domingo, 22 de marzo de 2015

Hipócrates, el Arte médico, el Racionalismo y la Astrología. Por Samuel Finkielman.








Hipócrates, el arte médico, el racionalismo y la astrología



Se denomina Cuestión Hipocrática, básicamente, a los interrogantes que plantea la autoría de los tratados que forman el Corpus Hippocraticum. Alrededor de 60 obras constituyen el texto médico más amplio y antiguo que haya sobrevivido desde la remota antigüedad. Ciertamente, historiadores y filólogos consideran que los tratados que lo forman carecen de unidad estilística, incluyen posiciones particulares a veces contradictorias, algunos son simples bosquejos que requieren orden y desarrollo y otros, obras desarrolladas. Estos escritos abarcan múltiples aspectos de la medicina. Al respecto hay posiciones extremas.
Wilamowitz (1848-1931), un filólogo clásico prusiano, más conocido por la polémica a raíz de la obra de Nietzsche El nacimiento de la tragedia, que lo enfrentó a Rohde -maestro de Nietzsche- y a Wagner, Wilamowilz decía de Hipócrates: un nombre célebre sin el respaldo de ningún escrito1.
Hay quienes adoptan una posición menos extrema y distinguen los tratados según criterios de excelencia, literarios, estilísticos, presencia de referencias cruzadas, ideas particulares de críticos antiguos y actuales, o, simplemente, su capricho. Una cosa es clara, los escritos hipocráticos rechazan el papel de la religión, la magia o cualquier superstición respecto de la enfermedad y su curación, incluyendo la filosofía (por ejemplo, en el tratado De la medicina antigua) sin advertir que muchas de las actitudes y creencias que se manifiestan en las obras representan posiciones filosóficas corrientes en la época de la redacción, siguiendo a los filósofos-médicos como Pitágoras, Alcmeón y Empédocles2.
Hipócrates, llamado el padre de la medicina, consideraba su práctica como un arte, pero hay estudiosos que juzgan que la medicina hipocrática representa una ciencia, síntesis de la observación precisa de síntomas, signos y evolución de la enfermedad, a lo que se agrega la explicación racional de estas manifestaciones. Creo que hay que distinguir la racionalidad del racionalismo. La racionalidad es la posibilidad de poner a prueba una explicación. El racionalismo no exigía pruebas, sólo verosimilitud. Descartes no era científico, era un racionalista. Tampoco era ciencia la teoría de los humores, sólo un ejercicio de racionalismo.
Hipócrates es una figura admirable, su medicina representa lo más avanzado hasta los tiempos modernos, a pesar de la teoría humoral que prevaleció más de 2000 años y que sirvió para justificar la sangría, que causó tantos daños como discutibles beneficios. No hay un tratado hipocrático sobre la sangría, a la que menciona varias veces en pocos renglones sin darle importancia. Fue Galeno el que la consideró un recurso terapéutico eficaz e invalorable. La sangría tendría aun justificación en la insuficiencia cardíaca, no claramente reconocida por Hipócrates, y en la policitemia, que no pudo conocer.
Es curioso que lo que podría llamarse escuela o secta hipocrática fuera denominada dogmática en los tiempos del Imperio Romano y convivido con las sectas médicas rivales de los empíricos, de los metodistas y los eclécticos3. Casi nadie considera que haya supersticiones racionalistas, sólo encontré que Seelig en 1905 tuvo el coraje de afirmar que la teoría humoral hipocrática era una superstición filosófica4. El humoralismo que aparece en varios tratados del Corpus es una síntesis del par de oposiciones de Alcmeón (calor-frío y húmedo-seco) y de las cuatro raíces o elementos atribuidos a Empédocles: aire, agua, fuego y tierra. Fahraeus, un médico sueco que introdujo la eritrosedimentación, sugirió que los cuatro humores se basaron en la observación de la coagulación de la sangre en un reservorio transparente. Cuando la sangre se coagula en un tubo y se la deja sin perturbar se observan cuatro capas: un
coágulo oscuro en el fondo (bilis negra); sobre el coágulo una capa de glóbulos rojos (sangre); sobre esta, una capa blancuzca de leucocitos (flema) y, finalmente, una capa superior de suero amarillo claro (bilis amarilla). Lamentablemente, en tiempos de Hipócrates se trabajaba el vidrio para hacer vasijas que eran opacas y no existían tubos transparentes. Recordar que la sangre sería caliente y húmeda; la bilis amarilla, caliente y seca; la flema, fría y húmeda; y la bilis negra, fría y seca.
El enorme mérito de Hipócrates es su avanzado oficio médico junto a las exigencias éticas. El relato de sus casos clínicos se parece a nuestros propios relatos: puso nombre a los síntomas y signos y describió facies, dedos en palillo de tambor, la sucusión pleural, la respiración periódica, etc. También consideró las enfermedades agudas, crónicas y epidémicas. La evolución y las crisis fueron consideradas con claridad y su redacción es simple y lacónica. Es cierto que hay párrafos oscuros, posiblemente debidos a una transcripción defectuosa y trozos incomprensibles que Galeno intentó aclarar6. Hay un caso clínico que deseo transcribir, extraído de Epidemias I y III considerados propios de Hipócrates; de entre las 42 historias clínicas del texto de las cuales 25 (60 %) terminan con la muerte, muestra inequívoca de honestidad, está la siguiente:

La mujer con dolor de garganta que yacía en la casa de Aristión comenzó su enfermedad con afonía, lengua roja y reseca.
Al primer día escalofríos y fiebre.
Al tercer día rigor, fiebre alta, aparecen nódulos encadenados a cada lado del cuello que descienden hasta el pecho, extremidades frías y lívidas, respiración frecuente. La bebida regurgitaba por la nariz, no podía deglutir. Cesó de orinar y evacuar.
Al cuarto día empeoraron todos los síntomas.
Al quinto día confusión y muerte
7.

Hipócrates escribía 400 años antes de la introducción del calendario Juliano y carecía de un modo adecuado de fechar, Había varios calendarios usados en Grecia basados en el ciclo lunar, de manera que una fecha sufriría corrimientos sucesivos en los años solares. Era por eso una práctica habitual emplear ciertos eventos astronómicos como método para determinar las estaciones, cuya importancia fue subrayada en los tratados Sobre aires, aguas y lugares, El régimen en las enfermedades agudas y en Epidemias. Mejor sería determinar los equinoccios y los solsticios pero esto requería no sólo de un gnomón que proyectara su sombra sino además un reloj de sol o dial adecuado para cada lugar; la sombra más corta al mediodía (solsticio de verano) correspondería al 21 de junio; la más larga, solsticio de invierno, 21 de diciembre, y los equinoccios, al mediodía, sombra intermedia, 21 de marzo, primavera y 21 de septiembre, otoño. Así, a falta de un dial, que requeriría la observación de un experto que lo construyera (tarea que demandaría un año), se observaba el cielo tomando como referencia el ascenso helíaco o ascendente y la puesta de tres constelaciones:

El ascendente de las Pléyades 10 de marzo primavera
El ascendente del Can (Sirio) 17 de julio verano
El ascendente de Arcturus 10 de septiembre otoño
La puesta de las Pléyades 11 de noviembre invierno

No hay exactitud en el comienzo de la estación pero sí indican la plenitud de la misma o se anticipan al comienzo. De todas maneras marcan un cambio reciente del clima o su perspectiva futura. No era un calendario perfecto pero era más fijo que los meses lunares8. ¿Significaba esto que las estrellas causaban el cambio de las estaciones y los riesgos de la enfermedad?
Hipócrates ignoraba la existencia de la astrología médica, que fue impulsada por el babilonio Beroso, casi un siglo después de su muerte. Beroso se había establecido en Cos y tuvo acceso a los escritos hipocráticos e interpretó una relación estrecha entre los cuatro humores y la posición de la luna en el zodíaco. Este concepto se generalizó en la época alejandrina, prevaleció en la Edad Media y con distinto énfasis en los tiempos modernos. La astrología fue aceptada por figuras como Kepler y, hay quien supone que afectó también a Newton que escribió extensamente sobre alquimia pero no se conocen escritos astrológicos suyos. Y se enseñó en las universidades9.
Moerbeke (c1215-1286) nacido en Flandes, ingresó en la orden de Santo Domingo y trabajó junto a Santo Tomás de Aquino. Tradujo a Aristóteles del griego al latín y, ávidamente, tradujo también cuanto texto griego al que tuvo acceso, de filósofos, matemáticos, astrónomos y poetas. Después de obtener el arzobispado de Corinto llegó a sus manos un manuscrito griego atribuido a Hipócrates que no figuraba en las versiones bizantinas antiguas del Corpus Hippocraticum, que tradujo con el título probable De Ypocratis astronomia. Esta traducción tendrá una larga historia; copiado infinidad de veces, formó parte del patrimonio de las bibliotecas de toda Europa, y fundamentó la idea de un Hipócrates astrólogo10. Otra versión griega fue traducida por Pietro D'Abano y una tercera versión latina es de autor anónimo11. Cada copista tituló la traducción a su antojo y se cuentan más de una veintena de títulos. Algunas de estas versiones son atribuidas a Galeno.
Albrecht von Haller (l708-1777), suizo de Berna y discípulo de Boerhaave, médico, anatomista, fisiólogo, botánico y poeta, formó un grupo que tradujo al latín y al alemán los escritos hipocráticos incluyendo los tratados y epístolas apócrifas en una sección -Opera spuria- a la que agregó sus comentarios. El tratado en cuestión se denomina De significatione vitae et mortis secundum motum lunae et aspectus planetarius. Dice Haller: "En conjunto es absolutamente astrológico y muy remoto de la sabiduría hipocrática. No existe en la versión griega del Corpus Hippocraticum y es obra de otro autor tardío. Comprende 14 párrafos y 16 páginas y versa sobre todos los signos del zodíaco y la localización de la luna a lo largo de aquellos. Su lectura proporciona alguna información acerca de lo absurdo de la astrología, presunta ciencia que aún tiene adeptos, como la figura de la portada de muchos almanaques anuales"12. Al autor suelen denominarlo pseudo- Hipócrates o Hipócrates Latino.
¿Cree usted, caro lector, que Hipócrates practicó la astrología leyendo en las estrellas el destino de sus pacientes, que llamaba pronóstico?

Samuel Finkielman





Carta natal para niños y bebés. Por Alicia Mabel Alfuso.













Carta Natal para niños y bebés


La Carta Astrológica Natal puede ayudar a los padres a saber algo más acerca de su hijo recién nacido o que esté transitando sus primeros años de vida.
La Carta Natal es un mapa del ADN energético cuyos símbolos nos hablan de potencialidades que se irán desplegando a lo largo de la vida: personalidad, vocación, aptitudes, tendencias, fortalezas y debilidades.

Se trata de un instrumento que de ser comprendido por los padres o responsables de la educación del niño podrán ayudarle a manifestar su verdadero ser, única clave para que tenga una vida feliz.

La Carta Natal puede mostrar aspectos que hacen a su personalidad tales como: sensibilidad, agresividad, inteligencia emocional y mental, formas de vincularse, formas de autoexpresión, etc. También podemos encontrar explicación a las personalidades hiperquinéticas y algunas alternativas de cómo necesitan ser tratados estos niños, dado que hoy es muy habitual que se los medique para sedarlos, pues generan inconvenientes en la escuela por su conducta.

También ayudará a descubrir aspectos vocacionales, y comprender que presionar a los hijos a seguir ciertas carreras o estudios pueden ser sólo proyecciones de sus propias expectativas, mandatos o frustraciones, y que de esa manera solo se logra sofocar y suprimir la individualidad y el propio ser del niño.

La astrología puede resultar útil siempre que el astrólogo sea competente y siempre y cuando los padres tomen la carta como una guía en cuanto al potencial del niño y no como un oráculo que les asegure solo éxito o logros.

Debemos tener en cuenta que una carta puede ser vivida de muchas maneras, pues cada niño es una persona diferente con diferentes necesidades específicas que diferirán tanto de los otros niños como de la de sus propios padres.

La paternidad puede constituirse en la aventura de descubrir la singularidad esencial de cada niño y ayudar a desplegarla.

No considero adecuado el uso de la Carta Natal para predecir el futuro ya que esto puede tener un efecto negativo en el aprendizaje. Al igual que muchos otros métodos de predicción, pueden actuar como condicionantes de su libre albedrío y no favorecer la actitud de esfuerzo y empeño para sobreponerse a los obstáculos.

Es recomendable hacer la Carta Natal de todos los miembros de la familia (padres y hermanos), ya que es una manera de visualizar aspectos en común, afinidades y discrepancias; y tomar estas últimas como oportunidades de aprendizaje de uno con otro y de ambos entre sí.

Lic. Alicia Mabel Alfuso



 http://www.mirada-terapeutica.com.ar/articulos/carta_natal_para_ninos_bebes.html#nota



El Sol y la Luna : Simbolismo de lo masculino y lo femenino. Por Alba de Hermes.












El Sol y La Luna: Simbolismo de lo masculino y lo femenino



 Toda Europa, así como la zona conocida como la media luna fertil, es decir la actual siria, Palestina, Israel e Iraq, y también el valle del Nilo, durante el periodo conocido como Neolitico, tenian un conjunto de creencias religiosas muy parecido, de acuerdo con las investigaciones de la arqueologia y la antropología actuales.


Básicamente, el esquema religioso del periodo neolítico o edad del Bronce estaba constituido alrededor del culto a la maternidad o a la fertilidad como misterio de la naturaleza mas importante y evidente, y así mismo misterio o prodigio mas próximo a la vida y a las necesidades mas cotidianas de la sociedad.

Casi todas las estatuiyas antropomorficas escontradas de este periodo son divinidades femeninas, algunas en avanzado estado de gestacion, lo que que evidencia que los primeros conceptos de lo divino estaban asociados a la mujer o a lo femenino, es decir que las Diosas son, casi con toda seguridad, anteriores a los Dioses. En estas culturas, estamos hablando del periodo de tiempo comprendido entre el 4.000 y el 1500 antes de nuestra era, el concepto de paternidad no estaba aun asumido, la maternidad se consideraba independiente y autónoma y por lo tanto los Dioses no eran mas que elementos subalternos de la Gran Diosa que regia de forma omnipotente e inmortal los destinos de todas las criaturas. La Gran Diosa, al ser independiente en sus funciones creadoras y de gobierno no tenia necesidad de la institucion del matrimonio. El matriarcado se caracterizaba por una gran independencia y poder de la mujer, pues esta tenia a su cargo la mayor parte de las funciones religiosas y politicas de la sociedad. Los hombres tenian que obedecer y adorar a la Gran Diosa y a su representacion terrestre, la Gran Sacerdotisa, de modo que la estructura social era mas femenina en su cúspide. Al no comprenderse bien el sentido de la función sexual en relación con la procreación, el sexo mas una función placentera y religiosa: era practica corriente la institucion de la sexualidad sagrada (en algunos casos podriamos mas bien llamarle prostitución sagrada), las ceremonias orgiásticas, la libertad sexual, y la independencia casi total de la mujer respecto de los hombres (en algunos casos llegaban a invertirse los términos, es decir se daba la situación de dominación de las mujeres sobre los hombres, como es el caso de las amazonas libias y de otras comunidades del sur del Mar Negro.)

inicialmente parece ser que tanto el Sol como la Luna eran emblemas femeninos, es decir emblemas o símbolos del poder de la Gran Diosa y no es hasta fechas mucho mas recientes que se asimilo el Sol con el poder patriarcal del hombre y se dejo a la mujer en exclusiva la Luna. La Luna siempre a estado asociada a la mujer y por lo tanto a lo femenino debido a la analogía de sus fases con el periodo de la menstruación, sus tres fases t ambien se asociaron con las tres fases de la vida de la mujer: la doncella = Luna creciente; la ninfa (mujer en edad de procrear) = Luna llena; y la vieja = Luna menguante. Tambien se asociaban estas mismas fases con el calendario del año solar, que en las sociedades matriarcales tenia tres estaciones: la doncella con la primavera; la ninfa con el verano y la vieja con el invierno. Mas moderna es la triada femenina: Selene-Afrodita-Hecate que simbolizan la doncella = Selene (el mundo aereo) - la ninfa = Afrodita (el mundo terrestre) - la vieja = Hecate (el mundo subterraneo).
Estas tres personificaciones de la Gran Diosa eran como si dijeramos tres fases de una misma persona. A esta Santa Trinidad primitiva se le adoraba en cualquiera de sus formas a sabiendas que se trataba de una sola persona y en algunos templos se le adoraba como un solo nombre: el de Diosa Hera.

Estas sociedades matriarcales primitivas estaban gobernadas por Reinas, que recibian el titulo hereditario por linea femenina, heredando, no la primogénita como en las sociedades patriarcales, sino la ultimogenenita, es decir la mas joven. Los Hombres que recibian titulo de Rey lo recibian de forma consorte, es decir por matrimonio con la heredera, como se pone de manifiesto en todos los mitos antiguos, en los cuales el heroe recibe en premio por alguna azaña la mano de la hija mas joven del rey, es decir la heredera. Hasta que no mejoro el status del hombre en la sociedad, lo cual parece que no fue antes del segundo mileno, el Rey tenia caracter religioso, es decir las tribus elegian para su Ninfa-Reina un Rey, todos los años, entre los jovenes del reinos. Este Rey no tenia mucho poder ejecutivo, pues el poder estaba normalmente en manos de la propia Reina o de familiares directos: hermanos, Tio materno, etc. El Rey Sagrado anual tenia como funcion acompañar a la Reina a las ceremonias sociales y participaba en el gobierno de forma delegada, es decir con poderes restringidos y delegados de la Reina. Al acabar el año, el Rey debia ser sacrificado ritualmente (lo cual incluia diversas torturas y mutilaciones, solo soportadas mediante el empleo de drogas) y su cuerpo enterrado o incinerado segun la costumbre de cada sociedad; a veces el cuerpo del Rey era despedazado y comido ritualmente por las ninfas compañeras de la Reina y su sangre esparcida por los campos para asegurar su fertilidad. En algunas sociedades se elegian dos Reyes Sagrados , de modo que el segundo debia susituir al primero en el segundo semestre tras darle muerte mediante algun procedimiento ritual preeestablecido.


En las cartas del Tarot egipcio, donde se describe el destino del Rey Sagrado, las trece primeras cartas representan los trece meses del año primitivo, el mes trece es el mes del sacrificio del Rey Sagrado, representado por la Muerte. La muerte del Rey Sagrado , origen del mal augurio del numero 13, sigue en el Tarot a carta 12, que representa una ceremonia del sacrificio del Rey Sagrado.

Al relacionarse la vida del Rey con la vida estacional del Sol, mediante la analogia de las estaciones del año, el Sol quedo como emblema masculino y la Luna como emblema femenino. El Sol fue un simbolo de la fertilidad masculina cuando se reconocio ofialmente la participacion necesaria del hombre en la procreación. De cualquier forma resulta evidente la mayor importancia de La Luna que la del Sol en las sociedades mas primitivas, por lo que todas las ceremonias religiosas y fechas importantes se calculaban segun las fases lunares, los solticios o los equinocios no se conocian mas que aproximadamente y por lo tanto cedian en importancia a las fase de la Luna.

El caracter sagrado del numero 7 procede de ser una fraccion del mes lunar de 28 dias; este ultimo numero, el 28 tambien tenia un caracter sagrado por ser el ciclo lunar y el ciclo de la menstruacion de la mujer. El calendario Juliano, que cambio el numero de meses de 13 a 12, siguio con el mes como unidad tal como en los calendarios mas primitivos. Los dias de la semana se asociaban a los Titanes, es decir a los dioses planetarios : El Sol (Domingo), La Luna (Lunes), Marte (martes), Mercurio (Miercoles), Jupiter (Jueves), Venus (Viernes) y Saturno (Sabado), patrones de los diferentes gremios u oficios en la antigua Sumeria, que es de donde se tienen referencias mas antiguas gracias a su costumbre de escribir sobre tablillas de barro que han preservado hasta nosotros muchos conocimientos de hasta el 15 sigos antes de nuestra era.

Para comprender algo las relaciones entre Mitologia y Astrologia es necesario, en primer lugar, tener claro que las mitologias griega, babilonica y biblica, a la luz de las modernas investigaciones historicas y arqueologicas, dificilmente se reconcilian con las ideas e interpretaciones psicologicas de C. Jung y su escuela. Hay que tener en cuenta que las sociedades donde se originaron los relatos miticos: basicamente Sumer y la Grecia prehelenica (es decir Grecia antes y durante de las diversas invasiones de los pueblos que se conocen como helenos: Los Jonios, los Aqueos y los Dorios); no eran precisamente sociedades primitivas con mentalidad infantil que estuvieran dando forma literaria a arquetipos de su inconsciente o a otras ensoñaciones psiquicas. Estas sociedades estaban muy desarrolladas y poseian una organizacion politica, religiosa y burocratica muy sofisticada. Eran sociedades urbanas, con sistemas politicos y religiosos que gozaban de una gran tradicion, con sistemas economicos y juridicos analogos a los actuales, con registros publicos para las transaciones comerciales y los titulos de propiedad, con enseñanza regular de diferentes niveles y tecnicas de construccion y agricultura avanzada. Asi pues, ni la Creta minoica, ni la Grecia micenica, ni Sumer ni el Egipto faraonico pueden identificarse con los inicios de la civilizacion humana, por mas que sean los pueblos civilizados mas antiguos que conocemos en occidente, sino que estaban ya en fases evolucionadas y por lo tanto no parece que sea posible aplicarles a sus costrucciones mitologicas las categorias psicologicas de Jung. Resulta, si embargo, mucho mas razonable para tratar el estudio de la Mitologia y su relacion con la Astrologia, si vemos a esas poblaciones de Grecia y Asia Menor como mucho mas proximas a nosotros en sus inquietudes y ambiciones , quiza mas inclinados a emplear el lenguaje poetico de la metafora y la alegoria, pero en definitiva habitantes de sociedades rurales en proceso de urbanizacion, con grandes y pequeñas ciudades , con toda la problematica y contradiciones que esto atañe, sometidos a importantes flujos de migraciones, unas controladas y otras no tanto, unas pacificas y otras con caracter de autenticas invasiones, con sus luchas sociales, de clase, etnicas, religiosas y de cualquier otro tipo, como en todo momento de la historia de la humanidad.

Una gran parte del mito no es mas que propaganda politica expresada en forma poetica, cuyas claves hoy resulta dificil de ver con claridad, como toda propaganda distorsiona, exagera y miente deliberadamente cuando interesa, resulta diferente cuando se formula desde el bando de los vencedores o desde el bando de los vencidos, pero algunos de los mitos mas conocidos han sido muy bien estudiados, de modo que no resulta necesario recurrir a ningun tipo de explicacion psicologica: por ejemplo, se suele describir a Perseo como el arquetipo de la muerte, lo cual no esta muy lejos de la realidad, pues historicamente Perseo representa algun caudillo concreto o en general a los caudillos helenos que invadieron Grecia en la ultima fase de las progresivas invasiones, cuando de forma sistematica destruian todo vestigio de la civilizacion griega que encontraban a su paso, por eso a Perseo "el destructor", resulta facil relacionarlo con la muerte. En la historia mitica de Perseo se dice que mato a la Quimera, degollo a la Gorgona y que tambien domo al caballo Pegaso (que era hijo de la Gorgona, es decir que la Gorgona, osea la misma Diosa, los habia creado, mediante su cria y cuidados en los establos de sus templos, de manera que fueran tan rapidos que pareciera que llevaran alas, simbolo de su caracter sagrado), esta claro que los Helenos sustituyeron el calendario de los nativos (la Quimera es una emblema del calendario de tres estaciones, esta representado por un animal compuesto de tres partes de animales distintos, cada uno de ellos representa una estacion del año) por su propio calendario, el de los invasores.


La doma del caballo Pegaso se explica por el robo de los caballos sagrados que tenian los templos de la Gran Diosa, y por ultimo la decapitacion de la Gorgona (mascara ritual de las sacerdotisas de la Gran Diosa) es una clara alusion a la eliminacion de la direccion femenina de los templos, la sustitucion de sacerdotisas por sacerdotes y la reduccion de las sacerdotisas sobrevivientes a simples criadas o prostitutas al servicio de los templos.





sábado, 21 de marzo de 2015

Saturno en Sagitario. Por María Isabel Mejía Palacio.














Saturno en Sagitario, el planeta de las limitaciones, de la constricción, de la seriedad y el que nos muestra muy a menudo esa cruda realidad;  transitando el signo de la expansión, de la jovialidad y del disfrute muchas veces de los excesos.  Dos anergias contradictorias, pero igualmente, ambos,  Planeta y Signo, considerados Dos Grandes Maestros.  Saturno, estricto y severo, si no hay esfuerzo no hay recompensa. El signo de Sagitario, con esa sed insaciable de conocimiento, esa búsqueda determinante de la verdad y ese deseo de adquirirlo para luego transmitirlo,  allende los mares.  El optimismo sagitariano se hará notar aún en esto.

Sin embargo la técnica Saturnina no nos dejaría expandirnos, solo por expandirnos, nos estimula a fijar prioridades, a establecer cómo hacerlo, manejar los controles necesarios para que, lo que vayamos haciendo, sea acorde al plan establecido.  Todos los obstáculos que se nos llegaren a presentar, son impuestos por Saturno para evitar caer en exagerado optimismo que no nos conduzca a ninguna parte.

Aplicaremos, muchos de nosotros que nos veremos visitados  en nuestro Signo Solar  Sagitario, ese viejo refrán que dice: “Solo el sabio sabe lo mucho que ignora”  y la necesidad de estudio se hará más clara y determinante.  Recibiremos de Saturno, la paciencia, constancia, esfuerzo y perseverancia no muy propios del signo Sagitario.

Donde se encuentre Saturno y Júpiter por tránsito en tu carta astral, será la zona de nuestras vidas donde esta disputa de “expansión” y “ser cuidadoso y responsable” está tomando lugar.

También se dará durante este tránsito las cuadraturas de Saturno con Kyron y Neptuno en Piscis,  donde posiblemente se derrumbarán unas cuantas doctrinas que tenemos como verdaderas o hasta como dogmas de Fe.  Debemos buscar más lo que hemos ido construyendo dentro de nosotros mismos y ser fieles a esas creencias.

Gracias,

María Isabel Mejía Palacio

viernes, 20 de marzo de 2015

Ingreso del Sol en Aries para Damasco, 2015.












Aquí tenemos el gráfico del ingreso del Sol en Aries para Damasco, capital de Siria, para 2015.

La verdad es que no es nada halagüeño.






Nos encontramos al Sol haciendo cuadratura al Ascendente y el Descendente , así como también el último Eclipse del 20.03.2015.

Asimismo la Luna conjunta al Sol agrava todavía más esas cuadraturas.

Marte, que es dispositor del Sol de ingreso se encuentra en domicilio, pero también en cuadratura a Plutón, lo mismo que Urano , que hace una cuadratura partil a Plutón.

Hay que constatar que Plutón es dispositor de Marte y ambos se encuentran en cuadratura......lo cual no indica nada bueno.

Esta configuración da que pensar que continuará la violencia en la zona y se seguirán sucediendo actos terroristas.

Otra configuración tenebrosa es la cuadratura de Saturno, desde la cúspide de la casa XII, a Mercurio ( en exilio ) y Neptuno conjunto a él.

Enemigos ocultos, que están dentro del propio país, crearán confusión y bloqueos constantes.

El guión se repite para este año, pero a peor.......me encantaría equivocarme.


Esta otra carta, es el ingreso del Sol en Aries para Saná, capital de Yemen del Norte.

Como veis, la configuración es muy parecida.







http://www.publico.es/internacional/centenar-muertos-ataques-mezquitas-yemen.html





Sobre la Astrología y la Verdad. Un diálogo entre astrólogos.












Sobre la astrología y la verdad. Un diálogo entre astrólogos.
Por Alejandro Lerman

Fuente: www.astrologosargentinos.blogspot.com/E-mail: alejandro_lerman@yahoo.com.ar
En memoria de Salvador Lerman y Teodora Gelman


“…Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.”
(de Las ruinas circulares; Jorge Luis Borges)

¿Con qué deseo se articula el camino de aquel que direcciona su andar hacia la conquista de La Verdad? ¿Podemos decir que existe una verdad tal capaz de ser pronunciada en mayúscula? Estas son algunas de las preguntas que motorizan el presente escrito, nacidas del intercambio con colegas astrólogos.
En la medida que la astrología encuentra como práctica privilegiada aquella que se circunscribe a las coordenadas del dispositivo de la consulta astrológica, en donde la capacidad del astrólogo de ser sensible al otro definido como consultante determina el aporte efectivo que el primero pueda ofrecerle al segundo, considero que el desarrollo del talento de poner en entre dicho nuestras propias verdades resulta un paso ineludible.
Preg: De acuerdo a mi partida de nacimiento tengo Ascendente en Capricornio, pero de acuerdo a la hora que dice mi madre tengo Ascendente en Sagitario. Ahora me estoy yendo a vivir a Ucrania gracias a una beca que gané para perfeccionar mis estudios en odontología. Un astrólogo me dijo que era una escena de destino de mi Ascendente en Sagitario, otro me dijo que lo era de mi Ascendente en Capricornio. Me exaspera que los astrólogos podamos ser tan contradictorios, y más me enerva ser astrólogo y no saber con certeza cuál es mi carta natal. ¿Vos qué pensás?
Resp: En primer lugar, pienso que a los fines de lo que profundamente la astrología puede aportarnos, esas contradicciones y esa pregunta, no son tan relevantes. En segundo lugar, creo que sobre un mismo hecho hay infinidad de lecturas posibles, todas válidas en la medida en que se pueda situar a partir de qué indicio se llega a determinada conclusión, y admitiendo que ésta es siempre parcial y relativa. Tu exasperación frente a las contradicciones, por ejemplo, para mí puede llegar a resultar un indicio de que tu Ascendente es Capricornio.
Preg: (risas) Pero si toda conclusión fuera relativa, lo que sostenemos los astrólogos, que el Universo es una unidad, ¿no dejaría de ser cierto?
Resp: Te digo mi opinión, y voy a ser extenso porque me parece que tu pregunta nos lleva a tocar un punto crítico de la astrología; al menos en cuanto lo que refiere al modo en que fue instrumentada a lo largo de su historia. Este punto es el vínculo de la astrología con la verdad.Si es cierto o no es cierto es algo imposible de decidir. Lo cual no nos priva de que podamos creer en ello. Yo creo en la astrología, aunque me reservo de opinar acerca de si eso implica creer que “el Universo sea una unidad”.
Preg: Pero si crees en la astrología eso quiere decir que admitís que lo que ella afirma es verdad…
Resp: No. Eso no lo puede afirmar ni yo ni nadie. O en todo caso, lo puede afirmar todo aquel que se le antoje, pero por más indicios que aquel señale, por más resonancias a partir de las cuales se sienta convocado de afirmarlo, si con ello pretende haber dado con una verdad que es extensiva a todo el mundo, una verdad a partir de la cual se ilusiona con saber quién es el otro, quién es él mismo, qué es el Universo, cuál es el futuro, qué es lo que está ocurriendo en el presente, qué ocurrió en el pasado; digo, si con ello pretende haber dado con una verdad última, absoluta, inconmovible por fuera de los argumentos que se le puedan anteponer, mi opinión, es que está pecando de soberbio.
Preg: ¿Por qué?
Resp: En primer lugar, porque ahí ya es imposible el diálogo y el vínculo. O más bien, sólo queda una sola posibilidad de vínculo: la de someterse a la verdad última que aquel promueve, lo cual tiene como costo aplastar la propia singularidad, mancillar la propia vitalidad creativa. A mi juicio, no es negocio.En segundo lugar, porque sea cual fuere la creencia que uno sostenga –y por más que pueda resultar obvio no me parece que sea en vano marcarlo- por fuera de esa creencia persiste la pregunta que le dio origen. Quiero decir, no sabemos lo que es el Universo, ni sabemos quiénes somos. Dicho filosóficamente y siguiendo a Heidegger: no hay Ser, se da Ser. No hay un sentido oculto entre las cosas que uno viene descubrir. El sentido se produce, se crea; continuamente se inventa. Tomando a Nietzsche podemos decir que la necesidad se afirma en el azar, en el sentido exacto en que el ser se afirma en el devenir y lo uno en lo múltiple; frase que condensa al menos lo que yo creo.Nadie sabe lo que es el Universo, y eso, entre otras cosas, porque el Universo está en continuo movimiento. El día que encontremos un punto fijo seguramente podremos hacer palanca junto a Arquímedes y lograr mover el mundo en la dirección que queramos. La astrología es un lenguaje que da cuenta de lo que está y estará eternamente abierto.En la medida que uno tiene en claro que siempre se habla desde una creencia, uno sabe que todos los discursos parten de un principio acrítico, no fundamentado e imposible de fundamentar. Pongo como ejemplo la pregunta paradigmática que recorre la astrología: ¿Existe una relación intrínseca entre el cielo y la tierra? Esta es una pregunta, de nuevo, imposible de responder en términos estrictos, en términos de verdad-verdad, ya que, y dicho sea de paso, nada puede ser afirmado en esos términos. Es un imposible. Lo cual, y otra vez, no impide que nos sea legítimo apostar por una respuesta y creer firmemente en ella, pero agenciándola sólo en tanto verdad subjetiva. Nuestra verdad. Mi verdad. La verdad de cada cual. Una respuesta provisoria y parcial frente a una pregunta eterna. Porque dicha apuesta se realizará inevitablemente sobre un agujero, sobre un misterio, sobre una incógnita que siempre permanecerá abierta. Y esto tanto si se responde la pregunta por la positiva como por la negativa, y si es el caso que se le quiere dar una respuesta.Como te dije, yo creo en la astrología, y por tanto, yo creo en dicho vínculo, apuesto por él cada vez que hablo en calidad de astrólogo y cada vez que establezco asociaciones de acuerdo al simbolismo que ella provee. Se me ocurre decirte que yo creo en la astrología como un lenguaje que permite desplegar la pregunta por dicha relación, lo cual creo que habilita un determinado tipo de percepción, y la cual tiene como origen una vivencia absolutamente singular.Pero vale decir, que como todo lo que decimos, como todo aquello en lo que creemos, se sostiene sobre un profundo misterio, para vincularnos en salud, nuestro decir tendremos que sostenerlo con argumentos, en donde la capacidad de argumentar y la capacidad de poner en entre dicho nuestros propios argumentos, creo yo, tendrá mucho que ver con la calidad de vínculo que podamos llegar a entablar.
Preg: ¿Qué supone para vos esto que decís en relación a nuestro hacer en tanto astrólogos?
Resp: Ante todo, supone asumirse responsable de las lecturas que uno hace, que dicho sea de paso no son más que eso: lecturas. Supone que cada vez que hablo me hago responsable de lo que digo, esto es, que tengo que responder por aquello que digo, tengo que dar cuenta desde qué lugar hablo cuando digo, y tengo que implicarme en eso que digo. Exagerándolo para ser claro: anteponer mi nombre propio a cada lectura que hago y no decir en nombre de una supuesta astrología que habla por sí misma. La astrología no es un saber, es un lenguaje; por sí misma, no dice nada.Hacerle decir a la astrología hace que la posición desde la cual habla el astrólogo quede invisibilizada, teniendo allí un carácter operante el supuesto de la astrología como lugar de la verdad absoluta, del saber revelado, lo cual genera a su vez el autoengaño y la ilusión de que el astrólogo es aquel que se encuentra ubicado en un vínculo particularmente íntimo y estrecho con aquello que se encuentra operando como Verdad.
Estoy hablando de un antiquísimo arquetipo que aún hoy produce vastos efectos colectivos en todos los territorios y disciplinas de la humanidad que se articulan con el saber; que en lo que refiere específicamente a la astrología se sostiene en el supuesto sombrío a partir del cual se concibe la creencia de que el astrólogo viene a iluminarnos, o dicho de otro modo, que el astrólogo es oráculo de La Verdad, que el astrólogo es una suerte de iluminado. Con cierta licencia poética podríamos pensarlo como la astuta manera en que Hermes juega a esconder a Plutón bajo las aguas de Neptuno.Esto fue y es, hay que tenerlo bien en claro, un problema de los astrólogos, no de la astrología.
Preg: Si la astrología no es un saber. ¿Cuál es ese lugar desde el cual ejercemos nuestro trabajo? ¿Qué nos autoriza como astrólogos?
Resp: Dicho psicoanalíticamente, el de un sujeto que sabe que no sabe. Y como sabe que no sabe, no le queda otra alternativa que apostar e implicarse en su acto. En la medida que uno apuesta a sabiendas que no hay garantías de lo que dice o de lo que hace, que acepta el riesgo de que su acto no se apoya en ninguna verdad última, que tiene el coraje de actuar asumiendo sus propios límites y reconociendo los del otro, uno se asume en tanto sujeto del inconsciente; un sujeto creativo, un sujeto que se produce en el vínculo y que es efecto de éste.Por tanto, si somos capaces de reconocer que no hay verdad de la verdad, es decir, un fundamento último que opere de garante de aquello que afirmamos en tanto verdadero, o dicho de otro modo, que hablar desde una verdad entendida como última revela un lugar imposible, al mismo tiempo que esto nos conduce a reconocemos en una ignorancia primera, una docta ignorancia -docta en tanto que ésta depende que seamos conscientes de ella-, nadie ni nada nos autoriza a ejercer nuestro rol de astrólogos sino nosotros mismos. Parafraseo una frase de Lacan transfiriéndola al campo de la astrología; digo: cada astrólogo se autoriza a sí mismo.
Preg: ¿Pero esto no supondría que desde el lugar de astrólogo cualquiera podría decir cualquier cosa?
Resp: En primer lugar, en términos descriptivos, concedeme que desde el lugar de astrólogo cualquiera dice cualquier cosa. Esto es algo que efectivamente sucede. Pero eso no debiera ser así, no para mí, y no es esto en modo alguno lo que estoy avalando y mucho menos alentando. Y digo que no debiera ser así porque el lugar desde el cual ejercemos nuestro rol de astrólogos implica una función. Esto es lo determinante.Dicha función se pone en juego en la dialéctica de un vínculo asimétrico como lo es el que existe entre astrólogo y consultante: hay un sujeto que demanda algo por un lado, y, por el otro lado, hay un sujeto que se supone que sabe, que sabe algo respecto a aquello que se demanda.
Tener presente esta dinámica transferencial en la que se inscribe toda consulta astrológica, a mi entender, es fundamental. Y estar a la altura de la función que convoca ese lugar del vínculo, no sólo conviene pensarla como un fin deseable, sino como una exigencia para todo aquel que quiera aventurarse en este trabajo. Exigencia, agregaría, de cada cual consigo mismo. Porque hay una dimensión ética que nos involucra con todo aquello que decimos y con todo aquello que hacemos, lo cual a mi entender se refuerza cuando decidimos ejercer un rol como lo es el del astrólogo.
Preg: ¿Qué querés decir con esto?
Resp: Que todo aquel que ocupa el polo estructurante en un vínculo es responsable de los efectos que susciten sus intervenciones en dicho vínculo. Y vuelvo, responsable en tanto que tiene que responder por sus intervenciones, tiene que dar cuenta en qué medida su intervención se concilia con la función que corresponde al lugar desde el cual la realiza. Sea un astrólogo, un terapeuta, un docente, un padre, una madre, etc. Y con esto lo que quiero remarcar es que para desarrollar nuestra práctica es fundamental saber acerca de sus límites y tener bien en claro cuál es la función que estamos llevando a cabo.
Preg: ¿Y cuál es para vos esa función?
Resp: Tu pregunta toca otro de los puntos que considero críticos de la práctica astrológica, en la medida que considero que aún no se encuentra lo suficientemente elucidado y mucho menos consensuado por la comunidad de astrólogos –si es que se puede decir que existe tal comunidad-. Lo cual me parece un asunto bastante grave. De todos modos, te propongo dejar abierta la pregunta para una próxima conversación.
Preg: Me lo quedo pensando. Hay algo que todavía no me respondiste… Para vos, entonces, ¿tengo Ascendente en Sagitario o tengo Ascendente en Capricornio?
Resp: (risas) No sabría decirte. Lo que sí estoy seguro es que hoy fue tu destino escuchar unas palabras acerca de los límites que toda creencia tiene. Lo cual también puede resultar una creencia, y si tal fuera el caso, es una creencia en la que yo firmemente creo.





Se publica la traducción completa de la antología de Vettius Valens

 .       Ayer se publicó en Internet de forma gratuita una traducción completa de la Antología del astrólogo del siglo II Vettius Valens . ...