sábado, 2 de febrero de 2019
La Astrología desorientada.
Desde tiempos de la Inquisisión en que la Astrología judiciaria quedó prohibida, y la dieron por muerta, circula por el mundo un hijo bastardo que se hace llamar " Astrología moderna ".
Este hijo nació de una mezcla de la Teosofía, la influencia de Jung, y el nacimiento de la New Age en los años 70´del pasado siglo.
Nada que ver con la Astrología real.
Mi intención es la de divulgar la existencia de esa vieja Astrología, que en verdad no ha muerto, pero que permanece oculta y olvidada para la mayoría.
Os remito a algunos autores que trabajan con la Astrología clásica, por si os interesa adentraros en esos conocimientos.
Chris Brennan, Robert Schmidt, Robert Zoller, Denis Labouré, John Frawley, por citar algunos de los más importantes.
En este BLOG comparto mucha información que he recopilado, sobre ellos.
viernes, 1 de febrero de 2019
jueves, 31 de enero de 2019
martes, 29 de enero de 2019
El sistema axiomático de Morin.
El Sistema axiomático de Morin
Siguiendo a HIÉROZ y de acuerdo a lo anticipado, se expondrá el sistema axiomático de MORIN que es la base solidísima de su teoría de las determinaciones.
DEFINICIONES
- Un tema celeste es, en un momento dado, el conjunto de posiciones de los dos astros del cielo y de los signos del Zodíaco en las doce casas de la Esfera Local relativa a un lugar escogido de la superficie terrestre.
- El REGENTE de un signo es el planeta que tiene su domicilio en ese signo.
- El DISPOSITOR de un planeta es un segundo planeta que rige el signo que aquel ocupa.
- El REGENTE de una Casa es el planeta regente del signo que ocupa dicha casa (ya por su cúspide, ya por intercepción).
- El REGENTE de un Tema es el planeta que en ese tema por posición y/o dominación en lugar principal de la figura geneatlíaca, sobrepasa en virtud activa a los restantes planetas.
- El SIGNIFICADOR es la cúspide de casa o planeta que representa en un tema dado cierto efecto (o categoría de personas, hechos, asuntos o cosas) por su posición y/o dominación.
- "ACTUAR POR SI" es producir efectos por su virtud propia (Esto es aplicable según MORIN a astros, casas, signos, estrellas fijas y lugares de aspectos. Debe recordarse empero que este punto de vista propio de la época es insostenible hoy. En Astrología no hay acciones ni fuerzas en el sentido de la Física).
- La acción de un planeta en una casa determinada depende de la naturaleza de ese planeta. Lo mismo se aplica a estrellas fijas y signos del Zodíaco.
- La acción de los aspectos de un planeta varía según el tipo de éstos.
- Los mismos aspectos actúan en forma diferente según los planetas de que emanen.
- La acción de un Planeta depende de la casa que él rija.
- El punto del cielo en que se halle un planeta en el tema natal de un individuo actuará durante toda la existencia de éste según la fuerza e influencia de este astro y también de acuerdo a la casa que ocupe en el radix. Lo mismo es válido para los puntos celestes en que caigan aspectos de un astro.
- Un mismo punto del cielo puede ser el lugar de un astro o aspecto en un tema y el lugar de otro astro u otro aspecto en otro tema.
- Lo que actúa por sí lo hace solamente por su naturaleza y fuerza propias.
- Aquello que recibe (pasivamente) lo hace solo por y de acuerdo según su naturaleza propia. O bien, lo que recibe, lo hace según su modo de recibir.
- Aquello que no varía actúa siempre de la misma forma en las mismas circunstancias.
POSTULADOS
- El TEMA NATAL de un sujeto dado puede ser erigido, no importa donde ni cuando, en base a efemérides y tablas de casas.
- Valiéndose del concurso de su razón y sus sentidos, el hombre puede interpretar un tema natal.
Los Teoremas de Morin
En base a lo anterior MORIN demuestra lógicamente los siguientes TEOREMAS que aquí solamente enunciamos:
- I - Las casas astrológicas difieren por su virtud propia y sus propiedades. (Para MORIN las casas son "meros espacios geométricos vacíos" que se determinan hacia determinados asuntos en base a los signos presentes e interceptados en ellas y a los astros regentes de éstos y/o presentes en la casa en cuestión).
- II - Los planetas difieren por sus virtudes y naturalezas propias o al menos por sus influencias.
- III - Los signos del Zodíaco difieren por sus naturalezas y sus propiedades, tanto elementales como influenciales.
- IV - Los diferentes aspectos de un planeta difieren por sus apariencias y propiedades y la potencia de estas últimas.
- V - Las estrellas fijas difieren por su naturaleza y propiedades (o virtudes).
- VI - Las diversas influencias celestes se combinan en el nativo.
- VII - El mismo astro en el mismo estado celeste y en el mismo signo producirá los mismos efectos elementales e influénciales. NOTA: Luego se insistirá debidamente en la noción fundamental de estado cósmico que auna y sintetiza las de estado celeste (status coelestis) y terrestre (status localis) de un astro.
- VIII - Un planeta en los diferentes signos no produce efectos idénticos. Estos difieren ya en lo elemental, ya en lo influencial.
- IX - Dos astros diferentes combinados con el mismo signo no producen los mismos efectos.
- X - El mismo planeta en el mismo estado celeste tendrá siempre los mismos efectos al actuar en la misma casa.
- XI - Un planeta tiene efectos diferentes en las distintas casas del tema.
- XII - Dos planetas diferentes no ocasionan los mismos efectos al actuar en la misma casa.
- XIII - Un planeta no puede realizar por sí solo lo que realiza unido a otro por conjunción o aspecto.
- XIV - El mismo planeta combinado de la misma forma a igual cúspide, planeta y signo produce siempre iguales efectos.
- XV - Un astro vinculado en una forma cualquiera dada, con otro planeta o cúspide, no realiza lo que realizaría si hubiera vinculación con un tercer planeta u otra cúspide.
- XVI - Un mismo astro realiza cosas diferentes al tener vinculaciones diferentes con otro astro o cúspide dados.
- XVII - El mismo aspecto emanante de astros diferentes realiza cosas diferentes.
- XVIII - Las virtudes o propiedades de las casas del tema no son en sí mas productoras de efectos sino tan solo determinativas de la virtud e influencia de los cuerpos celestes en orden a la producción de efectos congruentes a las dichas virtudes o propiedades de la casa en cuestión.
- XIX - En tanto que causa eficiente, la influencia de todo cuerpo celeste es universal por sí misma.
- XX - La influencia de todo cuerpo celeste es única e invariable en sí misma debido al hecho del movimiento de aquel en los signos.
- XXI - Ningún planeta contiene o pone en juego la misma influencia que otro planeta, pero puede, empero, contener la misma fuerza elemental.
- XXII - Un cuerpo celeste no puede generar influencias que se traduzcan en cualidades y/o sucesos que no puedan producirse naturalmente.
- XXIII - Las posibilidades de un planeta (en cuanto a influencia y efectos) son netamente limitadas.
- XXIV - Dos planetas no pueden generar las mismas influencias sobre un mismo nativo, al menos influencialmente.
- XXV - El mismo planeta, por su sola virtud influencial sobre un mismo nativo, produce diversos efectos.
- XXVI - Sobre distintos sujetos el mismo planeta por su misma virtud influencial, actúa diferentemente.
- XXVII - Dos planetas no pueden - obrando individualmente - actuar sobre un mismo nativo generando los mismos efectos que obran en forma conjunta.
- XXVIII - Un planeta que no se encuentre ubicado en sus domicilios realiza una cosa en la casa en que se sitúa corporalmente y otra en la casa que rige. (Es cosa ardua determinar cuando esta situación produce efectos que combinan los significados de ambas casas).
El Estado Cósmico (Celeste y terrestre) de un Astro Para una cabal comprensión de los enunciados que anteceden necesitamos siquiera someramente, precisar algunas nociones relativas a la naturaleza elemental e influencial de un astro y a su estado cósmico celeste y terrestre. Una exposición completa estaría aquí fuera de lugar. Remitimos al lector para ello a la obra bien conocida del Dr. WEISS.
Para expresarlo en lenguaje simple, digamos que la energía universal emitida por el Primer Cielo es modulada por cada causa activa secundaria: planetas, signos y estrellas fijas. Pero esta modulación, repitámoslo una vez más, sólo tiene que ver con la calidad de la influencia y no con los efectos específicos: estos últimos resultarán fijados en cuanto a modalidades, cualidades y sucesos por la acción pasiva del sistema observada de las influencias. Quienes hayan reflexionado sobre el tema quizás convengan con nosotros en que se trata solamente de un esquema conceptual asaz inadecuado para nuestros tiempos y conocimientos pero que permite, a falta de algo mejor, apoyar nuestra intuición para discernir que es lo indicado por los astros. Urge al menos, de no mediar la deseable creación de un nuevo esquema axiomático, al menos la rebautización de Principios y Elementos en forma acorde al estado actual de la Ciencia, evitando de paso mil confusiones a los novicios en Astrología.
Corresponde aclarar la noción de "universal" en cuanto a su significado y alcance en la obra de MORIN. Sigamos en esto al Dr. WEISS quien acertadamente puntualizó que tal calificativo es aplicable a una influencia planetaria (o de signo) que si bien abarca todo el mundo sublunar no posibilita por sí sola precisar la naturaleza de los efectos correspondientes en un nativo determinado. Tales precisiones sólo serán alcanzables analizando la determinación del astro a través del sistema de casas de nuestro sujeto.
La calidad de la influencia universal viene determinada por el estado celeste (status coelestis) del astro y la naturaleza y modalidad de la misma (en cuanto a los asuntos de la vida que alcanza), por el estado y determinación terrestre (determinatio localis). La síntesis de ambas es lo que MORIN denomina el estado cósmico (status cosmicus).
Factores que inciden en el estado celeste
El estado celeste de un astro dado depende de multitud de factores, varios de los cuales no son tenidos a menudo en cuenta. Mencionaremos:
- La posición en signo, ya sea en dignidades (domicilio, exaltación, trigonocracia o recepción favorable), debilidades (exilio, caída, recepción desfavorable) o peregrinaje. Este es el factor más importante.
- Los aspectos que recibe y emite a astros y cúspides (favorables o adversos).
- El estado cósmico de su dispositor e incluso del dispositor de su dispositor.
- El estado cósmico de los planetas que ocupan los signos regidos por el astro por domicilio, exaltación y trigonocracia.
- Su marcha aparente en el cielo, rápida o lenta, directa, retrógrada o estacionaria.
- La posición relativa al Sol y a la Luna. El astro ve robustecidas sus influencias cuando es oriental al Sol (o sea, al preceder a éste en menos de seis signos) y cuando es occidental a la Luna (o sea cuando se halla despues de la Luna pero en menos de seis signos).
- La posición relativa a la Tierra: los planetas en su apogeo son más potentes que en su perigeo.
- La latitud: en las proximidades de la Eclíptica, centro emisor por excelencia, más pujantes serán los influjos de un Planeta.
- La posición relativa al Horizonte y Meridiano que ocupe (diurno o el horizonte, nocturno o ubicado bajo el horizonte, elevado (presente enIX o X) o no.
- Su posición en casa feliz o desgraciada (VI, VIII y XII, parcialmente la VII).
- Su posición en casas angulares (I,IV,VII,X), sucedentes(II,V,VIII u XI) o cadentes (III, VI, IX, XII).
- Las casas que rige, felices o desgraciadas.
- La posición cercana o lejana de la cúspide de la casa que ocupa.
Conviene resumir en líneas generales (pero siempre fieles al pensamiento de MORIN) qué puede esperarse del estado cósmico de un astro que suponemos haber valorado cuidadosamente. Se puede sintetizar esto en el siguiente cuadro, tomado de HIÉROZ:
http://cura.free.fr/decem/08morin.html
lunes, 28 de enero de 2019
Filosofía versus Astrología, otra vuelta de tuerca.
La Filosofía es una herramienta muy útil para aprender a pensar, de hecho, la palabra "filósofo" significa etimológicamente, amigo de la Sabiduria.
Pero si nos adentramos en el estudio de la Filosofía nos encontraremos con distintos sistemas de pensamiento.
Cada sistema de pensamiento busca entender la realidad desde su prisma, pero la Verdad absoluta es inabarcable, como sabreis.
Para eso están los grupos de coerción psicológica, que se encargan de fanatizar a la gente, mediante la sugestión y la aniquilación de la duda.
Pero bueno, ese es otro tema.
La Astrología va más allá de la Filosofía en tanto que da respuestas concretas a preguntas concretas, solo teneis que levantar una carta horaria.
En definitiva, para mi la Astrología es la herramienta indispensable para todo aquel buscador de la verdad ( en minúsculas ).
Los Sabeos. Por Mario Agudo Villanueva
La Sociedad de Estudios Clásicos de Alicante, Castellón y Valencia y la Generalitat Valenciana organizan el Congreso Internacional “Aristóteles, clave de bóveda de la cultura occidental”, que tendrá lugar en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia los días 23 y 24 de marzo de este año 2017. Se trata de una cita de gran interés para profundizar en el estudio de uno de los pensadores cuyo legado ha resultado más decisivo en la configuración del llamado humanismo occidental, que ancla sus raíces en los siglos XII y XIII, cuando la Europa medieval comienza a despertar al pensamiento clásico (1).
El legado aristotélico, que en el siglo XII europeo se reducía a su obra lógico-metodológica, el Organon; desborda en el siglo XIII en su dimensión humana con la traducción del De anima de Abu Ali al-Husayn ibn Abd Allah ibn Sina, conocido en occidente con el nombre latinizado de Avicena, que había entrado en el viejo continente desde Toledo gracias a la traducción de Domingo Gundisalino; aunque en esta difusión también tienen un peso muy destacado los comentarios árabes a la obra aristotélica de Abu l-Walid Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rusd, el cordobés Averrores (2).
Avicena (Bujará, Gran Jorasán, 980-Hamadán, Irán, 1037)
conoció desde muy joven los comentarios que al-Kindi (m. 870) y al-Farabi (m. 950) habían realizado del De anima de Aristóteles a partir de unas traducciones llevadas a cabo durante la segunda mitad del siglo IX por Hunayn b. Ishaq, que lo había hecho del griego al siríaco, y por su hijo, Ishaq b. Hunayn,
que lo había traducido del siríaco al árabe (3). Ambos personajes eran
figuras principales de la escuela de traductores cristianos de lengua
siríaca que, bajo el dominio de los califas abásidas de Bagdad,
emprendieron la traducción sistemática del griego al siríaco, y de este
al árabe -o directamente del griego al árabe-, tanto de las obras de Aristóteles como de otros autores de la Antigüedad (4).
La figura de Avicena resulta indispensable para entender la expansión del pensamiento aristotélico en la Europa bajomedieval
Las escuelas neoplatónicas en Siria
El neoplatonismo, impulsado desde el siglo III por Plotino, que había sido discípulo de un enigmático personaje llamado Amonio, apodado Sakkas, se había consolidado con Porfirio, discípulo decisivo en la divulgación de las obras del maestro y, a través de las suyas propias, del pensamiento de Platón y Aristóteles (5). La escuela neoplatónica arraigó en Atenas, pero también había otros centros de interés en Alejandría, Nísibis, Edesa y Harrán (6), estas tres últimas localizaciones en la cabecera del Éufrates, en el sureste de Turquía, en la zona fronteriza con Siria.
Las escuelas neoplatónicas de Siria
resultan de gran interés en el contexto de este artículo, pues ponen de
manifiesto una importante difusión de la obra aristotélica en Mesopotamia en los siglos VI, VII y VIII. Del arraigo del neoplatonismo en Oriente Próximo da crédito también la escuela de Apamea, fundada por Jámblico de Calcis (s. III-IV), discípulo de Porfirio, que otorgó un sentido más teológico a esta corriente filosófica, especialmente a partir de Proclo (7); así como la existencia de al menos dos vidas de Aristóteles escritas en siríaco, basadas en una obra anterior atribuida a Ptolomeo Chennos –al-Garib, en árabe-, llamada Vita de Ammonio, en la que se basaron las biografías del filósofo macedonio escritas por Ibn al-Nadim (m. 995), al-Mubassir ibn Fatik (s. XI), al-Qifti (m. 1248) e Ibn Abi Usaybia (m. 1270) (8).
La cabecera del Éufrates -actual frontera entre Turquía y Siria- se convirtió en una inagotable fuente de centros de estudios neoplatónicos, entre los que destacaron Edesa, Nísibis, Quennersin y Harrán.
Estas vidas siríacas de Aristóteles se han asociado con la escuela de Quennersin, en la región de Alepo, donde a mediados del siglo VII enseñaba la doctrina del macedonio el obispo Severo de Sebokht, nacido en Nísibis; así como también con la escuela de Edesa, en la que destacaba Santiago de Edesa, metropolita de esta ciudad. Algunos autores, que les atribuyen una fecha más temprana, las han vinculado con el mismo Probo (siglo V) o con Sergio de Resaina (siglos V-VI), actual Ras al-Ayn, en la región de al-Hasakah (9).
En el año 529 se produce un acontecimiento decisivo: la promulgación del Codex Iustinianus se salda con el cierre de la escuela neoplatónica de Atenas. El único testimonio histórico que tenemos de esta decisión, aparte del texto de la ley, es el del cronista bizantino Juan Malalas en su Cronographia. Como consecuencia de esta decisión, Damascio, por aquel entonces diádoco de la escuela oriundo de Damasco, huye junto con seis de sus discípulos, entre ellos el cilicio Simplicio, y se exilian en Persia, tal y como revela el testimonio del escritor bizantino Agatías (10). Su destino, según los estudios de Tardieu, sería la ciudad de Harrán, un lugar en el que merece la pena detenerse.
Harrán: la fecunda comunidad de los sabeos
La ciudad de Harrán, también conocida como Carras o Carrhae, era un importante núcleo de comunicaciones, crisol de pueblos, como la no muy lejana Palmira, en la que vivía la comunidad de los sabeos,
que eran seguidores de una religión politeísta de origen semítico. La
población era mayoritariamente local, pero tras la conquista de Alejandro Magno
se había establecido una elite helena a través de la que se había
generado un fuerte nexo con el mundo cultural griego. Con el fin de
evitar la persecución tras la llegada del Islam, los harranitas se autoproclamaron sabeos, de manera que pudieran acogerse a la condición de ahl al-kitab, gentes del libro (11).
Las divinidades sabeas fundamentales eran
los planetas, intermediarios entre la divinidad y los hombres, aunque
parece ser que existía una divinidad superior, el dios lunar Sin. En Harrán
había templos de formas particulares, erigidos a los siete planetas,
tal como se ha demostrado en las ruinas del mismo periodo de Sumatar Harabesi, cerca de la antigua Edesa.
Cada templo reflejaba las ideas propias de la época que relacionaban
cada planeta con un color determinado, un metal peculiar con el que se
fabricaba la estatua de la divinidad y un día de la semana. El orden de
los templos era conforme a las supuestas posiciones de cada planeta con
respecto a la Tierra y, además, estaban orientados astronómicamente
según su advocación correspondiente (12).
La comunidad de sabeos de Harrán jugó un papel fundamental en la traducción de obras griegas al siríaco y al árabe
Es en esta comunidad, depositaria de la
inmensa tradición de estudio e investigación de la región mesopotámica,
en la que, según la tesis de Tardieu, se instalaron los filósofos de la escuela neoplatónica de Atenas. Su hipótesis se basa en el análisis de la crítica que Simplicio dirige a la doctrina cosmológica maniquea en su Comentario al Manual de Epícteto. Para elaborar su refutación, Simplicio contacta directamente con un interlocutor maniqueo que solo podía hallarse en Harrán,
que seguía siendo un importante centro pagano-platónico (13). Esto
explicaría la insistencia con la que los autores cristianos de lengua
siriaca y árabe se burlan de la escuela de los “helenos” de Harrán, rival en cualquier caso de la escuela vecina de los “persas”, instalada en Nísibis, la una pagana, laica y filosófica; la otra nestoriana, eclesiástica y teológica (14).
Todavía en el siglo X, cuando el historiador y geógrafo árabe Abu al-Hasan Ali ibn al-Husayn ibn Ali al-Masudi, da testimonio de la ciudad en su obra Munug al-dahab wa macádin al-gauhar, sigue habiendo resonancias neoplatónicas en esta comunidad: “yo he visto en Harrán, sobre la aldaba de la puerta del lugar de reunión de los sabeos, una inscripción en caracteres siríacos, tomada de Platón. Allá me ha sido explicada por Málik b. Uqbún y otras personas de la misma secta: “Aquel que conoce su naturaleza deviene dios”. Es Platón
el que dice también: “El hombre es una planta celeste. En efecto, el
hombre se asemeja a un árbol vuelto del revés, en el que la raíz está
vuelta hacia el cielo y en el que las ramas desaparecen del sol” (15).
Los contactos entre Harrán y Bagdad parecen estrechos, especialmente a partir del establecimiento en la ciudad iraquí, alrededor del 901, de Thabit b. Kurra b. Marwan, matemático, astrónomo y traductor procedente de la escuela Harrán, quien fundó en Bagdad
una comunidad que pronto se convierte en un importante centro de
recepción y difusión de la ciencia y de la filosofía griega entre los
árabes (16). Aunque la primera versión del De anima de al-Kindi es anterior al establecimiento de Thabit b. Kurra b. Marwan en la floreciente ciudad del Tigris, no parece descabellado pensar que pudo manejar traducciones al siríaco procedentes de Harrán, que era considerada como un centro filosófico de primer orden, tal y como han señalado algunos autores (17).
En definitiva, el impulso que el
pensamiento aristotélico dio al emergente humanismo de la Baja Edad
Media no habría sido posible sin que su obra, sumergida en la oscuridad
en la teocéntrica sociedad altomedieval europea, se hubiera mantenido
viva y en plena revisión por comunidades que, como los sabeos, se
esforzaron por traducir, comentar y difundir buena parte del saber
acumulado por el mundo griego.
Autor
Mario Agudo Villanueva
Notas
(1) RÁBADE ROMEO, S. (1995): El renacimiento intelectual de los siglos XII y XII: un humanismo medieval, en “Edad Media y mundo actual. En torno al siglo XIII europeo”. P. 33-62. Fundación Ramón Areces, Madrid.
(2) Íbidem, p. 38-44.
(3) RAMÓN GUERRERO, R. (2002): El intelecto agente en al-Farabi. Un comentario a su Epístola sobre el intelecto, en “Revista Española de Filosofía Medieval”, 9. P. 19-31.
(4) MESQUITA, A. (2008): “Vida de Aristóteles”. Madrid, Signifer.
(5) Porfirio, “Vida de Plotino”. Introducción, traducción y notas de Jesús Igal para Gredos, 1982.
(6) ZAMORA, J.M. (2003): Damascio y el cierre de la escuela neoplatónica de Atenas, en “Revista Española de Filosofía Medieval”, 10. P. 173-187.
(7) BIDEZ, J. (1919): Le philosophe Jamblique et son école,
en “Revue des études grecques”, 32. P. 29-40; Jámblico, “Sobre los
misterios egipcios”. Introducción, traducción y notas de Enrique Ángel
Ramos Jurado para Gredos, 1997 y MESQUITA, Op. Cit., p. 100.
(8) RAMÓN GUERRERO, R. (2016): Cuatro vidas árabes de Aristóteles, en “Anales del Seminario de Historia de la Filosofía”, v. 33, nº 2. P. 689-711.
(9) MESQUITA, A. (2008): “Vida de Aristóteles”. Madrid, Signifer.
(10) Sobre el cierre de la escuela de Atenas y la diáspora de sus filósofos puede consultarse ZAMORA, J.M. (2003): Damascio y el cierre de la escuela neoplatónica de Atenas,
en “Revista Española de Filosofía Medieval”, 10. P. 173-187; FERNÁNDEZ,
G. (1985): “Justiniano y la clausura de la escuela de Atenas”,
en Erytheia, Il.2., p. 24-30; y FERNÁNDEZ, G. (1987): “La escuela
filosófica de Alejandría antre la crisis del año 529”, en Erytheia,
8.2., p. 203-207.
(11) BOSWORTH, C.E.; VAN DONZEL, E; HEINRICHS, W.P. y LECOMTE, G. (1995): “The encyclopaedia of Islam”. E.J. Brill, Leiden.
(12) BELMONTE, J.A. (1999): “Las leyes del cielo”. Madrid, Temas de hoy.
(13) MOMIGLIANO y otros (1983): Sinesio de Cirene y el neoplatonismo alejandrino, en “Cristianismo y paganismo en el siglo IV”, p. 145-170. Madrid, Alianza Editorial.
(14) TARDIEU, M. (1986): Sabiens coraniques et ‘Sabiens» de Harran, en “Joumal asiatique”, 274. P. 1-44.
(15) ESCOBAR GÓMEZ, S. (2002): “Abú Bakr
Muhammad B. Zadariyyá Al Rází: Vida, Pensamiento y Obra”. Tesis
doctoral. Universidad Complutense de Madrid. P. 128-129.
(16) BOSWORTH, C.E.; VAN DONZEL, E; HEINRICHS, W.P. y LECOMTE, G. (1995): “The encyclopaedia of Islam”. E.J. Brill, Leiden.
(17) MEYERHOF, M. (1930): Von Alexandrien nach Bagdad, en “Sitzunssberichte der Preussischen Akademie der Wissenschaften. Phil. Hist. Klasse, 33. p. 389-429.
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