viernes, 12 de junio de 2015
La Profección de 30 º por año para Cristina de Borbón.
http://www.publico.es/politica/casa-real-ridiculo-infanta-renuncio.html
http://www.publico.es/politica/cristina-distribuye-carta-manuscrita-demostrar.html
Mañana día 13.06.2015 es el cumpleaños de Cristina de Borbón.
Cuelgo una carta triple donde el rádix está en el centro, la RS de 2015 en el medio, y la Profección de 30 º por año en el exterior.
Es curioso como la Profección de 30 º por año está reflejando la problemática de Cristina con su hermano el rey Felipe VI.
Tenemos que el Ascendente de la Profección se ubica sobre la casa III del rádix, los hermanos, mientras que Saturno de RS se coloca sobre Neptuno en casa III del rádix, indicando confusiones y bloqueo con el hermano.
Por otro lado Saturno de Profección también hace oposición a Neptuno del rádix y a Saturno de la RS .
Esta es la puesta en escena de los astros en la carta de Cristina de Borbón.
Las Constelaciones familiares. Por María Elena Nuñez.
jueves, 11 de junio de 2015
Los guardianes de la ortodoxia, no descansan.
Aparece de vez en cuando en prensa alguna que otra noticia de las que tranquilizan a las mentes que no toleran la menor grieta en la construcción científica oficial del mundo. Nos cuentan que los guardianes están vigilantes y atentos y que, desde la sabiduría que otorga una licenciatura en alguna disciplina reconocida por el ministerio correspondiente, nos protegen de la “amalgama de tonterías” de las que, en realidad, solo conocen el título; sorprende que el rechazo se haga desde esa actitud tan poco “científica”, en realidad. Como afirmaría un conocido astrólogo inglés acerca de estos detractores, parece que el absoluto y total desconocimiento de cualquiera de estas materias “alternativas” otorga mayor autoridad si cabe a la hora de defenestrarlas.
Llevamos suficientes años de paradigma cientificista como para saber la cantidad de “certezas” refutadas que se van acumulando. Carl Sagan afirmó, al negarse a firmar una declaración en “The Humanist” contra la Astrología que:
«Me es imposible avalar la declaración de las ‘Objeciones a la astrología’ porque sentí, y sigo sintiendo, que el tono de la declaración es autoritario. La cuestión no reside en que la astrología tenga sus orígenes en la superstición, pues lo mismo se aplica a la química, la medicina y la astronomía. Analizar la motivación psicológica de quienes creen en ese arte me parece superficial en cuanto a su validez se refiere. No se conocía ningún mecanismo que diera cuenta del desplazamiento continental, hasta que fue propuesto por Alfred Wegener. Sin embargo, hemos comprobado que Wegener estaba en lo cierto, y que quienes recusaron su tesis estaban equivocados».
Para terminar, aquí va una viñeta del siempre genial El Roto, que acaba de perfilar el “tono autoritario” que menciona Sagan alrededor de esta cuestión:
https://gaiastrologia.wordpress.com/author/astroglifos/
Que necesitas para practicar Astrología Tradicional ?. Por Pere Grifoll.
Pese a las aserciones modernas que hoy se toman casi como dogma, hay ciertas cosas que debemos precisar:
El esoterismo no es cualquier extravagancia que quede fuera de la ciencia oficial, sino la parte de la tradición reservada a los que están capacitados para entenderla, ¡Y practicarla! Es la vía que conduce al centro de todo y a la superación de la individualidad y las condiciones diferenciadas.
Dentro de este marco, las ciencias tradicionales (como las artes adivinatorias) son aplicaciones del conocimiento tradicional, y sin su doctrina de origen no tienen en qué sujetarse. La astrología, en concreto, siempre ha estado ligada a la religión en occidente y la que nos ha llegado deriva de bases árabes y cristianas que filtraron conocimientos anteriores (griegos, egipcios, babilonios…).
Las astrologías kármicas, lecturas psíquicas y demás novedades son parches efectuados sobre nuestra ciencia ante la falta de la sujeción tradicional que se le ha quitado. Además, tienen la ventaja de permitir la ambigüedad en las interpretaciones y el capricho individualista.
La astrología tradicional, que es la única con sentido metafísico y que resiste un análisis serio, se ha hecho al fin y al cabo más fácil de entender y practicar que la moderna. Mientras que labrar un campo o sobrevivir a una gripe es más fácil hoy que en la Edad Media, levantar una carta astral parece haberse vuelto infinitamente más complicado.
Con la salvedad de que ahora un programa hace todos los cálculos por nosotros casi de forma instantánea, la astrología es mucho más compleja con todos los asteroides, planetas y aspectos con los que tenemos que lidiar. Al desafortunado estudiante de astrología le esperan multitud de aspectos y cuerpos celestes, libros específicos sobre signos y planetas (más de 20 si empezamos a contar a Quirón, Lilith, Urano, Neptuno, Plutón…) y la delicada tarea de interpretar una carta con demasiados factores. Además, posiblemente le aconsejen a asistir a psicoanálisis y a leer las obras de Jung, e incluso dejarse sustanciosas cantidades de dinero en cursos y software.
El astrólogo antiguo de cualquier civilización era un científico, un sabio, versado en la ciencia más universal y esencial del corpus ontológico: la del Cielo. Conocedor de las leyes, fuerzas, esencias y substancias que condicionan nuestro mundo, se remontaba a sus orígenes más lejanos no sólo para predecir esto o aquello, sino también (y sobre todo) para vivir conforme a la Ley Universal y ascender él mismo por aquella escalera que el cosmos tenía dispuesta para los que osaran escrutar sus principios. Muchas veces, el astrólogo no había recibido su ciencia de la élite intelectual, sino que formaba parte de ella y extraía su astrología directamente de su doctrina metafísica o su conocimiento directo.
Los cálculos matemáticos eran complejos, pero reforzados por la posibilidad de contemplar el cielo nocturo tal cual era, sin contaminación ni quehaceres indispensables como ver Juego de Tronos o leer Cincuenta Sombras de Grey; los logros de la antigüedad no son tan asombrosos e inexplicables cuando eliminamos las distracciones modernas. Dedicaremos a este asunto una de nuestras próximas entradas.
Así, llegamos a la pregunta original: ¿Qué necesitas para practicar astrología tradicional? Volver a las bases. Conociendo los fundamentos de la astrología, la astrología aparece sola en cualquier lugar donde los apliquemos.
Entender el fundamento metafísico de la astrología tradicional
Es este un tema amplísimo en su desarrollo, debido a su gran profundidad. No podemos soñar con explicarlo aquí, pero Clave espiritual de la astrología musulmana, de Titus Burckhardt, es una genial introducción.
Empezar por la horaria
La astrología horaria, lejos de ser una derivación de la natal, era ampliamente practicada antes de que se pusiera de moda el individualismo y las cartas astrales que nos permiten hablar de una persona cualquiera durante horas. La horaria levanta una carta para el momento en que se hace una pregunta concreta, y la responde de forma rápida y sencilla.
Con este tipo de cartas aprendemos rápidamente a manejar los elementos que estamos estudiando, sin la necesidad de considerar la carta entera y dilucidar complejas cuestiones sobre el alma de otra persona cada vez. En una consulta horaria intervienen sólo los planetas de las casas implicadas y alguno más, y trata de responder una pregunta que normalmente se resuelve con uno o dos aspectos (o la falta de ellos). Por ello, un astrólogo versado en horaria llega a la natal con una base sólida de práctica y conocimientos para ponerse manos a la obra con algo más complejo: ha aprendido un puñado de pequeñas cosas que aplicará todas juntas en el siguiente paso, y se ha familiarizado con la naturaleza de los planetas, los signos, los aspectos y las casas.
Conocer las casas
Sin duda, un juicio correcto se basa en gran parte en el conocimiento de las casas astrológicas. Cuando entendemos su significado, no tenemos que preocuparnos por las complejas listas de significados que la astrología moderna atribuye a signos y planetas.
Lo que cada casa es respecto al ascendente, se puede extrapolar para buscar otras cosas en la carta. Si la Casa II es el dinero del consultante por ser la segunda tras la Casa I, la VIII puede ser el dinero de la VII por ser su segunda.
En astrología tradicional, las casas no han sido alteradas para satisfacer las necesidades de nuestro ego y conservan sus antiguos significados:
- La Casa VI implica servidumbre, pero sólo la que tienen los demás hacia la Casa I, y tambien nos habla de la enfermedad.
- La Casa VIII nos habla de la muerte y la angustia, a no ser que en nuestro contexto sea la II de la VII. El sexo pertenece a la V.
- La Casa IX son los viajes largos, pero como imágenes del peregrinaje hacia lo divino… La Casa IX es la de la espiritualidad.
- la Casa XII es la casa del encierro y las desgracias que amenudo nos causamos a nosotros mismos. La espiritualidad se queda en la IX.
Conocer las cualidades y los elementos
Para la astrología tradicional, así como para las aplicaciones cosmológicas del hermetismo, todo se explica por cuatro cualidades: Calor, Frío, Humedad y Sequedad. El Calor se opone al Frío, y la Humedad a la Sequedad. El Calor es expansión mientras que el Frío es contraccíon; la Humedad es fluidez mientras que la Sequedad es estancamiento. De la mezcla de las cualidades aparecen los elementos:
- Calor + Sequedad = Fuego
- Calor + Humedad = Aire
- Frío + Sequedad = Tierra
- Frío + Humedad = Agua
Conocer los planetas
De los planetas poco tenemos que saber en horaria, aunque no es demasiado lo que tenemos que añadirles en astrología natal. En nuestra serie Química para vagos hablamos un poco de las esencias planetarias:
Aunque pueden resumirse en:
- Saturno: Restricción
- Júpiter: Expansión
- Marte: Energía
- Sol: Poder
- Venus: Amor
- Mercurio: Articulación
- Luna: Generación
Los planetas tienen orbes, los aspectos no. Los orbes son la fuerza con que un planeta puede influir en los grados adyacentes del Zodiaco. El Sol tiene mucho más orbe que Mercurio, porque es más grande y emite más luz. Un aspecto, siendo una relación que ni emite luz ni tiene substancia, no puede tener orbe.
¡Sí, en astrología tradicional sólo hay 7 planetas! Ni Neptuno, ni Vesta, ni Sedna, ni Quirón, ni otros inventos modernos para llenar la carta de cosas sobre las que especular durante horas porque todo hace aspecto con todo. La astrología tradicional trata con el cielo y sus luces. Cuando miras al cielo no ves a Quirón, no puedes integrarlo en una visión tradicional del cosmos y no está ahí para construir una interpretación armoniosa.
Hay tres tendencias: Ascendente, Descendente, Expansiva. Tenemos cuatro cualidades: Caliente, Frío, Húmedo, Seco. 3+4 = 7 (planetas), 3×4 =12 (signos). Los planetas son la escalera simbólica hacia el Zodiaco. No podemos añadir objetos, ni nuevos lugares por los que pase el Sol, a esta composición.
Conocer los signos
No, no necesitas estudiar listas de signos con sus personalidades. Además, al empezar con la astrología horaria, muchas cosas que juzgarás no serán personas. Las enfermedades no tienen personalidad. Los coches no tienen personalidad. Las empresas no tienen personalidad. Las personas no tienen una personalidad escogida de un catálogo de 12 en el momento de su nacimiento. Esas listas son un aberrante invento moderno que, tratando de simplificar el trabajo astrológico (y llenar páginas de periódicos y revistas de misterio), lo han complicado hasta el punto de impedir interpretaciones precisas.
Los signos son de Aire (Calor+Humedad), Fuego (Calor+Sequedad), Tierra (Frío+Sequedad) o Agua (Frío+Humedad).
Los signos son Cardinales (Impulsan una actividad puntual y rápida), Fijos (Estables y duraderos) o Mutables (Van y vienen).
Los signos pueden ser más o menos fértiles, tener más o menos voz, ser más o menos humanos… Los libros antiguos y los de John Frawley, entre otros autores, explican esto en detalle.
Igual que pasa con los planetas, remontándonos a lo más básico de cada signo podremos extraer lo que necesitemos para un juicio concreto. Estudiar las dignidades de cada planeta en un signo también nos aporta información útil sobre su significado.
Una vez aprendidas las bases, es nuestro trabajo extraer los significados ajustados al contexto, basándonos en nuestro conocimiento real y no en el número de páginas estudiadas.
Conocer los aspectos
Sólo hay cuatro aspectos. Nada de quincuncios ni más inventos modernos para llenar la carta de cosas sobre las que especular durante horas porque todo hace aspecto con todo. Estos aspectos sólo ocurren si están en los signos adecuados, porque su fundamento es que, cuando un planeta recibe la influencia de un signo, se relaciona con los otros planetas que reciben otras influencias.
- Trígono: Los planetas se hallan en signos del mismo elemento, así que pueden actuar armónicamente.
- Sextil: Los planetas se hallan en signos de la misma temperatura, así que, aunque menos armónicamente, pueden relacionarse.
- Cuadratura: Los planetas comparten tendencia, pero están en signos de temperaturas opuestas. Tienen una relación difícil.
- Oposición: Los planetas se relacionan por su temperatura, pero al estar en signos opuestos, su relación es realmente tensa.
También debemos entender las recepciones: dependiendo del signo en que esté, un planeta “siente” mayor afinidad por otros. Podemos averiguar estas relaciones estudiando las dignidades de cada planeta en cada signo. Marte en Aries está muy bien, pero odia a Saturno, mientras que Saturno en Capricornio también tiene mucha fuerza, y ama a Marte.
Conclusión
Es evidente que la astrología moderna se ha distanciado mucho de la astrología tradicional, y efectivamente podemos comprobar que lo que apareció para facilitar el trabajo ha terminado complicándolo. Insistimos en que la clave de la astrología tradicional es volver a las bases, y tratar de extraer de ellas el conocimiento necesario para juzgar la carta.
Este pequeño texto es una guía introductoria a la que faltan muchos detalles (partes árabes, nodos lunares, técnicas…) pero sirve como “lista de la compra” para entender cuales son los fundamentos de nuestro arte.
Papus & Olivets es un blog sobre Tradición, y nunca veremos con buenos ojos la modernización de ciencias tradicionales. Dicho esto, cada uno es muy libre de practicar la astrología que desee; la nuestra es una oposición intelectual y no vamos a perseguir a nadie para golpearle con nuestros libros en la cabeza.
http://www.papusolivets.com/que-necesitas-para-practicar-astrologia-tradicional/
miércoles, 10 de junio de 2015
Saturno en Escorpio, S.O.S. Por Mila Domingo.
Saturno en Escorpio, S.O.S.
Ya va quedando menos para que Saturno abandone Escorpio. Entró en el signo en octubre de 2012 y saldrá de allí para entrar en Sagitario el próximo 23 de diciembre, aunque volverá a recorrer los últimos grados de Escorpio entre el 15 de junio y el 18 de septiembre de 2015, cuando saldrá definitivamente. Como veremos a continuación, parece que hay fuerzas oscuras que han estado aprovechando al máximo este tránsito de Saturno en Escorpio así como el tiempo que le resta. Como Saturno rige con Júpiter los grandes ciclos socio económicos, los inquietantes efectos de este paso por Escorpio podrían ser duraderos.
Saturno es el maléfico mayor porque está compuesto de las cualidades primitivas de frío y sequedad, las dos que se oponen a la vida. Además, la ‘malignidad’ de Saturno se apoya en que esas dos cualidades están descompensadas, siendo el frío la cualidad extrema de este planeta.
El frío es ausencia de calor y de luz, que es lo que origina el calor. Representa el movimiento centrípeto (de fuera hacia dentro: adquisición, absorción), la oscuridad, el secreto. La actividad no es aparente sino latente o interiorizada. Por su parte, la sequedad simboliza organización, rigidez y falta de empatía. Así como las cualidades que conforman Saturno se oponen a la vida, los dos domicilios del planeta, Capricornio y Acuario, se oponen en la rueda zodiacal a los de las luminarias de la carta, que son Cáncer (‘casa’ de la Luna) y Leo (la ‘casa’ del Sol), cuando resulta que la Luna y el Sol, el par primordial, originan la vida material y simbólica.
Saturno es es el último planeta del septenario clásico y significador del límite, la restricción, la cristalización, el tiempo, el envejecimiento y la muerte, el límite más radical de todos. Como planeta mayor, aspira a influir en su entorno social. Representa altas jerarquías, patronal; la autoridad, pero exigente, severa, estricta, implacable. En su mejor versión representa lo que no es agradable pero sí absolutamente necesario: estructura, responsabilidad, moderación, límites. Saturno sólo otorga su recompensa al paciente, al perseverante y a quien siembra a tiempo.
Si Saturno se “encarna”, lo hace en un tipo físico bastante concreto: lo primero que nos viene a la mente es un hombre delgado, huesudo. Aunque es moreno, está algo pálido puesto que no suele estar al aire libre o expuesto a la luz del día, porque no acostumbra a socializar; prefiere su estudio, la soledad de su taller, su lugar de trabajo o retiro. De aire distante, algo hay en su aspecto que denota falta de armonía: puede ser feo o solamente inquietante. No parece alegre o amigable ni la mejor compañía para quedar atrapado en un ascensor, porque además, según se decía antiguamente, Saturno “hiede”. Pero hasta ahora hemos hablado solamente del planeta. Veamos el “ropaje” zodiacal que envuelve el planeta en la actualidad y que puede alterar o reforzar sus atributos naturales.
Escorpio, signo frío (elemento Agua), análogo a los procesos otoñales de deterioro y muerte, empeora la malignidad de Saturno porque refuerza el frío: aumenta en el planeta la oscuridad, el secreto, el misterio, la capacidad para la intriga y el daño. Al ser Escorpio la casa de Marte, es un signo predispuesto a la agresividad, la coacción. Escorpio es uno de los signos enfocados hacia la dominación, pero no directa y evidente (cualidad de frío) sino del tipo persuasivo (en positivo) o manipulador (en negativo). Aquí, Saturno, que ya está predispuesto a la autoridad, quiere controlar, someter… castigar.
La recepción se revela fundamental para entender el alcance y efectos de Saturno porque en Escorpio es, además, el mayor enemigo de los dos planetas que en general suelen representar a las mujeres y mucho más: la Luna (cuidados, seres dependientes, nutrición, empatía, público) y Venus (valores, afectividad, dinero), a las que daña enormemente durante este tránsito, porque a su propia naturaleza de planeta maléfico se añade que se halla en el signo de caída de la Luna y exilio de Venus. En clave personal, las relaciones personales y afectivas se ven muy perjudicadas si se llega a sufrir un tránsito tenso de Saturno en Escorpio a estos planetas.
Podemos también buscar y encontrar analogías constructivas para Saturno en Escorpio, claro que sí, aunque nunca serán “simpáticas”: como ejemplos, la consideración de la eutanasia como muerte (Escorpio) controlada o regulada (Saturno); la investigación (Saturno) sobre todo tipo de residuos o cadáveres (Escorpio) o incluso la aproximación científica a la inmortalidad, son ejemplos de aplicación constructiva -esperemos, ejem- de Saturno en Escorpio.
Pero recordemos que tanto Marte como Saturno son ‘maléficos': si Marte “roba”, Saturno “expolia”. La humedad de Escorpio aporta a Saturno un resquicio de vida (humedad) ajena (Escorpio: recursos de los demás) que el planeta del tiempo, conforme a su naturaleza esencial, absorbe (frío) con codicia (frío extremo), para sí (sequedad). Así, Saturno toma (frío) desposeyendo (sequedad). La absorción es extrema, puesto que también es extremo el frío de Saturno, aumentado en Escorpio. A estas alturas de la descripción, seguro que hay algo que nos va resultando familiar…
Un símbolo, una personificación para Saturno en Escorpio
El 26 de mayo de 1897, con Saturno transitando también -como ahora- por el signo de Escorpio, salía publicada la más célebre novela de Bram Stoker y Drácula entraba por todo lo alto en el imaginario colectivo del horror. Lejanamente basado en un personaje histórico, Drácula no fue el primer relato sobre vampiros, pero sí el más importante, hasta el punto de que su protagonista es el chupa sangre no muerto más famoso de la cultura occidental. Stoker, el atormentado progenitor, un nativo solar de Escorpio con la Luna también en ese signo, alumbró un personaje que sin duda habitaba sus pesadillas. El autor tenía además su Sol en 15º de Escorpio, grado Avatar, señalando una aportación significativa de marca escorpiana (miedo, muerte) al gran público: su creación personal correspondía en realidad a una demanda del inconsciente colectivo y de ahí el alcance del personaje.
Este nuevo arquetipo fue llevado al cine (el gran medio de difusión colectiva de la imagen) en muchas ocasiones, siendo de las más relevantes Nosferatu (1922), Drácula (1931), Drácula (1958) y Drácula de Bram Stoker (1992). De estos cuatro estrenos, sólo el de 1931, con Bela Lugosi de protagonista, no tiene ningún planeta en Escorpio, pero se reestrenó en 1947, esta vez con la Luna y Júpiter en Escorpio. Otra película, también muy célebre, es Entrevista con el vampiro (1994), estrenada el 11 de noviembre, con Mercurio, Venus, Nodo Norte, Sol, Júpiter y Plutón en Escorpio. En 2008, con el Sol y Marte en Escorpio se estrenó una de mis películas favoritas: Déjame entrar, bellísima historia de horror y amor vampírico con un guión de los que ya no se hacen. También en noviembre de 2008 dio comienzo la saga Crepúsculo, estrenada con Sol y Mercurio (adolescentes) en Escorpio. En la actualidad, con Saturno transitando por Escorpio, tenemos de nuevo a Drácula en danza, tanto en formato serie como en film. Drácula, la leyenda jamás contada, se estrenó en España el viernes 24 de octubre. Y vampiros aparte, parece que el descenso a los infiernos que implica Saturno en Escorpio ha fomentado el auge y éxito de público de lo macabro en la ficción televisiva: The Walking Dead, American Horror Story, Penny Dreadful… una forma inofensiva de exorcizar la maldad y la angustia que nos provoca.
El vampirismo literario o cinematográfico como metáfora
Así, desde 1897, el vampiro comparte espacio con otros mitos y arquetipos fundamentales de nuestra cultura y de nuestros sueños. Pero, ¿qué relevancia puede tener un personaje de ficción? Mucha. Por un lado, el cerebro no distingue entre los estímulos reales o los imaginarios a la hora de crear respuestas emocionales y efectos físicos, somatizaciones. Por otro, l@s -verdader@s- artistas actúan como canales para las demandas colectivas y alumbran de vez en cuando iconos, arquetipos, es decir, personajes con significación universal, que por eso mismo tienen tanto impacto. De manera simbólica, estos personajes “encarnan” una información significativa que en el “mundo real” puede cobrar otras formas, perfiles, diseños, identidades, pero cuyo fondo es idéntico. Dicho de otro modo, podemos decir que los “vampiros” son reales porque en este mundo hay personas o grupos de personas que despliegan un dominio taimado y perverso sobre los demás con el objetivo de “succionar” sus recursos vitales, emocionales, materiales… y tras dejar “exangües” a sus víctimas, salen inmediatamente en busca de las siguientes. Este proceso es tan antiguo como la humanidad, que es tan antigua como sus mitos y se produce tanto en el plano personal como colectivo. Pero conforme avanzan los tiempos se está desarrollando en una escala cada vez mayor y con más alcance, como en el argumento de los muertos ‘caminantes’ de Walking Dead. Es el tiempo de los depredadores nocturnos invadiendo el ámbito diurno. La pesadilla hecha realidad.
Con Plutón colaborando en Capricornio, domicilio de Saturno y signo íntimamente relacionado con el capitalismo, el mundo empresarial y su estructura vertical, para el que el tránsito de Plutón parece haber desatado una crisis desde su entrada en 2008, Saturno en Escorpio puede haber favorecido que los cargos públicos, responsables del bienestar de la ciudadanía, adopten medidas que expulsan a las personas de su zona de seguridad, resguardo, supervivencia (Escorpio y Capricornio son los signos de perjucio para la Luna: público, nutrición, cuidados). Los grandes organismos internacionales ganan terreno mientras las naciones pierden soberanía, decretando (Saturno) progresivos recortes (Escorpio) con la excusa de atajar la deuda (Escorpio) o el deterioro (Saturno) de la economía, en todas las áreas que hasta hace poco eran ámbito de derecho consolidado, al menos en lo que se conoce como primer mundo. Las medidas, por supuesto, consisten en el trasvase de recursos -vitales para el país y su población- desde lo público a lo privado, hasta que el Estado quede finalmente exangüe. Crece alarmantemente la pobreza en la base de la población mientras aumentan con constancia el número de nuevos millonarios y las grandes fortunas de ‘toda la vida’. Según los últimos informes, parece que España se aplica y progresa adecuadamente, empleando el lenguaje que entienden l@s niñ@s formales y obedientes. De hecho, estas mismas dentelladas que ahora se aplican al cuerpo social occidental ya fueron aplicadas en África y América Latina en otras décadas con los resultados conocidos.
Los símbolos astrológicos se materializan frecuentemente de manera muy literal y estos organismos envían a sus emisarios, los “hombres de negro” (el color de Saturno), unos señores muy serios y muy discretos que acuden a tutelar que las medidas se implementen según lo previsto. Otra gran manifestación del símbolo: los grandes fondos multinacionales, que unos llaman de riesgo y otros directamente “buitres” (más Saturno en Escorpio: el animal carroñero acechando pacientemente un futuro cadáver), acuden a los países cuyas economías están en fase de “reestructuración” (Escorpio) o más bien de demolición controlada para adquirir (succionar) los recursos públicos a precio de saldo. Edificios centenarios, recursos y zonas naturales, empresas públicas, viviendas… gangas que los
Gobiernos, con argumentos cortoplacistas, venden medio regaladas a los dichosos fondos, cuya principal virtud, como los buitres, es la capacidad de espera (Saturno, señor del tiempo) porque a largo plazo es previsible que estas gangas recuperen su valor y entonces puedan ser revendidas con un margen considerable de beneficio. Los efectos de esta devastación se pretende que sean permanentes, que supongan un cambio de modelo para la actual y siguientes generaciones. Vampirismo institucionalizado como único plan de acción gubernamental.
Yendo a ámbitos más modestos, muy de actualidad en España son las “tarjetas black” de Caja Madrid (de nuevo el color negro de Saturno, porque simboliza ocultación, opacidad, engaño), dinero ajeno para la fiesta incesante de los caraduras que hundieron la entidad, entre la apropiación indebida del dinero de los clientes, la incompetencia y la desfachatez. Y qué decir de la estafa de las ‘preferentes‘. La corrupción, tan generalizada y extendida, análoga a la muerte y a Saturno (se corrompe lo que está muerto). Las ramificaciones con otros ‘tinglados’, financiación ilegal de partidos incluida, son extensas y la inmundicia en este país ya es cuestión de desborde, aunque al menos está saliendo a la luz, casi siempre gracias a filtraciones y denuncias de particulares o algún implicado. Día a día llega el enésimo escándalo para una ciudadanía con una paciencia finita, simultaneado estas pasadas semanas con el de la pésima gestión del primer contagio del Ébola fuera de África, en este país tan cerca de África. Sangre y recursos materiales encuentran en todos estos casos su paralelo, tanto en lo personal como en lo mundano, porque en el modelo actual el dinero es la sangre que mantiene vivo el cuerpo social.
Qué ‘coincidencia’ que el presidente del Gobierno español de esta etapa digna de recordarse, Mariano Rajoy, tenga a Saturno en Escorpio en su propia carta natal. Recordemos que las cartas natales de los dirigentes públicos pasan a ser juicio general; esto quiere decir que son cartas de significación natal e individual pero también colectiva, mientras dure el mandato. La solemne toma de posesión, tanto de Mariano Rajoy como de todos sus ministros, se produjo entre los días 21 y 22 de diciembre de 2011, con la Luna (pueblo, empatía) esos días en Escorpio, signo de su caída y uno de los peores para la Luna y los asuntos públicos.
Otras recientes materializaciones del siniestro Saturno en Escorpio son, por ejemplo, la Operación Margen Protector, entendiendo ‘margen’ como frontera (Saturno), operación militar que ha desplegado Israel este verano con gran violencia contra los palestinos de Gaza, con la escorpiana excusa de la ‘autodefensa’. También la gran expansión del Ébola en África, para la que el primer mundo apenas está destinando recursos y su llegada a Occidente, que he mencionado más arriba, como si se tratara de la amenaza de una peste moderna que desafía las fronteras, porque el agua de Escorpio destruye los límites. Precisamente una de las medidas ‘defensivas’ implementadas por los países africanos afectados por la epidemia -también por la escasez de recursos- ha sido el cierre de fronteras, otro ‘margen protector’. Ah, y las dañinas e indignas vallas (más fronteras en versión maligna) en Melilla…
Terminando de escribir este largo post me encuentro con información sobre otra siniestra amenaza para la ciudadanía, mayor si cabe que las descritas, que ha tratado de pasar lo más desapercibida posible, porque ya sabemos que los vampiros encuentran protección en las sombras, que es lo mismo que decir la ignorancia del gran público. Se trata de la discreta fase final de la preparación del tratado transatlántico de libre comercio (TTIP) entre EEUU y Europa a lo largo de esta estancia de Saturno en Escorpio, que si llega a su completa aprobación por parte de la Comisión Europea (el rechazo de un solo Estado miembro
lo imposibilitaría), supondrá la preeminencia absoluta de los grandes lobbies empresariales multinacionales sobre la soberanía nacional y derechos de la población (sanidad, derechos laborales, medio ambiente, patentes agrícolas, propiedad intelectual, regulación de Internet, regulación bancaria, etc). En definitiva, quedan afectados principalmente los ámbitos mencionados antes de la Luna y Venus, así como los de Cáncer y Leo por su conexión con la solidaridad de las comunidades y soberanía, autonomía y dignidad de los pueblos de Europa.
“El TIPP es el acuerdo económico y comercial más importante del mundo que, si entra en vigor, abarcará más del 40 por ciento del PIB mundial.” El acuerdo incluirá una cláusula que permitirá a las multinacionales demandar a los estados cuyos gobiernos aprueben leyes que afecten a sus beneficios económicos presentes o futuros, lo que ya ha sucedido en otros países que han suscrito acuerdos de esta índole. En lo que respecta a nuestro propio país, el Gobierno ha estado negociando este acuerdo a espaldas de la ciudadanía. Es, más, el pasado 6 de mayo, los grupos políticos PP, PSOE, CiU, UPyD y PNV rechazaron en el Congreso español la propuesta de Izquierda Unida (IU) de celebrar un referéndum sobre este asunto, lo que como poco habría dado a conocer el tratado al público de este país, rechazo que consta en el diario de sesiones para cualquiera que quiera consultarlo. Al mismo tiempo, este tratado y su elaboración permanecen ausentes de los principales medios de comunicación así como de todo debate político. Sólo medios y formaciones alternativas están tratando de darlo a conocer, que se nutren de nuevo de filtraciones y denuncias de activistas. Es la gran sombra que se cierne sobre nuestro futuro y el de las siguientes generaciones como ciudadanos europeos, convenientemente escondido detrás de los ‘entremeses’ de los entretenidos debates sobre los escándalos que brotan cada dos días, últimamente sobre las ‘tarjetas black’ y la reciente Operación Púnica, bastante graves de por sí, pero que sí tienen solución.
Si había alguna duda respecto a la identificación del TTIP con Saturno en Escorpio, resulta que el tratado, que se pretende firmar a finales de este año, tendrá una vigencia de 30 años (!!!), que es prácticamente el ciclo de Saturno. Pero es más, exactamente dentro de 30 años, a finales de 2044, Saturno estará finalizando el próximo retorno a Escorpio. De nosotros depende -todavía- el significado de ese retorno.
Si finalmente gana Drácula y se establecen el tratado y sus cadenas, casi dará igual quién salga elegido en las próximas y sucesivas elecciones.
El antídoto
Estaca, ajos y crucifijo aparte, el archienemigo de los succionadores de sangre es la Luz. La fuente física y simbólica de la luz es el Sol y su mayor reflejo, la Luna. Como he dicho al principio, la Luna y el Sol son el par primordial generador de vida, los reyes del septenario y están al mismo nivel en la jerarquía simbólica. ¿Qué simboliza esta Luz? Tanto las luminarias como sus domicilios (Cáncer y Leo) nos dan la respuesta, el antídoto para Saturno en Escorpio.
La Luz es la vida, el día, la consciencia, el conocimiento y también la fe. La Luz se opone al secreto, al disimulo, la mentira y a la manipulación. Contra la oscuridad y la opacidad, luz y exigencia de transparencia. Conocer y difundir la información es pues, el principal antídoto, pero para ello hay que sortear la censura vigente, la manipulación y la mentira desde los medios oficiales, a sueldo de las grandes corporaciones y la banca. Hagámoslo a nuestro nivel, aunque nuestra esfera de influencia sea pequeña, porque no hay que subestimar la acción en red solidaria y la inteligencia colectiva.
Como he dicho antes, llevo algún tiempo elaborando este post sobre vampiros y antídotos, pero precisamente hoy sábado que lo estoy terminando, leo que Susan George, conocida figura del activismo internacional, ha expresado la principal estrategia contra el TTIP con estas mismas palabras: “Para conseguir la victoria debemos utilizar la estrategia del vampiro: sacar a la luz lo que se está negociando, para matar su plan.” Creo que tenemos el bicho perfectamente identificado.
En sus versiones más luminosas (*), Cáncer (Luna) y Leo (Sol) nos explican algo más.
Cáncer simboliza la solidaridad afectiva y activa (signo cardinal), la compasión, cuidados, nutrición, el sentido de clan (familia) y de pertenencia; el respeto a los orígenes, al pasado familiar y social, la idiosincrasia colectiva. Mirando hacia el pasado, Cáncer observa lo que nos es común a todos y construye comunidad. La humanidad sobrevivió sus primeras y durísimas etapas prehistóricas y hemos llegado hasta aquí precisamente por la solidaridad y la compasión, porque desde el inicio de los tiempos ha habido comunidades, clanes, en los que se cuidaba y protegía incluso a los miembros del grupo que no podían hacer una contribución efectiva, según ha demostrado el hallazgo de esqueletos prehistóricos de personas necesariamente dependientes. ¿En qué iglesia o doctrina aprendieron el desinterés aquellos humanos primitivos? A lo mejor es que forma parte de nuestra naturaleza. La seguridad de un grupo protector defiende la vida, disipa el miedo y contribuye a que aflore lo mejor de sus integrantes; esto es válido para cualquier época, cultura y rincón del mundo. La gran familia humana.
Leo, por su parte, simboliza principalmente la generosidad y un estándar de dignidad al que no se puede renunciar porque de lo contrario no puede haber autoestima, ni individual ni colectiva. Los grupos humanos que trabajan solidariamente con compasión elevan (Fuego) el espíritu grupal y nos dignifican a todos.
Descorramos las cortinas para que entre la LUZ y tod@s los vampir@s queden reducid@s a cenizas.
(*) En sí, no hay unos signos mejores que otros, sino unas ‘versiones’ o expresiones de los signos mejores o más constructivas que otras. Todos los signos son valiosos y expresan funciones fundamentales.
http://www.astroglifos.com/about/
martes, 9 de junio de 2015
Revolución solar 2015, Juan Carlos I.
Hoy vamos a mirar la R. Solar del ex rey de España.
Para empezar miraremos las Direcciones primarias en sinastría al rádix.
Curiosamente el Ascendente de primarias ha entrado hace poco en el Término de Venus, y Venus rige su Ascendente y es co regente de su casa V, además que por analogía también está señalando el amor y el goce de la vida,... no es de extrañar pues que los rumores que circulan esten bien fundamentados.
Pero la oposición a Júpiter enfrentará esa tendencia " amorosa ", con la legalidad y no pasará desapercibido, ya que está en conjunción al Medio cielo.
Veamos como está su RS para 2015.
La RS señala un año netamente " amoroso ", la casa V de RS se pone sobre su casa VII y casa VIII, lo que hace presuponer intentos de matrimoniar, y posiblemente también problemas con el dinero del ex conyugue.
Venus sobre Júpiter y el Medio cielo, o Marte sobre la Luna, son aspectos que corroboran este año especialmente " amoroso ", aunque por supuesto habrá impedimentos, como indica el Fondo del cielo sobre Saturno.
Para finalizar miraremos las Profecciones.
Curiosamente el Señor del año, también es Venus y la casa VII , la de unión o matrimonio , va a profectar sobre su Ascendente.
Tendremos nueva boda ?......ahí lo dejo.
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