domingo, 22 de noviembre de 2015

Vamos a poner de moda la Astrología ?. Una reflexión en clave poética.









Pues como pasa que las modas son pasajeras, como ocurre con la enfermedad o la fortuna, yo creo que lo mejor será que  recuperemos a la Astrología de su ostracismo.

La Astrología está exiliada en un país lejano, el país de la ignominia, hace muchos años que cumple condena.

Pues eso, como os decía, las modas son pasajeras y la Astrología está por encima de modas porque no es algo pasajero, es algo que existe desde hace miles de años, pero ahora permanece oculta en un largo período de hibernación.

Estaba pensando en el interés que a mucha gente le suscita la moda, lo pasajero, lo efímero....sin duda sería un buen tema para un debate.

La Astrología evidentemente, no es algo efímero y a mi no me gustaría que se pusiera de moda.

Me gustaría que se rescatara de su exilio y se respetara su nombre.

Tenemos pues mucha tarea por delante el colectivo de gente que estamos en esa línea, que no se si llamarlos astrólogos o denominarlos filoastrósofos.

Pero bueno, el nombre ahora es lo de menos.





Siete consideraciones esclarecedoras sobre Astrología. Teoría del Conocimiento. Por Luís Sánchez.











http://www.astralis.es/articulos/LSanchez/LSanchez.htm




sábado, 21 de noviembre de 2015

Crónica de un debate ( en pro y contra de la Astrología ). Por Luciano Drusetta.








 

Crónica de un debate (en pro y contra de la astrología)

de Luciano Drusetta traducido al castellano por el Autorrevisado por: Gloria Guajardo

Artículo publicado en la revista astrológica de Ciro Discepolo “Ricerca '90” número 43 a partir de la página 52

Crónica de un debate (en pro y contra de la astrología)


De vez en cuando también en el Internet se vuelve a poner de moda el apasionante (pero a veces aburrido) debate sobre el tema: Astrología y Ciencia. Entre las afirmaciones que se pueden leer, no puede uno sino estar de acuerdo con ésta: los detractores de la astrología muy a menudo no tienen la humildad de intentar comprender qué es, de qué se ocupa y cómo funciona nuestra disciplina, y discutir con ellos es como hablarle a un muro. No me parece que ninguno de ellos haya nunca abierto un manual de astrología y/o haya aprendido a redactar un tema natal para averiguar su validez práctica. Es verdad que alguien sometió algunos horóscopos a pruebas definidas como "científicas", pero por lo general lo hicieron de mala fe recurriendo de buena gana, como lo dicen en la jerigonza de boxeo, a clamorosos "golpes bajo la cintura".
Me refiero por ejemplo al clásico caso (con el que hace años se pretendió haber "demolido" definitivamente a la astrología) de los cinco temas natales de otros tantos personajes famosos: los temas fueron enviados de manera anónima a cinco "conocidos" astrólogos para que los interpretaran. Los 25 informes resultantes fueron pues reenviados a los cinco personajes para que cada uno de ellos identificara cuáles eran los cinco informes que hablaban de él. Parecidos experimentos los vuelven a proponer de vez en cuando presuntos "defensores de la ciencia" hasta en los foros de discusiones virtuales de astrología en el Internet: pero el resultado no puede sino ser "científicamente" irrelevante, porque lo que altivamente definen como experimento científico tiene más aire de una mofa organizada para "timar" a los astrólogos más voluntariosos e ingenuos, que sin embargo evidencia dos aspectos que el astrólogo experto bien conoce y seguro no puede ignorar: es decir,

1) la dificultad que tiene el consultante en conocerse y reconocerse en todo lo que le va diciendo el astrólogo (excepto cuando luego cambia de opinión y admite que, en efecto, las cosas son tal y como las vemos nosotros a partir de su tema natal!) y
2) la dificultad que tiene el astrólogo en pintar un cuadro globalmente lógico, coherente y verosímil a partir de una miríada de pormenores sueltos (fase que los principiantes hallan particularmente difícil y que se revela delicada también para los más expertos).


Por cierto, el mentado "experimento" no somete a ninguna prueba los engranajes más profundos, los supuestos más elementales de nuestra disciplina. 
Con las personas que demuestran haber ya tomado partido y sólo quieren ponernos trampas insidiosas, seguramente no vale la pena discutir. Pero una ulterior reflexión sobre estos temas puede servir a los que, al ocuparse de astrología y conocer bien sus mecanismos y sus límites, también se plantean el problema de cómo y porqué ella funcione, y si nuestra disciplina se puede o no considerar "ciencia". Pero para hacerlo, tenemos que entender también qué es esta ciencia bendita y porqué hoy goza de una indiscutida autoridad. También deberíamos preguntarnos si dicha autoridad está o no justificada por los hechos. Es preciso entonces relacionarse tanto con la ciencia como con la astrología con espíritu crítico y aproche epistemológico (que es lo que quería sugerir el título que le di a mi artículo anterior sobre este tema: Para una epistemología aplicada a la astrología).


¿La astrología es una ciencia? Esta pregunta es difícil de contestar cuando no estamos de acuerdo ni siquiera sobre la definición de ciencia. Muchos concuerdan en hablar de dos "tipos" de ciencias: las "duras" o exactas (matemática, química, física, astronomía...) y las "blandas" o no exactas (medicina, psicología, sociología, meteorología...): no obstante, exactas o no, se trataría en ambos casos de ciencias reguladas, con el sello, carácter o poder de autoridad y de eficacia que esto supone. Las ciencias exactas describen leyes puntuales que sirven de base para reproducir un determinado fenómeno en laboratorio y prever su efecto constante en la naturaleza; las no exactas describen acontecimientos complejos basado en modelos teóricos que se adaptan más o menos bien a la realidad (a lo mejor descuidando algún elemento considerado poco relevante) y permiten hacer previsiones gracias a complejas operaciones de simulación (por lo general efectuadas a través de poderosos ordenadores o programas de cómputo). Los escépticos suelen subrayar las previsiones fracasadas de los astrólogos, sin embargo nosotros queremos subrayar que hasta las previsiones de las ciencias no exactas son, a veces, poco más que pronósticos fracasados: como la aproximación de la meteorología, que prevé un día soleado en una determinada zona en la que después se registra la más violenta granizada del último decenio...
La astrología se basa en supuestos teóricos y prácticos que, en mi modestísima opinión, se pueden definir como "científicos". Me refiero a todo lo que sirve para calcular, redactar y dibujar un horóscopo: las nociones de geografía astronómica, los cálculos trigonométricos de domificación y el empleo de efemérides exactas, que difieren de las efemérides astronómicas tan sólo por utilizar otros puntos de referencia. Sin embargo, la fase sucesiva a la redacción, es decir la interpretación de la carta astral, generalmente se desprecia por no ser lo bastante (o muy poco, o nada) científica. ¿Por qué tanto escepticismo? Entre las razones que uno puede encontrar, destacan las argumentaciones "ingenuas" que tratan de explicar que la ciencia es un método de conocimiento superior a los demás, porque supone lo siguiente:

a) la existencia de un mundo real exterior e independiente del observador
b) que el funcionamiento de este mundo sea constante en el tiempo y que los fenómenos sean reproducibles, y
c) que todo acontecimiento tiene su causa (principio de causa-efecto).


Algún escéptico con ganas de polemizar añade que los mentados tres puntos suponen "serios problemas" para la astrología. Pero ellos olvidan que estos mismos postulados suponen serios problemas también para la ciencia misma, ya que abren la puerta a una secuela de problemáticas que no son fáciles de solucionar. Veamos algunas.


Punto a): la observación directa del mundo exterior y su interpretación por parte del ser humano supone límites enormes y no siempre es posible. El que afirma que gracias a la ciencia "sabemos qué acontece en el interior del Sol, a aproximadamente 150 millones de Km. de aquí", parece ignorar que si lo sabemos (o creemos saberlo) seguro que no es por observación o medida directa. ¿Cuál termómetro puede medir las temperaturas de nuestra estrella? Ninguno: las deducimos, basados en una serie compleja de supuestos científicos, que desde luego consideramos valederos e indiscutibles. ¿Cómo sabemos cómo era el mundo en la época devoniana? No lo sabemos: tan sólo podemos intuirlo, basado en los fósiles que recopilamos excavando en rocas, las cuales, basados en nuestros actuales conocimientos de geología, consideramos pertenecientes a aquella determinada época. Y ¿cómo vemos que el universo se está dilatando? No lo vemos: lo deducimos del hecho que la mayor parte de las galaxias, observadas a través de lentes prismáticas, muestra un fuerte "desplazamiento hacia el rojo", lo que interpretamos como efecto Doppler y lo explicamos como alejamiento de la fuente luminosa del observador. Algunas de estas premisas teóricas se basan seguramente en observaciones directas (que podrían ser falaces, pero esto nos llevaría a un discurso que preferimos desarrollar otra vez) pero muchas de ellas proceden a su vez de supuestos teóricos, en un madeja lógica que difícilmente conseguiríamos desenredar en pocas palabras.
En cuanto a la astrología y la observación, ya he expresado mi escepticismo sobre la teoría imperante según la cual la astrología nace del espíritu de observación de los pastores de cabras caldeos o babilonios, quienes por primera vez notaron una cierta correspondencia entre la temporada del año en el que uno nace y su carácter. En la época en la que los dictámenes astrológicos básicos fueron presumiblemente codificados, a nadie se le ocurría por cierto observar la realidad con ojo "galileano": en este sentido excluiría que la astrología nació de una serie de observaciones y pruebas prácticas, posteriormente organizadas en teoría. En realidad el origen de la astrología está envuelto en el mismo misterio que envuelve al origen de muchas otras actividades y conocimientos típicamente humanos (el idioma, la cocina, la crianza, el arte, la religión), de las que sólo podemos hacer conjeturas, puesto que la teoría evolucionista que impera actualmente no nos las explica de manera exhaustiva. Imagino que la astróloga italiana Lisa Morpurgo (de la que no soy seguidor) haya comprendido este hecho, al elaborar hipótesis sobre el origen extraterrestre del concepto de zodíaco.


Punto b): no todos los fenómenos son reproducibles, pero no por ello la ciencia evita ocuparse de ellos. Tormentas, tornados y terremotos son imposibles de repetir a nuestro gusto ni en la naturaleza ni en laboratorio: a lo mejor podemos hacer simulaciones y modelos teóricos de ellos; y sin embargo las disciplinas que se ocupan de ellos las definimos como ciencias. También el estudio galileano de la evolución biológica de la especie es imposible, porque ella se realizaría en tiempos demasiado largos para el ser humano. Pero intentamos reproducirla en laboratorio, bombardeando con radios X innumerables generaciones de Drosófilas (mosquitas de la fruta) para inducir aquellas mutaciones genéticas que, en la naturaleza, dentro de unas cuantas generaciones deberían llevar, según dicen los evolucionistas, al nacimiento de nuevas especies. Las mosquitas tienen ritmos reproductivos tan impresionantes que en pocos años pueden generar un número de progenie equivalente a las procreadas en millones de años por las especies que se reproducen con menor frecuencia. No obstante ni siquiera con tal "evolución inducida" consiguieron crear una nueva especie de mosquitas, sino enteras generaciones de Drosófilas deformes y estériles, o cuya prole vuelve "mágicamente" normal la generación sucesiva. También el hecho de hacer brotar la vida en la tierra es un acontecimiento no repetible que muchas veces intentaron reproducir en laboratorio, consiguiendo solamente que se fundieran algunas cadenas de aminoácidos y de proteínas. Pero crear la vida a partir de la materia inanimada en un laboratorio, nadie lo ha logrado todavía... y no por este hecho a los científicos que se ocupan de eso los denigran.
¿Los fenómenos astrológicos son repetibles? Algunos sí, otros no. Cuando se trata de averiguar los dictámenes astrológicos que se refieren a los planetas rápidos, no hay problemas: tenemos miles de ejemplos sobre los que podemos hacer amplios estudios estadísticos. Pero si queremos averiguar el sentido de los planetas lentos, las cosas son diferentes. En su artículo titulado “Alle sorgenti dell’evoluzionismo(A las raíces del evolucionismo), Fabrizio Cecchetti escribe: “Cada pasaje de Urano en Acuario tiende a poner en evidencia las pruebas o los indicios de que todo evoluciona y se transforma. Se trata de una afirmación que, por sus intrínsecas características (la presencia del verbo "tender" y la falta de ejemplos concretos como soporte) aparece difícilmente falseable y que por lo tanto llamaría "poco científica". Para comprobar tal afirmación, el Autor hubiera tenido que mostrar al menos dos o tres ejemplos concretos de pasajes de Urano en Acuario en diferentes épocas históricas.


Punto c): el principio de causa-efecto es seguramente el que más impera hoy día, pero se encalla de frente a la paradoja epistemológico-filosófica de la "causa no causada". Si afirmo que todo tiene su causa, tarde o temprano debo indicar una causa inicial, el principio de todo, un factor que no sea causado por nada. El evolucionismo se basa en la misma lógica: los mamíferos han evolucionados de los reptiles; los reptiles de los anfibios; los anfibios de los peces; los peces de los invertebrados; los invertebrados de los monocelulares; los monocelulares de cadenas de aminoácidos; los aminoácidos de proteínas simples... Pero ¿hasta qué punto se puede llevar atrás la cadena evolutiva? A nivel cósmico, se hacen hipótesis sobre un sistema solar que ha evolucionado de una nube cósmica, la cual ha evolucionado de... pero ¿de qué diablos? Si todo ha evolucionado de algo anterior y (¿quién sabe por qué?) más primitivo, habrá pues algo absolutamente primordial, pobre, esencial, que haya evolucionado... de la nada!

En efecto, la ciencia ha hecho hipótesis sobre el Big Bang, teoría excitante pero que tiene un gran límite. El escéptico anti-astrología afirma, en efecto, que la ciencia no se debe limitar a describir, sino que también nos tiene que explicar al mundo; el porqué de las cosas, para así contribuir al desarrollo y al bienestar de la humanidad. Sin embargo, esta visión no corresponde a la triste realidad. La teoría del Big Bang no nos explica por qué la materia primordial haya tenido "necesidad" de estallar, en vez de mantenerse en el estado de equilibrio en el que, se supone, hubiera tenido que hallarse. El evolucionismo no nos explica por qué algunas especies han "tenido" que evolucionar para sobrevivir, mientras otras tantas (los insectos, los tiburones, algunos reptiles, las medusas) han permanecido sin cambiar hasta nuestros días.
Existen además bastante ciencias puramente descriptivas, como la anatomía y la clasificación comparativa de tipo linneano; gracias a ellas sabemos por ejemplo cuáles son las diferencias entre los estrígidos y los falcónidos, pero nada nos dicen (porque claramente no cabe en sus finalidades) sobre el porqué existe tal variedad de órganos y organismos. No por eso la comunidad científica se ríe de la clasificación de los seres vivientes tachándola de inútil.


¿La astrología se limita con describir una determinada realidad o también nos ayuda a explicarla? Depende. Existe seguramente una astrología práctica, aplicada, la que demuestra funcionar. Quien se ocupa de ella puede tranquilamente evitar de ponerse el problema del cómo y del porqué ella funciona. Ciro Discepolo, hace tiempo, en un mensaje al Forum de Astrología italiana de Internet, se definió un "radiotécnico" que sabe cómo ajustar las radios pero no puede hacerlo con los expertos cuando discuten de las características más recónditas de las ondas hertzianas. El ejemplo es bueno, aunque me parece que Discepolo, quien es uno de los mayores astrólogos italianos, demuestre excesiva modestia. Imagino que todo el mundo que se ocupa de astrología se haya preguntado tarde o temprano por qué funciona, y que también haya encontrado su respuesta personal.


¿La astrología se basa o no en el principio de causa-efecto? A mí me parece que no, como inútil me parece intentar explicar cómo y porqué los planetas o las constelaciones "influencien" el carácter y/o el destino de uno: quizás no hay ninguna influencia de ningún tipo. Aunque el astrólogo utiliza afirmaciones como: "Nicolás está hecho de tal manera porque tiene la luna en Piscis", en realidad sabemos que las cosas no hay que ponerlas así. Nicolás no está hecho así porque tiene la luna en Piscis; pero seguramente la luna en Piscis nos enseña que Nicolás está hecho así. Es un poco como el letrero que en la carretera nos advierte de un cruce: el cruce existe, pero no porque hay el letrero que nos lo indica. Sabemos que si las agujas de nuestro reloj están sobre el número 12, es mediodía (o medianoche): pero ciertamente no es mediodía porque las agujas se encuentran posicionadas de tal manera. Como los letreros o la posición de las agujas, así las combinaciones de planetas, luminares, signos y casas nos entregan indicaciones útiles sobre la vida y el carácter de las personas, pero no por eso son la causa de ello.


Volvemos a hablar de falsificacionismo: un aproche epistemológico según el cual no se puede probar la absoluta validez de una tesis, sino tan sólo su falsedad. Aunque sea una tentativa de superar los límites del inductivismo "ingenuo", también el aproche falsificacionista se basa en alguna medida en los mismos supuestos. Por ejemplo la repetición del fenómeno y su observación directa. El propugnador del falsificacionismo, Popper, afirmaba que basta una sola prueba contraria para que una determinada hipótesis sea refutada (negada). Aunque se trate de Popper, también en este caso la realidad es levemente diferente. Los defensores de una teoría pueden considerar (y con razón) una sola prueba contraria como un error, una equivocación, un malentendido que falsifica la teoría "sólo en apariencia". La verdad de una teoría, dicen, también puede depender del nivel de tecnología alcanzado, y lo que hoy nos parece absurdo, mañana podría hacerse aceptable. Supongamos que yo apriete en mi mano dos objetos pesados y que los deje caer, volcando las manos de repente. Supongamos ahora, por absurdo que parezca, que los dos objetos no se caigan hacia abajo, como todo el mundo se espera, sino que se queden suspendidos flotando en el aire. ¿Con eso he demostrado que la fuerza de gravedad no existe? Claro que no, diría la persona de seso: a lo mejor he demostrado ser un buen prestidigitador. Y los escépticos me desafiarán a que vuelva a repetir el acto en un laboratorio, en condiciones de control "científico" y a su mando, o sea todas las veces que ellos consideren necesario. Un solo acontecimiento "contrario" no será de ninguna manera aceptado como "prueba falsificante" de una teoría que, en mil otras ocasiones, haya demostrado funcionar óptimamente. Y, claro está, es justo que así sea.


Cada vez que en el Internet (o por la televisión, la radio, los periódicos o en el bar...) surgen polémicas entre escépticos y astrólogos, se repiten los conceptos de los cuales hemos buscado demostrar aquí los límites: que la ciencia es un método de conocimiento mejor que los demás, que sometamos los horóscopos a una verificación, que la astrología no es una ciencia exacta...
Yo personalmente nunca afirmé que la astrología sea una ciencia. Digo sólo que a ella nos podemos acercar con un aproche de tipo epistemológico. Me parece lo más correcto que podemos hacer, o mejor dicho: la única cosa justa que debemos hacer si de verdad queremos colocar a la astrología en la dimensión cultural que le pertenece, sin complejos ni de inferioridad ni de superioridad con respeto a quien sea.
Además creo haber evidenciado que hasta el aproche de los escépticos que mentan a Galileo (y son los inductivistas "ingenuos") y a Popper (y son los falsificacionistas) supone unos límites notables: y en efecto, ambos aproches han sido superados por otros epistemólogos, entre los cuales yo mencionaría primero a Thomas Kuhn con sus "paradigmas". De los que, si Dios quiere, volveremos a hablar en otra ocasión.


 https://sites.google.com/site/lucianodrusetta/Home/servizi-astrologici/espanol/crnica-de-un-debate




viernes, 20 de noviembre de 2015

Astrólogos versus Psicólogos. Una reflexión.









Llevo ya días con esta idea en la cabeza y no me había puesto a desarrollarla.

Resulta que hacer un tratamiento psicológico conlleva hacer unas cuantas sesiones y un considerable costo económico.

El psicólogo te escucha y tu vas vaciándote de aquello que te preocupa y te hace daño......si ve que necesitas medicación te remite al psiquiatra.

Cuando vas al astrólogo, este te dice la cualidad de tiempo que estás viviendo y las areas de la vida que están afectadas.

Solo tienes que ir una vez porque la brújula de la Astrología te ha indicado por donde sopla el viento y a partir de ahí tu ya obras en consecuencia.

Al astrólogo no hace falta que le digas nada si no quieres, aunque lo normal es que le  preguntes sobre lo que te preocupa.

Al astrólogo con que vayas una vez al año y le pidas la Revolución solar es suficiente, o le puedes pedir una carta horaria sobre un tema puntual también.

A considerar pues si la tarea del astrólogo es útil o no en este mundo de locos en que vivimos.

A mi me parece que si.




jueves, 19 de noviembre de 2015

Elecciones en España, 20.12. 2015.










Voy a contrastar como está el cielo de los cuatro candidatos principales con las Direcciones primarias de cada uno.

Sin profundizar con otras técnicas eso indicaría quién tiene más posibilidades a priori, no obstante no puedo asegurar que las cuatro cartas estén bien rectificadas pués me han llegado por distintas fuentes y yo no las he rectificado.

Son los temas de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera..

Empezamos por el de Mariano Rajoy.








Mariano Rajoy lo tiene francamente mal, la Luna que rige su Ascendente y que representa al pueblo , está en cuadratura al Ascendente de Direcciónes primarias.

Tiene también a Neptuno de Direcciones primarias, opuesto al Ascendente, además de otras Direcciones primarias poco halagüeñas tal como indico en el gráfico.


Veamos a Pedro Sánchez.






En las Primarias de Pedro Sánchez,´tenemos al Ascendente de primarias en el Término de Marte, haciendo cuadratura a Plutón.

Marte está presente en casa I y en exilio en su rádix, o sea que Pedro Sánchez parece que no tendrá protagonismo electoral.


Veamos el tema de Pablo Iglesias.







El tema de Pablo Iglesias tiene muy buena pinta, el Ascendente de Primarias se encuentra en Término de Mercurio y en conjunción a Marte.

Marte es co regente de su Ascendente del rádix y está en Domicilio, con lo cual el cielo está muy favorable para él

La otra Primaria significativa es la del Sol sobre Venus, que es regente de su Ascendente, pero el Venus de su rádix está en exilio.


Para finalizar veremos la carta de Albert Rivera.





Albert Rivera parece a primera vista el que tiene al cielo de cara y se va a llevar el gato al agua, pues el Ascendente de Primarias está en Término de Júpiter , y Júpiter aspecta por Trígono.

Además Júpiter rige su Ascendente en el rádix.

También tenemos a Júpiter de Primarias sobre el Parte de la Fortuna y sobre Plutón, lo cual sería determinante si Júpiter estuviera en buen estado cósmico.

Pero no es así, Albert tiene a Júpiter en exilio en el rádix y creo que eso será determinante a la hora de NO ganar las elecciones.

Las Direcciones Primarias están calculadas para el día 20.12. 2015 para todos los candidatos y el que lo tiene mejor para ganar las elecciones según este pequeño análisis es Pablo Iglesias.


Ya veremos como queda la cosa...



miércoles, 18 de noviembre de 2015

Sinastría : La carta astral de pareja.





Sinastría: La Carta Astral de pareja.


En una carta astral individual se pueden observar y analizar los arquetipos planetarios que representan las diferentes facetas, características y tendencias psicológicas de una persona. Resulta muy interesante tener una lectura astrológica para comprobar directamente la validez, la profundidad y la objetividad con la que las posiciones planetarias del nacimiento, reflejan fielmente las características de la personalidad consciente e inconsciente. La lectura astrológica favorece un espacio en el que el alma de una persona se puede abrir y desplegar, para poder reconocerse y comprenderse mejor en sus necesidades más íntimas y verdaderas.

A partir de las posiciones físicas exactas de los planetas en el momento del nacimiento, se pueden aplicar diferentes técnicas para arrojar mucha luz sobre las vivencias más importantes que el ser humano tiene a lo largo de su vida. Una de ellas, normalmente poco conocida, es la Sinastría. Esta es una técnica que consiste en analizar el intercambio de las posiciones planetarias y los contactos energéticos que se establecen entre las cartas astrales de dos personas. Esto adquiere un especial significado y un gran valor a la hora de poder comprender en profundidad una relación de pareja.

Para un gran número de personas, las relaciones amorosas se convierten en las experiencias más importantes que les toca vivir a lo largo de su trayectoria vital. Muchas veces vividas con obsesión y con delirio, hasta el punto de convertirse en experiencias cumbre, por el grado de pasión y deseo con el que se pueden llegar a experimentar. Por ello, es muy importante para cualquier persona, el poder entender bien su significado a nivel psicológico, además de su importancia dentro del marco evolutivo de nuestra alma en su evolución espiritual.

Lo habitual es que necesitemos vivir la experiencia de enamorarnos y de estar emparejados, poniendo muchas esperanzas y expectativas emocionales en la relación, lo reconozcamos abiertamente o no. Las personas que huyen de las relaciones o que se resisten a establecer vínculos afectivos, suelen estar condicionadas por miedos que tienen su origen en infancias problemáticas o disfuncionales.

El enamoramiento es normal y necesario para sentir el impulso que nos lleva a adentrarnos en la intimidad y la complejidad que supone implicarse emocionalmente con otra persona. Al principio, nos enamoramos de todo el bello potencial que tiene el otro, generándose una atracción y fascinación irresistible que nos lleva a desear profundamente alimentar y mantener el vínculo. Esto forma parte de nuestra naturaleza, además de que es esencial para que se establezca una relación que tenga cierta duración. A esta primera etapa idílica, se sucede otra en la que poco a poco se van revelando otras características que al principio parecían no estar presentes. Esto es el indicio de que, bajo las cualidades que brillaron en la etapa del enamoramiento, hay otras de naturaleza más compleja y problemática, que han de aceptarse, abordarse y comprenderse, si se quiere evitar una decepción que con mucha probabilidad, podría desembocar en ruptura.

En una Sinastría se puede ver el nivel de sintonía por la cantidad de contactos que hay entre una carta astral y otra; tienen que darse un mínimo de contactos planetarios para que dos personas se sientan lo suficientemente atraídas como para desear conocerse. Si entre dos personas no hay contactos, no se produce la atracción, o sencillamente ni se ven.

En la Sinastría también se puede observar el tipo de atracción que se produce, según la naturaleza de los contactos; si son tensos o fluidos. Con la abundancia de contactos suaves y fluidos se da una relación ágape, y con la abundancia de contactos tensos, se genera una relación erótica. Las relaciones ágape se caracterizan por el fácil acoplamiento energético entre las dos personas, esto quiere decir que los contactos planetarios entre uno y otro, son suaves y armoniosos; ambos se estimulan mutuamente y se sienten muy cómodos en compañía. Esto favorece una relación suave y tranquila, en la que es fácil comprenderse y comunicarse.

Por otro lado, una relación erótica se caracteriza por un difícil acoplamiento energético entre dos personas. Los planetas de uno están en tensión con los planetas del otro, generándose desacuerdos, exigencias y falta de entendimiento. Esto suele generar mucho sufrimiento, acusaciones mutuas, luchas de poder y una decepción que genera la sensación de haberse equivocado de persona. Lógicamente, esto no se suele percibir al principio, pues de lo contrario nadie se enredaría en una relación de este tipo.

Es raro encontrar una relación totalmente ágape o totalmente erótica, suele haber un equilibrio entre las dos, o bien la tendencia hacia uno de los extremos. Una relación equilibrada es la que tiene una combinación de ambas, pues cuenta con el buen entendimiento y la comunicación necesaria, para poder abordar y enfrentar la parte más difícil y complicada. Esto puede favorecer que la relación pueda mantenerse por un cauce llevadero y tolerable, a través del cual, la relación puede evolucionar.

Una relación con tendencia marcadamente ágape se caracteriza por la facilidad y la buena sintonía que prima durante la mayor parte del tiempo. Suelen ser relaciones armoniosas y tranquilas, aunque también carentes de cierta dosis de estímulo que empuje hacia el auto-conocimiento y el crecimiento. Sobre todo, si hay pocos o ningún contacto tenso que estimule a ello. Este tipo de relaciones suelen empezar poco a poco, partiendo de una buena amistad y se basan habitualmente en el compañerismo. Evidentemente, las personas que ya tienen un nivel alto de evolución y comprensión de sí mismas, tienden a establecer relaciones ágape, incluso si hay contactos tensos entre las cartas de ambos, pues tienen la capacidad de aprovecharlos para crecer y superarse a sí mismos sin grandes tensiones.

En el otro extremo tenemos la relación marcadamente erótica, la cual se suele caracterizar por el gran nivel de tensión y luchas que priman la mayor parte del tiempo. Si hay falta de contactos planetarios armoniosos, es muy difícil el entendimiento, la tolerancia y la comprensión mutua, por lo que suele haber mucho sufrimiento. Suelen empezar con enamoramientos apasionados y terminar en rupturas complicadas y dramáticas. La dinámica habitual es; no puedo vivir contigo ni sin ti. Las relaciones extremadamente eróticas son habituales en las personas que se conocen poco a sí mismas, por lo que tienen una gran carencia de recursos internos para gestionar los conflictos.

Todas las relaciones tienen su importancia y significado para las personas que las establecen, por lo que ninguna relación es clasificable como positiva o negativa. Si dos personas se enamoran y se implican en una relación marcadamente erótica, es porque necesitan ese tipo de dinámica para vivir y experimentar el estímulo necesario que les lleve a emprender un camino de auto-cuestionamiento y conocimiento interno. Paradójicamente, una relación muy erótica se puede convertir en una gran oportunidad para crecer, psicológica y espiritualmente. Aunque esto sólo es posible si hay un mínimo nivel de humildad, el necesario para auto-cuestionarse e iniciar un proceso de conocimiento de sí mismos. O bien, para buscar la ayuda de un profesional que les proporcione la orientación que necesitan para comprender las dinámicas inconscientes que subyacen en su relación.

A veces, las relaciones llegan a un punto de estancamiento, en el que la evolución se hace muy lenta y dificultosa. Son relaciones que parecen estar agonizando, por lo que las parejas entran en un estado de indiferencia, adaptación y resignación. Muchas veces mantenidas por ataduras de tipo económico o familiar, o ambas cosas a la vez. A veces también por miedo a la soledad, por creencias, condicionamientos sociales, o sencillamente por desgana de empezar de nuevo.

La Sinastría ofrece una profunda información sobre la dinámica psicológica de una relación. A través de su análisis, las dos personas pueden tomar conciencia de los puntos de afinidad y de tensión que confluyen entre los dos. Los cuales pueden manifestarse de forma inmediata, o aparecer progresivamente con el tiempo.

Abordar este trabajo de análisis con un profesional imparcial y objetivo, puede ser de gran utilidad para comprender las pautas inconscientes de tensión que están detrás de los conflictos. La Sinastría revela los puntos fuertes de afinidad y los aspectos que cada uno necesita cambiar o mejorar para superar las dificultades y para dinamizar la relación de una forma positiva. La mayoría de las veces, esto consiste simplemente en aflojar el nivel de exigencia, comprendiendo las necesidades del otro, que por ser diferentes no implica que sean malas o negativas. En esencia, es un trabajo de aceptación y reconocimiento de uno mismo y del otro.

La Sinastría no muestra el destino de una relación, sino su potencial de crecimiento para las dos personas implicadas, aunque algunas, astrológicamente se revelen como complicadas y difíciles de sostener. Una relación puede estar kármicamente predeterminada en el plano espiritual, también puede darse una sincronicidad asombrosa en el encuentro y la forma de conocerse, pero nunca está destinada a evolucionar en un sentido o en otro, o a tener una larga o corta duración. Eso depende de la capacidad y la disposición a crecer de cada uno.

Siempre elegimos y tomamos libremente nuestras propias decisiones; podemos comprometernos con nosotros mismos y con el otro en una búsqueda de crecimiento y comprensión, llegando hasta el punto que consideremos adecuado. O por el contrario, podemos acusar y culpar al otro de nuestra infelicidad, rompiendo la relación con dolor y resentimiento. Esta segunda opción también conlleva implícito un seguro; volver a enamorarse de alguien con quien se deberá retomar el trabajo que quedó pendiente en la relación anterior. Como siempre en la vida, tenemos dos caminos a seguir; el de la postergación, o el de la toma de conciencia que nos libere de la rueda de la repetición y el sufrimiento.

En las relaciones amorosas subyace una de las mayores oportunidades que tiene el ser humano para crecer y tomar conciencia de sí mismo. Esto se puede ver reflejado simbólicamente en el orden de sucesión de los signos zodiacales. Libra, el signo que representa la experiencia de la relación y el intercambio, está seguido por Escorpio, signo que rige el encuentro con el mundo inconsciente a través de las crisis, con el objetivo de estimular un proceso de transformación. Y después le sucede Sagitario, el cual está asociado con las inquietudes espirituales, la apertura de la conciencia y el descubrimiento de nuestra naturaleza superior.

La Astrología tiene sus bases de interpretación en la mitología griega. Los planetas de nuestro sistema solar llevan los nombres de antiguos dioses que interpretaron sucesos e historias extraordinarias, las cuales nos pueden abrir profundas vías de reflexión en el plano arquetípico y psicológico. Uno de aquellos antiguos mitos refleja simbólicamente algo de gran importancia asociado a las relaciones amorosas. Es una historia protagonizada por Saturno, Urano y Venus.

Cuenta el mito que Urano, el dios de los cielos nocturnos, descendía todas las noches a inseminar a Gea, diosa de la tierra. Cuando esta paría a los hijos de ambos, Urano quedaba horrorizado ante la naturaleza terrestre de su progenie, por lo que los volvía a enterrar en el seno de su madre. Estos hijos, llamados titanes quedaban encerrados en el Tartaro; el reino de la oscuridad. Gea, harta de este ciclo de engendramientos, partos y pérdida de sus hijos, convocó a estos para que la vengaran de su padre. Sólo uno de ellos se mostró dispuesto a cumplir con sus deseos, el menor de todos ellos; Saturno. Armado con una hoz de pedernal, esperó a que Urano descendiese de nuevo a la tierra para castrarlo. Al consumar esta acción, cuenta el mito, que los genitales cayeron al mar, generándose una espuma de la que nació Venus, la diosa del amor.

Urano representa nuestra parte abierta, innovadora, creativa, inventiva e independiente, esa parte nosotros que está receptiva al despertar de la conciencia que nos ayuda a cambiar, crecer y evolucionar. Saturno simboliza el otro extremo de nuestra naturaleza, o sea, la parte más inhibida, tradicional, rígida y temerosa. Venus es el arquetipo del Amor, que a nivel psicológico representa el impulso interno que nos lleva a establecer relaciones afectivas y a necesitar el vínculo emocional con otras personas.

La interpretación del mito resulta muy interesante y reveladora, mostrándonos una enseñanza muy útil; nuestra parte más terrestre, temerosa y tradicional, por su naturaleza conservadora tiende a castrar nuestros impulsos evolutivos de apertura, búsqueda y cambio. Sin embargo, esta lucha interna también genera en nosotros el nacimiento de una necesidad: el deseo de relacionarnos con otras personas para salir del aislamiento, conocernos a nosotros mismos y crecer interiormente. Y es a través de las relaciones, donde tenemos la oportunidad de poder reconcilar nuestras contradicciones internas.

Esta es la esencia de la Sinastría; todas las relaciones que implican una vinculación afectiva, independientemente de su naturaleza más o menos complicada, conllevan una gran oportunidad para el autoconocimiento, la maduración y la evolución psicológica. A Venus se la suele representar desnuda, mirándose en un espejo con actitud sensual. En este símbolo hay contenida una gran verdad espiritual: las personas que deseamos y atraemos a nuestras vidas, en realidad son espejos en los cuales tenemos la oportunidad de vernos reflejados. Tanto en lo que nos atrae, como en lo que no nos gusta.

"La felicidad y la armonía, son proporcionales a la tolerancia y la aceptación con las que enfrentamos las situaciones que la vida nos trae."



http://viaestelar.blogspot.com.es/p/las-relaciones-amorosas.html
 
 
 
 
 

martes, 17 de noviembre de 2015

Omar Ismael Mostefai, un terrorista.






 
Hoy vamos a ver la carta natal de uno de los terroristas que se auto inmolaron en el atentado de París del día 14.11.2015.

Se trata de Omar Ismael Mostefai, nacido el 21.11.1985, en Courcouronnes ( Francia ), a las 14.05 h


Información de Didier Gestain a través de Jorge Mele y publicado en el grupo de Facebook " Apuntes astrológicos " dirigido por el colega Fernando Luís Ortiz.


Veamos su tema natal en sinastría a las Direcciones primarias.







Tenemos a su Ascendente de Primarias en el Término de Mercurio, recien entrado, y ese Ascendente hace oposición a Plutón en casa VIII, que además es el regente moderno de Escorpio, donde está la cúspide de casa VIII.

En el rádix, Mercurio está en exilio y en casa IX, la casa de las ideologías.


Veamos los Tránsitos del día en sinastría a su rádix.






La carta de Tránsitos, espectacular  :

Neptuno de Tránsito sobre su Ascendente,  Neptuno que viene de casa X y Capricornio, indica  el estado de confusión que está viviendo.

Urano de Tránsito opuesto a Marte en exilio, Marte regente de su casa VIII.


Saturno de Tránsito en cuadratura al Ascendente,  acaba de completar su primer ciclo y cuadra al Ascendente desde casa IX y Sagitario, ....de nuevo se manifiesta el dogmatismo y el miedo.


Para finalizar veremos una carta triple con natal, RS y Profección de 30º por año.





En esta carta triple tenemos a la casa VIII de RS con cinco planetas, sobre la casa VIII y IX del rádix

La casa VIII de Profección, en oposición a la casa VIII del rádix, o sea en el mismo eje.

Cúspide de casa VII de Profección sobre Ascendente del rádix.





Sefarad científica. La visión judía de la ciencia en la edad media: Ibn Ezra, Maimónides, Zacuto / Mariano Gómez Aranda

             https://www.researchgate.net/profile/Mariano-Gomez-Aranda-2/publication/39207410_Sefarad_cientifica_la_vision_judia_de_la_cien...