Cuando yo era más joven tenía idealizado el mundo de la Astrología, un astrólogo me parecía que tenía que ser un sabio.
Yo creia que jamás podría dedicarme a esta actividad, me sentía a años luz de poder pasar consulta, ya que para mi era un acto de ética y responsabilidad enorme, que en aquellos momentos me sobrepasaba.
Yo tenía 30 años por aquel entonces, y dejé la Astrología porque no me consideraba apto.
A día de hoy me encuentro que en el mundo de la Astrología hay gente de todas castas y pelajes, y que la Astrología es como aquella prostituta que señalaba Bretón.
Paradójicamente, hoy me encuentro a gente con 30 años que ejercen de astrólogos, lo cual no es bueno, ni malo, pero como mínimo a mi me resulta chocante.
Vivir de la Astrología no es fácil, primero hay que labrarse una buena reputación, pero por suerte o por desgracia esta es mi verdadera vocación.
Intento divulgarla cada día desde mi blog y haciendo aportaciones en grupos de facebook, como la gota malaya, picando piedra.
Pero la verdad es que también me llevo muchas satisfacciones.
Ya veis como cambian las cosas, lo que tenemos sobre un pedestal acaba cayendo, y luego nos toca lidiar con la cruda realidad.
Así es la Vida.