lunes, 17 de marzo de 2025

El Enigma del Zodiaco. Jacques Sadoul. Prólogo.

 

 


 

 

 

 No he creído nunca en la astrología.
Los horóscopos de los periódicos no llegaban a indignarme,
pues me contentaba, simplemente, con volver la página sin ver-
los. La indiferencia ante ese extremo —se dice— es la forma
última de la incredulidad. Por el contrario, siempre me he
sentido atraído por la alquimia, y este interés me impulsó a
escribir un estudio donde discutía la realidad de las transmu-
taciones metálicas. Sin embargo, cuanto más penetraba en la
historia de la filosofía hermética, más me percataba de que
muchos alquimistas consideraban su ciencia indisolublemente
ligada a la astrología. Éste era, por ejemplo, el caso de Arnal-
do de Vilanova, de Basilio Valentín, de Paracelso y, en nuestra
época, de Fulcanelli o de Armand Barbault.
A causa de ello concebí cierta curiosidad hacia la ciencia de
los astros, que pronto se vio fomentada por dos hechos nue-
vos. En primer lugar, el azar me hizo encontrar a una anciana
señora que, en el curso de la conversación, empezó a hablar-
me de una experiencia astrológica que había tenido antes de la
guerra y que la había marcado para el resto de su vida. En
1930 ó 1931, se había confiado a una amiga suya respecto al
matrimonio de su hijo con una muchacha que no le placía de-
masiado. Esta amiga le aconsejó acudir a un astrólogo que
ella conocía, un hombre muy serio que ocupaba un cargo
importante en el mundo de las finanzas; añadió que le sería
necesario copiar de su libro de familia la fecha y la hora exacta

 el nacimiento de su hijo. Esta dama concertó, pues, una cita
con Eudes Picard, uno de los individuos más representativos
del movimiento de renacimiento astrológico de principios de
siglo. Éste escribió el tema, quedó luego perplejo y, finalmente,
dijo: «Tendrá usted que perdonarme, señora, pero me parece
casi imposible que este niño vaya a casarse el mes próximo,
pues su horóscopo indica que no llegó a vivir más allá del
cuarto año.»
El hecho era exacto; al copiar la fecha y la hora de naci-
miento, la buena señora se había equivocado y había tomado
las referencias que concernían a su hijo primogénito, muerto a
los cuatro años y medio de edad. La dama me confesó haber
quedado tan trastornada que no se atrevió a regresar nueva-
mente a casa de Eudes Picard con la verdadera fecha de naci-
miento de su otro hijo.
El segundo hecho que me impulsó a interesarme por la cien-
cia de los astros fue otra conversación que tuve cierta vez con
mi amiga Frangois Hardy, quien, aparte de su profesión de
compositora y cantante, se interesa mucho por ciertos proble-
mas relacionados con lo que vulgarmente se llama esoterismo.
Me hizo saber que ella había tenido ocasión de consultar, en
varias ocasiones, a un astrólogo de fama para pedirle que hi-
ciera el estudio psicológico de su propio carácter o del de algu-
nos de sus amigos. Las descripciones que él facilitó de ellos,
a partir de fechas de nacimiento anónimas, habían sido tan sa-
tisfactorias que habían convencido a Frangois Hardy de la
realidad de su arte.
De este modo, se me imponía cada vez más la idea de exa-
minar seriamente, y sin ningún apriorismo, la astrología. Sin
embargo, no me decidía a emprender la tarea, ya que la posi-
bilidad de que unos astros tan alejados de la Tierra tuvieran
influencia sobre cada hombre en particular, me seguía pare-
ciendo un absurdo. Fue entonces cuando pensé en dar un
rodeo, intentar un experimento. Sería interesante pedir a una
docena de astrólogos que interpretaran un mismo tema de

 nacimiento: Si los resultados obtenidos eran exactos y concor-
daban, tendría un motivo válido para emprender mi estudio;
por contra, si todo lo que conseguía era un conjunto de retra-
tos contradictorios, entonces poseería una buena razón para
renunciar al proyecto. Forzosamente habría de reconocer que
las personas convencidas de la autenticidad de la astrología,
incluso las más cultivadas, se habían dejado engañar por las
apariencias.
Y esto es lo que hice...

 

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sábado, 15 de marzo de 2025

Pere Puiggròs. Plutón.

 

 


 

 

 Plutón manifiesta los extremos Profundo-oculto-misterioso La dualidad básica vida-muerte. Nacer, renacer, regenerarse Poder Las fuerzas primitivas Una experiencia de universalidad La voluntad de liberarnos Ordinario-extraordinario Plutón separa para unir La válvula de seguridad Civilización versus barbarie Lo denso y el vacío interior Un instante en el filo de la navaja PLUTÓN en los signos Plutón en Aries Plutón en Tauro Plutón en Géminis PLUTÓN. El planeta. El mito. Las regencias El descubrimiento Irregularidades en la órbita de Neptuno hicieron pensar en la existencia de un nuevo planeta. Los astrónomos Percival Lowell y W.H. Pickering, cada uno por separado, empezaron en 1905 a trabajar sobre este tema. En 1915 Lowell publicó el resultado de sus investigaciones señalando el lugar teórico donde el planeta debía estar situado. El observatorio de Lowell, en Flagstaff, Arizona, lo estuvo buscando durante años por medio de sistemáticas investigaciones fotográficas hasta que el 21 de enero de 1930 dos placas del mismo lugar mostraron un punto de luz que se había desplazado. No podía, pues, ser una estrella. Plutón se había descubierto, cerca del lugar previsto por Lowell, quien había muerto entretanto. Clyde Tombaugh, miembro del equipo del observatorio, anunció su descubrimiento el 12 de marzo de 1930. Es el planeta más alejado del sistema solar, pero no siempre, ya que su órbita es tan excéntrica (0,248) que cuando se acerca a su perihelio (la distancia más cercana al sol) cruza la órbita de Neptuno y deja de ser el límite del sistema. Esto ocurre cada vez que transita por el signo de Escorpión. Su afelio (distancia máxima del sol) es de 7.375 millones de km., la distancia media es de 5.900 millones de km. y su perihelio, 4.425 millones de km. La inclinación de su órbita es de 17° 19', la mayor respecto a los demás planetas. El período de revolución alrededor del sol es de 247,7 años. La rotación sobre sí mismo es de 6 días y 9 horas. El diámetro ecuatorial tiene 3.000 km. y su velocidad orbital media es de 4.7 km./seg. Magnitud 14, se le conoce un satélite, Caronte, que tiene casi la mitad de su tamaño y que realiza un giro completo sobre Plutón en el mismo período que éste tarda en rotar sobre sí mismo.

 

 https://www.academia.edu/116486726/PUIGGROS_PLUTON

 

 

miércoles, 12 de marzo de 2025

Puiggròs. Los Nodos de la Luna.

 

 


 

 

 

 

 Investigar es en sí mismo apasionante, hacerlo sobre un tema
que en principio está rodeado de misterio y que se presume trascen-
dental es un estímulo añadido y si además no hay casi nada escrito
sobre ello, entonces el reto es magnífico.
Desde que empecé a estudiar Astrología me había intrigado ese
símbolo que aparece en todas las efemérides y que generalmente los
astrólogos dibujan en las cartas astrales. Cuando preguntaba lo que
significaba, las respuestas eran siempre vagas, elusivas y, en gene-
ral, consistían en un «No sé», o, aún peor en explicaciones más o
menos divertidas pero que evidentemente no poseían ningún rigor
científico, ni esotérico, ni místico.
La explicación de moda en aquellos momentos consistía en de-
cir que el Nodo Norte era como un sombrero que, como estaba «bo-
ca abajo», era dador de dones, es decir, era «bueno», y que el Nodo
Sur era un sombrero al revés que recibía los dones que «caían» del
Nodo Norte, era pues en su esencia «malo» ya que representaba un
pozo sin fondo donde todo se perdía.
Semejante descripción de los Nodos lunares no podía conside-
rarla en serio. Me resistía a creer que una definición tan poco orto-
doxa fuera todo lo que se pudiese decir acerca de los Nodos de la
Luna.

 

 https://www.academia.edu/84030415/Puiggros_Los_Nodos_de_la_Luna

 

 

 

Sobre las Natividades. Albubather. Introducción.

 


 

 

 

SI CLICKAIS ENCIMA AUMENTA UN POCO EL TAMAÑO DE LA LETRA:


 





La astronomía en Mesoamérica. Arturo Montero García

 

 


 

 

 

La arqueoastronomía y la etnoastronomía, ambas como pilares de la astronomía cultural, aportan innovadoras interpretaciones al conocimiento de las sociedades antiguas. Para lograrlo, realizan una escrupulosa observación del cielo y un exhaustivo análisis arqueológico, histórico y documental. El lector encontrará en este libro una aproximación general de lo que fue la astronomía ancestral en el territorio que hoy ocupa la nación mexicana. Es un libro único en su género de interés para especialistas y el público en general.

 

 https://www.academia.edu/106965977/La_astronom%C3%ADa_en_Mesoam%C3%A9rica?auto=download&email_work_card=download-paper

 

 

 

 

Eclipses en Astrología. Octavio Déniz.

 

 


 

 

 Escribí este libro en un período de tiempo que abarcó varios eclipses, y no
cabe duda de que la energía de estos poderosos eventos astrales ha tenido su
efecto sobre este trabajo, que ha sorteado algunos obstáculos antes de ver la
luz.
Los eclipses tienen su cara positiva. Abren puertas y generan oportunidades.
Pero también producen fuertes cambios, perturbaciones, y a veces,
cataclismos.
Mientras realizaba las últimas correcciones de este texto, un incendio forestal
arrasó las montañas de mi isla natal, los bosques de mi infancia. Pero
precisamente es en los momentos turbulentos cuando no debemos olvidar que
cada uno de nosotros tiene una tarea que cumplir.
La naturaleza está sujeta a la muerte y al renacimiento, pero el Alma del
Mundo permanece. A ella pertenecemos.

 

 https://pdfcoffee.com/qdownload/eclipses-en-astrologia-2-pdf-free.html

 

 

ECLIPSES, ASTRONOMÍA Y ASTROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO. Cristóbal Macías Villalobos & Delia Macías Fuentes.

 

 


 

 

 

 

 Aunque el momentáneo oscurecimiento del Sol o de la Luna provocó a me-
nudo el miedo en el hombre antiguo, que atribuía tan extraordinario fenómeno a
la acción de magos y brujas, los espíritus más ilustrados y racionales consiguieron
explicar correctamente los mecanismos astronómicos que se ocultaban detrás del
comportamiento de nuestras dos principales luminarias, e incluso fueron capaces de
predecir con bastante exactitud los eclipses de Luna recurriendo al “ciclo de saros”,
de origen mesopotámico. Por su parte, los astrólogos también intentaron aprovechar
tales fenómenos de carácter extraordinario para extraer omina, en particular de los
eclipses lunares, ya entre los caldeos, cuyos patrones fueron tenidos en cuenta luego
por la astrología griega, sobre todo por Ptolomeo, que fue el autor antiguo que más
extensamente trató esta anomalía astronómica.

 

 https://www.researchgate.net/profile/Cristobal_Macias/publication/335079495_ECLIPSES_ASTRONOMIA_Y_ASTROLOGIA_EN_EL_MUNDO_ANTIGUO/links/5d4d96f192851cd046afc6d1/ECLIPSES-ASTRONOMIA-Y-ASTROLOGIA-EN-EL-MUNDO-ANTIGUO.pdf?__cf_chl_tk=tf_zBc6trzgi0ZYu44T2J7xrugDPQmf4vONzssqHj3M-1741775375-1.0.1.1-lO9I98ufEMzDp2zWbiXmX1SkVtA3JPI3xtRy6Lx40WQ

 

 

Curso básico de astrologia - Volume 1 - Princípios fundamentais.

          El texto está en portugués.    https://es.pdfdrive.com/curso-b%C3%A1sico-de-astrologia-volume-1-princ%C3%ADpios-fundamentais-e1580...