sábado, 11 de marzo de 2017

El concepto helenístico de Destino. Por Robert Schmidt.






Analemma Over the Porch of Maidens




El Concepto Helenístico de Destino



Destino (Sino), lo que los Griegos llamaron Moira, es quizás mejor entendido en este contexto de un principio cósmico de repartición obligatoria activo tanto en los cielos como en la Tierra. No hace a un hombre hombre, o a un planeta planeta, o en alguna manera constituye la esencia de las cosas; luego, no es un principio metafísico en el sentido que concierne al ser en tanto que ser. En cambio, toma como su provincia lo que es generalmente visto como contingente y accidental – asuntos que eran excluidos de una consideración filosófica seria por los filósofos de Atenas mismos como siendo en último término in-inteligibles. Es Moira lo que hace a un hombre tal y tal: de pelo oscuro antes que claro, rico antes que pobre, sano más que enfermo, etc.
Moira es un principio de repartición en tanto que cuenta, divide y distribuye. De todos los posibles eventos que pueden acaecer a los seres humanos, Moira selecciona y distribuye a cada individuo su “debida parte”. Es también Moira la que mide el lapso de tiempo de la vida humana individual y quien arregla que los eventos apropiados sucedan “justo a tiempo”. A su vez, Moira es un principio de re-combinación y síntesis. Une las diversas asignaciones en las diferentes áreas de la vida del individuo en un todo. Desde este punto de vista, una vida humana es un “paquete”. Finalmente, las victorias en la vida de uno solo tienen sentido cuando consideramos las tragedias, las simas cuando consideramos las mesetas. Los varios eventos en una vida humana dada pueden ser realmente reunidos en un todo solo si son vinculantes en un individuo dado – esto es, si Moira le asigna a el o a ella un destino tal. Entonces, desde este punto de vista, el significado último de una vida humana está inextricablemente ligado con el concepto de sino.
En relación a los seres humanos, los planetas son instrumentos de Moira. La astrología Helenística entiende planetas en casas, planetas en signos, y las varias combinaciones entre uno y otro, simbolizando eventos teniendo lugar en el alma cósmica, la que posee todos los poderes de cognición, apetencia, percepción, rememoración etc., de los cuales el alma humana es capaz. No es este el lugar para entrar en la altamente interesante cuestión de la causación celestial en la astrología Helenística. Baste decir aquí que es solo a lo que el alma cósmica anticipa en sus propios trabajos internos a lo cual le es permitido suceder en el reino humano.
Sin embargo, las estrellas y los planetas mismos no están menos sujetos a Moira que los seres humanos. Por ejemplo, es Moira la que divide el círculo eclíptico en doce signos y asigna a cada uno su propio y único rol astrológico en el alma cósmica, lo que constituye su propio destino. Sin la operación de Moira, el zodiaco es simplemente una banda continua de espacio sin ningún obvio comienzo o final, careciendo de todo significado astrológico. Pero es también Moira la que re-combina los signos del zodiaco en un sistema, de tal manera que ellos pueden relacionarse el uno con el otro de acuerdo a triplicidades, cuadruplicidades, etc.
No podemos prescindir del concepto de destino al hablar de astrología Helenística. Todos los conceptos astrológicos y técnicas finalmente derivan su significación y motivación de la articulación del modelo cosmológico subyacente en términos de Moira. Como veremos, es central a la división del zodíaco en doce casas, al mismo tiempo dándoles a estas casas su coherencia e integridad como sistema.
Por supuesto, la idea de un destino fijado es algo que la astrología moderna considera que ha sido ampliamente superado. Y a su manera, es probablemente correcto rechazar la noción de que todos los eventos que les suceden a los humanos están predeterminados. Sin embargo, esta nunca fue la comprensión del destino en los primeros escritos Helenísticos, y sería injusto rechazar la astrologìa Helenística por culpa de una cruda caricatura de su muy sofisticado concepto del destino. Entonces le pediría al lector reservarse el juicio sobre este punto hasta que haya considerado lo que los antiguos astrólogos de hecho querían decir con este concepto.
Se me ocurre que la gente habla algo superficialmente del karma, de las justas consecuencias de las acciones presentes sobre su futuro. Ahora, en el sistema de casas Helenístico, las consecuencias directas que las propias acciones tienen sobre la propia vida son simplemente destino de la casa 10 (o en otros casos, de la casa 4), aunque no hay evidencia de que los astrólogos Helenísticos aquí o en ninguna otra parte ampliaran esta noción para incluir las vidas pasadas o futuras de acuerdo con alguna doctrina de la reencarnación. Puede la astrología caracterizar otros once modos fundamentales de destino? Como el lector descubrirá, Los astrólogos Helenísticos pudieron.

Sigue.....







viernes, 10 de marzo de 2017

Clases de Astrología clásica por Skype.












A quien esté interesad@, doy clases de Astrología clásica por Skype .

Astrología horaria

Astrología elecccional

Astrología genetliaca o natal :

Grado del Divisor y Direcciones Primarias de Ptolomeo

Progresiones Secundarias

Revolución solar  + Profección de 30º por año.

Tránsitos.

Me interesa sobre todo el aspecto predictivo, aunque lo compagino con el estudio del carácter.





jueves, 9 de marzo de 2017

La Filosofía que debería enseñarse. Por Javier Sádaba.

















Javier Sádaba

A  un abogado se le pide que gane los pleitos en los que está metido. No se le pide ser un gran orador a no ser que ayude a conseguir la absolución de sus clientes. A un ingeniero se le pide que compruebe la solidez de los materiales pero no que se luzca explicándonos qué son las derivadas o las integrales aunque si conoce esta parte de la matemática mucho mejor. Si nos volvemos a la Filosofía nos podemos preguntar qué es lo que se le exige a uno que se dedica, por profesión, al filosofar. La pregunta no es, desde luego, nueva sino que recorre nuestra historia. Sin intento alguno por dar por cerrado el tema lo cual sería tan temerario como intentar demostrar la existencia del diablo, me voy a permitir decir en qué creo que consiste la Filosofía que debería enseñarse y, en lo posible, aprenderse. Lo hago porque las instituciones políticas están metiendo el dedo en la llaga y pienso que bastantes defensores de la Filosofía  no son muy capaces de quitar ese dedo de la llaga.  Me remitiré a aquellos aspectos que componen la columna vertebral de una actividad que aunque todos, al menos implícitamente, realizan  otros la llevan a cabo explícitamente y cobrando por ello.
Un filósofo ha de conocer la historia de su materia, al menos en sus trazos esenciales. Y no  perder el tiempo leyendo a figuras de tercera categoría que se enredan con las palabras y a base de impostar una profunda manera de ver el mundo no hace sino proferir frases vacías. Autores, y es un ejemplo importante, como Aristóteles o Kant tendrían que ser conocidos y reconocidos. Volviendo una y otra vez a sus textos. Y a poder ser en su idioma original. Una vez establecida esa base o primer piso, digamos que la filosofía ha de analizar y clarificar nuestra manera de hablar. El lenguaje humano, característica indudable del  Homo Sapiens Sapiens, es uno de los grandes logros de la evolución. Pero el lenguaje tiene dos caras. Por un lado, nos permite relacionarnos con los demás, crear infinidad de bienes útiles o puramente artísticos y ser conscientes de nosotros mismos.  Pero, por otro, es una fuente inagotable de confusiones. El lenguaje puede desviarnos con proyecciones puramente fantásticas, dar vida a monstruos o convertir las ficciones en irreales ilusiones. De ahí que sea necesario someterlo a más de un filtro. El análisis y clarificación del lenguaje no nos llevará al núcleo último de la realidad,  a una celestial verdad. Evitará, sin embargo, que caigamos en fes ciegas, creencias sin fundamento y, sobre todo, será útil para limpiar las telarañas que recubren con excesiva frecuencia la vida cotidiana y la sociopolítica.
En la vida de todos los días cometemos un buen número de falacias que entorpecen la comunicación. Una falacia no es una falsedad. Lo falaz consiste en argumentar mal, sea o no cierto el resultado de la argumentación. Es falaz decir que, por ejemplo, “el Athletic es el Athletic” porque no he dicho nada sino que he repetido lo mismo.  Más perversa acostumbra a ser la falacia que toma la parte por el todo. Como algunos alemanes resultan rígidos o cuadriculados para otras sociedades, piénsese en la española, se concluye que los alemanes, todos, son rígidos y cuadriculados. Los malos entendidos son constantes. En algunos casos son inocuos pero en otros pueden resultar falales. Limar el lenguaje, darle la máxima claridad y llamar a las cosas por su nombre es uno de los cometidos de una filosofía que no habla por hablar o que en vez de espabilar entontece. En ocasiones las oscuridad es aplaudida o por los que gustan de la oscuridad o por los que toman el engrudo verbal por profunda sabiduría. Lo dicho no implica que no podamos jugar con el lenguaje, que saquemos jugo a  la ambigüedad o que exploremos sus límites. No me refiero solo a la poesía. Me refiero a algo más prosaico aunque de indudable importancia. De esos cruces linguísticos nace el chiste. El chiste es un signo de inteligencia, por muchos chistes insoportables que oigamos tantas veces  del gracioso de turno. El chiste, repitámoslo, es fruto de la inteligencia y del sentido del humor. Sin humor no sobreviviríamos. De ahí que sea tan difícil entender a una persona que no haya contado un chiste en su vida.
Aclarar el lenguaje es una función necesaria de la filosofía pero no se acaba ahí su tarea. Si nos limitáramos a limpiar  las impurezas del lenguaje nos pareceríamos a aquel astrónomo que se pasara toda su vida limpiando el telescopio y sin mirar nunca a las estrellas. El lenguaje ha de engarzarse con la realidad. Por eso, una Filosofía que no esté al tanto de los hechos que sean relevantes para nuestra vida se convierte en un instrumento inútil. De ahí que el filosofar deba estar al tanto de la actualidad científica. Muy especialmente de las llamadas ciencias duras, las empíricas por excelencia. En nuestros días tal vez la que ocupa el primer lugar frente al espejo filosófico sea la Biología, y más concretamente, la Genómica. Si no es posible cantar su letra al menos que se sepa su música. Las, por desgracia, separadas y hasta enfrentadas Ciencias y Letras o Humanidades deberían hermanarse en la Filosofía.  La ciencia, y sobre todo la más exigente, no es ajena al filosofar Se opone, más bien, a un filosofar que da únicamente vueltas sobre sí mismo convirtiéndose en una camelo y en una impostura.
La Filosofía, finalmente, no puede soslayar su compromiso sociopolítico y su deber de desvelar aquello que se oculta, se disuelve en banalidades o se toma como tabú. No en vano nace el filosofar como tarea moral. De ahí que el filósofo tenga que proponer o denunciar ciertas formas de justicia. En otras palabras, que aspire, y aporte argumentos, a que los humanos vivan en sociedad  combinando la libertad individual con las necesidades de todos. Si no logra dar razones convincentes mostrará, al menos, que, por ejemplo, la opción a favor de una sociedad igualitaria nos ofrece  bienes objetivos y satisfacción de conciencia. Pero volvamos a la destrucción de mitos que puedan embotar nuestras cabezas. Palabras densas, sin matizar, descaradamente ideologizadas, repetidas una y otra vez, acaban funcionando como verdades intocables. Piénsese, y es un ejemplo, en el tantas veces invocado y tantas veces pisoteado Estado de Derecho. Un ideal Estado de Derecho es una meta a la que habría que aspirar. Primero en cada uno de los Estados existentes. Y segundo, y eso sí que es un ideal a alcanzar, convertido en un orden mundial en el que nadie estuviera por encima de nadie. Sucede, sin embargo, que Estado de Derecho se utiliza como muletilla o cuando no se sabe qué decir. O como un mantra que conjuraría todos los males. En estos campos es donde la Filosofía, sin miedo, tendría que entrar,  llamar a las cosas por su nombre y acentuar la crítica y la autocrítica.
La Filosofía se refiere lo que sucede dentro de los límites del espacio y del  tiempo. Del resto nada sabe ni puede saber. Eso no obsta para que el sentido de la existencia, como cuestión de si merece la pena o no vivir, nos acucie sin cesar. Que no tenga una respuesta no significa que el choque contra los límites citados sea inútil. Porque avivará nuestras emociones y nos incitará a vivir lo mejor posible con nosotros mismos y con los demás. Y a compartir, sin dogmatismo alguno, la vida con todos aquellos que nacemos y morimos en el mismo barco. Escribió Wittgenstein que “Existe lo que no se puede decir”. Rápidamente se le tiraron encima acusándole de sinsentido. Porque si no se puede decir, no se puede decir y se acabó el asunto.  Tal vez olvidaron sus críticos que detrás de sus crípticas palabras se escondía la modestia de quien reconoce  la inmensidad de lo que desconocemos. Y eso también nos puede ayudar a vivir. Mientras tanto gocemos de todos los placeres posibles, evitemos el sufrimiento inútil, desarrollemos nuestras capacidades y hagámonos eco de los demás.
La Filosofía no arregla los desperfectos del mundo. Ayuda a conocernos y conocer. Como ayuda a vivir bien. Es eso lo que habría que enseñar. Es eso lo que tendríamos que aprender. Sin dogmatizar pero siendo despiadadamente críticos. Empezando con nosotros mismos. Y además de todo lo dicho y de su importancia práctica, no hay que olvidar el placer que otorga el filosofar por sí mismo. De ahí que no esté de más recordar al clásico: enseñar deleitando y deleitar enseñando.


 http://blogs.publico.es/dominiopublico/19396/filosofia/




miércoles, 8 de marzo de 2017

La Medicina en un Manuscrito de Astrología del Siglo XV. Por José María Cobos Bueno.




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La Medicina en un Manuscrito de Astrología del Siglo XV

Universidad de Extremadura

Resumen

 Una de las causas de la decadencia de la Astronomía castellana en la primera mitad del siglo XV es la condena que de ella hace el cristianismo. Pero la creación de la Cátedra de Astrología de Salamanca y la navegación portuguesa hacen que se retome de nuevo esta ciencia. Otro hecho relevante, y no menos importante, es la aparición en escena del judío Abraham Zacut. Su obra Hibbur ha-gadol se puede considerar puente entre las tablas alfonsinas y las rudolfinas. En este trabajo presentamos a unZacut astrólogo que como otros escribe una obra, por encargo, que pensamos repugnaba al científico.

 Abraham Zacut


Es conocido que la producción astronómica en los orígenes del Renacimiento se centran en tablas y almanaques. Entre los autores más significativos se encuentran el catalán Bemardo de Granollach (1421-c. 1487) y Alfonso de Córdoba. Pero, sin lugar a dudas, el científico más importante para el devenir de la ciencia es Zacut; considerado como el último matemático hebreo-español, que, por razones bien conocidas, tuvo que emigrar a tierras extranjeras. Su obra Hibbur ha-gadol(El gran Tratado)son las tablas astronómicas que alcanzan mayor resonancia. Se traduce a diversas lenguas y fueron empleadas para el cálculo de efemérides por Colón, Vasco de Gama y Behaim. También es previsible que Colón utilizara algunos de los regimientosdel discípulo de Zacut, el también judío José Vicinho.
También se atribuye a Zacut la invención de un astrolabio de cobre para la determinación de la altura del sol, pero realmente lo que cabe pensar es que lo que hizo fue simplificar alguno de los existentes adaptándolo exclusivamente para usos náuticos.
Si se analiza la astronomía de este momento se observa que toda iba orientada a su parte práctica, la que podía ser útil a los navegantes: lo que significaba realizar observaciones.
Estas primeras observaciones fueron nocturnas y presentaban serias dificultades en la zona ecuatorial. De aquí que se introdujeran las tablas de declinación solar después de 1471, fecha en que los portugueses llegaron a Asia. El que el Hibbur ha-godolde Abraham Zacut tenga por radix el año 1473 apunta a que este astrónomo salmantino fue el encargado de calcularlas y para ello tuvo muchos modelos orientales en los que inspirarse, puesto que no todas las tablas empleadas en el renacimiento tienen el mismo origen.
Hecha esta pequeña introducción con la intención de poner de manifiesto el papel tan importante que juega Zacut en la Astronomía de su momento, pasemos a analizar a este personaje, gloria de los científicos españoles.
Abraham bar Samuel bar Abraham Zacut, según consta al frente de su obra Hibbur ha-gadoly del capitulo XIX del mismo en los manuscritos de Lyon y Salamanca. Pocos son los datos biográficos que se poseen de Zacut, al que se considera el último matemático hebreo-español. Realmente las controversias comienzan cuando se quiere situar su nacimiento: por un lado el lugar y por otro la fecha. Respecto al primer punto, durante algún tiempo se pensó que podía ser natural de Salamanca o Evora, el jesuita Román de la Higuera lo sitúa em Toledo, la Enciclopedia Espasa lo sitúa con cierta indecisiónen Salamanca.
Esta controversia no se entiende si se analizan los diversos documentos y testimonios dejados, incluidos los del propio autor. Así Zacut en el Séfer Yujasin, escribe:
“Rabi Abraham Zacut, hombre de Salamanca (salmantino)”.
También en el manuscrito español del Tratado breve en las influencias del cielo, dice:
“(…) a mí Rabi abraham Zacut de Salamanca astrólogo”.
Nicolás Antonio escribe:
“(…) Salmantinus fuit patria, cujus urbis nomine eum appellant Petrus Siruelus in fine prooemii Cursus quatuor Mathematicarum Artium, &Petrus Cunxus de Republ. Hebroerumcap. XXVIII. inscribiturque ipse in propio libro Almanach (…)”.

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Sobre el segundo punto, fecha de nacimiento, todo son conjeturas y todas admisibles. Siguiendo a Vera y Cantera su nacimiento se situaría en 1452, basándose estos autores en lo que Zacut escribe en un pasaje del capítulo II de su obra maestra, donde, al tratar del manejo de la tabla para averiguar la hora de la revolución de cualquier nacimiento:
“Ejemplo para esto, porque mejor lo entiendas: uno nació en el año 452, a 12 de agosto, tres horas después de mediodía, y han transcurrido para est  nachniento veinticinco años completos, y queremos saber la época de la revolución del año 26.”
Aceptar esta fecha de nacimiento nos permitiría asegurar que cuando escribe su obra maestra tenía veinticinco años, debido a que esta obra está datada en 1477.
A pesar de esta conjetura, comúnmente se señala el nacimiento hacia1450a pesar de que Freimann lo sitúa en cerca del año 200 del milenio sexto, o sea 1440.
Es previsible que pasara su juventud en Salamanca y que al menos hasta 1477 viviera en esta ciudad por su propio testimonio que refleja en el capítulo IX del Hibbur ha-gadol. Aunque es probable que su estancia se sitŭe hasta 1481 o 1482.
Debido al ambiente familiar, su padre era hombre docto que había recibido la Cábala de beneméritos sabios, del cuál nuestro autor aprendió la Ley y otras enseñanzas, es verosímil que Zacut acudiera a la Universidad de Salamanca, entonces una de las más prestigiosas y famosas, donde aprendió Astrología y Matemáticas.
Regentaba la Cátedra de Astrología Nicolás Polonio hasta 1464 en que declarada vacante, por ausencia de su titular, accedió a ella un amigo de Zacut, Juan Selaya o Salaya.
Sobre su época de magisterio tampoco se poseen documentos que demuestren rigurosamente las diversas conjeturas que se han formulado. Así, unos, sostienen que Zacut enseñó en Zaragoza; otros aseguran que lo hizo en Cartagena y casi todos coinciden que desempeñó la cátedra de Astrología en la Universidad de Salamanca, punto que tampoco se apoya en documentos fidedignos y sólo se podría demostrar si aparecieran las actas de los claustros de dicha Universidad entre los años 1481 a 1503, desaparecidas, pues en las actas con fecha anterior ni figura como profesor ni entre los lectores y sustitutos. Ahora bien, lo que si está documentado es que enseñó Astrología en la Academia Renacentista del maestre Fray Juan de Zúñiga y Pimentel.
De su primera época nos interesa destacar su relación con el obispo D. Gonzalo de Vivero. Fue su protector y a tan alta consideración llegó esta relación que incluso en su testamento tuvo un recuerdo para nuestro astrólogo:
“Item mandó que den al judio abraham, astrologo, qujnjentos mrs. e diez fanegas de trigo e mandó que ciertos quadernos que ende estan en romance escriptos que el dicho judio escriujo, que todo se ponga en vn volumen e este en la libreria con los otros sus libros en la dicha su yglesia, porque es prouechoso para entender las tablas del dicho judio”.
En reciprocidad Zacut le dedica su obra más importante realizada por encargo del obispo y que Salaya poco después traducía del hebreo al castellano.
Muerto su protector, 1480, Zacut debió quedar marginado y es previsible que no le fuera muy bien en Salamanca y, para gloria de Extremadura, recaló en Gata (Cáceres), donde residía a la sazón, D. Juan de Zúñiga y Pimentel, último maestre de la Orden de Alcántara, “(…) muy magnifico y de grand linaje illustre – dice el propio Zacut – amador de todas las sciencias y sabidor en ellas, que a su fama todos los sabios y letrados dexan sus tierras y su nascimiento por buscar sosiego verdadero y perfection conplida, que a su causa se esfuerçan las sciencias y sus letrados y na rrefrigerio y remuneración, y pueden por cierto dezir todos los sabios lo que dixo la rreina saba por el rey salomón: Aumentaste sobre tu fama, bienaventurados tus servidores, los que están a oyr tus palabras”.
De aquí se puede deducir que Zacut debió vivir algún tiempo en la villa cacereña. La llegada a Gata debió ser algo precipitada pues según su próprio testimonio, introducción del Tratado breve en la influencias del cielo, tiene que confiar en su memoria para escribir la obra que le encarga el Maestre debido a que no ha Ilevado sus libros. Para Fray Alonso de Torres, Zacut, acompaña al maestre a la villa de Zalamea de esta misma opinión es Rodríguez Moñino sin embargo Vera cuestiona esta hipótesis.

Woman with sun, moon and inner planets. Paulus Grillandus. Grilandas inventum libri VI. Florence, 1506-1507.

Por ahora no existe más documentación que la referida de Torres y Tapia respecto a su estancia en tierras extremeñas por lo que ignoramos si vuelve a Salamanca y en que año lo hace. Algunos autores le suponen en ésta última ciudad cuando el viaje, que según se afirma, hizo Colón a fines de 1486 o principios de 1487, en busca de apoyos para su proyecto. Freimann dice: según pareceZacut tuvo conversación y tratocon el descubridor de América, y durante la permanencia de éste en Salamanca, el sabio judío, le mostró, al parecer, muchos libros de Astronomía, y en especial un libro ilustre de R. Abraham Abenezra. Por estas fechas se sabe que los Reyes Católicos están en Salamanca y que:
“Así que Cristóval Colón se vino a la corte del rey don Fernando e de la reina doña Isabel, e les fizo relación de su imaginación; al cual tanpoco no davan mucho crédito, e él les platicó muy de cierto lo que les dezia e les mostró el mapa mundi, de manera que les puso en deseo de saber de aquellas tierras. E dexando a él, Ilamaron onbres sabios, estrólogos e astrónomos e onbres de la arte de la Cosmografía, de quien se informaron; e la opinión de los más dellos, oída la plática de Cristóval Colón, se falló que dezía verdad; de manera que el rey y la reina se aficionaron a él, e le mandaron dar tres navíos, en Sevilla, bastecidos por el tienpo que el pedía de gente e bituallas, e lo enbiaron en nonbre de Dios e de Nuestra Señora a descobrir”.
No podemos asegurar el lugar en que Zacut se encuentra cuando en 1492 aparece el decreto de expulsión de los judíos. Ahora bien aunque algunos autores piensan que se encontraba en Zaragoza y algún otro que Ilega a Lisboa desde el Norte de España, pero por testimonios judíos, los que en ese momento se encontraban en Zaragoza emigran en general al reino de Navarra, mientras que los judíos de Castilla comienzan a salir hacia Portugal en la primera semana de Julio 1492 con el consentimiento del rey Don Juan II. La salida la efectuaron por Benavente, Zamora, Ciudad Rodrigo, Valencia de Alcántara y Badajoz.
La mayoría de éstos en el mes de marzo de 1493 partieron hacia África y sólo quedaron en Portugal seiscientas casas, sin lugar a dudas las más ricas. El hecho cierto es que poco después, Zacut, se encuentra al servicio de Don Juan II como su astrónomo y cronista.
Gracias a su Hibbur ha-godolejerce una influencia importante sobre la marina portuguesa, marina en la cual, por otra parte, sirve personalmente cuando se refugia en Portugal; en 1493, se encuentra en Lisboa. Se puede incluso afirmar que los servicios de Zacut fueron inmediatamente utilizados por el Rey Portugal, D. Juan II, desde el momento en que fija su residencia en la capital portuguesa; esto lo demuestra un documento datado el 9 de junio de 1493, em el cual, el monarca le asigna una cierta cantidad de dinero, el astrólogo firmará el recibo correspondiente en calidad de Matemático del Rey.
Otro dato a tener encuenta es que después de la guerra declarada a España por D. Alfonso V, se refugia en Portugal D. Diego de Calcadilla, religioso que había dirigido la cátedra de Astrología en la Universidad de Salamanca entre 1467 y abril de 1476, por lo que es previsible conociera a Zacut y su obra, lo que podría significar que le sirvió introductor ante D. Juan II.
Con la llegada al trono de Portugal de Don Manuel, Zacut, alcanza su máximo esplendor en la corte portuguesa, y así conjuntamente con su discípulo Vicinho, va a estar presente en todos los proyectos de los navegantes portugueses.
Además de la influencia, documentalmente comprobada que ejerció sobre Vasco de Gama, también se puede probar que la obra de Zacut juega un papel importante en otro ilustre navegante, Americo Vespucio. Éste, en su carta relativa al tercer viaje (entre septiembre y diciembre de 1502), dice:
“(…) Per dar ragione sotto brevitá a questo ch’i dico et per iscuxarmi dal detto de’ molivolí, dico averío conosc(i)uto nelli eclixit et nelle congniunziune della luna colli pianeti; et v’ó perduti molti sonni di notte in conformami colli detti de savi che anno conposto gli strumenti et scrito sopra e’ movimenti et congniunzione et aspetti et eclixit delli due luminari et delle stelle erratiche, come fu el savio re don Alfonso nelle sue tavole et Giovanni da Montereggio nel suo Almanach, per el Blanchino, et per l’Almanach de’ rrabbi Zacuti giudeo, ch’é perpetuo; e composti in diversi meridiani, et il re don Alfonso in Toleto et Giovanni da Montereggi in el meridiani di Ferrara et gli altri dua a quello di Salamanca (…)”.
Gracias a las notas dejadas por Colón en los márgenes de ciertos libros nos ha Ilegado una información, no recogida en otro sitio, que demuestran la influencia que ejerció Zacut en sus viajes.
A pesar de las buenas relaciones y de los servicios prestados al rey Don Manuel, Zacut resulta víctima del edicto de expulsión decretado por este rey. Para algunos autores habría partido hacia el norte de África (Túnez) en 1497 y ante la intranquilidad por el peligro de invasión española resuelve trasladarse a Turquía donde reside hasta su muerte en 1515.
Durante su estancia en África y hasta no Ilegar a Túnez donde existía una comunidad judía docta y próspera, Zacut debió pasarlo mal, como él mismo refleja en la Introducción de su Crónica.
 “Por mis pecados, a causa de la gravedad de las persecuciones, del cautiverio y de la penúria de alimentación, no tengo fuerzas ni ciencia, mi entendimiento há desaparecido, hase embotado mi juicio”.
Su obra excelsa Hibbur ha-godola lo largo de la historia ha recibido diversos nombres: Haajibbur hagadol, Almnanach perpetuum, Almagesto, Bi’ur lujot, Séfer tekunat Zacut, Séfer tekufot wemezalot e incluso Los cánones de las Tablas.

La Astrología de Abraham Zacut


Es sabido que el cristianismo condena la Astrología. Esta condena se mantiene durante varios siglos, pero tenía muchas y variadas matizaciones. Así el índice del inquisidor general Gaspar de Quiroga (1499-1594) dice:
“Se prohiben todos los libros, tractados y escriptos, en la parte que tratan y dan reglas y hacen arte o ciencia para conocer por las estrellas y sus aspectos (…) lo por venir que está en la libertad del hombre y los casos fortuitos que han de acontecer, o que enseñan a responder lo hecho o acontescido en las cosas pasadas libres y ocultas, o lo que sucederá en lo que depende de nuestra libertad, que son las palles de la judiciaria que llaman de nascimiento, interrogaciones y elecciones (…). Pero no por esto se prohiben las partes de la astrología que tocan el conocimiento de los tiempos y sucesos generales del mundo, ni las que enseñan por el nacimiento de cada uno a conocer sus inclinaciones, condiciones y cualidades corporales, ni lo que pertenece a la agricultura y navegación y medicina y las elecciones que cerca de estas cosas naturales se hacen”.
Por la misma época leemos en los estatutos, 1561, de la Universidad de Salamanca:
“En la Cátedra de Astrología, el primer año se lea en los ocho meses Esphera y Theóricas de planetasy unas tablas; en la substitución, astrolabio.
El segundo año, seis libros de Euclides y Arithmética hasta las raíces cuadradas y cúbicas, el Almagestode Ptolomeo, o su epítome de Monte Regio, o Geber o Copérnico, al voto de los oyentes; en la substitución, la esphera.
El tercer año, Cosmographía o Geographía, un introductorio de judiciana perpectiva o un instrumento al voto de lo oyentes”.
También en defensa de cierta Astrología escribe Pedro Sánchez Ciruelo en su obra publicada en 1529, Tratado en el qual se repruevan todas las supersticiones y hechicerías:
“Los cielos y las estrellas, alterando el aire y la tierra, también alteran a los hombres y a las otra animalias que moran en la tierra y en el aire y en el agua, y ansí los cielos causan en nuestros cuerpos diversas inclinaciones y habilidades en muchas artes y ciencias (…). El verdadero filósofo que conoce las virtudes y propiedades de las estrellas, podrá por ellas conocer los efectos sobredichos en los elementos y en los hombres y árboles, y podrá naturalmente decirlos antes que vengan (…). Esta astrología es lícita y verdadera ciencia como la filosofía natural y la medicina“.
Como se ve todavía se mezclaban Astronomía y Astrología. Cuando las observaciones astronómicas se acompañaban de pronósticos del tiempo se identificaba con Astrología naturaly cuando era la predicción del destino se denominaba Astrología judiciaria;pero en general es la necesidad de establecer este pronóstico el que determina la necesidad de hacer estas observaciones.
Además de esta clasificación durante la Edad Media se destacan otros tipos de astrologías, así: Astrología mundial, predice a partir de las posiciones de los astros acontecimientos que afectan a una comunidad humana o a la humanidad entera (periodo de fertilidad, hambres y sequías, guerras, epidemias, etc.); Astrología de elección, trata de establecer el momento favorable para emprender cualquier actividad humana (nacimiento, momento de la batalla, etc) y Astrología individual, predice el futuro de los individuos basándose en las posiciones planetarias en el momento de su nacimiento o con ocasión alguna circustancia destacada de su vida (matrimonio, coronación de um monarca, etc.).
Para hacer estas observaciones, el astrólogo necesita unas efemérides astronómicas que le den la longitud de los planetas (se acostumbraba a incluir al Sol y la Luna). El método seguido, hasta casi el siglo XIX, para fijar las cúspides de las casas para lugares geográficos de distintas latitudes se basaba en el del astrólogo árabe al- Qabisi (siglo X). Sin embargo nunca existió un consenso sobre el cómo debían calcularse tales cúspides.

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Por otro lado la representación gráfica de la situación de los astros en el cielo, con el fin de expresar y leer en ellas las relaciones fastas o benéficas (trígono, sextil) y nefastas o maléficas (cuadratura, sesquicuadraturas), ha pasado por diversas perfecciones: desde las cartas australes, horóscopos o temas coptos, hasta Ilegar a la Edad Media que se representa por un cuadrado y a partir del Renacimiento en forma circular.
La mezcla entre Astronomía-Astrología se mantiene hasta el siglo XVIII. Así en la obra Taboada Curiosade Antonio Ganido (siglo XVIII) se lee:
“(…) Astrologia ou Astronomia que he un estudiozo examen, e conhecimiento do curso do astros e de suas causas, para pronogticar por elles effectus futuros, com certas figuras e instrumentos”.
Pero ya en la segunda mitad del siglo XVIII, Jerónimo Audije dice:
“Es el Nombre Astrología según su origen lo mismo que tratado de los Astros y assí es vnivoco, y igualmente conviene a la Ciencia que trata de sus movimientos, como a la que discurre por sus influencias para pronosticar lo futuro: pero el estilo común ha vsurpado esta voz Astrología para lo judiciario, dando el Nombre de Astronomía a la que trata delos movimientos.
Zacut se puede considerar heredero de los científicos de la Edad Media que hacen resurgir la Astrología que el cristianismo había desterrado.
La Astrología de Zacut responde al concepto alfonsí, cuando esta palabra no estaba contaminada, ya que su finalidad es hacer un trabajo científico.
La obra Alamnanach perpetuumnse puede considerar como perteneciente a este concepto. Sin embargo su Tratado breve en las influencias del cielo entra dentro del más estricto concepto astrológico de su tiempo, pero que tampoco había caído en la esfera contaminada que adquiere posteriormente y que tiene su punto más álgido en el siglo XVIII y sufre su total decadencia en el XX.
Un tratado astrológicode Zacut sería, así, un complemento del Almanach perpetuumy al mismo tiempo un mejor y más intimo testimonio de la posición intelectual del célebre rabino.
La mejor demostración de lo que decimos es leer al propio autor. Así en el capitulo 8 del Hajibbur, manuscrito de Salamanca, en que trata del ascendente y de las 12 casas:
“(…) e tanbién esto aprouechará mucho a los phisicos para dar las purgas en el tiempo que conuiene e mayor mente aprouecha a los que obran juicios de los planetas para facer eleçiones: aunque mi querer en esto no es con ellos en este libro ca yo no ordene este libro sinon por la sciencia e no por otro prouecho”.
Es muy significativa la frase: ca yo no ordene este libro sino por la sciencia e no por otro prouecho.
Es evidente que el Tratado breve en las ynfluencias del cieloque escribe por encargo del Maestre de Alcántara es bien distinto del Hajibbur. Se puede considerar como un tratado de Astrología natural y judiciaria, donde se mezclan las supersticiones y absurdas teorías con precisiones científicas.
Algunos autores quieren ver como antecedente de esta obra a Arnaldo de Vilanova y Enrique de Villena. Pero sin lugar a dudas es Abraham ibn Ezra y su obra Rechit Joknutaho Principio de Sabiduría o Libro de Astrología, el precedente más claro y donde se pueden encontrar las ideas que expone Zacut en su Tratado.
 A pesar de la condena por el cristianismo de las prácticas astrológicas los poderososseguían disponiendo de astrólogos que utilizaban para sus predicciones. Estas prácticas se han mantenido a lo largo de los siglos bajo distintos aspectos. Queremos destacar que de forma análoga a Zacut, existieron otros que, además de una obra eminentemente científica, también tuvieron sus coqueteos con la Astrología.
En la Biblioteca de Coimbra existe una edición, 1578, de la obra de Ptolomeo, Livros dos JuizosTetrabiblon –cuyo autor es Cardano. Como es usual de la época, tiene un añadido del traductor. La página 601, de esta obra, comienza con doce ejemplos de horóscopos entre los que se encuentran personajes como Enrique VI de Inglaterra y Erasmo.
Al final de la obra escribe:
Gilorami Cardani, Mediolanensis Medici geniturarum exempla. Praeterea et multa, quae ad interrogationes et electiones pertinent superaddita. Et exemplum eclipsis, quam consecuta est gravissima pestis.
También Kepler, que figuran entre los grandes astrónomos de todos los tiempos, hizo prácticas astrológicas.
En 1594, Kepler, se incorpora a su puesto de profesor de Matemáticas y Moral en la escuela del Seminario de Graz, capital de Estiria, entrando em funciones como matemático del Landschaft, es decir, del Gobierno Regional.
Este cargo llevaba consigo calcular y hacer imprimir calendarios que, acuerdo con la costumbre de la época, estaban sazonados con toda clase Prognóstica, o sea, de vaticinios sobre el tiempo, pronóstico sobre las cosechas, sobre acontecimientos políticos, constelaciones estelares y augúrios astrológicos derivados de todo ello. Al tener suerte en su primer calendario, 1594, pudo cimentar su prestigio como astrólogo: sus predicciones sobre el crudo frío invernal y el peligroso ataque de los turcos correspondieron, casual y sorprendentemente, a la realidad. Estas ganancias suplementarias obtenidas por la confección de calendarios le debieron venir muy bien, puesto que, a pesar prometerle buenos emolumentos, generalmente sólo le fueron abonados manera irregular, de modo que con frecuencia sólo le quedaba la solución ganar dinero de donde pudiera: mediante la elaboración de horóscopos.
Pero Kepler, debido a su honradez científica, intentó darle una base teórica como algunos siglos antes intentara hacer Cardano, aunque la conclusión a que debió llegar se puede entender cuando relaciona, ironizando, la Astrología y la Astronomía:
“Si Dios ha concedido a cada animalito instrumentos para el sostén de su vida, por qué no ha de ser justo que con la misma intención haya concedido la Astrología a los astrónomos?”.
Y en otras ocasiones será más duro:
“La ramera Astrología debe sustentar a su madre, la Astronomía, ya que los salarios de los matemáticos son tan exiguos que indefectiblemente la madre debería pasar hambre si la hija nada ganase”.
La obra de Zacut es análoga a las que se escriben en su época y que se hacían a cargo de un mecenas. Así empieza y finaliza dedicándola a D. Juan de Zúñiga y Pimentel.
Su contenido, como ya se ha dicho, entra dentro de la Astrología naturaly de la judiciaria;la primera parte encajaría en la natural;la segunda sería judiciariay la tercera sería mezcla de las dos. El apéndice encajaría dentro de la más ortodoxa judiciaria.
 La introducción de la obra de Zacut es eclarecedora del pensamiento científico de nuestro autor. La utilización indistinta de las expresiones Astronomía y Astrología nos reafirma en la opinión, ya dicha, de ser un hombre de su momento histórico además de recuperar el significado Astrología que le había dado Alfonso X.
A pesar de no disponer de referencias bibliográficas, demuestra su buena memoria cuando escribe esta obra. Así con el fin de explicar la utilización la Astronomía (Astrología) referencia la controversia entre ptolomeicos y aristotélicos diciendo:
“Y la ciencia de la astronomía adquiere y estudia de que parte viene esta mutación en el mundo de los elementos de las influencias celestes y es al movimiento de salud a enfermedad o de enfermedad a salud, mutación”.
Para inmediatamente poner las cosas en su sitio y decir:
“Como sea de la perfección del astrólogo saber en todas las cosas naturales y en el arte de la medicina que con esto se podrá ayudar para la influencia de los cielos y para disponer los pasivos para que reciban la buena influencia de los agentes o para desviar la mala influencia. Según dijo Ptolomeo en la dicción quinta”.
Como se ha dicho, esta obra la escribe por encargo del Maestre Alcántara, pero Zacut justifica el encargo:
“Así mismo es la perfección del médico que sepa de la propiedad de la influencia de los cielos y su impresión que hacen en los hombres…”, y continúa;
“(…) pero porque las vidas son breves, segun dijo Hipócrates, cada una de las ciencias es muy larga y no llega la perfección de cada una de las ciencias salvo con muchas partes, que no basta para comprender las partes de una sola ciencia; cuanto mas de ambas por la brevedad de la vida y por esto parece imposible de hallarse un hombre que las comprenda ambas perfectamente y hallándose sería maravilla y lo mejor es el hombre que sea perfecto maestro en una fija ciencia que no ser imperfecto de muchas y por esto se halla poca vez médico que sepa perfectamente en esta ciencia aunque es muy necesario para su arte según es dicho, y se dirá”.
Esta pequeña introducción la termina dando el contenido:
“La primera será como introducción y proemio para las otras dos partes, que es en saber las complexiones de los signos y de los planetas y sus dignidades y de algunas estrellas principales de la octava y en que signo están y que complexión tienen y de todas las otras cosas semejantes a estas.
La segunda parte tratará en todas las cosas que son necesarias de guardar a los médicos y se aprovechará de esta ciencia.
La tercera parte trata en las cosas universales por la complexión del tiempo y la mutación del aire y de las veintiocho mansiones de la Luna y de los nacimientos de los hombres. Reglas universales por no negar a Ptolomeo que dijo, el astrólogo no diga las cosas particulares antes universalmente como aquel que ve las cosas de lejos y por esto los juicios son entre necesarios y posibles”.
Su pensamiento religioso, separando perfectamente lo que considera campo cientifico del campo teológico, nos lo muestra nada más empezar la primera parte:
“Primero es de saber que hay nueve esferas universalmente y esto según opinión de los mas de los sabios y por esto se halla en el primer capítulo del Génesis nueve veces firmamento. De la décima que es el empíreo, que habló Ezequiel, no conviene al astrólogo hablar, pues pertenece al campo que es de la teología”.
El manuscrito finaliza con un tratado de eclipses.

Medicina y Astrología

Eberhard Karls Universität Tübingen, Md 2, detail of f.42v. Tübinger Hausbuch - Iatromathematisches Kalenderbuch; die Kunst der Astronomie und Geomantie

Tal como se ha dicho, la parte segunda del manuscrito, Tratado breve de las influencias del cielo,está dedicada a la Medicina. Empieza justificando la utilidad de la Astrología para los médicos, teniendo en cuenta opiniones tan solventes, para él, como Hipócrates:
“Habla en regimiento de los físicos que fueren astrólogos y aunque no sepan mucho si almanaque tuvieren y de esto Hipócrates cabeza de los médicos parece que afirma ser esto cierto. Que dijo, ciego es el médico que no sabe astrología (…).
Más adelante se apoya en Avicena:
(…) esto asimismo afirma Avicena el gran maestro y muy aprobado en las cátedras, en lo que dijo en el primer libro del canon capitulo octavo, hablando en las mutaciones del aire aprobó que por cosas celestes haber mutación en las enfermedades”.
Es de cierta curiosidad el capítulo de la flobotomja. El problema de sangrar al enfermo, que se mantiene casi hasta el siglo XX, tiene un origen incierto aunque los primeros documentos que aparecen datan del siglo XI. Así en el Flos Medicinae sen Flos Sanitatis,de la Escuela de Salerno, figura un epígrafe que bajo el título: La flebotomía y sus tiemposmenciona la conveniencia, necesidad o disconveniencia de la sangría, según las estaciones y meses del año. En el tratado De Vere(primavera) dice: Et nullumn tempus melius fit phlebotomiaeEn ningún tiempo es mejor la sangría. En el De Aestate(verano), prescribe: Siut rarae phlebotomiae – Sean raras las sangrias – En el de Automno(otoño) indica: De farinacea Caveas et phlebotomia – Te abstendrás de comidas farináceas y de la sangria-, y en el De Hieme(inviemo) recomienda: Phlebotomia modo dabitur, purgatio nulle – Dárase con moderación alguna sangría, pero ninguna purga.
Respecto a los meses del año dice: en el mes de Febrero recomienda la sangría del dedo pulgar (De pollice sume cruorem);en el de Marzo dice: Venas non pandes(No abrirás las venas); en el de Abril, Cruor pedis est tninuendus(La sangre del pie debe disminuir); en el de Mayo, Scindatur vena(Ábrase la vena); en el de Julio, venam non scides(No abrirás la vena); en el de Agosto, Nema Saycari debet nec phlebotomia(Nadie ha de purgarse ni sangrarse); en el de Septiembre, Tunc venam pandes(Entonces abrirás tus venas) y en el Diciembre, Capitalis vena secetur(Córtese la vena capital).
Siguiendo con nuestro manuscrito, no dejan de ser menos curiosos los consejos que da en el apartado dedicado a la Regla pera saber como ha de esforzar. Las cuatro vertudes que son: la atractiva, la digestiva, la expulsiva y retentiva.
“La virtud atractiva sesfuerza con calor y sequedad en cuerpo compuesto de elementos (…) y la virtud retentiva sesfuerza quando la luna está en signo frío y seco, mayormente en virgo. La virtud que digiere sesfuerza quando la luna está en signos de aire que son… y la virtud expulsiva sesfuerza quando la luna está en signos aqueos, que son: cáncer, escorpión, picis y en tauro medicina expulsiva fecha en letuario es buena; en escorpión medicina solutiva y evacuativa fecha en poción y brevajo es buena; y en picis medicina solutiva y evacuativa dada em pildoras es buena para purgar cólera (…),
y termina este epígrafe,
“Todo esto es en Dios que es piadoso”.
Esta relación entre Medicina y Astrología es constante hasta el siglo XVIII, aunque a partir del XVII sufre diversas matizaciones. Pero todavía en el siglo XVI existen autores que le dan un tratamiento muy análogo al que da nuestro autor.
Así Tornamira en 1585 publica la obra:
Chronographia y Repertorio de los Tiempos, a lo moderno, el qual trata varias diversas cosas: de Cosnzographia, Sphera Theorica de Planetas, Philosophia, Computo y Astronomia, donde se conforma la Astrologia con la Medicina. Compuesto por Francisco Vicente de Tornamira, señor de Mora, natural de la ciudad de Tudela, del Reyno de Navarra. Con el Luzzario.., y con los Eclypses… con el pronostico dellos…Pamplona. Thomas Porralis Savoya. M.D.LXXXV, donde la similitud con nuestro autor es eviderite. Así, después de enumerar las artes liberales, Tornamira dice que el médico debe conocer todas ellas:
“(…) el Médico tiene necessidad de Granmatica para saber declarar y entender lo que lee (…) de Dialéctica para conocer las causas y entender la razón delas enfermedades para disputarlas, distinguiendo lo cierto delo incierto y curarlas. De la Rethorica, para diffinir con verdaderos argumentos lo que la sciencia trata; y razonar con orden y adorno della. De la Arithmetica, para entender los numeros de las horas, de los dias, de los augmentos y de los creticos y para las cantidades de lo que ordenan. De la Geometría, para saber las calidades de las regiones, y sitios de los lugares, y calidad de los Clymas y paralelos (…) De la Música para el compás del pulso y porque ay muchas dolencias que se curan con ella, como los mordidos de la Tarántula (…) Y finalmente de la Astrología, para saber el movimiento de los cielos y influencia de los Planetas y estrellas fixas, la mutación delos tiempos ideneos para saber aplicar sus medicinas y pronosticar el succeso de sus enfermedades”.
El capítulo VI de esta obra lo dedica especialmente a la relación entre Astrología y Medicina, así dice:
“Cap. vj. De la amistad que ay entre la Medicina y Astrología: y dela necessidad que tienen los Médicos de la Astrología.
Grandees la necessidad que la Medicina tiene de la Astrología para considerar las naturalezas, mouimientos y aspectos de las estrellas y poder certificadamente pronosticar el sucesso que ha de auer el día de la Crisis, entre la naturaleza y la Enfermedad que cada una procura de preualecer y saber los tiempos idóneos del pulgar y sangrar: lo qual confirma Hipócrates (…)”.
Como nuestro autor, también Tomamira se basa en la autoridad de los clásicos:
“De manera que qualquiere que uuiere leydo los libros de Hippócrates y Galeno, entenderá llanamente la necessidad que la medicina tiene de la Astrología: pues ellos lo confiessan. Porque se offrescen casos donde será muy dañoso al enfermo, visitarlo el médico, como lo dize Ptolomeo (…) que quando la séptima casa y su señor estuuieren ifortunados, se aparte el médico del enfermo, porque significa turbación en el doliente e ignorancia del enfermedad en el médico”.
Después de recomendar leer a Hipócrates a los que quieren contradecir sus doctrinas, da el siguiente consejo:
“De qualquier médico que ignorase la Astrología, nadie se confie en sus manos:
porque no es perfecto médico, sino como ciego que busca con el báculo el camino; y no meresce tener título de médico ni tampoco puede ser perfecto médico el que ignorare la Astrología. Con todo esto los médicos que carecen desta Sciencia y no alcangan sus secretos, no quieren creer esta authoridad por ser gente que no entiende los mesmos libros de Hippócrates, Galeno y Hermes (…) Apollonio conpara al Médico que no sabe Astrología, ala Phantasma que parece ser cuerpo viuo y es sombra viuificada de spiritos. Hipparco (…) lo compara al ojo que no está em potencia para exercitar su operación y acto. Galeno (…) dize que los Médicos que ignoran la Astrología son piores que salteadores y matadores, por no conocer los neccesarios requisitos ala Medicina”.






lunes, 6 de marzo de 2017

Dignidades y Debilidades de los planetas. Por María Blaquier.











Dignidades y debilidades de los planetas

Un planeta representa una función psíquica, y como tal conlleva un compromiso: Mercurio se compromete a comunicar, Venus se compromete a relacionarse, Júpiter se compromete a expandirse…
Sin embargo, los planetas nunca se presentan en estado puro, sino que lo hacen a través de su posición por signo y casa. Si bien Venus siempre busca el vínculo, es fácil darse cuenta de que Venus en Virgo no seduce ni crea vínculos del mismo modo que Venus en Acuario. O que un Venus en casa diez busca la armonía y las asociaciones en un ámbito distinto al de un Venus en casa tres.
Entonces podemos decir que la posición de un planeta por signo y casa lo adjetiva, le agrega matices, y a estas connotaciones se las llama dignidades y debilidades.
¿Que son las dignidades y debilidades? Las hay de dos tipos, las esenciales* y las accidentales. Empecemos por las primeras: entre un planeta y un signo puede haber simpatías o por el contrario discrepancias. Esto significa que, cuando un planeta está emplazado en un signo con el que está en conformidad, este se engrandece y tiene mayores posibilidades de prosperar. En cambio, cuando ocupa signos de naturaleza distinta o contraria a la propia, su fuerza mengua, decrece, y no es capaz de desplegar todo su potencial. De este modo, un planeta colocado en el signo mas parecido a su naturaleza, que sería el signo que rige, está en domicilio; en esa ubicación se encuentra a sus anchas y puede manifestarse en todo su esplendor, está dignificado. Si por el contrario está emplazado en el signo opuesto al de su regencia, se dice que está en detrimento y no es capaz de expresarse con toda su fuerza, se encuentra debilitado.
Vamos a un ejemplo: Marte, el planeta de la agresividad, tiene como función tomar iniciativas, competir, agredir, defenderse. Es el regente de Aries, por eso un Marte en Aries está en domicilio y tiene toda la fuerza para llevar adelante su función. Cuando aparece en el signo opuesto a Aries, Libra, está en detrimento y no puede expresar sus cualidades innatas debido a que Libra tiene que ver con la contemplación del otro y la diplomacia mas que con la acción y la confrontación. Esta paradoja entre la esencia del planeta y la naturaleza del signo lo entorpece y sabotea: Marte en Libra no puede llevar a cabo su función (por lo menos abiertamente), está atado de manos y pies, tiene que defenderse sin agredir, conseguir lo que quiere complaciendo al otro al mismo tiempo, emprender teniendo en cuenta todas las variables. En este caso no está garantizado que Marte logre su objetivo.

Además de la primera dignidad esencial, la de regencia y detrimento, hay una segunda: la de exaltación y caída. Hay signos en los cuales las cualidades de los planetas son mas exageradas y aumentan considerablemente en fuerza, en este caso el planeta está exaltado, dignificado. El signo opuesto al de exaltación se convierte en el de su caída, las influencias del planeta quedan disminuidas y está debilitado.
Siguiendo con el ejemplo de Marte, cuando este se encuentra en Capricornio se dice que está exaltado, ya que la naturaleza de Capricornio es la de lograr objetivos a través de la persistencia y el compromiso. Si combinamos la fuerza de Marte con la ambición y la disciplina de Capricornio, los logros pueden ser apabullantes, Marte se transforma en un “super planeta”. En cambio en el emotivo e introvertido signo de Cáncer, Marte está en caída (Cáncer es el opuesto a Capricornio) y debe arreglárselas para conseguir sus objetivos de manera solapada, sin mostrarse agresivo, lo cual lo lleva a aguantarse la bronca hasta explotar en arranques repentinos e inesperados que lo dejan mal parado. Además, como es un signo tan hogareño, tiende a gastar su energía dentro de ámbitos conocidos pero le cuesta muchísimo atreverse a explorar nuevos horizontes. El resultado es una actuación caprichosa, sujeta a sus cambiantes estados emocionales, sin la fuerza de tomar iniciativas; en otras palabras, una acción debilitada, en desventaja, en caída.


DIGNIDADES Y DEBILIDADES ESENCIALES

Domicilio: un planeta en el signo que rige, está en domicilio. Tiene dignidad. Detrimento: un planeta en el signo opuesto a aquel al que rige, está en detrimento. Tiene debilidad. Exaltación: cada planeta tiene un signo especial, aparte de aquel al que rige, con el que está en consonancia. Este es el signo de su exaltación y es una dignidad. Caída: si un planeta se halla en el signo opuesto a su exaltación, está en su caída. Es una debilidad.


esquema
 
Aparte de las dignidades y debilidades esenciales están las accidentales **, que refieren a la ubicación de un planeta en una casa determinada, a su movimiento directo y a su cercanía al sol.
Empecemos con la ubicación: para poder expresarse, un planeta necesita un escenario específico, que está representado por una de las doce casas: por ejemplo Júpiter tiene como función expandirse, si está en once lo hará a través de agrupaciones o amigos, si está en seis a través de su trabajo y labor cotidiana…
La casa astrológica entonces es un ámbito de acción, y un planeta puede tener toda la fuerza, pero si no tiene un escenario adecuado no va a poder expresarla tanto como le gustaría; del mismo modo en que uno puede tener un fabuloso auto de carrera pero va a poder aprovechar mejor su potencial si lo maneja sobre una autopista que si lo usa en un camino de tierra.

Algunos entornos son mejores que otros, y no todas las casas tiene la misma fuerza. Las casas angulares (uno, diez, siete y cuatro) se consideran las mas poderosas, ya que dan cuenta de los hechos mas distintivos en la vida de una persona: su personalidad (casa 1), su hogar (casa 4), su matrimonio (casa siete) y la profesión (casa diez). Las casa uno y la diez son las mas potentes y un planeta en este emplazamiento tiene enorme peso en la vida del individuo. Las casas sucedentes (once, cinco, dos y ocho) son predominantemente estabilizadoras, o sea que buscan darle una forma concreta y permanente a lo que se inició en las casas angulares. Siguen siendo fuertes pero menos que las angulares.
Por último, las casas cadentes (nueve, tres, seis y doce) no suponen acción como las angulares ni permanencia como las sucedentes, sino que tienen que ver con la adaptación a las circunstancias del entorno. Suelen dispersar mucha energía en e medio ambiente. Un planeta en dicho escenario se considera débil siendo las mas débiles la seis y la doce.
Aquí vale una excepción: según lso astrólogos medievales, la casa nueve, a pesar de ser cadente, es una casa fuerte debido a que es la del gozo del sol, incluso es mas fuerte que las casas ocho y dos, que son sucedentes.
También es importante tener en cuenta la regla de los 5 grados: un planeta ubicado a cinco grados de una casa angular se considera angular, o a cinco grados de una casa sucedente se considera sucedente, y a cinco grados de una casa cadente se considera cadente.

Para finalizar, y como parte de las dignidades y debilidades accidentales, es conveniente considerar si un planeta está retrógrado (o sea que su movimiento aparente a través del zodíaco, desde el punto de vista geocéntrico, es hacia atrás) o combusto (a una distancia de entre 17 segundos y 8 grados del sol). Estas dos circunstancias disminuyen su fuerza.
Pero así como la cercanía al sol es una debilidad, porque el sol ‘quema” al planeta, la cercanía extrema (menos de 17 segundos) es una dignidad, se dice de ese planeta que está cazimi, y su fuerza aumenta exponencialmente.


DIGNIDADES Y DEBILIDADES ACCIDENTALES

 


DIGNIDAD 
 estar ubicado en casas angulares 
 estar ubicado en casas cadentes 
estar ubicado en casas sucedentes (excepto la nueve)
 
 DEBILIDAD
 estar cazimi,  estar retrógrado, o combusto
 

*Los astrólogos medievales usaban 5 dignidades esenciales: regencia, exaltación, término, triplicidad y decanato. En este espacio me referiré solo a las dos primeras, las mas poderosas.

**clasificación de dignidades accidentales según el astrólogo medieval Bonatti, Liber Astronomiae






Una reflexión sobre el estudio de la Astrología Clásica.










El otro dia me comentaba un alumno que el hecho de aprender Astrología le hacía sentir un privilegiado.

Privilegiado en el sentido de que al conocer el ciclo que estás viviendo, puedes entender mejor tu realidad y actuar en consecuencia de un modo más cabal.

Solo por eso ya merece adentrarse en esa disciplina, si además decides dedicarte profesionalmente verás que recibes grandes satisfacciones, ya que es una tarea de servicio.

Eso si, nunca dejas de aprender y siempre te encuentras cosas nuevas.

Como en la vida misma.

Sefarad científica. La visión judía de la ciencia en la edad media: Ibn Ezra, Maimónides, Zacuto / Mariano Gómez Aranda

             https://www.researchgate.net/profile/Mariano-Gomez-Aranda-2/publication/39207410_Sefarad_cientifica_la_vision_judia_de_la_cien...