Tanto la astrología hermética como la védica están de acuerdo en que
un planeta puede ser
sacado y rescatado de su posición en caída. Así por ejemplo Abraham
Ibn Ezra describe una
condición que denomina “placer”: “Cuando un planeta se halla caído en
el pozo, o en su
mayor caída, y entonces se junta con un planeta amigo o que tenga
alguna señoría en ese
signo, en esos momentos se dice que tal planeta lo saca del pozo o de
la caída, y lo llamamos
placer”. Este “juntamiento” debemos entenderlo como conjunción o como
aspecto mayor,
como veremos en seguida. En otro lugar Ibn Ezra precisa: “si el
significador se halla en
Placer, significa que alguien le ha hecho bien”. El planeta amigo o
receptor que se junta con
el planeta caído, simboliza una persona o una virtud que ayudará a tal
planeta a salir de su
debilitación, y por tanto le hará bien.
Esta regla la define el astrólogo persa Al-Biruni de un modo más
preciso: „Si un planeta está
en su caída o en el pozo o en un signo en el que no tiene dignidad
alguna, es como si
estuviera confinado en un lugar estrecho o en una cueva. Si en esto se
le acerca un planeta
amistoso o su dispositor y le estrecha una mano para salvarle de su
situación penosa, esto es
descrito como que le hace un favor, y (este planeta) es denominado un
benefactor.” Al-
Biruni expresa aqui la opinión de que este planeta rescatador debería
hacer una conjunción
o un aspecto aplicativos.
En la astrología védica nos encontramos con un concepto muy parecido,
en tanto que el
dispositor del planeta en caída puede contribuir a neutralizar o a
abolir la debilidad de este
último. Solo que al juntamiento se le añade la posición del dispositor
en casa angular, es
decir en configuración dominante respecto al ascendente. En concreto
se trata de las
siguientes configuraciones:
- El dispositor del planeta en caída se encuentra en una casa angular.
- El regente del signo en que se exalta el planeta en caída (es decir
el dispositor de su grado
de exaltación), se halla en una casa angular.
Estos son los dos yogas (combinaciones planetarias) expresados por la
mayoría de los textos
clásicos. La segunda configuración es muy interesante, porque implica
que el grado de
exaltación es considerado como una especie de representante fijo del
planeta en cuestión.
No puedo ahondar aquí en esta faceta peculiar del concepto de
exaltación.
Las posiciones angulares tienen que ser determinadas desde el signo
ascendente, utilizando
casas iguales a signos. Pero es reforzada si el planeta se halla
además en casas angulares
desde la Luna. Tal posición con respecto a la Luna es de por sí
efectiva si el planeta
rescatador se encuentra al mismo tiempo en una casa propicia (las
casas 1, 4, 5, 7, 9, 10 y
11) y/o en una posición de fuerza.
El autor medieval Mantreshwara añade las siguientes configuraciones:
- El dispositor del planeta en caída y el dispositor de su grado de
exaltación se hallan
mutuamente en posición angular (es decir en conjunción, oposición o
cuadratura por signo).
- El dispositor del planeta en caída aspecta a este con un aspecto
pleno o se halla con él en el
mismo signo.
Esta configuración se corresponde con el rescate que describen los
astrólogos árabes. Solo
que éstos tomarían en cuenta cualquier aspecto, siempre que fuera
aplicativo. Podemos
combinar ambas variantes de esta regla y decir que se efectúa una
neutralización de la caída
si el dispositor del significador en caída o bien le aspecta con un
aspecto pleno según la
doctrina védica, o bien forma un aspecto aplicativo mayor, sin ser
interferido por otro
planeta.
Los aspectos plenos según la astrología védica se definen del sigente
modo (entre paréntesis
el aspecto que corresponde a tal configuración, visto desde el lugar aspectado):
- Todos los planetas aspectan a la casa 7 desde su posición
(oposición)
- Marte aspecta además a las casas 4 y 8 desde su posición (cuadratura
diestra y quincuncio
sinestro)
- Júpiter aspecta además a las casasa 5 y 9 (ambos trígonos)
- Saturno aspecta además a las casas 3 y 10 (sextil diestro y
cuadratura siniestra)
Clásicamente, cuando un planeta es aspectado por su dispositor
hablamos de una recepción.
Podemos por tanto extender la regla a la siguiente configuración:
- El planeta en caída se halla en recepción mutua con su dispositor.
También en el caso de tal recepción o recepción mutua es preferible
que el dispositor del
planeta debilitado se encuentre en casas productivas y no se halle a
su vez debilitado.
Por último la astrología védica considera una configuración que
también viene implícita en
el aforismo de Ibn Ezra:
- El planeta en caída se halla en conjunción (es decir en el mismo
signo) con el planeta
exaltado en este signo.
Es de suponer que el planeta exaltado pueda compensar la debilidad del
otro, siempre y
cuando tal conjunción se encuentre en una casa propicia.
Los yogas aquí descritos son denominados niicha-bhanga-raya-yogas, lo
cual significa
literalmente “combinación de realeza (raya-yoga) por neutralización
(bhanga) de la debilidad
(niicha)”. En otras palabras, estas configuraciones son consideradas
indicadoras de una
posición social prominente y de una carrera exitosa. Sin embargo
debemos ser cautelosos
antes de emitir un juicio. Porque la probabilidad de encontrar alguna
de estas
configuraciones en una carta natal es bastante grande, y no es de
suponer que en todos los
casos prometan una posición destacada. Por tanto deberíamos de tener
en cuenta lo
siguiente a la hora de juzgar los niicha-bhanga-raya-yogas:
- Siempre debemos partir de que la debilidad del planeta se hará notar
de un modo más o
menos agudo, y que la neutralización o incluso el efecto “raya-yoga”
se manifestará con el
tiempo.
- Cuanto más fuerte esté el planeta que efectúa el rescate, menos se
harán notar las facetas
negativas del planeta debilitado.
- La neutralización y transformación positiva del planeta debilitado
se hará realmente
patente si encontramos al menos dos o más de las configuraciones
arriba indicadas. Solo en
este caso, y con planetas bien dispuestos, podemos esperar una
posición de “realeza”.
- Por último, debemos tener en cuenta que el éxito prometido solo
podrá manifestarse
plenamente en el periodo planetario (dasha) del planeta que efectua el
rescate. Para ello
tendremos en cuenta el sistema védico de periodos planetarios, técnica
altamente efectiva.
Como corolario de esta última regla, podemos constatar que el dasha
del planeta en caída
suele
poner bien de manifiesto las dificultades o debilidades de este planeta