viernes, 20 de marzo de 2015

Sobre la Astrología y la Verdad. Un diálogo entre astrólogos.












Sobre la astrología y la verdad. Un diálogo entre astrólogos.
Por Alejandro Lerman

Fuente: www.astrologosargentinos.blogspot.com/E-mail: alejandro_lerman@yahoo.com.ar
En memoria de Salvador Lerman y Teodora Gelman


“…Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.”
(de Las ruinas circulares; Jorge Luis Borges)

¿Con qué deseo se articula el camino de aquel que direcciona su andar hacia la conquista de La Verdad? ¿Podemos decir que existe una verdad tal capaz de ser pronunciada en mayúscula? Estas son algunas de las preguntas que motorizan el presente escrito, nacidas del intercambio con colegas astrólogos.
En la medida que la astrología encuentra como práctica privilegiada aquella que se circunscribe a las coordenadas del dispositivo de la consulta astrológica, en donde la capacidad del astrólogo de ser sensible al otro definido como consultante determina el aporte efectivo que el primero pueda ofrecerle al segundo, considero que el desarrollo del talento de poner en entre dicho nuestras propias verdades resulta un paso ineludible.
Preg: De acuerdo a mi partida de nacimiento tengo Ascendente en Capricornio, pero de acuerdo a la hora que dice mi madre tengo Ascendente en Sagitario. Ahora me estoy yendo a vivir a Ucrania gracias a una beca que gané para perfeccionar mis estudios en odontología. Un astrólogo me dijo que era una escena de destino de mi Ascendente en Sagitario, otro me dijo que lo era de mi Ascendente en Capricornio. Me exaspera que los astrólogos podamos ser tan contradictorios, y más me enerva ser astrólogo y no saber con certeza cuál es mi carta natal. ¿Vos qué pensás?
Resp: En primer lugar, pienso que a los fines de lo que profundamente la astrología puede aportarnos, esas contradicciones y esa pregunta, no son tan relevantes. En segundo lugar, creo que sobre un mismo hecho hay infinidad de lecturas posibles, todas válidas en la medida en que se pueda situar a partir de qué indicio se llega a determinada conclusión, y admitiendo que ésta es siempre parcial y relativa. Tu exasperación frente a las contradicciones, por ejemplo, para mí puede llegar a resultar un indicio de que tu Ascendente es Capricornio.
Preg: (risas) Pero si toda conclusión fuera relativa, lo que sostenemos los astrólogos, que el Universo es una unidad, ¿no dejaría de ser cierto?
Resp: Te digo mi opinión, y voy a ser extenso porque me parece que tu pregunta nos lleva a tocar un punto crítico de la astrología; al menos en cuanto lo que refiere al modo en que fue instrumentada a lo largo de su historia. Este punto es el vínculo de la astrología con la verdad.Si es cierto o no es cierto es algo imposible de decidir. Lo cual no nos priva de que podamos creer en ello. Yo creo en la astrología, aunque me reservo de opinar acerca de si eso implica creer que “el Universo sea una unidad”.
Preg: Pero si crees en la astrología eso quiere decir que admitís que lo que ella afirma es verdad…
Resp: No. Eso no lo puede afirmar ni yo ni nadie. O en todo caso, lo puede afirmar todo aquel que se le antoje, pero por más indicios que aquel señale, por más resonancias a partir de las cuales se sienta convocado de afirmarlo, si con ello pretende haber dado con una verdad que es extensiva a todo el mundo, una verdad a partir de la cual se ilusiona con saber quién es el otro, quién es él mismo, qué es el Universo, cuál es el futuro, qué es lo que está ocurriendo en el presente, qué ocurrió en el pasado; digo, si con ello pretende haber dado con una verdad última, absoluta, inconmovible por fuera de los argumentos que se le puedan anteponer, mi opinión, es que está pecando de soberbio.
Preg: ¿Por qué?
Resp: En primer lugar, porque ahí ya es imposible el diálogo y el vínculo. O más bien, sólo queda una sola posibilidad de vínculo: la de someterse a la verdad última que aquel promueve, lo cual tiene como costo aplastar la propia singularidad, mancillar la propia vitalidad creativa. A mi juicio, no es negocio.En segundo lugar, porque sea cual fuere la creencia que uno sostenga –y por más que pueda resultar obvio no me parece que sea en vano marcarlo- por fuera de esa creencia persiste la pregunta que le dio origen. Quiero decir, no sabemos lo que es el Universo, ni sabemos quiénes somos. Dicho filosóficamente y siguiendo a Heidegger: no hay Ser, se da Ser. No hay un sentido oculto entre las cosas que uno viene descubrir. El sentido se produce, se crea; continuamente se inventa. Tomando a Nietzsche podemos decir que la necesidad se afirma en el azar, en el sentido exacto en que el ser se afirma en el devenir y lo uno en lo múltiple; frase que condensa al menos lo que yo creo.Nadie sabe lo que es el Universo, y eso, entre otras cosas, porque el Universo está en continuo movimiento. El día que encontremos un punto fijo seguramente podremos hacer palanca junto a Arquímedes y lograr mover el mundo en la dirección que queramos. La astrología es un lenguaje que da cuenta de lo que está y estará eternamente abierto.En la medida que uno tiene en claro que siempre se habla desde una creencia, uno sabe que todos los discursos parten de un principio acrítico, no fundamentado e imposible de fundamentar. Pongo como ejemplo la pregunta paradigmática que recorre la astrología: ¿Existe una relación intrínseca entre el cielo y la tierra? Esta es una pregunta, de nuevo, imposible de responder en términos estrictos, en términos de verdad-verdad, ya que, y dicho sea de paso, nada puede ser afirmado en esos términos. Es un imposible. Lo cual, y otra vez, no impide que nos sea legítimo apostar por una respuesta y creer firmemente en ella, pero agenciándola sólo en tanto verdad subjetiva. Nuestra verdad. Mi verdad. La verdad de cada cual. Una respuesta provisoria y parcial frente a una pregunta eterna. Porque dicha apuesta se realizará inevitablemente sobre un agujero, sobre un misterio, sobre una incógnita que siempre permanecerá abierta. Y esto tanto si se responde la pregunta por la positiva como por la negativa, y si es el caso que se le quiere dar una respuesta.Como te dije, yo creo en la astrología, y por tanto, yo creo en dicho vínculo, apuesto por él cada vez que hablo en calidad de astrólogo y cada vez que establezco asociaciones de acuerdo al simbolismo que ella provee. Se me ocurre decirte que yo creo en la astrología como un lenguaje que permite desplegar la pregunta por dicha relación, lo cual creo que habilita un determinado tipo de percepción, y la cual tiene como origen una vivencia absolutamente singular.Pero vale decir, que como todo lo que decimos, como todo aquello en lo que creemos, se sostiene sobre un profundo misterio, para vincularnos en salud, nuestro decir tendremos que sostenerlo con argumentos, en donde la capacidad de argumentar y la capacidad de poner en entre dicho nuestros propios argumentos, creo yo, tendrá mucho que ver con la calidad de vínculo que podamos llegar a entablar.
Preg: ¿Qué supone para vos esto que decís en relación a nuestro hacer en tanto astrólogos?
Resp: Ante todo, supone asumirse responsable de las lecturas que uno hace, que dicho sea de paso no son más que eso: lecturas. Supone que cada vez que hablo me hago responsable de lo que digo, esto es, que tengo que responder por aquello que digo, tengo que dar cuenta desde qué lugar hablo cuando digo, y tengo que implicarme en eso que digo. Exagerándolo para ser claro: anteponer mi nombre propio a cada lectura que hago y no decir en nombre de una supuesta astrología que habla por sí misma. La astrología no es un saber, es un lenguaje; por sí misma, no dice nada.Hacerle decir a la astrología hace que la posición desde la cual habla el astrólogo quede invisibilizada, teniendo allí un carácter operante el supuesto de la astrología como lugar de la verdad absoluta, del saber revelado, lo cual genera a su vez el autoengaño y la ilusión de que el astrólogo es aquel que se encuentra ubicado en un vínculo particularmente íntimo y estrecho con aquello que se encuentra operando como Verdad.
Estoy hablando de un antiquísimo arquetipo que aún hoy produce vastos efectos colectivos en todos los territorios y disciplinas de la humanidad que se articulan con el saber; que en lo que refiere específicamente a la astrología se sostiene en el supuesto sombrío a partir del cual se concibe la creencia de que el astrólogo viene a iluminarnos, o dicho de otro modo, que el astrólogo es oráculo de La Verdad, que el astrólogo es una suerte de iluminado. Con cierta licencia poética podríamos pensarlo como la astuta manera en que Hermes juega a esconder a Plutón bajo las aguas de Neptuno.Esto fue y es, hay que tenerlo bien en claro, un problema de los astrólogos, no de la astrología.
Preg: Si la astrología no es un saber. ¿Cuál es ese lugar desde el cual ejercemos nuestro trabajo? ¿Qué nos autoriza como astrólogos?
Resp: Dicho psicoanalíticamente, el de un sujeto que sabe que no sabe. Y como sabe que no sabe, no le queda otra alternativa que apostar e implicarse en su acto. En la medida que uno apuesta a sabiendas que no hay garantías de lo que dice o de lo que hace, que acepta el riesgo de que su acto no se apoya en ninguna verdad última, que tiene el coraje de actuar asumiendo sus propios límites y reconociendo los del otro, uno se asume en tanto sujeto del inconsciente; un sujeto creativo, un sujeto que se produce en el vínculo y que es efecto de éste.Por tanto, si somos capaces de reconocer que no hay verdad de la verdad, es decir, un fundamento último que opere de garante de aquello que afirmamos en tanto verdadero, o dicho de otro modo, que hablar desde una verdad entendida como última revela un lugar imposible, al mismo tiempo que esto nos conduce a reconocemos en una ignorancia primera, una docta ignorancia -docta en tanto que ésta depende que seamos conscientes de ella-, nadie ni nada nos autoriza a ejercer nuestro rol de astrólogos sino nosotros mismos. Parafraseo una frase de Lacan transfiriéndola al campo de la astrología; digo: cada astrólogo se autoriza a sí mismo.
Preg: ¿Pero esto no supondría que desde el lugar de astrólogo cualquiera podría decir cualquier cosa?
Resp: En primer lugar, en términos descriptivos, concedeme que desde el lugar de astrólogo cualquiera dice cualquier cosa. Esto es algo que efectivamente sucede. Pero eso no debiera ser así, no para mí, y no es esto en modo alguno lo que estoy avalando y mucho menos alentando. Y digo que no debiera ser así porque el lugar desde el cual ejercemos nuestro rol de astrólogos implica una función. Esto es lo determinante.Dicha función se pone en juego en la dialéctica de un vínculo asimétrico como lo es el que existe entre astrólogo y consultante: hay un sujeto que demanda algo por un lado, y, por el otro lado, hay un sujeto que se supone que sabe, que sabe algo respecto a aquello que se demanda.
Tener presente esta dinámica transferencial en la que se inscribe toda consulta astrológica, a mi entender, es fundamental. Y estar a la altura de la función que convoca ese lugar del vínculo, no sólo conviene pensarla como un fin deseable, sino como una exigencia para todo aquel que quiera aventurarse en este trabajo. Exigencia, agregaría, de cada cual consigo mismo. Porque hay una dimensión ética que nos involucra con todo aquello que decimos y con todo aquello que hacemos, lo cual a mi entender se refuerza cuando decidimos ejercer un rol como lo es el del astrólogo.
Preg: ¿Qué querés decir con esto?
Resp: Que todo aquel que ocupa el polo estructurante en un vínculo es responsable de los efectos que susciten sus intervenciones en dicho vínculo. Y vuelvo, responsable en tanto que tiene que responder por sus intervenciones, tiene que dar cuenta en qué medida su intervención se concilia con la función que corresponde al lugar desde el cual la realiza. Sea un astrólogo, un terapeuta, un docente, un padre, una madre, etc. Y con esto lo que quiero remarcar es que para desarrollar nuestra práctica es fundamental saber acerca de sus límites y tener bien en claro cuál es la función que estamos llevando a cabo.
Preg: ¿Y cuál es para vos esa función?
Resp: Tu pregunta toca otro de los puntos que considero críticos de la práctica astrológica, en la medida que considero que aún no se encuentra lo suficientemente elucidado y mucho menos consensuado por la comunidad de astrólogos –si es que se puede decir que existe tal comunidad-. Lo cual me parece un asunto bastante grave. De todos modos, te propongo dejar abierta la pregunta para una próxima conversación.
Preg: Me lo quedo pensando. Hay algo que todavía no me respondiste… Para vos, entonces, ¿tengo Ascendente en Sagitario o tengo Ascendente en Capricornio?
Resp: (risas) No sabría decirte. Lo que sí estoy seguro es que hoy fue tu destino escuchar unas palabras acerca de los límites que toda creencia tiene. Lo cual también puede resultar una creencia, y si tal fuera el caso, es una creencia en la que yo firmemente creo.





jueves, 19 de marzo de 2015

Planetas Ferales.









Libro: Dinámica y análisis de los aspectos.
Autor: Bil Tierney

Capitulo 9
PLANETAS SIN ASPECTOS
(Planetas ferales)

Aunque este libro se centra en los aspectos natales, también es importante considerar a los planetas que aparecen en el horóscopo sin aspectar. El término «sin aspectos» puede ser engañoso, ya que un planeta siempre hace alguno... un as­pecto menor, una conexión con los ángulos de la carta, a través de los puntos medios o por los armónicos. Sin embargo, un planeta suele definirle como inaspectado cuando no forma aspectos mayores dentro de un orbe razonable (aun­que el tema de los «orbes» es muy controvertido y el debate sigue abierto). Los astrólogos encontrarán tales planetas pocas veces. La mejor obra sobre el tema y que además ofre­ce una selección de opiniones astrológicas al respecto es el libro de Geoffrey Dean titulado Recent Advances In Natal Astrology (publicado por la sociedad inglesa The Astrologi­cal Association). Dean dedica un capítulo entero a este fenó­meno. En general, los astrólogos opinan que un planeta sin aspectos, aunque no esté debilitado, difícilmente se integra con los otros componentes de la psique (representada por los restantes planetas). Ésta es también mi opinión. Pero aun­que no se relacionen bien mutuamente, se distinguen de los demás porque retienen más marcadamente su auténtica na­turaleza que los planetas normales, tanto para bien como para mal.

Un planeta sin aspectos es muy intenso y definido en su ex­presión, ya que su energía no está matizada por otros plane­tas que operan a través de otros signos. Y como tampoco se relaciona con otras Casas, concentra su manifestación sólo en un área enfatizada. Los principios planetarios no se com-binan, y por lo tanto la expresión innata del planeta no sufre ninguna modificación. Pero al mismo tiempo, al carecer de aspectos no se expresan de la manera multifacética de los planetas aspectados. El Dr. Dean, quien llevó a cabo una investigación personal de dos años de duración sobre estos temas, estableció que los planetas inaspectados se expresan en el carácter del individuo (rechaza el concepto de que sean «señales mudas» en la carta)', aunque su expresión es mucho más difícil de controlar que la de los restantes planetas.' También formula que «el principio de un planeta inaspectado tiende a estar conectado o apagado sin términos medios, el nativo suele oscilar entre ambas posiciones. Ya que "todo o nada" es otra descripción adecuada». Termina afirmando que debido a este rasgo oscilante, la fuerza del mismo es muy difícil de descubrir.

Thyrza Escobar sugiere que un planeta sin aspectos puede ejercer una «notoria» influencia'. Doris Hebel considera a estos planetas «importantes, diferentes, erráticos; y la dirección de su influencia... impredecible». Esta cualidad distintiva y sin embargo errática es apoyada también por Eugene Moore, cuya teoría sobre los planetas inaspectados es muy interesante. En un seminario que dio en la ciudad de Atlanta, en la Metro Atlanta Astrological Society,  describió a los planetas inaspectados como poseedores de un comportamiento similar al de Urano. Moore cree que tales planetas muestran dónde el individuo se encuentra solo. La dirección en la acción que toma tal planeta es incierta, espasmódica, e irregular. Aunque carece de estabilidad, puede indicar al genio. Como ejemplo, Moore interpreta a un Sol sin aspectos como una persona muy independiente y desapegada de las influencias externas, convirtiendo a este individuo en un isla en sí mismo. Si la fecha de nacimiento del Ayatollah Khomeini es correcta (17 de mayo de 1900) tendría un Sol inaspectado. La descripción de Eugene Moore se aplicaría perfectamente a este patriarca inflexible. Además es interesante observar que el punto de vista de Moore, cuando habla de «acción espasmódica e irregular», coincide con los hallazgos del Dr. Dean que dice que tienen una cualidad que se «enciende y se apaga».

Para interpretar lo que significa un planeta inaspectado, deberíamos preguntarnos primero por qué son relevantes los aspectos. En mi opinión, los aspectos permiten a los planetas vivir otras experiencias debido a la combinación de principios. Los aspectos estimulan a un planeta a probar su potencial, y por lo tanto desarrollan su capacidad innata para ex-presarse a través de una serie de experiencias. Permiten a los planetas combinar fuerzas de tal forma que ambos son introducidos a nuevas dimensiones. Por lo tanto, cuando un planeta no hace aspectos, se sentirá menos impulsado psicológicamente a extender la gama de sus actividades. Al no asociarse con otros, se comportará de una forma autocontenida. Se manifestará como una conjunción exacta en términos de unidireccionalidad de impulso e interés. Pero, a diferencia de una conjunción natal, experimentará un sentido de aislamiento al relacionarse con sus principios básicos. Ya que se trata de un planeta solo, no habrá combinación ni síntesis. Sin la dinámica de la conjunción, no logrará la conciencia de sí a través de la acción personal. A diferencia de la conjunción, expresa su naturaleza de manera más total, intensamente automática aunque espasmódica. Los demás planetas ayudan a modular la expresión a través de los aspectos.

¿Algo puede modificar a un planeta sin aspectos? El signo donde se encuentra, se enfatiza más y se vuelve más influyente. La Casa donde se ubica adquirirá una importancia única si ningún otro planeta se encuentra allí... la singularidad se la dará el individuo según como se relacione con los asuntos de la misma. Sin cuadraturas ni oposiciones, el planeta inaspectado no sufre la tensión de los desafíos de la vida, ni experimenta el vigor extra que posee otro cuerpo con una configuración difícil. Quizás este planeta debe desarrollarse bajo condiciones que no serían factibles si estuviese fuertemente aspectado. Mientras que las salidas creativas y autoexpresivas (sugeridas por los trígonos y los sextiles) son más difíciles
de atraer o incluso de apreciar, el planeta sin aspectos puede manifestar su potencial con gran impacto en un área exclusi­va de la vida (indicada por su posición por Casa y signo). También puede expresar mucho de sí a través de las Casas que gobierne en el horóscopo.

Un planeta inaspectado puede actuar como el único naipe di­ferente de una baraja y convertirse en un foco conspicuo de atención. Pero a diferencia del naipe, no es capaz de filtrar la combinación compuesta de los otros planetas del horóscopo. Uno de sus rasgos descollantes es su naturaleza impredecible. Usualmente, nuestras valoraciones de cómo un planeta actuará sus impulsos se basa en sus conexiones con los demás. Pero si no hay aspectos, ¿qué puede esperar un astró­logo en términos de expresión? Probablemente existan fac­tores desconocidos que regulan la manifestación de los prin­cipios de vida más allá de lo que se percibe ahora a través de la estructura astrológica. La astrología está sujeta a la evolu­ción como todo lo demás (lo que se evidencia cada vez que se descubre un planeta y se lo agrega a la estructura). No debe­mos pensar que todo lo que es está contenido en nuestros ar­quetipos astrológicos solares (que es lo que hacemos cuando describimos los procesos vitales indicados por el Zodíaco). ¿Qué ocurriría si la astrología geocéntrica fuese sólo el tram­polín necesario para que los seres humanos conecten con conceptos del ser totalmente extraños? ¿Y si arquetipos ga­lácticos más poderosos, desconocidos por nosotros, dirigen sin embargo el mecanismo de los fenómenos de la astrología geocéntrica? Francamente, no sabemos si las fórmulas astro­lógicas que aplicamos a nuestra condición humana son incon­dicionales. Por lo tanto, si un planeta inaspectado muestra una falta de control periódica en su accionar o presenta mo­mentos de expresión oscilante difíciles de explicar, quizás se active debido a procesos que no estamos preparados para di­lucidar aún. Estos planetas exhiben períodos de actividad in­tensa sin razones aparentes (es decir, no se deben a los tránsi­tos ni a las progresiones). Dentro de nuestro limitado campo de conocimientos, es difícil explicar cómo se expresan estos planetas sin ningún aspecto que los estimule.

Teóricamente, parece importante observar si el planeta inas­pectado es retrógrado, estacionario, interceptado, o si está conjunto a un ángulo (ya que tales fenómenos pueden ocu­rrir sin aspectos de otros planetas). Se necesita investigar y observar cuidadosamente antes de que sea posible llegar a conclusiones válidas. Las siguientes descripciones son sólo sugerencias de algunas de las formas en que un planeta inas­pectado puede influenciar el carácter del individuo. Aunque el signo y la Casa son importantes (ya que añaden compleji­dad a la expresión del impulso planetario), no considero su influencia en estas interpretaciones:

SOL SIN ASPECTOS

La interpretación de Eugene Moore me parece correcta, él dice que un individuo con un Sol sin aspectos se comporta en sí mismo como una isla. La naturaleza autónoma e individua­lista del Sol se enfatiza aquí. Acentuará el espíritu indepen­diente, aunque no siempre de forma equilibrada y saludable. Un Sol natal muy aspectado señala a una persona que se sien­te impulsada a ganar el reconocimiento y el honor en el mundo externo a través de un despliegue vibrante y confiado de sus propias habilidades. Se esforzará por atraer la aten­ción y ser admirado y halagado abiertamente por sus logros a fin de alimentar su ego. Se esfuerza conscientemente por irradiar sus energías de manera que impacten al medio am­biente. En cambio, quien posee un Sol sin aspectos se siente menos impulsado a exteriorizarse. Busca menos abiertamen­te el reconocimiento y se esfuerza poco por asegurarse una posición central. Sin embargo, gusta centrarse en su propia auto-importancia y se tiene en gran aprecio. La autoestima y la dignidad son importantes para él, sin importar si el medio ambiente refuerza o no esta necesidad. Su fuerza y su integri­dad le llegan de fuentes subjetivas, depende menos de las re­laciones externas para nutrir su ego. Estará muy arraigado a su ser interno, a pesar de la inestabilidad y el caos que pue­dan reinar en su medio ambiente externo. Al estar tan inten­samente centrado en sí mismo, puede parecer sordo y falto de respuesta, absorbido por el mundo que ha creado.

La naturaleza interior no combina muy bien con otras facetas de su carácter, determinadas por los otros planetas. Por lo tanto, la propia individualidad rara vez se expresará total-mente, este problema se hará más evidente en un área determinada de la vida. Los planetas conectados con el Sol por aspecto ganan un sentido mayor de su propia fuerza de propósito. Al estar unidos con la estructura vital del propio ego, se expresan de forma más consciente y creativa, y la activación positiva de la voluntad les brinda un sentido de dirección más claro. Cuando el Sol está inaspectado, los restantes planetas todavía funcionan, pero sin un tema de vida central sobre el cual focalizarse. No ayudan ni obstaculizan a los objetivos principales del individuo, debido a que no están relacionados directamente con tales metas. Quizás los impulsos de estos planetas se ven obligados a ocupar lugares secundarios, que son vividos como necesidades a las que se otorga menos atención y desarrollo. El individuo se dedicará a desarrollar exclusivamente sus características solares.

LUNA SIN ASPECTOS

En mi opinión, la Luna (que simboliza al principio receptivo y nutritivo) es un planeta que necesita conectarse con otros para funcionar adecuadamente. La Luna tiene relación con el impulso que nos lleva a unirnos, y a absorber energía a través de tal adhesión. Los aspectos a la Luna ayudan al individuo a realizar constantes adaptaciones funcionales dentro de su medio ambiente inmediato, lo obligan a buscar continuamente su centro con el propósito de hacer frente a las tensiones que lo circundan (la Luna es la colaboradora natural del Sol en este sentido). Pero cuando está inaspectada, esta Luna aislada inclina al individuo a sentir una desconexión antinatural con su medio ambiente, especialmente en el nivel emocional. La persona puede tener dificultades para aclimatarse y aceptar un medio ambiente durante un período largo de tiempo, por esa razón parecerá inquieta, sin raíces, y poco cómoda con sus condiciones de vida. Puede sufrir etapas de grandes arrebatos en las que su inquietud se acelera mucho y su humor cambia con rapidez, produciendo altos y bajos emocionales. Los otros planetas colorean con facilidad a la Luna y le otorgan una estructura definitiva. Sin aspectos, la Luna, que señala nuestra personalidad, carecerá de forma y de rasgos distintivos.

Los otros componentes de nuestra naturaleza (indicados por los restantes planetas) tendrán dificultades para ser nutridos y apoyados por los instintos naturales y protectores que de ella emanan. Mostrará menos preocupación por el desarrollo de esas partes de su naturaleza. La naturaleza sentimental no está necesariamente debilitada, pero es menos demostrativa. Las emociones están menos activas y se expresan con poca espontaneidad, debido a ello, la persona no sabrá reconocer qué cosa las despierta y pone en movimiento (ya que los aspectos a la Luna nos ayudan a objetivar y a distinguir nuestras necesidades en vez de mantenerlas).

Dean descubrió en su investigación que los efectos psicológicos de una Luna sin aspectos «son más traumáticos que los de los restantes planetas». Obviamente, y dado que la Luna ayuda al individuo a sentirse amparado, seguro, y nutrido dentro de su medio ambiente, la persona cuya Luna no hace aspectos se sentirá marcadamente inestable o muy vulnerable, lo que puede producir traumas. Parece razonable pensar que esta Luna solitaria acentúa los principios lunares de en-cierro y aislamiento, indicando que el individuo tenderá a reprimir sus sentimientos e impresiones en vez de permitirles que interactúen libremente con las otras facetas de su naturaleza. Debido a la falta de expresión activa, no se desarrollarán convenientemente, permaneciendo en un estado de inmadurez. Aunque la gama de expresiones emocionales se vea reducida, el individuo desplegará una gran intensidad de sentimientos e interés en la Casa donde se encuentre ubicada la Luna.

MERCURIO SIN ASPECTOS

Como la Luna, Mercurio también se beneficia al estar conectado con otros planetas (aunque, debido a su naturaleza abstracta, es menos dependiente en este sentido). Simboliza el principio de la objetividad clara e imparcial, por lo tanto, puede ejercer una influencia neutra. Sin embargo, funciona más efectivamente cuando se combina con otros planetas, ya que se desarrolla mejor si es estimulado por una diversidad de influencias. Expresa con más energía su potencial innato debido a la curiosidad que le produce lo que no conoce (se siente impulsado a indagar cómo funcionan todas las cosas). Los demás planetas le brindan las experiencias esenciales de aprendizaje que busca con tanta ansiedad. Cuando Mercurio carece de aspectos, le faltarán las oportunidades educativas, y por lo tanto, el desarrollo mental nunca será completo. La mente puede ser capaz y potente, pero unilateral en su apli­cación. Quizás sea capaz de reunir información inteligente sobre aquellas áreas que estimulan su interés (indicadas por la ubicación de Mercurio natal), pero no se comprenderá a sí mismo igualmente bien. Mercurio brinda la habilidad para aplicar la luz de la razón a todas las facetas de nuestra natura­leza humana, al menos nos estimula para cuestionar nuestros impulsos. Una persona con un Mercurio inaspectado se sen­tirá menos impulsada a dirigir su poder mental hacia la ob­servación y el análisis de los otros componentes de su perso­nalidad. Por lo tanto, esas otras partes de su psique difícilmente podrán desarrollarse y expresarse a través de la evaluación lógica y objetiva (a menos que se ubiquen en sig­nos y/o Casas regidas por Mercurio). Sin embargo, el individuo podrá exhibir una capacidad mental extraordinaria en un área de la vida, indicada por la Casa donde se ubique Mercurio.

El lado positivo de un Mercurio sin aspectos, a diferencia de otro muy aspectado, es que se sentirá menos inclinado a la dispersión y a la distracción (ya que no es activado simultá­neamente desde una multitud de áreas). Pero, al estar menos diversificado, la mente será menos flexible y adaptable al cambio (especialmente si se encuentra en un signo fijo). Se sentirá menos inclinado a sopesar todos los lados de un tema, ya que no se familiarizará con todos. Aunque no necesaria­mente obcecado o rígido, Mercurio sin aspectos no reconoce las opciones y alternativas de pensamiento, como lo haría un Mercurio aspectado. Según el estudio de Dean, el impulso comunicativo no disminuye. Pero parece operar de manera oscilante (aunque de forma brillante), en esos momentos el individuo será hiperactivo (mental y verbalmente). Supongo que en general se sentirá aislado y poco integrado a nivel mental.

VENUS SIN ASPECTOS

Una Venus sin aspectos suele carecer de perspectiva, ya que la falta de aspectos da poco sentido de los contrastes, factor esencial para el desarrollo de la misma. El contraste puede ser experimentado a través de las oposiciones natales del ho­róscopo pero en relación a otros planetas, no en relación a Venus. Vivirá la perspectiva del principio venusino a través de las variaciones del signo y/o Casa donde se halle Venus. De otro modo, permanecerá latente. Dado que una Venus sin aspectos no puede extenderse y asociarse con otros plane­tas, el lado sociable y despreocupado del planeta muestra di­ficultades para expresarse (al menos con coordinación, equilibrio, y estabilidad). Esta ubicación describe a una Venus cuyos instintos sociales están demasiado autorrefrenados como para impactar al medio ambiente. Venus representa el principio que rige la atracción. Sin aspectos, la capacidad para atraer se limita a un solo foco de interés, que puede ser obsesivo y unidireccional. No perseguirá sus intereses afecti­vos de manera activa. Será muy pasivo, aunque muy intenso en su respuesta. El lado sensual, y hedonista de Venus se verá acentuado, ya que se puede permanecer autocontenido y poco social y sin embargo perseguir esas necesidades perso­nales.

Cuando Venus no hace aspectos, el individuo es menos pro­clive a reflexionar y evaluar antes de actuar con el grado de deliberación o vacilación típicos de una Venus muy aspecta­da. Se sentirá menos impulsado a tomar en consideración las restantes necesidades de su psique, señaladas por los demás planetas, y por lo tanto, menos urgido a establecer un equilibrio en su autoexpresión. Esta Venus intentará llevar a cabo sus impulsos de forma esporádica, casi compulsiva, con poca restricción o moderación. Querrá satisfacer sus deseos de manera enfática. En su mayor parte, las necesidades afectivas permanecerán en estado latente, y rara vez serán exhibidas abiertamente. La persona suele ser poco demostrativa, aunque reacciona con presteza y es muy subjetiva. Es difícil que viva los placeres normales de la interacción social (observará en vez de participar), pero puede encontrar satisfacciones intensas en un área de su vida a la que valore mucho, indicada ésta por la Casa donde se encuentre Venus. Puede lograr un equilibrio interno en esta área y alcanzar un sentido de armonía interior que rara vez se logra a través de las usuales actividades venusinas externas.



MARTE SIN ASPECTOS

Psicológicamente, el planeta Marte se siente impulsado a separarse y a actuar fuera de las influencias externas favoreciendo la autoexpresión independiente. Al terco Marte no le gusta que las necesidades contrastantes de los otros planetas modifiquen sus impulsos. Cuando Marte está muy aspectado, se siente confinado y molesto. Un Marte sin aspectos podrá funcionar de forma más pura, sin compromisos. La capacidad del individuo para actuar en su propio beneficio puede operar sin el apoyo coordinante de los otros factores de su horóscopo. Aunque el impulso activo de Marte se limita a pocas áreas de la psique del individuo, se expresará con mucha fuerza de concentración, interés único, y gasto de energía. En su estudio, Dean encontró que un Marte sin aspectos producía efectos que «eran los más marcados y diferenciadores de todos ... » Las personas que él observó no carecían de iniciativa ni eran indiferentes. Tampoco había una reducción en los impulsos. La mayoría de estos individuos eran notablemente enérgicos y activos en algún nivel, casi de forma ininterrumpida. Quizás un Marte sin aspectos, funciona según su naturaleza más auténtica, y sugiere una actividad constante, no atemperada o modulada por los demás planetas. La necesidad de estar activo, en constante movimiento, siempre haciendo algo, puede ser a veces compulsiva. El signo donde se halle ayudará a determinar qué nivel de experiencia lo activa.

Un Marte inaspectado está más centrado en sí mismo que uno muy aspectado. Se acentúa la capacidad de actuar según el propio interés. Cuando Marte está aspectado, la vida lo desafía a experimentar una vasta gama de situaciones de forma consciente, que lo vuelven más adaptable a las presiones de su entorno. Al no recibir aspectos, se concentra en una sola faceta de la vida y por lo tanto le faltará la guía benéfica de los otros componentes de la personalidad. Un Marte inaspectado sacará su energía sin restricciones y de forma casi ilimitada, ya que las limitaciones constructivas provistas por los demás planetas estarán ausentes. De tanto en tanto, todos los rasgos tensionales típicos de Marte (el enojo, la agresión, la violencia) harán eclosión y los desplegará activamente. Es menos probable que pueda modificar la energía burda y poco refinada de Marte, porque no se sentirá motivado a aplicar sus impulsos marciales a la estimulación de las otras partes de su naturaleza (lo que ayudaría a liberar energía), este exceso se va almacenando hasta que la psique ya no es capaz de contenerla. Las manifestaciones negativas de Marte serán del tipo inconsciente, y parecerán a veces muy irracionales, ya que las acciones que emprenda no serán influenciadas por las facetas de su naturaleza que podrían brin-darle raciocinio, control, percepción, perspectiva, y conciencia de las consecuencias.

JÚPITER SIN ASPECTOS

Naturalmente, Júpiter busca participar activamente en lo social y huye de la soledad. Es el planeta de la expansión y de la amplitud de miras. Si no hace aspectos, el individuo será menos gregario y expansivo. O actuará expansivamente sólo por momentos, cuando se sienta entusiasmado. La innata espontaneidad de Júpiter nunca se hará del todo evidente, a excepción de ciertos momentos esporádicos. Podrá desplegar de vez en cuando una exhuberancia desatada, pero ésta se extinguirá tan rápidamente como se haya manifestado. Los aspectos planetarios le permiten a Júpiter desarrollar su capacidad para juzgar, ya que una multiplicidad de aspectos motiva al individuo a buscar experiencias que promuevan esas habilidades. Un Júpiter sin aspectos atrae menos situa­ciones en las que deba aplicarse activamente ese juicio (sugi­riendo que puede estar poco desarrollado). Otras partes de la naturaleza no podrán crecer a través de los procesos de inspiración y elevación típicos de las energías jupiterianas. Le falta alegría, y puede sentirse muy afectado por el lado serio de la vida (a menos que exista un fuerte enfásis en Sagi­tario o en la Casa IX). Sin embargo, según la posición por Casa de Júpiter, el individuo podrá exhibir mucho ardor y autoestímulo. En vez de cándido y casual, parecerá desape­gado y mentalmente remoto (ya que Júpiter, al igual que Urano, tiene relación con los temperamentos distraídos y amantes de la abstracción).

A diferencia del Júpiter aspectado, que es más sabio en lo mundano, porque sus mayores oportunidades en la vida lo ayudan a desarrollar esa sabiduría, el individuo con un Júpi­ter inaspectado será muy idealista, pero inocente y modesto en muchas áreas de su existencia. Puede ser una persona que se aísla en su torre de marfil. Se sentirá desconectado de las normas sociales que rigen la moral o la religión. Tendrá menos propensión a seguir sistemas de creencias o puntos de vista debido a las presiones culturales o a la programación in­fantil recibida. Aunque sea muy filosófico, será un individuo solitario en su búsqueda de la verdad última o de significados elevados. Por ello, su visión será única. Progresará más en los asuntos que se relacionen con la Casa donde se encuentre Júpiter.

SATURNO SIN ASPECTOS

Al igual que Marte, independiente y seguro de sí mismo, Sa­turno puede funcionar con menos dificultades cuando no está aspectado. Su inclinación a la soledad se acentuará. Sin em­bargo, dado que Saturno se estructura mejor cuando la vida lo pone a prueba de forma rigurosa, su falta de aspectos puede sugerir que las circunstancias no pondrán tan a prueba sus fuerzas y debilidades. Saturno en aspecto con otro plane­ta permite que ese cuerpo (o parte de la psique) se vuelva productivo de forma sensible y fiable. El planeta estará más enraizado y funcionará de forma más realista. Pero cuando no hace aspectos, este planeta normalmente cumplidor puede volverse indiferente o despreocupado por los procesos extraños a su esfera de acción. Encontrará estructura y defi­nición sólo en algunas áreas de la vida, que no- se relacionan con los restantes componentes de su naturaleza total. Por lo tanto, el individuo no se sentirá motivado a ejercer un con­trol directo y consciente sobre muchas partes de su naturale­za. No autodisciplinará ni organizará sus necesidades, care­cerá también del sentido de precaución y autopreservación (Saturno es el impulso de seguridad que establece los límites necesarios sobre la voluntad a fin de preservar la integridad de nuestro ser).

Aunque la rigidez y la cristalización serán menos problemáti­cas con un Saturno sin aspectos (a diferencia de uno que haga muchos contactos), el individuo puede volverse demasiado receptivo a muchas influencias al azar que no tienen direc­ción, sin el beneficio de los frenos y controles de un Saturno aspectado. Los intentos por ordenar la propia vida serán como mínimo inconsistentes, y la conciencia del individuo estará menos abocada a las situaciones planteadas por la existencia. La persona flotará a través de la vida, sin una guía establecida ni la ayuda de ciertas leyes internas (no importa lo exitoso o realizado que parezca externamente). La pacien­cia y el planeamiento del futuro no sufrirán tanto, pero si la adecuación al tiempo justo. Sin embargo, Saturno se inclina por concentrarse pacientemente en un área a la vez, en vez de dispersar su foco de atención. Puede existir una gran ne­cesidad de controlar y manejar los asuntos del área en que se halla ubicado Saturno con poca susceptibilidad a la distrac­ción. Debe tener cuidado en no volverse demasiado inadap­table a las variaciones potenciales de la autoexpresión.

URANO SIN ASPECTOS

Todos los planetas de la Octava Superior son demasiado intensos y aterradores como para poder expresarlos de forma pura y sin atenuantes. Cuando contactan con otros planetas reducen la aceleración de sus energías y así podemos servir-nos de ellos con seguridad. Si no forman aspectos, son demasiado intensos como para que el sistema humano ordinario los maneje de manera efectiva. Por lo tanto, operarán de forma exclusivamente inconsciente (con momentos ocasionales de comportamiento impredecible e inusual), o no funcionarán en absoluto (permaneciendo en un estado latente a nivel de carácter, y siendo proyectados hacia la gente y las situaciones). Pero en el caso de algunos individuos, y por ratones desconocidas, un planeta de la Octava Superior inaspectado puede indicar una capacidad extraordinaria más allá de la expresión humana promedio (casi como si esa persona es-tuviese conectada con una fuente cósmica de ilimitado poder). Cuando no está aspectado, Urano se vuelve más autocontenido e independiente a las influencias externas. Se siente menos inclinado a producir rupturas en el mundo ex-terno según el estilo abierto y rebelde de un Urano fuertemente aspectado. La cualidad desapegada de los planetas inaspectados se acentuará, ya que Urano en sí tiende a ser impersonal. Sin los suficientes canales de salida (que los aspectos brindan), la tensión eléctrica nerviosa crecerá y se intensificará, dando origen a períodos de inquietud y descontento. Gastará mucha de esa energía en estallidos que durarán poco tiempo. Sin embargo, el potencial uraniano para producir condiciones o cambios abruptos externos se verá limitado a aquello que guarde relación con la Casa donde se encuentre situado, sin afectar al resto de la vida del individuo. En otras palabras, la capacidad para experimentar el caos o el desorden disminuye (lo que significará una bendición para algunos). Pero como Urano ayuda a acelerar el crecimiento personal a través de rupturas significativas, su falta de aspectos podría obstaculizar a largo término el progreso del alma. Sin la estimulación eléctrica de Urano que recarga las diversas facetas de su naturaleza, el individuo tendrá menos facilidad para eliminar los patrones de comportamientos rígidos y sofocantes. Por lo cual, el progreso será más lento. Los destellos de genio o los relámpagos de intuición operarán sólo en la Casa donde se ubique Urano, allí el individuo se sentirá único y sin par, para mejor o para peor.

NEPTUNO SIN ASPECTOS

Por su propia naturaleza, Neptuno se inclina al retiro, a la reclusión, y a la privacidad. Prefiere permanecer absorbido en sus mundos internos de conciencia y le resulta difícil manifestarse en términos concretos y sólidos. Cuanto más aspectos posea, más probabilidades habrá de que sea desafiado a manifestarse a través de la experiencia externa, sin importar el nivel o la cualidad exhibidas. Se verá forzado a abandonar su retiro. Un Neptuno sin aspectos reforzará el lado más pasivo de este planeta extraterreno. Sin los estímulos activadores que le brindan los aspectos, Neptuno alentará al individuo a guardar su búsqueda de ideales emocionales significativos para sí mismo en vez de desarrollarlos en el medio ambiente. Podrá hallar consuelo interior y tranquilidad creando hermosas imágenes en el campo prolífico pero inexplorado de su imaginación. La capacidad neptuniana para fantasear será muy poderosa e intensa, ya que esta facultad no necesita recibir el apoyo de una implicación activa para operar. Pero la imaginación, la fantasía, la revelación, y la visión inspirada tendrán pocas salidas expresivas tangibles, a diferencia de un Neptuno muy aspectado. Para este individuo, los sueños serán inalcanzables. Normalmente, cuanto menos activo sea Neptuno en el horóscopo, menos propenso será el individuo a actuar de una forma que lo lleve a la decepción (las ilusiones serán autocontenidas, y se manifestarán en los asuntos que se relacionen con la Casa donde se encuentre Neptuno). Si Neptuno no hace aspectos, tampoco es capaz de influir di-rectamente en los impulsos de los restantes planetas, negándoles el beneficio de la percepción espiritual. Para algunos, significará una visión materialista del mundo, desprovista de las visiones correspondientes a la perfección última y a la unidad. Al individuo le costará mucho creer en milagros, experimentarlos directamente o reconocerlos. Sin embargo, se sentirá menos confuso y desorientado con el mundo en que pone su fe.

PLUTON SIN ASPECTOS

Plutón es el planeta del aislacionista. Representa una por­ción de nuestra configuración psicológica que se mantiene remota y distante del flujo principal de la vida. En la carta natal, opera a menudo de una forma muy sutil, subterránea, y desde un punto de vista intensamente subjetivo. Cuando Plutón no hace aspectos, la tendencia a aislarse y a apartarse crece. Ciertas fuerzas subterráneas dentro de su psique esta­rán completamente escindidas de las otras facetas de su per­sonalidad interior. Y con Plutón, estas fuerzas enterradas poseen generalmente mucho poder, sin importar cuánto es­fuerzo dediquen para salir a la superficie de la conciencia. Un Plutón sin aspectos sugiere momentos en que los deseos se expresarán de forma compulsiva y casi abrumadora, lo que parecerá extraño a la conciencia habitual del individuo. Plutón necesita aspectos para reducir el nivel de su poder e intensidad, y para permitir al individuo ser más consciente de sus impulsos más oscuros y profundos. Los aspectos son los instrumentos que hacen posible que esas necesidades prima­rias emerjan a los límites de la conciencia y sobrelleven mejor la lucha necesaria requerida para transformarlas en poderes renovados. Pero sin aspectos, Plutón limita la habili­dad del individuo para encontrar salidas capaces de ayudarlo en su regeneración. Se verá menos obligado a desarrollar el autocontrol (especialmente a nivel emocional), o sobre la forma en que expresa su vida. Las sombras pueden tomar el control. No se permite el beneficio de la regeneración, en sus niveles más fundamentales, a las otras partes de su naturale­za, señaladas por los restantes planetas. Se les niega una per­cepción más profunda de sí mismos, a menos quizás que al­gunos planetas se encuentren en Escorpio o en la Casa VIII. Por otra parte, un Plutón sin aspectos (cuya expresión está en estado más latente) puede indicar que este individuo no intentará controlar a los demás, al menos de la manera dominante y abrumad ora de un Plutón muy aspectado. Si intenta estos juegos de poder, se identificará menos con ellos y los analizará objetivamente. Necesitará un honesto autoexamen periódico, especialmente en los asuntos de la Casa donde se encuentre Plutón. De otro modo, la vida le brindará menos oportunidades de confrontar y superar su naturaleza más os­cura, sin importar lo inquietantes que puedan ser estas face­tas de su psicología.

Antes de terminar este capítulo, quiero enfatizar que lo im­portante de un planeta sin aspectos no es su naturaleza en sí, sino cómo la falta de influencia de ese planeta afecta a otras partes de la personalidad. Los restantes planetas no son ca­paces de conectar directamente con el mismo, y por lo tanto, no pueden tomar nada del planeta inaspectado. La interpre­tación no debería basarse solamente en el temperamento in­tensificado y autocontenido del planeta inaspectado, sino también en la condición que impone a los restantes. Esto permite al astrólogo tener una perspectiva de todo el proceso relacionado con el fenómeno del planeta inaspectado y favo­rece una delineación más holística. En general, cuando un planeta no hace aspectos mayores en el horóscopo, busco al aspecto menor más exacto (en especial los tensos) y lo obser­vo con mayor atención de la acostumbrada.

 
Referencias:
1.   Geoffrey Dean, Recent Advances in Natal Astrology, The Astrological Assoc., Inglaterra, 1977, pág.356.
2.   Ibid, pág. 356.
3.   Ibid, pág. 356.
4.   Ibid, pág. 356.
5.   Ibid, pág. 357.
6.   Eugene Moore, Unaspected Planets, Seminario M. A. A. S., 16 de enero de 1977, Atlanta, Ga.
7.   Geoffrey Dean, Recent Advances in Natal Astrology, «The Astrological Assoc.», Inglaterra, 1977, pág. 363.
8.   Ibid, pág. 364.


 http://centroastrologicovenezolano.es.tl/Planetas-sin-aspectos--k1-Planetas-Ferales-k2-.htm

La Astrología, una ciencia iniciática. Por Samuel Morett.









 

La Astrologia, una Ciencia Iniciática.


La Astrología es una herramienta para el conocimiento de uno mismo y la realización personal en esta vida. Nos ayuda a descubrirnos, a comprender de dónde venimos –no geográfica e históricamente, sino espiritualmente-, quiénes somos –no científicamente, sino humanamente- y hacia dónde vamos –no teórica, sino realmente-, entonces podremos descubrir la información que nos llevará por el buen camino, el “libreto” de nuestra vida.
Como almas seleccionamos el momento para nacer. Elegimos un “programa humano de vida”, nuestra carta natal kármica, decidimos encarnar en esta tierra en un momento y lugar determinados. Hemos venido aquí a aprender ciertas lecciones que nos permitan avanzar en nuestra senda espiritual y evolutiva. Seleccionamos nuestro sexo, el color de nuestra piel, nuestro país y nuestra religión particular –de acuerdo a nuestra disponibilidad mental-, y luego buscamos específicamente los padres que favorezcan nuestro trabajo espiritual en esta vida.
La naturaleza es una totalidad orgánica y con análisis apropiado es posible establecer la causa de cualquier hecho. El camino hacia fuera se descubre yendo hacia dentro. Toda persona tiene su propia misión en la vida. Eres la única oportunidad que tiene el Mundo de contar con alguien como tú. Hay un espacio destinado para cada cual que no puede ser ocupado por otro ni quedar vacío; tu lugar te pertenece desde antes de tu concepción, que ha sido programada para que tu ser desarrolle sus atributos en el contexto más propicio. De modo que la tarea de cada uno es tan única como su oportunidad específica para llevarla a cabo. Tú formas parte de un sistema en el que todo ser desempeña un papel necesario, por pequeño y humilde o fugaz que este pueda parecer en el concierto de la Humanidad. La tarea principal del hombre en la vida es darse a la luz, a sí mismo, convertirse en lo que potencialmente es.
La Astrología no es una ciencia técnica. Una técnica siempre es muerta; puede ser agregada a nosotros, aprendida; pero un proceso siempre es vivo. Crece, se expande. La Astrología es un proceso creciente, no una técnica. Es un proceso de autoconocimiento y autotransformación, es una ciencia INICIÁTICA. Pero es importante diferenciarla de los horóscopos. La técnica es repetitiva, la existencia nunca lo es. A mayor técnica mayor mecanicidad. La técnica debe ser un instrumento al servicio de la VIDA. Ser astrólogo no es un trabajo, no es algo que haces, es algo que eres, una forma de ser, un estado de conciencia.
A través del conocimiento de las Fuerzas sutiles de energía que fluyen por el universo, podemos componer nuestra vida para alcanzar nuestras metas. El propósito definitivo de la Astrología es ayudar a que la gente comprenda de qué manera puede cambiar su vida en una dirección donde encuentre felicidad, realización personal y desarrollo.



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Elizabeth Montgomery.

            Elizabeth Victoria Montgomery ( Hollywood , California , 15 de abril de 1933- Beverly Hills , California, 18 de mayo de 1995) f...