miércoles, 1 de abril de 2015

La Astrología respecto a las crisis. Por Bárbara Preccioci.







 

LA ASTROLOGÍA RESPECTO A LA CRISIS

Barbara Preccioci



Cuando la gente acude al astrólogo pueden ser por motivos bien distintos, pero casi siempre con la esperanza que pueda salir de la crisis, la astrología puede ofrecer una visión constructiva de la crisis como vamos a ver.



Desde el punto de vista es fácil que todos los planetas nos influyen, y que no todos lo hacen en el sentido que nosotros quisiéramos. La vida no es tan fácil como quisiéramos, suerte y desgracias, éxitos y fracasos, felicidad e insatisfacción, nos aguardan en el camino y casi nunca se reparte equitativamente. Por eso mismo no debemos temer a nada de todo esto, sino esperarlo serenamente. Visto así las crisis tendrían un sentido. Pero ¿Qué es una crisis?, en el sentido etimólogo de la palabra, crisis (del griego krinos) significa oportunidad para el cambio. Quizás la mejor manera de integrar o encajar una crisis es antes que nada, aceptarla y reconocerla, porque mientras la negamos o la queremos ignorar, estaremos negándonos a nosotros mismos y difícilmente podremos acceder a la magia que cura. Una vez aceptada la crisis, reconociendo que forma parte de nosotros mismos.


Interesa comprender que tipo de crisis puede provocar cada planeta y como afrontarlas.


La astrología brinda unas posibilidades magnificas para superar la crisis, en primer lugar ofrece la posibilidad de identificarla y de determinar con bastante aproximación el tiempo de su duración, en segundo lugar, las crisis vienen claramente señaladas por tránsitos planetarios, por lo que según el planeta que nos este haciendo el transito conflictivo, estamos ante un tipo de desafió.


Una de las bases para interpretar correctamente las técnicas de predicción es saber que tipo de transformación, crisis o exigencia viene señalada cuando se activa cada uno de los astros en nuestra carta natal.


Pero vamos a conocer todos los dioses que provocan nuestros cambios.

El Sol.
Significa: crisis de identidad y de voluntad o de propósito vital.
Como actuar: es el momento adecuado para conquistarnos a nosotros mismos.


La Luna.


Significa: crisis sentimentales, familiares y de estilo de vida.
Como actuar: conviene elevar a la consciencia lo que invade el inconsciente.


Mercurio.
Significa: crisis de comunicaciones e intercambios.
Como actuar: aprender como comunicarnos y relacionarnos mejor.


Venus.
Significa: crisis en las relaciones sentimentales, afectivas o sexuales.
Como actuar: reflexionar sobre la escala de valores y los gustos.


Marte.
Significa: conflictos, tensiones, prisas y desafíos.
Como actuar: canalizando la adrenalina y buscando la afirmación personal.


Júpiter.
Significa: crisis de fe o de confianza.
Como actuar: descubrir una nueva filosofía de la vida o nuevos horizontes.


Saturno.
Significa: cargas, sacrificios y responsabilidades
Como actuar: con trabajo disciplina y organización.


Urano.
Significa: sorpresa, rareza y cambio.
Como actuar: reflexionar sobre la originalidad y el sentido de la libertad.


Neptuno.
Significa: caos.
Como actuar: eliminar fronteras y ampliar horizontes.


Plutón.
Significa: transformación a estilo ave fénix.
Como actuar: aprender a renacer.



 




martes, 31 de marzo de 2015

Diez preguntas básicas para comprender la Astrología. Por Horacio Campodónico.








01 - ¿QUÉ ES LA ASTROLOGIA? La astrología es la disciplina que estudia la íntima relación que une al Hombre con el Universo, o al decir de los antiguos, del Microcosmos (el Hombre) con el Macrocosmos (el Universo) que lo contiene y le da la vida. Quizás lo más importante, es que el estudio de la Astrología permite restablecer esa conexión perdida entre el Hombre y el Universo, nos reubica y nos saca de las pequeñas contingencia, de esa trama de los hechos puntuales y cotidianos y nos ubica en un plano diferente desde donde es posible observar con otros ojos, la perspectiva y el transcurrir de toda la existencia. A su manera, la astrología intenta una explicación del mundo, una explicación abierta y muy amplia, enriquecedora, que se maneja con tiempos muy largos donde los hechos, aparentemente aislados, cobran otro sentido. La Astrología no sólo estudia un hecho particular, como el nacimiento de un hombre o de una nación, sino que se lanza a estudiar los procesos que transcurren en el tiempo, la estructura sobre la que se arma toda una vida, o el desarrollo y la caída de una civilización. Este es, sin duda, una de los atractivos mayores de la Astrología: su posibilidad de trabajar con esa entidad intangible que es el tiempo.
02 - ¿QUÉ ALCANCES Y LIMITES TIENE? La mayoría de las personas confunde la astrología con los pronósticos, lo cual es un error similar a confundir el diagnóstico realizado por un médico, con el ejercicio de la medicina. Muchos astrólogos pasan su vida sin hacer un pronóstico, e investigan otros hechos dentro de esta relación Hombre-Universo. La astrología se parece más a un árbol que desde un tronco se abre en diversas ramas, que a un saber monolítico: existe una astrología política, una astrología médica, una astrología psicoanalítica, una astrología meteorológica, una astrología que estudia la relación entre las personas, etc. Sus alcance y sus límites están dados por la formación profesional, o las propias limitaciones de las personas que la estudian y también por el mayor o menor desarrollo espiritual de quienes la practican.

03 - ¿QUÉ UTILIDAD TIENE LA ASTROLOGÍA? Los temas, cualquier tema, no pueden ser más serios que las personas que los tratan o los ponen en práctica. Hay una astrología de salón, que es un simple divertimento para la hora del té y una astrología de periódicos para entretenimiento del lector. Pero también hay otra astrología que es llevada adelante por científicos de la talla del ruso Chijevsky, apoyado por la Academia de Ciencias de la URSS, que descubrió la relación entre las manchas solares y el ciclo de los infartos y de esta forma lograba evitar las muertes durante los períodos críticos para la salud. En el punto medio están o estamos los que creemos que la astrología debe ser, necesariamente, operacional. Es decir, que además de elevar el plano de conciencia de quien la practica, debe servir a propósitos muy concretos, como ayudar a esclarecer los períodos oscuros por los cuales puede pasar una persona, efectuar un pronóstico meteorológico a muy largo tiempo, o ayudar a los jóvenes en su orientación profesional de manera muy precisa y de acuerdo a sus potencialidades. Recordemos lo más importante: el astrólogo es el único profesional que trabaja con la variable del tiempo, todos los hechos los ve en una perspectiva de años, décadas o de toda una existencia. Ni la medicina, ni la psicología ni ninguna otra disciplina o conocimiento humano, tiene este poder que le pertenece en exclusividad.


04 - ¿CUÁL ES LA FORMA CORRECTA DE ESTUDIARLA? La persona que se acerca interesado a la Astrología, pronto se pierde en una intrincada jungla que carece de mapas. Existen decenas o cientos de libros editados, y existen también decenas de teorías o sistemas astrológicos contradictorias o fantásticos. Es fácil adquirir manuales del tipo "hágalo usted mismo" y otras opciones que llevan al estudiante en solitario a una total confusión. Para complicarlo aun más, abundan en todos los países astrólogos que enseñan o trabajan con sistemas caprichosos, o de su propia invención. Este panorama no debe asombrarnos. Imaginemos que pasaría con la medicina, si su estudio y su práctica hubieran estado prohibidos durante 300 años y los estudiantes recolectaran conocimientos parciales o absurdos del antiguo arte de curar. Pocos de nosotros estaríamos convencidos de someternos a una operación al corazón o al cerebro, aún cuando fuera necesaria. Sin embargo existe en Astrología, lo que se llama la "Tradición Astrológica", es decir un cuerpo sólido, ordenado y coherente de conocimientos que tiene siglos de un buen y probado funcionamiento. Allí están las obras de Claudio Ptolomeo, las bases filosóficas sentadas por Plotino, Platón y Aristóteles, los estudios astronómicos de Tycho-Brahe, de Kepler o de Newton, las obras de Shakespeare y de Dante plagadas de referencias astrológicas y en especial esa gran obra que es la "Astrología Gallica" con sus 52 tomos escritos por el más grande sistematizador de la Astrología que fue Morin de Villefranche (1583-1656) doctor en Medicina, en Matemática y Astronomía.

Sin descartar los aportes modernos, de capital importancia, como la aplicación de la estadística o la inclusión de la moderna psicología al saber tradicional, el estudio de la astrología debe hacerse basado en la Tradición y de ser posible, en una institución seria y/o junto a profesionales de experiencia. Hay personas que estudiando solas, han invertido cinco o diez de su vida, en estudios y lecturas para obtener una gran decepción, o escasos conocimientos. El estudio básico y sólido de la astrología, no debería de llevar más tiempo que unos tres, cuatro o cinco años de estudios sistemáticos si se hace correctamente. Es decir, casi el mismo tiempo que cualquier otra disciplina universitaria. El gran enemigo del estudiante o del astrólogo profesional, es el aislamiento en "su" pequeña verdad personal, el encierro intelectual que empobrece, la falta de confrontación con otras ideas, la ignorancia de otras ciencias que pueden aportarnos información muy valiosa, y en especial la falta de un trabajo realizado en colectivo, o de aquellas investigaciones que necesariamente deben hacerse en grupo o junto a los demás.
05 - ¿PORQUÉ NO SE LA CONSIDERA COMO UNA DISCIPLINA ACADEMICA? Pocos saben que la Astrología se enseñó en todas las universidades de Europa hasta fines del siglo XVII. La astronomía y la astrología eran consideradas parte de un solo cuerpo de enseñanza que comenzaba con el estudio de las matemáticas, necesarias para realizar los cálculos, continuaba con la astronomía que estudiaba la naturaleza y posición de los cuerpos y fenómenos celestes y terminaba con la astrología como la disciplina que unificaba todo ese conocimiento en un todo coherente, en una síntesis globalizadora. Era, de alguna manera, muy similar al estudio de la Medicina que primero estudia la constitución física del organismo, la anatomía, para después pasar al estudio de su funcionamiento, es decir la fisiología y finalmente hacer algo muy similar a un pronóstico, que en medicina es llamado diagnóstico y que está destinado a intentar una posible cura. A partir de 1666, en Francia, Colbert funda la Academia de Ciencias y exige la separación de la astronomía de la astrología. Sólo los astrónomos seguirán recibiendo fondos para sus estudios. Se produce así la ruptura que hasta el día de hoy sigue perjudicando tanto a la astrología como a la astronomía. Existen varias explicaciones para esta ruptura. Una habla de la excesiva influencia que tenían los astrólogos sobre las cortes y los reyes de Europa. Otra por el auge del racionalismo y por el naciente culto a las ciencias y a la tecnología, que se desarrollará con más fuerza durante la Revolución Industrial y que continúa hasta nuestros días. 



06 - ¿DE QUE MANERA PUEDE ENRIQUECER NUESTRA VIDA? En la estructura el Universo nada es azar, todo tiene un sentido. Nuestra propia vida tiene una meta, un propósito esencial que a su vez se estructura sobre un plan vital, y que precisa de un tiempo determinado -nuestra vida- para poder realizarse. La Astrología intenta determinar cual es nuestra meta en la vida, cuanto tiempo disponemos para llevar a cabo esa tarea, cual es nuestro carácter y nuestras capacidades, la manera en que funcionamos y nos relacionamos con los demás, cuales son los ciclos positivos o negativos por los que debemos pasar para cumplir con esa meta. La naturaleza de un manzano es desarrollarse plenamente y dar un fruto específico, las manzanas. Ese es su "dharma", su función, su deber. No se le puede pedir que escriba una sinfonía, o que realice cálculos matemáticos. Eso no está en su naturaleza. Al igual que el manzano, cada uno de nosotros tiene capacidades y metas distintas, a veces son públicas y otras veces consisten un trabajo interior, que no es visible. La Astrología nos habla de nuestras fortalezas y debilidades, nos brinda un mapa y nos indica un rumbo en nuestra existencia, a veces incluso, puede indicarnos como recorrer el camino. No se le puede pedir más. No existe ningún sistema filosófico o psicológico que ofrezca con tanta claridad, una información tan rica y tan precisa. La decisión de recorrerlo o no, es exclusivamente nuestra.
07 - ¿SOMOS LIBRES, O ESTÁ NUESTRA VIDA DETERMINADA? Muchas veces se ha dicho que la Astrología atenta contra nuestra libertad de decisión y nos condena a un determinismo fatalista. En principio, es necesario reconocer que todos estamos condicionados por nuestra herencia genética, por las condicionantes económicas y culturales que vivimos, así como también como por nuestra educación y por nuestra propia historia familiar. Una de las premisas del budismo afirma que: "Todos los males provienen de la ignorancia". Esta ignorancia puede abarcar muchas formas: el desconocimiento de quienes somos, de cuales son nuestras potencialidades, de donde están nuestros límites y hasta el propio desconocimiento de nuestra calidad de ignorantes, son todos elementos negativos, que nos condenan a una existencia limitada o penosa. Por el contrario, en la medida que nos acercamos al conocimiento verdadero, también podemos ampliar la frontera de nuestra libertad. La Astrología es, esencialmente, un camino de autoconocimiento. En la medida que nos comprendemos mejor a nosotros mismo, que vemos como funcionan nuestros mecanismos interiores, cuando tenemos clara cual es nuestra meta en la vida, entonces el campo de la ignorancia que nos limita, se reduce cada vez más. En este sentido el estudio de la Astrología es, por encima de todas las cosas, también una experiencia liberadora.
08 - ¿CÓMO PUEDE EFECTUAR LA ASTROLOGÍA, PRONÓSTICOS ACERTADOS? El hecho de efectuar pronósticos y de que muchos de estos pronósticos resulten después acertados, no es una facultad privativa sólo de la Astrología. El meteorólogo tiene los conocimientos y la experiencia, basada en sus largas observaciones, para realizar pronósticos sobre el estado del tiempo con varios días de antelación. También un buen médico, puede basado en sus estudios y experiencia clínica, realizar un pronóstico sobre la futura evolución de una enfermedad, determinar las perspectivas buenas o malas de la misma, e incluso calcular la expectativa de vida del paciente. Los pronósticos astrológicos se basan en una muy larga experiencia recabada durante miles de años, sobre que cosas pueden sucederle a una persona, a una empresa, a una pareja o a un país, en determinados períodos de su existencia. Pero es justo decir, que también muchos de esos posibles inconvenientes que se pueden prever -a veces muchos años antes de que sucedan- son susceptibles de ser modificados. De la misma manera en que un buen pronóstico meteorológico nos evita grandes pérdidas materiales, o un diagnóstico médico acertado nos aparta de males mayores, asimismo la Astrología puede sernos de gran utilidad en determinados momentos críticos de la vida. El excelente astrólogo francés André Barbault, nos dice al respecto: "Un buen astrólogo, es aquel que logra que sus pronósticos negativos, jamás se cumplan".
09 - ¿ES LA ASTROLOGÍA UNA CIENCIA? La Astrología no es una ciencia, en el sentido estricto del término, lo cual no le quita en absoluto validez a su existencia o a sus afirmaciones, como afirman sus detractores. Tengamos en cuenta que tampoco la medicina es una ciencia, sino un arte de curar que puede observar una enfermedad desde muy diferentes puntos de vista, según sea la medicina elegida: alopatía, homeopatía, acupuntura, todo lo cual no impide que la medicina cure o se enseñe en las universidades. Si bien la Astrología toma importantes elementos de las ciencias -matemática, astronomía, física- se podría decir, para definirla con mayor exactitud, que en su esencia es un arte. La capacidad de análisis y de síntesis que se precisa para trabajar en astrología, la necesidad de elegir entre los elementos principales de una carta natal y los que son meramente accesorios, la visión global de un problema planteado y la posibilidad de proyectarlos hacia el futuro, la transforman en un difícil arte en el cual la experiencia del astrólogo y el dominio de las técnicas adecuadas, juegan un papel preponderante.

10 - ¿CUÁL ES LA SITUACION DE LA ASTROLOGIA EN NUESTROS DÍAS? Después de la caída de la Astrología hace tres siglos, hubo una etapa oscura. No había grandes incentivos para su estudio, debido a que no resultaba rentable invertir en ella tiempo y esfuerzo. Por lo tanto quedó librada a su propio destino o, peor aún, en manos de charlatanes y comerciantes. A pesar de que grandes inteligencias de los tiempos modernos como Goethe, Balzac, Romain Rolland, Claude Levi-Strauss, Henry Miller o Carl Jung, se interesaran en ella y la estudiaran a fondo, fue en parte olvidada o utilizada como una forma de adivinación. Recién dos siglos más tarde, a partir de 1850 y hasta 1918, la Astrología volvió a la vida con el aporte sistemático de hombres como Alan Leo en Inglaterra, Pierre Choisnard en Francia, o Von Kloecker en Alemania. A principios del siglo XX y a partir del surgimiento de la radio, como medio masivo de difusión y del auge de los periódicos de gran tiraje, el público en general comenzó a conocer las características elementales de los Signos Solares: Aries, Tauro, Géminis, etc. El segundo gran empuje llega a partir de la década de 1960, con el auge de la contracultura, el movimiento hippie, los movimientos revolucionarios, la introducción de las filosofías orientales en Occidente, el esoterismo y una tónica general de apertura mental y cultural, que logra ir más allá del culto al cientificismo reinante. Sin embargo, se produce un fenómeno de masificación y banalización de la astrología, que la transforma en otro producto más, dentro de la sociedad de consumo. A partir de la década de 1980, la explosión de la informática proporcionó a muchas personas -con muy escaso conocimiento del saber astrológico- una variedad de software que les permite efectuar los cálculos necesarios para levantar una carta natal, improvisando análisis y pronósticos que no estaban en condiciones de comprender en profundidad, debido a que el software, una simple herramienta, no podía suplir los estudios y conocimientos adquiridos en forma profunda y sistemática.

Quizás la mejor síntesis la hizo el gran astrólogo francés André Barbault, cuando afirma: "La Astrología precisa muchas cosas, pero lo único que no precisa son aficionados". 





 http://www.astrologiauruguay.com/nt-basico-2.htm




domingo, 29 de marzo de 2015

Origen de la Astrología. Por Alba de Hermes.








Origen de la astrologia

 

La Astrologia originariamente es Religion Astral, los mas antiguos fragmentos de la practica astrologica los encontramos en la cultura babilonica o Imperio Sumerio, la franja de tierra comprendida entre los rios Tigris y Eufrates y que actualmente se reparten entre Siria e Iraq. Estas sociedades eran matriarcales hasta el segundo milenio antes de nuetra era, es decir aceptaban la maxima autoridad de la madre en la familia, y mantuvieron su supremacia en esta zona hasta la irrupcion por el sur de las tribus israelitas procedentes de Egipto y por el norte a los pueblos arios indo-europeos de pastores nomadas. Estos ultimos ya disponian de armas de hierro y carros con tiro independiente que les hacia utiles en la guerra en incursiones rapidas y contundentes, invencibles contra los ejercitos de los reinos sumerio-babilonicos que solo disponian de una infanteria armada con armas de bronce y madera y una caballeria muy deficiente.
Estos pueblos invasores disponian de una astronomia y astrologia muy rudimentaria, muy alejada de la sofisticacion y de la precision de las observaciones de los pueblos sumerios. Fue a causa de la inestabilidad general que se produce en el valle del Eufrates y del Tigris , por lo que se producen numerosas emigraciones de Hititas, Amoreos, Fenicios y otros en direccion al mar Egeo y la parte occidental del mediterraneo, estableciendo colonias en las islas egeas y en la peninsula del Peloponeso, es decir en la Grecia actual y costa mediterranea de Turquia. Estos pueblos dan origen a la leyenda de los Titanes, por ser adoradores de los Titanes o Dioses Planetarios, es decir del Sol, la Luna y de los cinco planetas conocidos en esa epoca (Mercurio, Venus, Marte, Jupiter y Saturno) origen de la Astrologia. De esta manera se introduce la Astrologia en Grecia, de forma progresiva y a traves de emigraciones sucesivas. Estos pueblos entran en el territorio de lo que hoy conocemos como Grecia pactando con las autoridades de ese territorio, que eran pueblos de origen pelasgo, politicamente matriarcales, adoradores de la Gran Diosa Madre, representada por la Luna como emblema principal. Los Titanes, aceptaron la adopcion de la Gran Diosa Madre mediante su declaracion de Hijos de la Luna, lo cual era lo mismo que aceptar la autoridad maxima de la gran Sacerdotisa de la Luna y de su gobierno.
En el territorio del Peloponeso e islas egeas, ya existia una cierta Astrologia de influencia egipcia, que habia llegado a traves de la isla de Creta, donde se habia formado un fuerte imperio comercial. Los cretenses entraron en Grecia y formaron el denominado Imperio Micenico, con capital en Micenas, dentro de la peninsula del Peloponeso. Tanto los pelasgos, como los micenicos, como los Titanes, llegaron a pactos y aunque hubiera entre ellos sus rivalidades e intereses contrapuestos se unian ante enemigos comunes, como es el caso de las incursiones de tribus de pastores griegos, de prganizacion social patriarcal, procedentes del Norte. Estas tribus griegas invasoras ponian en crisis todo el sistema social predominante, basado en la supremacia de la mujer en la sociedad, en relacion con la propiedad, la herencia, y las funciones politico-religiosas. En las tribus patriarcales, de ganaderos-pastores nomadas, la mujer tenia un status no muy superior al de los animales con los que comerciaban, eran tratadas como los esclavos sin mayor relevancia social. Asi pues la llegada de estas migraciones no podia ser tolerada como se tolero a las iniciales de los pueblos cretenses o de los Titanes (por simplificar nos referidos a los pueblos adoradores de los Titanes con ese nombre), ya que ponian en entredicho todo su sistema de valores sociales y morales, sobre todo en lo que respecta a los derechos y libertades de la mujer.
Los Centauros, pueblo muy culto original de las montañas del Peloponeso, era un pueblo pelasgo (habitantes originales de lo que despues se llamo Grecia) que daba culto a la Gran Diosa Madre. Recibian ese nombre por ser famosos jinetes y criadores de caballos, que luchaban en las batallas formando grupos de cien o centurias de jinetes, tenian por emblema el caballo con torso humano, que es la imagen que nos ha llegado a traves de los grabados mitologicos. No hay de olvidar que este emblema no es mas que eso mismo: un emblema o pictografia, como pueda serlo cualquier emblema publicitario o anagrama politico o comercial, y no un animal fabuloso, ya que la mitologia es fundamentalmente historia politico-religiosa, contada graficamente mediante el lenguaje de la poesia y, por supuesto, contada desde el punto de vista de los vencedores, como siempre ha sido en toda la historia, ya que los vencidos, como por ejemplo los mismos centauros, o algunos reyes pelasgos como Prometeo, Sisifo o Tantalo nunca tuvieron la oportunidad de contar sus versiones. El Rey mas famoso de este pueblo fue Quiron, su fama se debe a que fue preceptor de varios principes griegos de estirpe aquea y enseñaba entre otras cosas Astrologia y Matematicas.
El nivel cultural de los pueblos pelasgos nativos era mayor que el de los invasores, asi pues, la entrada y dominacion por estos pueblos de lengua griega supuso un retroceso cultural importante en todos los campos de la cultura y socialmente un retroceso de los derechos y libertades publicas, sobre todo de la mujer. Este proceso es similar al sufrido en Asia Menor, con la irrupcion de los pueblos israelitas procedentes de Egipto , quienes no solo sometieron a la mujer apartandola de cualquier papel de relevancia en la politica o en la religion, sino que ni tan siquiera permitieron que Heova (el equivalente israelita del Zeus griego) mantuviese algun tipo de asociacion mediante matrimonio u otro pacto con alguna Diosa local, con lo que en los pueblos que recibieron la influencia de israel, la situacion de la mujer solo hizo que empeorar y la astrologia no pudo prosperar al tratarse de un elemento cultural y religioso mas propio de los pueblos a los que iban aniquilando a su paso.
Aunque se cultivo la Astrologia en Grecia, esta siempre fue algo extraño a los pueblos griegos, cuando por fin las tribus arias de aqueos, jonios y dorios, todos politicamente patriarcales, vencieron en la guerra civil que de forma definitiva supuso su dominio, (segundo milenio A.d.C.), se instaura la religion oficial Olimpica y la Gran Diosa Madre fue relegada al papel de esposa obediente de Zeus (Zeus era un antiguo Dios de poca importancia, dependiente de la Gran Diosa Madre, tras la guerra olimpica se atribuyo a si mismo todos los titulos y atributos de los dioses restantes, diosas y Titanes), los Titanes (es decir los pueblos que adoraban a los Titanes,) fueron expulsados al exilio y la Astrologia con ellos: cuando se dice, mitologicamente hablando, que Atlas fue expulsado al extremo occidental del mundo y desde alli sostiene la boveda del cielo sobre sus hombros como castigo por oponerse a Zeus, quiere decirse que el grupo de poblacion que rendia culto a Atlas, que eran los que originalmente cultivaban la Astronomia y la Astrologia, fueron expulados al exilio por tomar partido contra los invasores griegos (aqueos fundamentalmente), en la guerra civil que llevo a Zeus ( osea al pueblo ario de los aqueos) al poder.
Tambien dice el mito que Atlas sostiene la boveda sobre sus hombros, esto es explicable por que quiza fueran expulsados en esa forma tan cruel como actualmente hemos visto en tantas guerras donde se ha practicado la “limpieza etnica”, sin posilidad de llevar ninguna pertenencia, libros ni instrumentos y por tanto solo pudieron llevarse consigo el conocimiento astronomico que pudieran mantener en su cabeza o en su memoria, que es lo que en definitiva sostiene sus hombros. Tras la expulsion de Atlas, todo el conocimiento astronomico y astrologico se atribuyo indevidamente a Hermes (indevidamente pues Hermes, que era una deidad mas moderna que Atlas y especializada en el comercio <se inicio en el comercio vendiendo el ganado que robo a Apolo> y las comunicaciones <Zeus le hizo su heraldo o “correveidile”>, solo pudo adquirir los conocimientos astronomicos y astrologicos de los sacerdotes de Atlas, cuando estos trajeron estos conocimientos de Asia Menor), por razones politicas, pues Hermes habia jugado un papel importante en la guerra a favor de Zeus. Cuando a mediados del primer milenio a.d.c., la epoca que se denomino clasica, Grecia vivio un renacimento cultural tan importante en todos los campos de la cultura, la Astrologia seguia siendo algo extraño a los griegos, algo tan “poco patriotico”, que a los astrologos y matematicos seguia llamandoseles “caldeos”, es decir extranjeros procedentes de Caldea, otro nombre del antiguo imperio babilonico, aunque estos “caldeos” ya estuvieran viviendo en aquella tierra griega varios miles de años, mas incluso que quienen les acusaban de extranjeros.


 http://www.universoenergetico.com.ar/articulos/origen-de-la-astrologia/





sábado, 28 de marzo de 2015

Sobre la buena gente. Una minúscula reflexión.










Hoy estaba pensando sobre lo que significa ser buena persona.
El concepto no está exento de moralina, pues los beatos por ejemplo, se consideran, o los consideramos, buenas personas.

Pero ya sabemos, o deberíamos saber , las argucias que subyacen detrás de cualquier dogma.

En resumidas cuentas :

Al final, me ha venido a la cabeza que una buena persona es aquella que no se carga con mal karma, es decir, no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

Economía mental, pura y dura.

Como lo veis ?




Que nos enseña la Astrología ?. Por Carmen Orellana.







 

¿Qué nos enseña la Astrología?


Si eres de los que piensan que la astrología es una tomada de pelo, piénsalo dos veces y date la oportunidad de leer este artículo.
La astrología es un arte milenario que se basa en la interpretación arquetípica de símbolos que se correlacionan con posiciones de los astros. Hay muchísimos sistemas desde los que se puede abordar esta herramienta y cada uno tiene reglas muy particulares, por lo que no podemos generalizar. Sin embargo, lo que sí les puedo decir es que desde cualquier perspectiva, un análisis astrológico siempre deja perplejo a cualquiera por el nivel de exactitud que alcanza.
El sistema se basa en la utilización de arquetipos, que son características específicas de la personalidad que se condensan en un número dado de posibilidades. En la astrología los conocemos como signos y planetas, y cada uno de ellos representa ciertas cualidades que una persona, lugar o momento tienen. Si combinamos los 12 signos, más los 8 planetas y dos satélites tenemos una gran variedad de tendencias. Además de eso tenemos asteroides y posiciones matemáticas, aspectos que complementan aún más las interpretaciones.
Cuando hacemos el análisis de un informe astrológico, se toman en cuenta las posibilidades que tienen más peso y con base en ello, se construye una imagen multidimensional de lo que se esté analizando. Pueden revisarse personas o entidades como países, empresas, grupos, o también momentos importantes. Los únicos datos que debemos tener son la fecha, hora y lugar de nacimiento, lo más precisos posibles. Hay personas o situaciones que no cuentan con todos estos datos o no son muy fiables y de todas formas puede hacerse una interpretación, aunque desde luego, mientras más certeros y completos sean los datos de configuración, más precisa será la información resultante.
En realidad, el mapa astral que se construye con tus datos, se corresponde a tus coordenadas en el plano físico, mental, emocional y espiritual según tu propia configuración arquetípica única. Todos nuestros actos tienen resonancia en el universo y este se encuentra en interrelación con nosotros, por lo cual todo se reduce al efecto mariposa y en ser conscientes de cómo dicho efecto nos transforma todo el tiempo.
Pero hay un factor muy importante que no hemos tocado: ¿La astrología predice tu futuro?
No, para ventaja o desventaja de otros, no lo hace. Johannes Kepler, el famoso astrónomo, matemático y astrólogo del siglo XVI, acuñó la frase “Astra inclinant, sed non obligant” que quiere decir “los astros inclinan, pero no obligan”. Es decir, que aunque tengamos influencias externas al final siempre seremos nosotros mismos los que tomaremos las decisiones que nos llevarán a nuestra felicidad o miseria. Por ejemplo, algunas veces me escriben pidiéndome una sinastría para saber si su pareja actual es con la que se casarán o si tendrán hijos y cuándo será esto. Y bueno, eso no depende de la astrología, depende de la persona. Piénsalo así: si tu informe astrológico te dijera “sí, cásate ahora” pero no tuvieras una buena relación ¿lo harías? La respuesta es “¡por supuesto que no! Yo tomo mis propias decisiones”.
Entonces ¿para qué es recomendable la astrología?
Los múltiples informes que existen como la carta natal, la revolución solar, los tránsitos o las sinastrías, nos orientan sobre las condiciones que existirán en algún momento y sobre la tendencia a tener ciertas debilidades y fortalezas de carácter. Como dijimos al principio, es un detallado análisis de los arquetipos con los que contamos, y eso nos puede ayudar a darnos cuenta de cosas que quizás no sabemos de nosotros, que no queremos ver o contra las que hemos estado luchando toda la vida sin saber que nunca se irán. Nuestro reto será trabajarlas para que nos sirvan como herramienta.
En el caso de una pareja, nos hablan de la forma de relacionarse de uno hacia el otro, de las necesidades que tiene, de lo que te puede ofrecer, y por lo tanto serán puntos que debes tomar en cuenta al momento de dar pasos en la relación para llevarla hacia nuevas etapas.
La astrología es un arte complejo y certero, úsala a tu favor para tener más herramientas al momento de tomar decisiones.

 
 http://lovivo.com/articulos/que-nos-ensena-la-astrologia


Historia de la Astrología. Por Juan Santacruz.









Historia de la Astrología


Introducción





El ser humano es la más noble criatura terrestre, pues es la única que posee no sólo la facultad de percibir el ambiente mediante sus sentidos, sino también el don de representarlo en síntesis puramente espiritual. Tal “visión del mundo” constituye el más precioso caudal de su sabiduría, tanto más valioso para él dado que sustenta la creencia de haberlo producido en virtud de un acto volitivo y libre de creación. Sin embargo, y aunque dicha creencia sea propia de la naturaleza humana, es en realidad errónea o por lo menos, sólo parcialmente exacta, porque está probado que el alcance de los conocimientos depende en sí de la facultad perceptiva humana, es decir de los sentidos y, en consecuencia, es de índole subjetiva. Así lo comprendió Pitágoras, al resumirlo en su lapidaria frase de: “El hombre es la medida de las cosas”.
Por otra parte, existen en el mundo influencias quizás más efectivas que la impresión de nuestros sentidos, pero que escapan a su percepción y que con harta frecuencia no se incorporan a su visión del mundo. Participan de estas influencias las relativas a las fuerzas que estudia la astrología, que revisten suma importancia en la función de los procesos vitales y en la concreción del éxito; pero que los pocos practicantes de dicha ciencia han limitado a un sólo aspecto, si bien de importancia particular.
De ninguna manera debe olvidarse que las fuerzas consideradas por la astrología, que revisten suma importancia son de carácter universal, vale decir que influyen en la totalidad de los sucesos terrestres. En la producción de los fenómenos terrestres, tal ingerencia se combinará siempre con condiciones puramente terrestres. Existirá por doquier, aunque no participará en la misma proporción. Así, por ejemplo, el factor astral de la combinación se hará valer en el hombre como excitación y en el terrestre como amplitud de reacción. Dentro de una observación científica del mundo, fundada en la ley de causa y efecto, es natural que todo acontecimiento en el ilimitado universo, por más exiguo y sencillo que sea, debe provocar a su vez una serie de acontecimientos. Y ese mismo acontecimiento no es otra cosa que una consecuencia de otros.
Por nuestra parte, los astrólogos, hemos constatado que la astrología es susceptible de desentrañar las relaciones del Todo con el acaecer terrestre. Que es la ciencia del determinismo cósmico y que, en su especial aplicación al hombre, investiga los nexos existentes entre los factores astronómicamente determinables de un cuadro natal celeste (carta astral) y los acontecimientos de la vida del sujeto de aquella carta astral, ya se trate de individuos o de colectividades.
Este documento ha sido extraído del libro “Astrología Racional” Reproducido con autorización de la Editorial Kier, S.A.

La Astrología en la Antigüedad

 

Tenemos constancia documental de prácticas astrológicas a partir de la época del florecimiento de las grandes civilizaciones antiguas de Egipto, Mesopotamia y Grecia. Se tienen indicios, por ejemplo, de que el rey asirio Asurbanipal (668-625 a. C.) poseía manuscritos astrológicos procedentes de Egipto que quizá podían remontarse al tercer milenio a. C. Lo que sí se conserva es un calendario fechado hacia el año 1300 a. C. que contiene un elenco de días favorables y desfavorables. También han sido descubiertas en numerosas tumbas de aquellas civilizaciones tablillas que indican posiciones y cursos de astros. Una de ellas describe todos los eclipses lunares que hubo en Babilonia durante 400 años, hasta el año 317 a. C. Este tipo de documentos se hizo más abundante a partir del siglo IV a. C., y entre sus referencias figuran las que vaticinan o interpretan astrológicamente eclipses, meteoros, tormentas, demonios, apariciones de fantasmas, construcciones de casas, muertes de reyes, invasiones, guerras, epidemias, cosechas, etc…
En la llamada tablilla de Cambises aparecen ya signos muy parecidos a los del zodíaco moderno. Está comprobado que los astrólogos babilonios y caldeos conocieron y estudiaron los cinco planetas visibles a simple vista desde la Tierra (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), realizaron estudios comparativos de las posiciones de cada uno de ellos, y dieron nombres a numerosas constelaciones y astros (por ejemplo, al Sol le llamaron Shamash y a la Luna, Sin). El desarrollo de la astrología mesopotámica quedó reflejado en la Biblia hebrea (por ejemplo, en el libro de Daniel), que documentó, hacia el año 600 a. C., diversas prácticas de adivinación astrológica realizadas en las tierras de Caldea y Babilonia donde reinaba Nabucodonosor.
No está muy clara, aunque nadie la discute, la influencia egipcia sobre la astrología de las antiguas civilizaciones que florecieron entre el Tigris y el Éufrates. Se tiene constancia de que los egipcios adoraron a los astros, especialmente al Sol, y se sabe que en el tarot egipcio, que fue la base de los diversos tipos de tarot modernos, se representan elementos astrológicos como los planetas y estrellas. Algunos autores creen además que la representación como leona de la diosa egipcia Sekmet es un antecedente del signo de Leo, y que el carnero antropomorfizado con que se identifica el signo de Aries procede de la iconografía del Amón egipcio.
La aplicación de los cálculos astrológicos no a sucesos generales o colectivos, sino a la elaboración de horóscopos individuales, la carta natal, está documentada en tablillas mesopotámicas a partir del siglo IV a. C. También a partir del siglo I a. C. se documentan papiros egipcios y helenísticos con este tipo de informaciones.
Aunque en la Grecia arcaica y en la clásica no se documentan de manera significativa las tradiciones astrológicas, puesto que hay que considerar el pitagorismo como un fenómeno independiente, en el período helenístico tardío, particularmente en la época de máxima influencia alejandrina, sí se escribieron muchos tratados de astrología. Según la leyenda, la astrología fue importada a Grecia desde el país de los caldeos por Beroso, quien, hacia el 330 a. C., fundó una célebre escuela de astrología en Cos. La astrología helenística fundiría, a partir de entonces, la tradición importada de Oriente con numerosos elementos y conceptos de la filosofía patrimonial griega, como los de los cuatro elementos, los cuatro humores, los cuatro temperamentos, etc. sobre los que habían hablado Empédocles, Aristóteles e Hipócrates. Un discípulo de Platón, Filipo de Oponto, fue quien atribuyó a los planetas astrológicos el nombre de diversos dioses del panteón griego. La trascendencia de todas estas aportaciones griegas ha llevado a algún investigador moderno a definir la astrología como “el resultado típico del cruce entre la ciencia astral oriental, la sabiduría de los templos egipcios, la astronomía babilónica, y la matemática y la filosofía naturalista griegas”.
Hiparco de Nicea, en el siglo II, fue una astrólogo de importancia fundamental, a quien se deben las primeras observaciones y análisis de los desajustes provocados por el desplazamiento continuo del punto vernal como consecuencia del movimiento del eje de rotación de la Tierra. Ello provoca un desplazamiento de 30º en cada signo del Zodíaco por cada 2.160 años que no ha podido ser solucionado de forma satisfactoria por ninguna escuela astrológica. Además, perfeccionó la teoría de la ascensión de los signos del zodíaco en las diferentes latitudes, que había elaborado el geómetra Hipsicles.
Pero la figura más relevante de toda la tradición astrológica antigua fue, sin duda, Ptolomeo (90-168 d. C.), quien elaboró en torno al año 150 a. C. su fundamental Tetrabiblos o Quadripartitus, obra básica sobre los astros y sus influencias que mantuvo plena vigencia y aceptación hasta el Renacimiento europeo. Ptolomeo fue el primero en reconocer que la astronomía, como disciplina eminentemente positiva, era superior a la astrología, que no dejaba de ser una disciplina especulativa. Sin embargo, defendió que ésta era un método válido para conocer mejor a los hombres, su constitución y caracteres. El sistema de Ptolomeo se basaba en la observación y medición rigurosa de las posiciones del Sol, de la Luna y de los demás planetas con respecto a la Tierra; en su concordancia con los elementos y humores (fríos, calientes, húmedos y secos), que determinaban que el Sol fuese un astro cálido y seco, la Luna fría y húmeda, Saturno frío y seco, etc. De ello podían deducirse, según él, supuestas influencias sobre el carácter y la vida de las personas nacidas bajo la influencia de cada planeta. Defendió también que los astros pueden ser masculinos (Saturno, Júpiter, Marte…) y femeninos (Venus, la Luna…), y que ello influía también sobre el carácter de las personas nacidas bajo su signo. Los profundos conocimientos geográficos de Ptolomeo le llevaron también a establecer relaciones entre el carácter físico y moral de las personas y la localización de sus regiones natales con respecto al Sol y a los astros. Señaló por ejemplo que “los países que en el primer cuadrante de Europa están situados en la puesta solsticial poseen la naturaleza de la triplicidad Aries-Leo-Sagitario, y están gobernados por Júpiter y Marte occidentales. Estos países son Bretaña, Bélgica, Italia, Galia, Hispania… sus habitantes están prestos a servir, son amantes de la libertad, aficionados a las armas y a la guerra, pacientes en el trabajo…”.
La astrología romana fue una réplica de la griega, desprovista de su dimensión intelectual, y potenciadora de su dimensión supersticiosa, mágica y comercial. Se dejó influir mucho por escuelas astrológicas sincréticas de Oriente y por tradiciones mágicas germánicas, celtas y del resto de los pueblos indígenas con los que los romanos tuvieron contacto. Los astrólogos romanos constituyeron una casta profesional muy abundante, puesta al servicio de muchos señores sobre cuyas vidas y negocios llegaron a ejercer gran influencia. Los de prestigio más bajo ejercían su oficio en calles, mercados y ferias. Numerosos astrólogos, como el célebre Trasilo, fueron protegidos por emperadores como Tiberio, a quien profetizaron su ascensión. Otros corrieron peor fortuna, como los que fueron castigados tras difundir vaticinios desfavorables sobre Calígula. Otro emperador, Claudio, tuvo a su servicio a un hijo de Trasilo, Balbillus, que acabaría siendo preceptor de Nerón. Una sobrina de Balbillus fue la también astróloga Julia Balbilla, que alcanzaría a ser consejera del emperador Adriano. Fueron escasos los astrólogos romanos que realizaron labores de tipo tratadístico e intelectual. Se sabe que, por aquellos años, Doroteo de Sidón escribió un tratado astrológico que alcanzó gran renombre, pero que no se ha conservado. También a Clemente de Alejandría se le han atribuido diversos escritos, llamados pseudo-clementinos, que defendían que la astrología era una ciencia que tenía bases matemáticas, aunque sus cómputos tenían una dimensión más bien mágica, porque defendía que eran un arte que podían realizar las almas de los muertos y los demonios a través de los humanos.
Numerosos escritores latinos, como Vitrubio, Plutarco, Fonteius Capito, Manilio y Apuleyo, reflejaron en sus obras sus difusas creencias astrológicas. Otros como Virgilio, Ovidio y Horacio también se refirieron ocasionalmente a la influencia de los astros, aunque no se puede llegar a saber su grado efectivo de creencia. Plinio el Viejo pensaba que los astros no ejercían ninguna influencia sobre la vida o sobre el carácter de las personas, pero sí sobre el medio físico terrestre. Otros autores latinos fueron, en cualquier caso, muy críticos con estas creencias. Su mayor detractor fue, sin duda, Cicerón, quien las atacó violentamente en tratados como De la naturaleza de los dioses, Sobre la adivinación y Sobre el destino. Señaló, por ejemplo, que las personas muertas en una misma batalla nacieron indudablemente en instantes, lugares y bajo distintos astrológicos distintos…, lo cual no les sirvió a unos más que a otros cuando todos debieron enfrentarse a su destino fatal. Además, llamó la atención sobre el hecho de que individuos nacidos en el mismo lugar y en el mismo momento tuvieran caracteres y destinos diferentes. Otro de los autores latinos más críticos con las prácticas astrológicas fue Luciano de Samosata.
Al final de la época romana, el ascenso del cristianismo trajo consigo una desigual oposición intelectual a la astrología. Sectas como las de los gnósticos y los maniqueos se mostraron muy permeables a las creencias astrológicas. Pero autores de credo más ortodoxo, como Orígenes, atacaron fervientemente los horóscopos, aunque este pensador, por ejemplo, reconoció una cierta influencia y utilidad de la astrología. En el siglo III d. C., el neoplatónico Plotino se distinguió también por su rechazo de la astrología, aunque sus obras tardías parecen indicar una progresiva aceptación de algunos de sus principios. Muchos autores de la época, aunque negasen algunas dimensiones de la astrología, aceptaban otras, como la influencia de los astros en las catástrofes naturales y en la comisión de crímenes. El llamado Libro de Enoch, que a veces se atribuyó a Hermes Trimegistro, parece recoger antiguas tradiciones astrológicas hebreas y arameas. Tuvo tanta influencia que incluso San Agustín, en La ciudad de Dios, admitió la veracidad de algunas de sus partes.
Reproducido con autorización de la “Enciclopedia Universal Micronet”

La Astrología en la Edad Moderna

 

El cultivo de la astrología en la Edad Moderna ha tenido épocas de máximo desarrollo y de intensa decadencia. El Renacimiento coincidió, efectivamente, con una época de gran vitalidad, pero en los siglos XVII, XVIII y XIX la suma de prohibiciones religiosas y legales, y el rápido desarrollo de un nuevo espíritu científico racionalista, apagaron en buena medida su vigencia. El siglo XX ha visto un potente renacimiento de la astrología, en paralelo con un aumento de los credos místicos e ideológicos alternativos y heterodoxos…
El primer acontecimiento que reforzó a la disciplina astrológica a finales de la Edad Media fue la invención y el desarrollo de la imprenta. Su concurso permitió, a partir del siglo XV, la impresión de las tablas de efemérides planetarias, que dieron un gran impulso a la difusión de la astrología. En el tercer cuarto del siglo XX, Johann Müller de Königsberg, llamado Regiomontanus, calculó unas tablas de efemérides muy elaboradas por encargo de un arzobispo húngaro; y después publicó otras más perfeccionadas que alcanzaron una gran difusión impresa, y que, según algunos estudiosos, llevaron Cristóbal Colón y Vasco de Gama en sus viajes. Regiomontanus llegó a ser incluso un influyente consejero del papa Sixto IV, a quien ayudó a elaborar sus propios horóscopos.
Es bien sabido que todos los Papas de finales del siglo XV y de comienzos del XVI, especialmente Pablo III, gustaron de rodearse de astrólogos y videntes que llegaron a ejercer gran influencia en la curia romana. A comienzos del siglo XVI, la astrología era una disciplina formal no sólo en la Universidad papal, sino también en todas las grandes universidades de Occidente. Y, además de los Papas, la mayoría de los reyes y nobles de la cristiandad tenían también astrólogos a su servicio. Incluso se tienen indicios de que entre los primeros teólogos protestantes tuvo una cierta vigencia una especie de astrología luterana. Se sabe de la existencia de un horóscopo de Lutero.
El astrólogo más célebre del siglo XVI fue, indudablemente, el francés Michel de Nostre-Dame, conocido como Nostradamus. Nostradamus fue uno de los personajes más famosos de su tiempo, y sus consejos eran disputados por reyes y nobles que le solicitaban constantemente sus horóscopos. Entre sus mayores logros figura el vaticinio, con cuatro años de anticipación, de la muerte de Enrique II, y de muchos más sucesos que, según parece, resultaron ciertos. Nostradamus puso por escrito, en forma poética, unas Centurias astrológicas (1555) en las que, en tono críptico, muchos han querido reconocer profecías de sucesos que tendrían lugar hasta el año 3797. Sus defensores afirman, por ejemplo, que predijo la Revolución Francesa, las muertes de Luis XVI y de María Antonieta, la Revolución Rusa, las dos Guerras Mundiales, la creación del estado de Israel, etc. Otras de sus profecías se refieren a la invasión de Europa a fines del siglo XX por una alianza de pueblos árabes y eslavos, al asesinato de un papa en Lyon, a la caída de París y de Occidente, y a la llegada del Anticristo.
Aunque el siglo XVI fue uno de los de máximo prestigio intelectual y social de la astrología, el siglo XVII marcó un período de rápida decadencia. Los descubrimientos astronómicos de Copérnico, Galileo y Kepler asestaron duros golpes a algunos de sus principios (a pesar de que Kepler practicase también la astrología). Todavía algunos autores intentaron defenderla. Por ejemplo, Jean Baptiste Morin (1583-1650), astrólogo del duque de Luxemburgo y del cardenal Richelieu, escribió un tratado de Astrologia gallica que ha de considerarse como uno de los más profundos e importantes de su época. Y el benedictino Placidus de Titis (1603-1668) también llegó a desarrollar nuevas y complejas técnicas de cómputo relacionadas sobre todo con la fijación de las casas zodiacales.
La opinión mayoritaria de teólogos, intelectuales y científicos iba, sin embargo, orientándose rápidamente hacia una actitud de crítica radical de la astrología. En 1582, la Inquisición española comenzó a poner trabas importantes a que en las universidades se impartiesen la astrología y la nigromancia como asignaturas formales. El papa Sixto V promulgó en 1585 una bula que condenaba rotundamente todas las modalidades de adivinación, astrología, encantamiento, brujería y hechicería. Y en el Concilio de Malinas de 1607 se dictó otra condena muy dura dirigida de forma especial contra la astrología.
Por otro lado, el pensamiento racionalista de René Descartes desautorizó radicalmente la astrología en el terreno filosófico. En el político, el primer ministro Colbert prohibió su práctica en Francia y clausuró el Colegio astrológico de París en la década de 1660. En 1710 incluso se prohibió en Francia la impresión de tablas de efemérides planetarias. Algunos reyes ilustrados, como Federico II de Prusia, pretendieron erradicar no sólo la astrología de élite, sino también las creencias populares al respecto; y María Teresa de Austria ordenó la destrucción de numerosos libros sobre estos temas. La Enciclopedie francesa de Diderot y D’Alembert atacó con inusitada dureza las creencias astrológicas. También en España el cultivo de la astrología pasó por un período de ostracismo, aunque algunas de sus manifestaciones más populares, en forma de almanaques, horóscopos generales, etc., mantuvieron una cierta vigencia. Se conocen, por ejemplo, algunos almanaques astrológicos españoles del siglo XVIII, algunos elaborados por intelectuales de la talla de Diego Torres Villarroel.
Hay que señalar, en cualquier caso, que algunas instituciones masónicas de la época, que integraron tímidamente algunos de sus elementos en ciertas prácticas rituales, mostraron algún grado de tolerancia hacia la astrología.
También en Inglaterra hubo un cierto grado de flexibilidad hacia la astrología. Nunca dejaron de imprimirse abundantes almanaques y tablas de efemérides, que llegaron a tener tiradas muy abundantes. Es bien sabido que en la misma corte de la reina Victoria se confeccionaban horóscopos con motivo del nacimiento de algún príncipe. Algunos astrólogos se convirtieron en personajes muy destacados de la vida social. Por ejemplo, Richard James Morrison, llamado Zaquiel, alcanzó enorme fama y prestigio al predecir la muerte del príncipe consorte Alberto en 1861. Muy famosos se hicieron también Robert Cross Smith, que usó el seudónimo de Raphael, y Alan Leo, fundador de la revista Astrologer’s Magazine. La aceptación social de la astrología llegó al extremo de que médicos y científicos importantes la cultivaron y contribuyeron a un aumento extraordinario de su bibliografía.

Reproducido con autorización de la “Enciclopedia Universal Micronet



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Sefarad científica. La visión judía de la ciencia en la edad media: Ibn Ezra, Maimónides, Zacuto / Mariano Gómez Aranda

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