El 27 de mayo de 1995, la vida del actor cambió para siempre. Durante un concurso de equitación con salto de obstáculos en Culpeper (Virginia), al intentar superar un obstáculo cayó de cabeza de su caballo, lo que le provocó la fractura de dos vértebras cervicales y le seccionó la médula espinal. Quedó sin poder respirar, perdiendo al mismo tiempo la movilidad total de su cuerpo, y desde entonces permaneció en una silla de ruedas, con respiración asistida.
Tras ser sometido a una peligrosa operación, sólo pudo recuperar la
movilidad de los dedos de su mano izquierda, que consiguió articular con
mucho esfuerzo.
El deterioro de su organismo se fue agravando con el paso del tiempo, propiciando la aparición de escaras,
atrofia muscular por falta de uso así como una mayor suceptibilidad a
sufrir infecciones. Relacionado con esta última patología, en octubre de
2004 fue atendido por un problema de hipotensión causado por una sepsis.
A consecuencia del tratamiento con antibiótico para la infección,
Christopher sufre un ataque cardiaco el día 9 del mismo mes de octubre,
entrando en coma sostenido y llevado al Hospital North Westchester de
Mount Kisco (Nueva York). Cristopher Reeve fallecería dieciocho horas después, el 10 de octubre de 2004 a los 52 años de edad.
Carta Rectificada.