporal en Època
medieval, tomando las crónicas como fuente de trabajo e ilustración aproximada del
ritmo de vida en aquellos siglos. Hay que ser conscientes de que el espacio y el tiempo
son percibidos subjetivamente por los hombres y son categorÌas aplicadas e interpretadas
de forma distinta por cada civilización y sociedad. El tiempo encarna una concepción del
mundo, el comportamiento de los individuos, su conciencia, su ritmo vital, su actitud
hacia las cosas. La historiografía de las mentalidades ha abordado su estudio con
profusión durante el siglo XX1 . De la visión cíclica mitológica-poética que mostraba el
mundo onírico de la Antiguedad, se pasa a la concepción lineal del tiempo medieval,
tamizado por la huella indeleble del Cristianismo
https://revistas.um.es/medievalismo/article/view/52321
Que la Luna ha sido causa de miedos, supersticiones y veneración en el mundo antiguo
no es, pues, ningún secreto. La literatura griega y latina está llena de ejemplos, como puede
leerse en los libros de Claire Préaux y de Sophie Lunais3. Nombres como Mene, Selene, Árte-
mis-Diana, Perséfone-Proserpina, la inefable griega Hécate y la egipcia Isis han completado
un panorama religioso que preside la cuna, el desarrollo y la madurez, pues aún no está muer-
ta, de la astrología grecorromana.
Y dentro de ésta, de la astrología, los alimentos, las comidas –y los banquetes– con su pro-
yección social, que la tienen y mucha en el mundo helenístico-romano, han ocupado un pues-
to nada desdeñable desde los primeros balbuceos astrológicos del hombre clásico
Cuando por primera vez leí: “Como es arriba es abajo, el Macrocosmos
y microcosmos es uno” formulado por Hermes Trimegistos,
naturalmente no entendí, pero con los años poco a poco empecé a
comprender.
Uno de los temas que antiguamente se trataba con mucha dedicación era
la astrología, pero con el pasar del tiempo este fue dejando de ser
importante.
La base de la interpretación astrológica es “conócete a ti mismo”. Esta
ciencia, revela al ser humano a sí mismo. Revela la relación entre Dios
(Macrocosmos) y el ser humano (el microcosmos), demostrando que
ambos son uno fundamentalmente. Los orígenes de la Astrología se
remontan a Sumeria, India, China y el Antiguo Egipto en el viejo mundo
y al Imperio Inca y Maya fundamentalmente en el nuevo mundo y
quizás a civilizaciones anteriores a todas las mencionadas, como la
Atlántida. Estás civilizaciones estudiaron los movimientos de las
estrellas con muchísima precisión y guardaron registros astronómicos
durante miles de años.
Nuevo vídeo en mi canal de Youtube. Estaré encantado si comentais.