jueves, 19 de marzo de 2015

Planetas Ferales.









Libro: Dinámica y análisis de los aspectos.
Autor: Bil Tierney

Capitulo 9
PLANETAS SIN ASPECTOS
(Planetas ferales)

Aunque este libro se centra en los aspectos natales, también es importante considerar a los planetas que aparecen en el horóscopo sin aspectar. El término «sin aspectos» puede ser engañoso, ya que un planeta siempre hace alguno... un as­pecto menor, una conexión con los ángulos de la carta, a través de los puntos medios o por los armónicos. Sin embargo, un planeta suele definirle como inaspectado cuando no forma aspectos mayores dentro de un orbe razonable (aun­que el tema de los «orbes» es muy controvertido y el debate sigue abierto). Los astrólogos encontrarán tales planetas pocas veces. La mejor obra sobre el tema y que además ofre­ce una selección de opiniones astrológicas al respecto es el libro de Geoffrey Dean titulado Recent Advances In Natal Astrology (publicado por la sociedad inglesa The Astrologi­cal Association). Dean dedica un capítulo entero a este fenó­meno. En general, los astrólogos opinan que un planeta sin aspectos, aunque no esté debilitado, difícilmente se integra con los otros componentes de la psique (representada por los restantes planetas). Ésta es también mi opinión. Pero aun­que no se relacionen bien mutuamente, se distinguen de los demás porque retienen más marcadamente su auténtica na­turaleza que los planetas normales, tanto para bien como para mal.

Un planeta sin aspectos es muy intenso y definido en su ex­presión, ya que su energía no está matizada por otros plane­tas que operan a través de otros signos. Y como tampoco se relaciona con otras Casas, concentra su manifestación sólo en un área enfatizada. Los principios planetarios no se com-binan, y por lo tanto la expresión innata del planeta no sufre ninguna modificación. Pero al mismo tiempo, al carecer de aspectos no se expresan de la manera multifacética de los planetas aspectados. El Dr. Dean, quien llevó a cabo una investigación personal de dos años de duración sobre estos temas, estableció que los planetas inaspectados se expresan en el carácter del individuo (rechaza el concepto de que sean «señales mudas» en la carta)', aunque su expresión es mucho más difícil de controlar que la de los restantes planetas.' También formula que «el principio de un planeta inaspectado tiende a estar conectado o apagado sin términos medios, el nativo suele oscilar entre ambas posiciones. Ya que "todo o nada" es otra descripción adecuada». Termina afirmando que debido a este rasgo oscilante, la fuerza del mismo es muy difícil de descubrir.

Thyrza Escobar sugiere que un planeta sin aspectos puede ejercer una «notoria» influencia'. Doris Hebel considera a estos planetas «importantes, diferentes, erráticos; y la dirección de su influencia... impredecible». Esta cualidad distintiva y sin embargo errática es apoyada también por Eugene Moore, cuya teoría sobre los planetas inaspectados es muy interesante. En un seminario que dio en la ciudad de Atlanta, en la Metro Atlanta Astrological Society,  describió a los planetas inaspectados como poseedores de un comportamiento similar al de Urano. Moore cree que tales planetas muestran dónde el individuo se encuentra solo. La dirección en la acción que toma tal planeta es incierta, espasmódica, e irregular. Aunque carece de estabilidad, puede indicar al genio. Como ejemplo, Moore interpreta a un Sol sin aspectos como una persona muy independiente y desapegada de las influencias externas, convirtiendo a este individuo en un isla en sí mismo. Si la fecha de nacimiento del Ayatollah Khomeini es correcta (17 de mayo de 1900) tendría un Sol inaspectado. La descripción de Eugene Moore se aplicaría perfectamente a este patriarca inflexible. Además es interesante observar que el punto de vista de Moore, cuando habla de «acción espasmódica e irregular», coincide con los hallazgos del Dr. Dean que dice que tienen una cualidad que se «enciende y se apaga».

Para interpretar lo que significa un planeta inaspectado, deberíamos preguntarnos primero por qué son relevantes los aspectos. En mi opinión, los aspectos permiten a los planetas vivir otras experiencias debido a la combinación de principios. Los aspectos estimulan a un planeta a probar su potencial, y por lo tanto desarrollan su capacidad innata para ex-presarse a través de una serie de experiencias. Permiten a los planetas combinar fuerzas de tal forma que ambos son introducidos a nuevas dimensiones. Por lo tanto, cuando un planeta no hace aspectos, se sentirá menos impulsado psicológicamente a extender la gama de sus actividades. Al no asociarse con otros, se comportará de una forma autocontenida. Se manifestará como una conjunción exacta en términos de unidireccionalidad de impulso e interés. Pero, a diferencia de una conjunción natal, experimentará un sentido de aislamiento al relacionarse con sus principios básicos. Ya que se trata de un planeta solo, no habrá combinación ni síntesis. Sin la dinámica de la conjunción, no logrará la conciencia de sí a través de la acción personal. A diferencia de la conjunción, expresa su naturaleza de manera más total, intensamente automática aunque espasmódica. Los demás planetas ayudan a modular la expresión a través de los aspectos.

¿Algo puede modificar a un planeta sin aspectos? El signo donde se encuentra, se enfatiza más y se vuelve más influyente. La Casa donde se ubica adquirirá una importancia única si ningún otro planeta se encuentra allí... la singularidad se la dará el individuo según como se relacione con los asuntos de la misma. Sin cuadraturas ni oposiciones, el planeta inaspectado no sufre la tensión de los desafíos de la vida, ni experimenta el vigor extra que posee otro cuerpo con una configuración difícil. Quizás este planeta debe desarrollarse bajo condiciones que no serían factibles si estuviese fuertemente aspectado. Mientras que las salidas creativas y autoexpresivas (sugeridas por los trígonos y los sextiles) son más difíciles
de atraer o incluso de apreciar, el planeta sin aspectos puede manifestar su potencial con gran impacto en un área exclusi­va de la vida (indicada por su posición por Casa y signo). También puede expresar mucho de sí a través de las Casas que gobierne en el horóscopo.

Un planeta inaspectado puede actuar como el único naipe di­ferente de una baraja y convertirse en un foco conspicuo de atención. Pero a diferencia del naipe, no es capaz de filtrar la combinación compuesta de los otros planetas del horóscopo. Uno de sus rasgos descollantes es su naturaleza impredecible. Usualmente, nuestras valoraciones de cómo un planeta actuará sus impulsos se basa en sus conexiones con los demás. Pero si no hay aspectos, ¿qué puede esperar un astró­logo en términos de expresión? Probablemente existan fac­tores desconocidos que regulan la manifestación de los prin­cipios de vida más allá de lo que se percibe ahora a través de la estructura astrológica. La astrología está sujeta a la evolu­ción como todo lo demás (lo que se evidencia cada vez que se descubre un planeta y se lo agrega a la estructura). No debe­mos pensar que todo lo que es está contenido en nuestros ar­quetipos astrológicos solares (que es lo que hacemos cuando describimos los procesos vitales indicados por el Zodíaco). ¿Qué ocurriría si la astrología geocéntrica fuese sólo el tram­polín necesario para que los seres humanos conecten con conceptos del ser totalmente extraños? ¿Y si arquetipos ga­lácticos más poderosos, desconocidos por nosotros, dirigen sin embargo el mecanismo de los fenómenos de la astrología geocéntrica? Francamente, no sabemos si las fórmulas astro­lógicas que aplicamos a nuestra condición humana son incon­dicionales. Por lo tanto, si un planeta inaspectado muestra una falta de control periódica en su accionar o presenta mo­mentos de expresión oscilante difíciles de explicar, quizás se active debido a procesos que no estamos preparados para di­lucidar aún. Estos planetas exhiben períodos de actividad in­tensa sin razones aparentes (es decir, no se deben a los tránsi­tos ni a las progresiones). Dentro de nuestro limitado campo de conocimientos, es difícil explicar cómo se expresan estos planetas sin ningún aspecto que los estimule.

Teóricamente, parece importante observar si el planeta inas­pectado es retrógrado, estacionario, interceptado, o si está conjunto a un ángulo (ya que tales fenómenos pueden ocu­rrir sin aspectos de otros planetas). Se necesita investigar y observar cuidadosamente antes de que sea posible llegar a conclusiones válidas. Las siguientes descripciones son sólo sugerencias de algunas de las formas en que un planeta inas­pectado puede influenciar el carácter del individuo. Aunque el signo y la Casa son importantes (ya que añaden compleji­dad a la expresión del impulso planetario), no considero su influencia en estas interpretaciones:

SOL SIN ASPECTOS

La interpretación de Eugene Moore me parece correcta, él dice que un individuo con un Sol sin aspectos se comporta en sí mismo como una isla. La naturaleza autónoma e individua­lista del Sol se enfatiza aquí. Acentuará el espíritu indepen­diente, aunque no siempre de forma equilibrada y saludable. Un Sol natal muy aspectado señala a una persona que se sien­te impulsada a ganar el reconocimiento y el honor en el mundo externo a través de un despliegue vibrante y confiado de sus propias habilidades. Se esforzará por atraer la aten­ción y ser admirado y halagado abiertamente por sus logros a fin de alimentar su ego. Se esfuerza conscientemente por irradiar sus energías de manera que impacten al medio am­biente. En cambio, quien posee un Sol sin aspectos se siente menos impulsado a exteriorizarse. Busca menos abiertamen­te el reconocimiento y se esfuerza poco por asegurarse una posición central. Sin embargo, gusta centrarse en su propia auto-importancia y se tiene en gran aprecio. La autoestima y la dignidad son importantes para él, sin importar si el medio ambiente refuerza o no esta necesidad. Su fuerza y su integri­dad le llegan de fuentes subjetivas, depende menos de las re­laciones externas para nutrir su ego. Estará muy arraigado a su ser interno, a pesar de la inestabilidad y el caos que pue­dan reinar en su medio ambiente externo. Al estar tan inten­samente centrado en sí mismo, puede parecer sordo y falto de respuesta, absorbido por el mundo que ha creado.

La naturaleza interior no combina muy bien con otras facetas de su carácter, determinadas por los otros planetas. Por lo tanto, la propia individualidad rara vez se expresará total-mente, este problema se hará más evidente en un área determinada de la vida. Los planetas conectados con el Sol por aspecto ganan un sentido mayor de su propia fuerza de propósito. Al estar unidos con la estructura vital del propio ego, se expresan de forma más consciente y creativa, y la activación positiva de la voluntad les brinda un sentido de dirección más claro. Cuando el Sol está inaspectado, los restantes planetas todavía funcionan, pero sin un tema de vida central sobre el cual focalizarse. No ayudan ni obstaculizan a los objetivos principales del individuo, debido a que no están relacionados directamente con tales metas. Quizás los impulsos de estos planetas se ven obligados a ocupar lugares secundarios, que son vividos como necesidades a las que se otorga menos atención y desarrollo. El individuo se dedicará a desarrollar exclusivamente sus características solares.

LUNA SIN ASPECTOS

En mi opinión, la Luna (que simboliza al principio receptivo y nutritivo) es un planeta que necesita conectarse con otros para funcionar adecuadamente. La Luna tiene relación con el impulso que nos lleva a unirnos, y a absorber energía a través de tal adhesión. Los aspectos a la Luna ayudan al individuo a realizar constantes adaptaciones funcionales dentro de su medio ambiente inmediato, lo obligan a buscar continuamente su centro con el propósito de hacer frente a las tensiones que lo circundan (la Luna es la colaboradora natural del Sol en este sentido). Pero cuando está inaspectada, esta Luna aislada inclina al individuo a sentir una desconexión antinatural con su medio ambiente, especialmente en el nivel emocional. La persona puede tener dificultades para aclimatarse y aceptar un medio ambiente durante un período largo de tiempo, por esa razón parecerá inquieta, sin raíces, y poco cómoda con sus condiciones de vida. Puede sufrir etapas de grandes arrebatos en las que su inquietud se acelera mucho y su humor cambia con rapidez, produciendo altos y bajos emocionales. Los otros planetas colorean con facilidad a la Luna y le otorgan una estructura definitiva. Sin aspectos, la Luna, que señala nuestra personalidad, carecerá de forma y de rasgos distintivos.

Los otros componentes de nuestra naturaleza (indicados por los restantes planetas) tendrán dificultades para ser nutridos y apoyados por los instintos naturales y protectores que de ella emanan. Mostrará menos preocupación por el desarrollo de esas partes de su naturaleza. La naturaleza sentimental no está necesariamente debilitada, pero es menos demostrativa. Las emociones están menos activas y se expresan con poca espontaneidad, debido a ello, la persona no sabrá reconocer qué cosa las despierta y pone en movimiento (ya que los aspectos a la Luna nos ayudan a objetivar y a distinguir nuestras necesidades en vez de mantenerlas).

Dean descubrió en su investigación que los efectos psicológicos de una Luna sin aspectos «son más traumáticos que los de los restantes planetas». Obviamente, y dado que la Luna ayuda al individuo a sentirse amparado, seguro, y nutrido dentro de su medio ambiente, la persona cuya Luna no hace aspectos se sentirá marcadamente inestable o muy vulnerable, lo que puede producir traumas. Parece razonable pensar que esta Luna solitaria acentúa los principios lunares de en-cierro y aislamiento, indicando que el individuo tenderá a reprimir sus sentimientos e impresiones en vez de permitirles que interactúen libremente con las otras facetas de su naturaleza. Debido a la falta de expresión activa, no se desarrollarán convenientemente, permaneciendo en un estado de inmadurez. Aunque la gama de expresiones emocionales se vea reducida, el individuo desplegará una gran intensidad de sentimientos e interés en la Casa donde se encuentre ubicada la Luna.

MERCURIO SIN ASPECTOS

Como la Luna, Mercurio también se beneficia al estar conectado con otros planetas (aunque, debido a su naturaleza abstracta, es menos dependiente en este sentido). Simboliza el principio de la objetividad clara e imparcial, por lo tanto, puede ejercer una influencia neutra. Sin embargo, funciona más efectivamente cuando se combina con otros planetas, ya que se desarrolla mejor si es estimulado por una diversidad de influencias. Expresa con más energía su potencial innato debido a la curiosidad que le produce lo que no conoce (se siente impulsado a indagar cómo funcionan todas las cosas). Los demás planetas le brindan las experiencias esenciales de aprendizaje que busca con tanta ansiedad. Cuando Mercurio carece de aspectos, le faltarán las oportunidades educativas, y por lo tanto, el desarrollo mental nunca será completo. La mente puede ser capaz y potente, pero unilateral en su apli­cación. Quizás sea capaz de reunir información inteligente sobre aquellas áreas que estimulan su interés (indicadas por la ubicación de Mercurio natal), pero no se comprenderá a sí mismo igualmente bien. Mercurio brinda la habilidad para aplicar la luz de la razón a todas las facetas de nuestra natura­leza humana, al menos nos estimula para cuestionar nuestros impulsos. Una persona con un Mercurio inaspectado se sen­tirá menos impulsada a dirigir su poder mental hacia la ob­servación y el análisis de los otros componentes de su perso­nalidad. Por lo tanto, esas otras partes de su psique difícilmente podrán desarrollarse y expresarse a través de la evaluación lógica y objetiva (a menos que se ubiquen en sig­nos y/o Casas regidas por Mercurio). Sin embargo, el individuo podrá exhibir una capacidad mental extraordinaria en un área de la vida, indicada por la Casa donde se ubique Mercurio.

El lado positivo de un Mercurio sin aspectos, a diferencia de otro muy aspectado, es que se sentirá menos inclinado a la dispersión y a la distracción (ya que no es activado simultá­neamente desde una multitud de áreas). Pero, al estar menos diversificado, la mente será menos flexible y adaptable al cambio (especialmente si se encuentra en un signo fijo). Se sentirá menos inclinado a sopesar todos los lados de un tema, ya que no se familiarizará con todos. Aunque no necesaria­mente obcecado o rígido, Mercurio sin aspectos no reconoce las opciones y alternativas de pensamiento, como lo haría un Mercurio aspectado. Según el estudio de Dean, el impulso comunicativo no disminuye. Pero parece operar de manera oscilante (aunque de forma brillante), en esos momentos el individuo será hiperactivo (mental y verbalmente). Supongo que en general se sentirá aislado y poco integrado a nivel mental.

VENUS SIN ASPECTOS

Una Venus sin aspectos suele carecer de perspectiva, ya que la falta de aspectos da poco sentido de los contrastes, factor esencial para el desarrollo de la misma. El contraste puede ser experimentado a través de las oposiciones natales del ho­róscopo pero en relación a otros planetas, no en relación a Venus. Vivirá la perspectiva del principio venusino a través de las variaciones del signo y/o Casa donde se halle Venus. De otro modo, permanecerá latente. Dado que una Venus sin aspectos no puede extenderse y asociarse con otros plane­tas, el lado sociable y despreocupado del planeta muestra di­ficultades para expresarse (al menos con coordinación, equilibrio, y estabilidad). Esta ubicación describe a una Venus cuyos instintos sociales están demasiado autorrefrenados como para impactar al medio ambiente. Venus representa el principio que rige la atracción. Sin aspectos, la capacidad para atraer se limita a un solo foco de interés, que puede ser obsesivo y unidireccional. No perseguirá sus intereses afecti­vos de manera activa. Será muy pasivo, aunque muy intenso en su respuesta. El lado sensual, y hedonista de Venus se verá acentuado, ya que se puede permanecer autocontenido y poco social y sin embargo perseguir esas necesidades perso­nales.

Cuando Venus no hace aspectos, el individuo es menos pro­clive a reflexionar y evaluar antes de actuar con el grado de deliberación o vacilación típicos de una Venus muy aspecta­da. Se sentirá menos impulsado a tomar en consideración las restantes necesidades de su psique, señaladas por los demás planetas, y por lo tanto, menos urgido a establecer un equilibrio en su autoexpresión. Esta Venus intentará llevar a cabo sus impulsos de forma esporádica, casi compulsiva, con poca restricción o moderación. Querrá satisfacer sus deseos de manera enfática. En su mayor parte, las necesidades afectivas permanecerán en estado latente, y rara vez serán exhibidas abiertamente. La persona suele ser poco demostrativa, aunque reacciona con presteza y es muy subjetiva. Es difícil que viva los placeres normales de la interacción social (observará en vez de participar), pero puede encontrar satisfacciones intensas en un área de su vida a la que valore mucho, indicada ésta por la Casa donde se encuentre Venus. Puede lograr un equilibrio interno en esta área y alcanzar un sentido de armonía interior que rara vez se logra a través de las usuales actividades venusinas externas.



MARTE SIN ASPECTOS

Psicológicamente, el planeta Marte se siente impulsado a separarse y a actuar fuera de las influencias externas favoreciendo la autoexpresión independiente. Al terco Marte no le gusta que las necesidades contrastantes de los otros planetas modifiquen sus impulsos. Cuando Marte está muy aspectado, se siente confinado y molesto. Un Marte sin aspectos podrá funcionar de forma más pura, sin compromisos. La capacidad del individuo para actuar en su propio beneficio puede operar sin el apoyo coordinante de los otros factores de su horóscopo. Aunque el impulso activo de Marte se limita a pocas áreas de la psique del individuo, se expresará con mucha fuerza de concentración, interés único, y gasto de energía. En su estudio, Dean encontró que un Marte sin aspectos producía efectos que «eran los más marcados y diferenciadores de todos ... » Las personas que él observó no carecían de iniciativa ni eran indiferentes. Tampoco había una reducción en los impulsos. La mayoría de estos individuos eran notablemente enérgicos y activos en algún nivel, casi de forma ininterrumpida. Quizás un Marte sin aspectos, funciona según su naturaleza más auténtica, y sugiere una actividad constante, no atemperada o modulada por los demás planetas. La necesidad de estar activo, en constante movimiento, siempre haciendo algo, puede ser a veces compulsiva. El signo donde se halle ayudará a determinar qué nivel de experiencia lo activa.

Un Marte inaspectado está más centrado en sí mismo que uno muy aspectado. Se acentúa la capacidad de actuar según el propio interés. Cuando Marte está aspectado, la vida lo desafía a experimentar una vasta gama de situaciones de forma consciente, que lo vuelven más adaptable a las presiones de su entorno. Al no recibir aspectos, se concentra en una sola faceta de la vida y por lo tanto le faltará la guía benéfica de los otros componentes de la personalidad. Un Marte inaspectado sacará su energía sin restricciones y de forma casi ilimitada, ya que las limitaciones constructivas provistas por los demás planetas estarán ausentes. De tanto en tanto, todos los rasgos tensionales típicos de Marte (el enojo, la agresión, la violencia) harán eclosión y los desplegará activamente. Es menos probable que pueda modificar la energía burda y poco refinada de Marte, porque no se sentirá motivado a aplicar sus impulsos marciales a la estimulación de las otras partes de su naturaleza (lo que ayudaría a liberar energía), este exceso se va almacenando hasta que la psique ya no es capaz de contenerla. Las manifestaciones negativas de Marte serán del tipo inconsciente, y parecerán a veces muy irracionales, ya que las acciones que emprenda no serán influenciadas por las facetas de su naturaleza que podrían brin-darle raciocinio, control, percepción, perspectiva, y conciencia de las consecuencias.

JÚPITER SIN ASPECTOS

Naturalmente, Júpiter busca participar activamente en lo social y huye de la soledad. Es el planeta de la expansión y de la amplitud de miras. Si no hace aspectos, el individuo será menos gregario y expansivo. O actuará expansivamente sólo por momentos, cuando se sienta entusiasmado. La innata espontaneidad de Júpiter nunca se hará del todo evidente, a excepción de ciertos momentos esporádicos. Podrá desplegar de vez en cuando una exhuberancia desatada, pero ésta se extinguirá tan rápidamente como se haya manifestado. Los aspectos planetarios le permiten a Júpiter desarrollar su capacidad para juzgar, ya que una multiplicidad de aspectos motiva al individuo a buscar experiencias que promuevan esas habilidades. Un Júpiter sin aspectos atrae menos situa­ciones en las que deba aplicarse activamente ese juicio (sugi­riendo que puede estar poco desarrollado). Otras partes de la naturaleza no podrán crecer a través de los procesos de inspiración y elevación típicos de las energías jupiterianas. Le falta alegría, y puede sentirse muy afectado por el lado serio de la vida (a menos que exista un fuerte enfásis en Sagi­tario o en la Casa IX). Sin embargo, según la posición por Casa de Júpiter, el individuo podrá exhibir mucho ardor y autoestímulo. En vez de cándido y casual, parecerá desape­gado y mentalmente remoto (ya que Júpiter, al igual que Urano, tiene relación con los temperamentos distraídos y amantes de la abstracción).

A diferencia del Júpiter aspectado, que es más sabio en lo mundano, porque sus mayores oportunidades en la vida lo ayudan a desarrollar esa sabiduría, el individuo con un Júpi­ter inaspectado será muy idealista, pero inocente y modesto en muchas áreas de su existencia. Puede ser una persona que se aísla en su torre de marfil. Se sentirá desconectado de las normas sociales que rigen la moral o la religión. Tendrá menos propensión a seguir sistemas de creencias o puntos de vista debido a las presiones culturales o a la programación in­fantil recibida. Aunque sea muy filosófico, será un individuo solitario en su búsqueda de la verdad última o de significados elevados. Por ello, su visión será única. Progresará más en los asuntos que se relacionen con la Casa donde se encuentre Júpiter.

SATURNO SIN ASPECTOS

Al igual que Marte, independiente y seguro de sí mismo, Sa­turno puede funcionar con menos dificultades cuando no está aspectado. Su inclinación a la soledad se acentuará. Sin em­bargo, dado que Saturno se estructura mejor cuando la vida lo pone a prueba de forma rigurosa, su falta de aspectos puede sugerir que las circunstancias no pondrán tan a prueba sus fuerzas y debilidades. Saturno en aspecto con otro plane­ta permite que ese cuerpo (o parte de la psique) se vuelva productivo de forma sensible y fiable. El planeta estará más enraizado y funcionará de forma más realista. Pero cuando no hace aspectos, este planeta normalmente cumplidor puede volverse indiferente o despreocupado por los procesos extraños a su esfera de acción. Encontrará estructura y defi­nición sólo en algunas áreas de la vida, que no- se relacionan con los restantes componentes de su naturaleza total. Por lo tanto, el individuo no se sentirá motivado a ejercer un con­trol directo y consciente sobre muchas partes de su naturale­za. No autodisciplinará ni organizará sus necesidades, care­cerá también del sentido de precaución y autopreservación (Saturno es el impulso de seguridad que establece los límites necesarios sobre la voluntad a fin de preservar la integridad de nuestro ser).

Aunque la rigidez y la cristalización serán menos problemáti­cas con un Saturno sin aspectos (a diferencia de uno que haga muchos contactos), el individuo puede volverse demasiado receptivo a muchas influencias al azar que no tienen direc­ción, sin el beneficio de los frenos y controles de un Saturno aspectado. Los intentos por ordenar la propia vida serán como mínimo inconsistentes, y la conciencia del individuo estará menos abocada a las situaciones planteadas por la existencia. La persona flotará a través de la vida, sin una guía establecida ni la ayuda de ciertas leyes internas (no importa lo exitoso o realizado que parezca externamente). La pacien­cia y el planeamiento del futuro no sufrirán tanto, pero si la adecuación al tiempo justo. Sin embargo, Saturno se inclina por concentrarse pacientemente en un área a la vez, en vez de dispersar su foco de atención. Puede existir una gran ne­cesidad de controlar y manejar los asuntos del área en que se halla ubicado Saturno con poca susceptibilidad a la distrac­ción. Debe tener cuidado en no volverse demasiado inadap­table a las variaciones potenciales de la autoexpresión.

URANO SIN ASPECTOS

Todos los planetas de la Octava Superior son demasiado intensos y aterradores como para poder expresarlos de forma pura y sin atenuantes. Cuando contactan con otros planetas reducen la aceleración de sus energías y así podemos servir-nos de ellos con seguridad. Si no forman aspectos, son demasiado intensos como para que el sistema humano ordinario los maneje de manera efectiva. Por lo tanto, operarán de forma exclusivamente inconsciente (con momentos ocasionales de comportamiento impredecible e inusual), o no funcionarán en absoluto (permaneciendo en un estado latente a nivel de carácter, y siendo proyectados hacia la gente y las situaciones). Pero en el caso de algunos individuos, y por ratones desconocidas, un planeta de la Octava Superior inaspectado puede indicar una capacidad extraordinaria más allá de la expresión humana promedio (casi como si esa persona es-tuviese conectada con una fuente cósmica de ilimitado poder). Cuando no está aspectado, Urano se vuelve más autocontenido e independiente a las influencias externas. Se siente menos inclinado a producir rupturas en el mundo ex-terno según el estilo abierto y rebelde de un Urano fuertemente aspectado. La cualidad desapegada de los planetas inaspectados se acentuará, ya que Urano en sí tiende a ser impersonal. Sin los suficientes canales de salida (que los aspectos brindan), la tensión eléctrica nerviosa crecerá y se intensificará, dando origen a períodos de inquietud y descontento. Gastará mucha de esa energía en estallidos que durarán poco tiempo. Sin embargo, el potencial uraniano para producir condiciones o cambios abruptos externos se verá limitado a aquello que guarde relación con la Casa donde se encuentre situado, sin afectar al resto de la vida del individuo. En otras palabras, la capacidad para experimentar el caos o el desorden disminuye (lo que significará una bendición para algunos). Pero como Urano ayuda a acelerar el crecimiento personal a través de rupturas significativas, su falta de aspectos podría obstaculizar a largo término el progreso del alma. Sin la estimulación eléctrica de Urano que recarga las diversas facetas de su naturaleza, el individuo tendrá menos facilidad para eliminar los patrones de comportamientos rígidos y sofocantes. Por lo cual, el progreso será más lento. Los destellos de genio o los relámpagos de intuición operarán sólo en la Casa donde se ubique Urano, allí el individuo se sentirá único y sin par, para mejor o para peor.

NEPTUNO SIN ASPECTOS

Por su propia naturaleza, Neptuno se inclina al retiro, a la reclusión, y a la privacidad. Prefiere permanecer absorbido en sus mundos internos de conciencia y le resulta difícil manifestarse en términos concretos y sólidos. Cuanto más aspectos posea, más probabilidades habrá de que sea desafiado a manifestarse a través de la experiencia externa, sin importar el nivel o la cualidad exhibidas. Se verá forzado a abandonar su retiro. Un Neptuno sin aspectos reforzará el lado más pasivo de este planeta extraterreno. Sin los estímulos activadores que le brindan los aspectos, Neptuno alentará al individuo a guardar su búsqueda de ideales emocionales significativos para sí mismo en vez de desarrollarlos en el medio ambiente. Podrá hallar consuelo interior y tranquilidad creando hermosas imágenes en el campo prolífico pero inexplorado de su imaginación. La capacidad neptuniana para fantasear será muy poderosa e intensa, ya que esta facultad no necesita recibir el apoyo de una implicación activa para operar. Pero la imaginación, la fantasía, la revelación, y la visión inspirada tendrán pocas salidas expresivas tangibles, a diferencia de un Neptuno muy aspectado. Para este individuo, los sueños serán inalcanzables. Normalmente, cuanto menos activo sea Neptuno en el horóscopo, menos propenso será el individuo a actuar de una forma que lo lleve a la decepción (las ilusiones serán autocontenidas, y se manifestarán en los asuntos que se relacionen con la Casa donde se encuentre Neptuno). Si Neptuno no hace aspectos, tampoco es capaz de influir di-rectamente en los impulsos de los restantes planetas, negándoles el beneficio de la percepción espiritual. Para algunos, significará una visión materialista del mundo, desprovista de las visiones correspondientes a la perfección última y a la unidad. Al individuo le costará mucho creer en milagros, experimentarlos directamente o reconocerlos. Sin embargo, se sentirá menos confuso y desorientado con el mundo en que pone su fe.

PLUTON SIN ASPECTOS

Plutón es el planeta del aislacionista. Representa una por­ción de nuestra configuración psicológica que se mantiene remota y distante del flujo principal de la vida. En la carta natal, opera a menudo de una forma muy sutil, subterránea, y desde un punto de vista intensamente subjetivo. Cuando Plutón no hace aspectos, la tendencia a aislarse y a apartarse crece. Ciertas fuerzas subterráneas dentro de su psique esta­rán completamente escindidas de las otras facetas de su per­sonalidad interior. Y con Plutón, estas fuerzas enterradas poseen generalmente mucho poder, sin importar cuánto es­fuerzo dediquen para salir a la superficie de la conciencia. Un Plutón sin aspectos sugiere momentos en que los deseos se expresarán de forma compulsiva y casi abrumadora, lo que parecerá extraño a la conciencia habitual del individuo. Plutón necesita aspectos para reducir el nivel de su poder e intensidad, y para permitir al individuo ser más consciente de sus impulsos más oscuros y profundos. Los aspectos son los instrumentos que hacen posible que esas necesidades prima­rias emerjan a los límites de la conciencia y sobrelleven mejor la lucha necesaria requerida para transformarlas en poderes renovados. Pero sin aspectos, Plutón limita la habili­dad del individuo para encontrar salidas capaces de ayudarlo en su regeneración. Se verá menos obligado a desarrollar el autocontrol (especialmente a nivel emocional), o sobre la forma en que expresa su vida. Las sombras pueden tomar el control. No se permite el beneficio de la regeneración, en sus niveles más fundamentales, a las otras partes de su naturale­za, señaladas por los restantes planetas. Se les niega una per­cepción más profunda de sí mismos, a menos quizás que al­gunos planetas se encuentren en Escorpio o en la Casa VIII. Por otra parte, un Plutón sin aspectos (cuya expresión está en estado más latente) puede indicar que este individuo no intentará controlar a los demás, al menos de la manera dominante y abrumad ora de un Plutón muy aspectado. Si intenta estos juegos de poder, se identificará menos con ellos y los analizará objetivamente. Necesitará un honesto autoexamen periódico, especialmente en los asuntos de la Casa donde se encuentre Plutón. De otro modo, la vida le brindará menos oportunidades de confrontar y superar su naturaleza más os­cura, sin importar lo inquietantes que puedan ser estas face­tas de su psicología.

Antes de terminar este capítulo, quiero enfatizar que lo im­portante de un planeta sin aspectos no es su naturaleza en sí, sino cómo la falta de influencia de ese planeta afecta a otras partes de la personalidad. Los restantes planetas no son ca­paces de conectar directamente con el mismo, y por lo tanto, no pueden tomar nada del planeta inaspectado. La interpre­tación no debería basarse solamente en el temperamento in­tensificado y autocontenido del planeta inaspectado, sino también en la condición que impone a los restantes. Esto permite al astrólogo tener una perspectiva de todo el proceso relacionado con el fenómeno del planeta inaspectado y favo­rece una delineación más holística. En general, cuando un planeta no hace aspectos mayores en el horóscopo, busco al aspecto menor más exacto (en especial los tensos) y lo obser­vo con mayor atención de la acostumbrada.

 
Referencias:
1.   Geoffrey Dean, Recent Advances in Natal Astrology, The Astrological Assoc., Inglaterra, 1977, pág.356.
2.   Ibid, pág. 356.
3.   Ibid, pág. 356.
4.   Ibid, pág. 356.
5.   Ibid, pág. 357.
6.   Eugene Moore, Unaspected Planets, Seminario M. A. A. S., 16 de enero de 1977, Atlanta, Ga.
7.   Geoffrey Dean, Recent Advances in Natal Astrology, «The Astrological Assoc.», Inglaterra, 1977, pág. 363.
8.   Ibid, pág. 364.


 http://centroastrologicovenezolano.es.tl/Planetas-sin-aspectos--k1-Planetas-Ferales-k2-.htm

La Astrología, una ciencia iniciática. Por Samuel Morett.









 

La Astrologia, una Ciencia Iniciática.


La Astrología es una herramienta para el conocimiento de uno mismo y la realización personal en esta vida. Nos ayuda a descubrirnos, a comprender de dónde venimos –no geográfica e históricamente, sino espiritualmente-, quiénes somos –no científicamente, sino humanamente- y hacia dónde vamos –no teórica, sino realmente-, entonces podremos descubrir la información que nos llevará por el buen camino, el “libreto” de nuestra vida.
Como almas seleccionamos el momento para nacer. Elegimos un “programa humano de vida”, nuestra carta natal kármica, decidimos encarnar en esta tierra en un momento y lugar determinados. Hemos venido aquí a aprender ciertas lecciones que nos permitan avanzar en nuestra senda espiritual y evolutiva. Seleccionamos nuestro sexo, el color de nuestra piel, nuestro país y nuestra religión particular –de acuerdo a nuestra disponibilidad mental-, y luego buscamos específicamente los padres que favorezcan nuestro trabajo espiritual en esta vida.
La naturaleza es una totalidad orgánica y con análisis apropiado es posible establecer la causa de cualquier hecho. El camino hacia fuera se descubre yendo hacia dentro. Toda persona tiene su propia misión en la vida. Eres la única oportunidad que tiene el Mundo de contar con alguien como tú. Hay un espacio destinado para cada cual que no puede ser ocupado por otro ni quedar vacío; tu lugar te pertenece desde antes de tu concepción, que ha sido programada para que tu ser desarrolle sus atributos en el contexto más propicio. De modo que la tarea de cada uno es tan única como su oportunidad específica para llevarla a cabo. Tú formas parte de un sistema en el que todo ser desempeña un papel necesario, por pequeño y humilde o fugaz que este pueda parecer en el concierto de la Humanidad. La tarea principal del hombre en la vida es darse a la luz, a sí mismo, convertirse en lo que potencialmente es.
La Astrología no es una ciencia técnica. Una técnica siempre es muerta; puede ser agregada a nosotros, aprendida; pero un proceso siempre es vivo. Crece, se expande. La Astrología es un proceso creciente, no una técnica. Es un proceso de autoconocimiento y autotransformación, es una ciencia INICIÁTICA. Pero es importante diferenciarla de los horóscopos. La técnica es repetitiva, la existencia nunca lo es. A mayor técnica mayor mecanicidad. La técnica debe ser un instrumento al servicio de la VIDA. Ser astrólogo no es un trabajo, no es algo que haces, es algo que eres, una forma de ser, un estado de conciencia.
A través del conocimiento de las Fuerzas sutiles de energía que fluyen por el universo, podemos componer nuestra vida para alcanzar nuestras metas. El propósito definitivo de la Astrología es ayudar a que la gente comprenda de qué manera puede cambiar su vida en una dirección donde encuentre felicidad, realización personal y desarrollo.



 http://www.samuelmorett.com/articulos/la-astrologia-una-ciencia-iniciatica/




miércoles, 18 de marzo de 2015

Dudas astrológicas : Los atacires de nuevo cuño. Por Pepa Sanchis.







Dudas astrológicas: los atacires de nuevo cuño

Últimamente, cada vez que charlo con astrólogos, me hablan de una técnica "nueva", la de los atacires.  Como los astrólogos antiguos árabes ya hacían atacires, me paré a investigar el tema, pensando que se trataría de un desarrollo teórico del mismo.  Pero, al estudiarlo, me he encontrado con un uso del sistema que me suscita muchas discrepancias. Así que me ha parecido oportuno abrir el debate sobre esa técnica.  Es posible que la haya entendido mal y, en ese caso, me disculpo por adelantado si el error es mío.  Vamos a reflexionar sobre las técnicas de prognosis:
1-La carta natal no es una foto fija
Cuando nace una persona, los planetas están en determinadas posiciones en aquel momento y lugar.  Esto es lo que estudia el astrólogo y no porque los planetas influyan directamente sobre el ser humano, sino porque es una foto del estado exacto de la energía universal en ese momento, sentida desde ese ángulo.  Esto se parece un poco a subir en un autobús.  El vehículo (universo) tiene su recorrido programado (posiciones planetarias y su futura evolución), pero no es lo mismo subir en la parada 4 y bajar en la 8 que subir en la 9 y seguir hasta las 16.  Y tampoco es lo mismo sentarse dentro del autobús detrás del conductor que al fondo, a la derecha que a la izquierda (situación de los planetas en las casas según el sitio y la hora en la que naciste).  Siendo el autobús el mismo, vivirás experiencias distintas.  Es posible que vaya bordeando un precipicio que sólo ven los que están sentados a la derecha, mientras los que están a la izquierda contemplan un hermoso parque.  El que está detrás del chófer se pondrá de los nervios si nota que éste anda despistado o va durmiéndose etc.
Bueno, pues con la energía universal pasa algo parecido: tú te subes en el autobús en un determinado asiento en el que estás sólo tú y vivirás ese recorrido común a todos desde tu ángulo y con tus experiencias.  Porque los factores de la carta van  a ir moviéndose, siguiendo una ruta, y tu vida se moverá con ellos.
Por eso nunca se debería interpretar una carta como algo fijo, pues es un todo dinámico que va evolucionando.
2-La evolución de la carta.
La astrología parte del pensamiento analógico.  Plantea que todos somos uno y que de ese uno deriva la multiplicidad aparente.  En astrología el punto de origen es el Sol y todo el sistema se basa en los paralelismos y diferencias con él.  Por eso todos los sistemas de predicción más o menos clásicos (alguno es más reciente) se basan en la analogía solar o, como mucho, la solilunar.  Hay varias técnicas predictivas:
-Las direcciones primarias (de las más antiguas) que consisten en avanzar los factores un grado ecuatorial por año (ecuatorial, no zodiacal).  Esto es así porque un grado es la medida solar por excelencia, lo que recorre el Sol en un día.
-Las progresiones simbólicas consisten en avanzar todos los factores un grado zodiacal por año, por el mismo motivo.  Algunos autores árabes lo llaman "atacir de 360 grados".  Como la carta tiene 360 grados, lo que están diciendo es que progresan todos los factores un grado por año.  O sea: la medida solar por excelencia.
-Las progresiones secundarias (una técnica más reciente) consisten en establecer la analogía y equivalencia entre dos ciclos solares: un día es igual a un año.
-Las profecciones hacen algo parecido: todos los factores astrológicos dan una vuelta completa de la carta en 12 años (12 porque en un año solar hay 12 meses solilunares completos, más la epacta).  Por lo tanto una profección es un ciclo completo de 12 años.  Ibn Ragel las llama "atacir de la revolución".
-El atacir clásico es mover un grado por año por ascensiones.  Dice Ibn Ragel: "A los que están en la casa X o en la IV, se les hace el atacir por las ascensiones del círculo directo (= rectas).  A los que se encuentren entre estos dos lugares, se les hace el atacir por las ascensiones tomadas entre esos lugares".  Si uno lee bien el texto, verá que el autor usa unas veces las ascensiones oblicuas y otras las rectas.  En realidad, son direcciones primarias si lo he entendido bien.
-Aparte de eso está la revolución solar anual (cuando el Sol vuelve a la misma posición zodiacal) y la más reciente revolución diaria (cuando vuelve a la misma hora solar).
Si reflexionamos sobre lo que acabamos de leer, podemos deducir que:
-"Atacir" significa simplemente "progresión" ("ir hacia adelante").  Por eso, en el resto del mundo se usa la palabra progresión para lo que algunos astrólogos españoles llaman atacir.  A mí, personalmente, me parece más sencillo usar una misma palabra en todos los países del mundo, para entendernos más fácilmente unos y otros.  No me convence pues el rescatar un antiguo término medieval.  Es una complicación innecesaria.
-Los antiguos hacían atacir por las ascensiones (un grado por ascensiones rectas u oblicuas), las direcciones primarias (un grado ecuatorial) y las simbólicas (un grado zodiacal).  Todas esas progresiones tenían en común que eran de un grado al año, la medida solar por excelencia.
-Para combinar con la revolución solar usaban otro ciclo solar, que son las profecciones (un año de 12 meses = 12 años).
-Todas esas técnicas tienen un referente solar.  Así que mi verdadera objeción al tema es el hecho de que se usen ciclos y números sin referente solar.  Sé que hay autores modernos (Demetrio Santos o los Huber) que usan otros ciclos, pero no veo que esos ciclos se utilicen para hacer pronósticos de hechos, sobre todo el de los Huber.  Personalmente, pienso que todo significador astrológico debe actuar en los tres planos del ser humano: físico, mental y espiritual.  El banco de pruebas es el físico y sólo introduzco una cosa en mi "bagaje astrológico" si me funciona en ese terreno.
Otra cosa que me interesa destacar (porque es importante para la explicación), es que esas técnicas no son prolijas.  Para que se cumplan todas las promesas de tu carta, debes vivir 90 años que es más o menos lo que tardan los factores en recorrer una cuarta parte del tema.  Insisto: una cuarta parte de la carta (salvo las profecciones).  La carta tiene 360 grados y, a un grado por año, se recorre 90 grados en 90 años.
Entre dos factores astrológicos puede haber 4 contactos tensos: las dos cuadraturas, la oposición y la conjunción; y sólo se darán los 4 si se recorre toda la carta, los 360 grados.  Si una progresión sólo recorre una cuarta parte del tema en 90 años, de media sólo se puede producir un contacto tenso a lo largo de la vida.  He dicho "de media", porque eso puede variar mucho según la ubicación de los planetas.  Si reducimos esto a la conjunción y la oposición y no incluimos las cuadraturas, esto se reduce.  En general, tenemos una media de un 25% en toda la vida.
3-La coherencia dentro de los sistemas
Como latinista estoy acostumbrada a considerar los sistemas como conjuntos.  Cuando alguien me pide que le ayude a aprobar latín, primero le mando que haga un librito de sudokus antes de empezar a explicarle cómo funciona el latín (ambos siguen la misma lógica).  En el sudoku cada número depende de los demás para ocupar tal o cual posición.  A veces te ocurre que haces un sudoku entero y justo a la hora de colocar el último número te das cuenta de que no puede ser: todo está mal porque ese número no encaja.  Tienes que borrar y empezar de cero.
Con los sistemas intelectuales ocurre lo mismo: deben tener coherencia de conjunto, entre todos sus miembros.  Si falla un punto es que falla todo y eso no se puede suplir con "excepciones".  Cada cosa "es" en relación a las demás, como en el sistema solar, en el que un cambio de rumbo de un planeta alteraría todo el conjunto.  Por lo tanto la coherencia teórica es la prueba de fuego de toda teoría intelectual.
Por lo tanto a mí, en una primera aproximación, me resulta raro el hecho de que, mientras todas las técnicas antiguas tenían una base solar, se introduzca ahora progresiones sin relación con el patrón solar.  Esto, en mi opinión, rompe la cohesión interna de todo el sistema.  Ahora bien, falta ahora ver si esas nuevas teorías son al menos coherentes dentro de su propia lógica.
4-En qué se basa la teoría de los atacires de nuevo cuño
 De entrada, lo que llama la atención de esa teoría es el uso de la palabra "atacir".  Se alude al texto de Ibn Ragel, donde dice que el atacir es de un grado al año, pero se omite la parte en la que explica que es un grado por ascensiones rectas u oblicuas.  Creo que hubiera sido más práctico usar la palabra -conocida a nivel internacional- de "profección" o "progresión".  Si uno mira en el primer artículo citado arriba la carta de ejemplo, verá que en el nombre de la técnica (arriba a la izquierda en esa carta de ejemplo) pone "profección".  Bien, esto sólo es una cuestión terminológica, pero tiene su importancia, porque introduce un elemento de indefinición y de confusión entre técnicas distintas (el atacir por ascensiones y la profección por grados zodiacales).
Por lo tanto, estos ciclos de los que se nos habla en esos artículos y a los que se denomina "atacires" son en realidad profecciones o progresiones en los que los factores dan la vuelta a la carta en x número de años.  La diferencia con las profecciones originales, de las que ya hablaba Ptolomeo, es que las clásicas eran de 12 años (una vuelta completa de la carta en 12 años), mientras éstas usan otros números.  Sé que Doroteo de Sidón usaba también otros números, pero no es lo habitual en la tradición.
Cada número se considera analógico a un tipo de evento (en esa teoría).  Para la muerte, por ejemplo, se usa el 13, 96 y 156.  Para los hijos se usan otros números y así para cada cosa. Por lo tanto, para cada hecho se van a usar varios ciclos (nunca uno solo) que darán la vuelta completa a la carta.
Ahora la gran pregunta: ¿de dónde viene el significado de esos números y por qué son analógicos a tal o cual tipo de evento?  Sólo he estudiado 3 de los atacires (los de la muerte) y encontré la explicación en el primer artículo citado arriba.  Esa es la explicación del autor:
-El 13 es el número de la muerte: "el 13 es la carta de la Muerte en el Tarot".
-El 8 también es número de la muerte: "En el armónico 8, afín a la Casa VIII, todos los planetas con aspectos tensos están en conjunción, la división del circulo en ocho da 45, los ciclos de 45 años son relojes sincronizados muertes por suicidios" "
 -el 96 también porque "8 por 12 son 96, el ciclo de las situaciones extremas y de la muerte personal".
-Y el 156 porque "el 13 por 12 son 156 el reloj de todas las muertes".
A partir de allí, si no he entendido mal, se da una vuelta completa a la carta en 13 años y se anotan todos los aspectos que se producen.  Otra en 96 años y otra en 156 años.  Así se crean tres ciclos que son como relojes y, cuando hay coincidencias entre ellos, hay muerte.  Si lo he entendido bien.
El autor pone como ejemplo la carta de Santiago Carrillo, porque cuando murió a los 97 años y medio, había dos coincidencias en el ciclo de 96 años.  Lo que no se nos explica es por qué se murió a los 97 y medio, y no al año y medio.  Porque si el ciclo es de 96 años (pero él murió a los 97 y medio), ese hombre ya lo había pasado una vez y estaba en su segunda vuelta del mismo ciclo.  Por lo tanto, esas mismas coincidencias ya las pasó sobre el año y medio de vida.  Me dice una amiga que un solo factor no da la muerte, sino que hacen falta más coincidencias.  En eso estoy de acuerdo, pero justamente por eso me parece raro que el artículo en cuestión no las dé.  O no las había o es que considera que basta una coincidencia.
Pero vamos a la teoría y veamos si tiene lógica:
-¿Por qué es el 13 el número de la muerte?  Por una carta del tarot según dice el primer artículo.
-¿Por qué es el 8 el otro número de la muerte? Porque en astrología la casa VIII es la de la muerte.  Ya, pero en el tarot la carta 8 es la de "La justicia", no la de la muerte. 
-Si el tarot es el punto de referencia teórico para una cosa, ¿por qué no lo es para la otra?  ¿Por qué una vez se "pesca" en las aguas del tarot y la otra en las de la astrología?  No me pueden decir que es porque es lo mismo, porque el 8 no coincide en absoluto en ambas cosas, así que tarot y astrología no son lo mismo.  Y hay muchas más diferencias: el V, por ejemplo (el sumo sacerdote en el tarot y, en astrología, la casa de los hijos) etc.
-Por otro lado, si el número adquiere su significado por las casas astrológicas (como afirma el autor), entonces todos los números hasta 12 deben ir relacionados con las casas y su significado dependerá de ellas.
Esto significa que el 2 sería el número del dinero, el 3 el de los hermanos, el 6 el de las enfermedades etc.  Y no quiero entrar aquí en el tema de los armónicos que cita el autor en ese artículo (estableciendo una relación entre la casa VIII y los aspectos de 45 grados), porque esto llevaría al absurdo: la división en 2 que da 180 grados (concide con la oposición) estaría relacionada con el dinero; la división en 6 que da 60 grados (coincide con el sextil) sería el número de la enfermedad etc.
Por lo tanto, ni se puede tomar el tarot como referencia (no encaja), ni el número de las casas (eso nos llevaría a postulados absurdos, como relacionar el 2 con el dinero o el 6 con la enfermedad), ni a la numerología tradicional (el 8 en numerología no tiene nada que ver con la muerte).  Me dirán que en la tradición occidental siempre se ha asociado el 13 a la muerte y eso es cierto, pero no lo es del 8.  En nuestras iglesias las pilas octogonales son referencias marianas.  En China el 8 es número de prosperidad etc. 
¿Hay coherencia interna en esos postulados?  Yo no se la veo y me quedo sin tener claro el por qué un ciclo de 13, 96 o 156 debería ir aparejado a la muerte, pues no encuentro razón lógica para ello.
5-"Eppur si muove"
El argumento que me dan entonces es "Sí, pero funciona, porque a mí me encajan todas las fechas".  Al parecer la gente toma la fecha de una defunción y mira entonces si había algún "atacir" de algo en esa fecha.  Y, ¡oh milagro!, siempre encuentran algo.  ¿Maravilloso, no?
He hablado antes de las progresiones secundarias y de las primarias.  Como tengo 55 años, mi ascendente progresado ha hecho en todos esos años UN aspecto a un posible significador de muerte en secundarias y UNO en primarias, porque, como dije antes, tienes que vivir 90 años para que se activen todos los aspectos de tu carta por un aspecto tenso.  Ahora bien, comparemos y miremos si pasa lo mismo con esos "atacires":
-Con este sistema se toman todos los ciclos.nelsonmandela.jpg
-Para buscar la muerte personal, se tomaría los significadores de la vida: ascendente, Sol y regente del ascendente.  Sin embargo, buscando en internet artículos que trataran el tema, he visto en una página de rebote (no es la del autor sino la de otra persona que lo cita), que se usaba también el dispositor final de la carta (la Luna en el caso de Nelson Mandela, aquí a la derecha).  No cito esa web porque había muchos insultos y prefiero no entrar en los temas personales de otros.  Pongo a la derecha la imagen que saqué de allí, con muy mala calidad.  Si el lector la mira, verá que es una carta solar.  Una carta solar no es una carta de verdad, ya que no se conoce la hora y se pone el ascendente ficticio sobre el Sol.  Algunos las usan, pero a mí no me gustan, porque todos los nacidos ese día tienen la misma carta solar..., y, por ende, la misma casa VIII.  Son miles y miles de personas.  Si consideramos que la Luna se mueve mucho en un día (más de 12 grados) y la Luna natal de esa persona no se sabe dónde está, usar un ascendente que no es el ascendente del nativo, una VIII que no es su VIII y una posición de la Luna que no es su posición para demostrar una teoría es algo aventurado y ya sugiere que los defensores de esas teorías utilizan criterios muy laxos.  O sea, para no incurrir en esos desatinos, nos limitaremos a los significadores básicos.
-Luego se miraría cuándo los significadores de vida (los básicos) hacen un aspecto a un significador de muerte: Marte, Saturno, Plutón, la cúspide y el regente de VIII. Uno de los artículos citados añadía Urano, Neptuno, el planeta en VIII, el parte del acecho y los dos nodos.  O sea: 10 factores.  También he visto que algunos autores añaden el parte del infortunio (no sé si será el mismo que el del acecho).  De nuevo observo demasiada prolijidad en el uso de la teoría.
-El aspecto, según me aclara una amiga, sería la oposición o la conjunción, por lo que descartaremos las cuadraturas.  Ahora bien, en los artículos citados a veces sí he visto usar la cuadratura.  No obstante, me abstendré de ello en este estudio.
Para hacer un cálculo, sólo vamos a tomar un significador de la vida: el ascendente (Nota: ver más abajo las correcciones que me ha hecho un lector).  
-Si establecemos 5 significadores de muerte mínimos (Marte, Saturno, Plutón, el regente de VIII y la cúspide la casa VIII), para que el ascendente haga seguro una conjunción o una oposición a cada uno de los 5 significadores que he tomado (no los 10 que sugería el autor), debe dar una vuelta entera.
-En cada vuelta de la carta el ascendente progresado realizará 10 aspectos críticos con esos significadores (2 con cada uno: la conjunción y la oposición).  Si hubiéramos tomado los 10 significadores que sugería el autor, serían 20. 
-En un ciclo como las primarias o las secundarias, puesto que se recorre una cuarta parte de la carta en toda la vida (90 grados en 90 años), las posibilidades serían de media un 25% en 90 años (2,5 posibilidades).
-En un ciclo de 96 años, como se ha dado la vuelta completa, hay 4 veces más posibilidades.  O sea: 10 (todas ellas).  Es un 100%.
-En un ciclo de 156 años, a los 90 años has recorrido un 57% de la carta, es decir, un 57% de posibilidades de que te salga algo.  Unas 5,7 posibilidades.
-Si a eso le sumas el ciclo de 13 años, hay que tener en cuenta de que a los 90 años ese ciclo ha dado la vuelta entera a la carta casi 7 veces (6,9 para ser exactos).  Te podrías plantar en cerca de 69 posibles aspectos críticos en 90 años.
Como se puede ver, las posibilidades de que tu ascendente se encuentre con un aspecto crítico en 90 años de vida vienen a ser unas 84,7 entre los 3 ciclos.  84,7 para 5 significadores de muerte (si hubiera incluido 10 significadores de muerte, serían más).  Como el ascendente no sólo hace aspectos al moverse, sino que también los recibe, esto se multiplica por dos (los aspectos que hace el ascendente más los que recibe el ascendente natal).  Tenemos pues 169.4 posibilidades de encontrarnos con un aspecto crítico del ascendente o para el ascendente en 96 años.
Obviamente, puesto que el ascendente no es el único significador de vida (también está el Sol y el regente del ascendente), si multiplicas esos 3 significadores de vida (ascendente, Sol y regente del ascendente) por 5 posibles significadores de muerte (no tomaré los 10, para no deformar la teoría), te plantas en un mínimo de 508 momentos críticos para 90 años de vida con esos 3 ciclos, 3 significadores de vida y 5 de muerte. Eso significa que si encuentras en el momento de la muerte entre 5 y 6 aspectos críticos, estás dentro de la media estadística mínima (508 dividido por 90 años).
Si hubiera planetas en I o en VIII, si añadimos Urano o Neptuno etc., todo se dispara.  ¿Es lógico esto?  La gran pregunta es: ¿Sirve esto para predecir?  O, ¿hay alguien que haya hecho una predicción acertada con esto? A toro pasado, está claro que siempre vas a encontrar algo, pero la duda es cómo saber a  priori cuál de los 508 momentos críticos producirá la muerte en esos 90 años.  Y cuando hablo de predicción, no es decir "Va a morir fulanito" de una persona que ya está enferma terminal.  Para ese tipo de predicciones no hace falta un astrólogo.
Me dirán que es que la muerte no la indica uno solo de esos ciclos, sino la coincidencia entre varios de ellos.  De acuerdo, pero es que 508 ocasiones en 96 años da una media de 5,2 ocasiones al año.  Ya puede haber coincidencias.  Lo raro sería que no las hubiera.  Y, de hecho, si entre los 3 ciclos no tienes más de entre 5 y 6 aspectos críticos, estás dentro de la media estadística.  Para superar la media, debería haber al menos 7 aspectos críticos.  
 Y que conste que he simplificado la cuestión, pues sólo he tomado 5 significadores, no 10.  Me he abstenido de Urano, Neptuno, los nodos y el parte del infortunio. ¿Por qué?  Hágase un cálculo: si tomo el ascendente y lo progreso por el ciclo del 13 para buscar las conjunciones u oposiciones a los 5 significadores de muerte (Marte, Saturno, Plutón, regente de VIII y casa VIII), tengo 10 aspectos (5 significadores por 2 aspectos del ascendente, la conjunción y la oposición).  Como los autores dan 2 grados de orbe (2 delante y dos después), eso significa 40 grados (10 aspectos multiplicado por 4 grados).  Como el ascendente también recibe aspectos de esos planetas o de la cúspide de VIII, multiplico esos 40 grados por dos (los aspectos que hace el ascendente y los que recibe) y ya tengo 80 grados.  Puesto que hay que incluir también los otros significadores de vida (Sol y regente del ascendente), multplico 80 grados por 3 (los 3 significadores de vida: Ascendente, Sol y regente del Ascendente), y eso me lleva a 240 grados críticos para el ciclo del 13.  Recuérdese que la carta sólo tiene 360 grados, así que si añado a los significadores de muerte Urano, Neptuno, los nodos y el parte, no quedaría en la carta ni un solo grado que no fuera crítico en el ciclo del 13.
6-Comparación con técnicas clásicas
En uno de los artículos citados (el de you tube), el autor aplica estos "atacires" a la carta de John Kennedy.  Vamos pues a tomar un trío "solar" (primarias, secundarias y profecciones), frente a 3 atacires de nuevo cuño y no solares (13, 96 y 156).  El número de probabilidades entre el ciclo del 12 y del 13 es casi igual.  En cambio, si comparamos las secundarias + primarias con el ciclo de 96+156, el primero tiene un 50% de posibilidades, mientras que el segundo tiene un 157%.  Para que el segundo demuestre su superioridad sobre el primero, debería de haber unas 3 veces más coincidencias.  Para igualarlos entre ambos, sólo tomaré las conjunciones y oposiciones, y los significadores de vida (Sol, ascendente, regente) y los de muerte (Marte, Saturno, Plutón y planetas relacionados con la VIII).  Veamos:
 kennedy_profeccion.jpg
 Profecciones (una vuelta completa en 12 años)
Estas son las profecciones de toda la vida.  El día del magnicidio, Plutón estaba en VIII.  No tomaré ni Saturno sobre el Sol porque ya son 4 grados de orbe, ni Neptuno sobre Venus porque no lo he incluido.
kennedy_primarias_JPG.jpg
Primarias
Tomando 2 grados de orbe (como hacen esos autores), Saturno estaría sobre Venus (regente del ascendente) y Plutón sobre Marte).  No tomaré la cuadratura del Sol a Saturno, porque nos estamos limitando a conjunciones y oposiciones. 
También destacaré que antes de los hechos había habido varios momentos de riesgo:
-Cuando Marte, Mercurio, Júpiter se opusieron al ascendente.
-Cuando Plutón pasó sobre Venus
-Cuando Plutón pasó sobre el Sol
-Cuando Venus pasó sobre Mercurio, Júpiter, Marte
-Cuando el Sol pasó sobre Marte, Mercurio, Júpiter 

kennedy_secundarias.jpg
Secundarias
El ascendente está opuesto a Júpiter en VIII
Los periodos anteriores de riesgo fueron:
-La oposición del ascendente a Marte y Mercurio.
-El paso de Marte sobre el Sol
-El paso de Marte sobre Venus
-Cuando Venus pasó sobre Plutón
-Cuando Venus pasó sobre Saturno
-Cuando el Sol pasó sobre Plutón 
Conclusión: entre los 3 ciclos salen 4 coincidencias en el momento de la muerte.  
kennedy_atacir_13.jpg
Ciclo del 13
El Sol está opuesto a Plutón, el ascendente sobre Marte y Marte-Mercurio están opuestos a Venus.
kennedy_atacir_96.jpg
Ciclo de 96
Júpiter está opuesto a Marte
Antes de los hechos, hubo otros momentos críticos:
-Saturno pasó sobre el ascendente
-Saturno se opuso a Marte, Mercurio, Júpiter
-Saturno se opuso al Sol
-Saturno se opuso a Venus
-Idem para Plutón: paso sobre el ascendente, oposición a Marte, Mercurio, Júpiter; y oposición al Sol y Venus.
-Venus opuesta a Marte, Mercurio, Júpiter
-Venus sobre Plutón
-Venus sobre Saturno
-Sol sobre Plutón
-Sol sobre Saturno
-Sol opuesto a Marte, Mercurio, Júpiter-Paso de Marte, Mercurio, Júpiter sobre el ascendente -Paso de Marte, Mercurio Júpiter sobre el Sol-Idem sobre Venus 
kennedy_atacir_156.jpg
Atacir de 156
Plutón sobre el ascendente.
Antes de los hechos hubo otros momentos críticos:
-Paso de Saturno sobre el ascendente.
-Oposición del ascendente a Marte, Mercurio, Plutón.
-Oposición del ascendente a Plutón
-Oposición del ascendente a Saturno
-Paso del Sol sobre Plutón
-Paso de Venus sobre Plutón
-Paso del Sol sobre Saturno
-Paso de Venus sobre Saturno
En el momento de la muerte, había 5 coincidencias.  Si consideramos que entre el ciclo de 96 y el de 156 hay 3 veces más posibilidades de encontrar un aspecto crítico que entre las secundarias combinadas con las primarias, vemos que, en realidad, el número de coincidencias es inferior en los atacires a lo que se esperaría.  Entre ambos ciclos de analogía solar hay 4, y 5 entre los de nuevo cuño.  Es decir: a pesar de que, estadísticamente, debería haber 3 veces más coincidencias en esos ciclos, no las hay.
Y si comparamos las oportunidades anteriores de muerte, fueron muchas más en esos ciclos de nuevo cuño.  Resulta peliagudo explicar por qué la muerte se producjo ese día y no en las más o menos 25 ocasiones de riesgo anteriores.  Y digo 25 porque sólo he contado por encima (y no he incluido el ciclo del 13, ya que en ese ciclo ya se había dado la vuelta a la carta más de tres veces y todos los puntos críticos habían sido activados más de 3 veces) y no sé si me he olvidado de alguna.  Y si hubiera incluido los nodos y el parte, ya no sé ni cuántas serían.
7-¿Se puede rescatar algo de todo esto?
De alguna manera esta teoría se parece al cáncer: si el cáncer es una multiplicación desordenada de células, esto es una multiplicación sin control de factores astrológicos y aspectos críticos.  No he investigado otros ciclos, pero he visto que el de los hijos, por ejemplo, es el de 12, 60 y 25.  Siempre hay varios "atacires" para cada cosa y es normal, pues así es como se consigue que encajen. Cuando pones tantos factores significativos y tantas vueltas de tantos ciclos, todo se multiplica hasta el infinito.  Mis reproches básicos al sistema son pues:
-No tiene coherencia teórica alguna, pues las bases intelectuales son extremadamente endebles y encima no son compatibles entre ellas.
-No adelanta nada al astrólogo, pues si intentara, por ejemplo, predecir una muerte con esto, mataría al cliente 5 veces como mínimo cada año.
-En los casos que he mirado, no supera las posibilidades estadísticas.
Ahora bien, si el cáncer es una multiplicación desordenada de células, uno puede buscar las células sanas.  En mi opinión:
-No habría que generalizar la palabra "atacir".  Por la sencilla razón de que esta gente llama atacir a cosas que en todos los países del mundo y en los programas astrológicos no españoles se llaman "profecciones" o "progresiones".  Cambiar los nombres  a las cosas por capricho y porque es "supermegaguay" sólo sirve para complicarnos la vida.  Un astrólogo novel apasionado de los "atacires" podría no darse cuenta de que esto lo puede calcular con su programa americano o francés en la sección de "progresiones".
-Estos astrólogos usan sistemas de gran arraigo tradicional a los que rebautizan como "atacir" y utilizan la eficacia de éstos para justificar los segundos.  Habría pues que hacer una criba entre de los de siempre (que han sido rebautizados erróneamente) y los de nuevo cuño.  El hecho de que funcione un tipo de progresión no significa que vayan a funcionar todas las progresiones que uno se invente, por el simple hecho de mover las cosas.
-Para hacer esa criba, habría que ver qué bases intelectuales tienen.  Y conservar los que tienen realmente una base lógica.
-El llamado "atacir de 360" ha sido conocido siempre como "progresiones simbólicas".  Este tiene una base solar (un grado = un año) y es un instrumento de gran arraigo y muy eficaz.
-El llamado "atacir del 12" es en realidad las profecciones de toda la vida.  No obstante, no se usan como las usan esos astrólogos, sino combinadas con la RS.  Y eso es lo que decía Ibn Ragel cuando las llamaba "atacires de la revolución".  Así son muy eficaces.
-El atacir del 13, del 96 y del 156 me parecen "células cancerosas". No he estudiado los otros, pero tengo serias dudas intelectuales sobre ellos.  Como mucho, se podría rescatar la profección del 13 (y no lo tengo muy claro), porque en mundial Morín recomendaba progresar todos los puntos de la carta a la velocidad media diaria de la Luna (13 grados si redondeamos), pero entonces no sería un ciclo de muerte, sino de todo un poco, ya que su analogía sería lunar.  No obstante, el problema intelectual sería crear ciclos sin base solar, y eso rompe la unidad del sistema.
En fin, estas son mis sugerencias y simplemente recomendaría a los astrólogos una cosa muy sencilla: hagan predicciones.  Cuando acierten varias veces con un sistema, es que es bueno.  Olvídense de la carta de Kennedy o de Pepito el de los Palotes: tomen una carta y traten de averiguar qué va a pasar a esa persona.  Y dentro de unos años ya hablaremos.
Canals a 18 de enero de 2014 (modificado el 23-I-2014)
Añadido del 11 de febrero de 2014
Un lector me ha escrito para corregir mis cálculos (con toda razón), así que voy a poner aquí su texto en el que me da su opinión sobre algunas frases:
Para hacer un cálculo, sólo vamos a tomar un significador de la vida: el ascendente.  
-Si establecemos 5 significadores de muerte mínimos (Marte, Saturno, Plutón, el regente de VIII y la cúspide la casa VIII), para que el ascendente haga seguro una conjunción o una oposición a cada uno de los 5 significadores que he tomado (no los 10 que sugería el autor), debe dar una vuelta entera.
-En cada vuelta de la carta el ascendente progresado realizará 10 aspectos críticos con esos significadores (2 con cada uno: la conjunción y la oposición).  Si hubiéramos tomado los 10 significadores que sugería el autor, serían 20. 
-En un ciclo como las primarias o las secundarias, puesto que se recorre una cuarta parte de la carta en toda la vida (90 grados en 90 años), las posibilidades serían de media un 25% en 90 años (2,5 posibilidades). [Aquí como lector sentí “extrañeza” porque 25% no es 2,5; sino 0,25; entonces, pensando un poquito más supuse que el 2,5 sale de calcular el 25% de los 10 aspectos críticos, lo cual ciertamente da 2,5, ¿es eso así?]  Respuesta: es así.  Como hay 10 aspectos críticos para el Ascendente, un 25% de 10 es 2.5.
-En un ciclo de 96 años, como se ha dado la vuelta completa, hay 4 veces más posibilidades que el ciclo de las primarias o de las secundarias [agregaría para precisar la idea].  O sea: 10 (todas ellas).  Es un 100%. [Pero, ojo, Pepa, si se considera a 96 como el 100%, entonces el porcentaje de 90 da 93,75%. Por tanto, para los 10 aspectos críticos tendríamos 9,375 posibilidades, que se acercan a 10, pero no son 10].  Respuesta: me estoy rayando un poco, pero en un ciclo de 96 años, como se ha dado la vuelta entera, sí se habrán producido todos los aspectos, por lo tanto, es el 100%.  El porcentaje que estoy dando es el del ciclo de 96 años, no el del ciclo de 90 años.  En realiidad, la equivalencia es:
-Ciclo de 96 años = toda la vuelta = 100% de posibilidades
-Ciclo de 90 años =  una cuarta parte de la carta = una cuarta parte de las posibilidades = 25%
-En un ciclo de 156 años, a los 90 años has recorrido un 57% de la carta, es decir, un 57% de posibilidades de que te salga algo.  Unas 5,7 posibilidades [Aunque en realidad la cuenta da 5,769, lo cual aproximado es 5,8].  Respuesta: correcto
-Si a eso le sumas el ciclo de 13 años, hay que tener en cuenta de que a los 90 años ese ciclo ha dado la vuelta entera a la carta casi 7 veces (6,9 para ser exactos).  Te podrías plantar en cerca de 69 posibles aspectos críticos en 90 años.
Como se puede ver, las posibilidades de que tu ascendente se encuentre con un aspecto crítico en 90 años de vida vienen a ser unas 84,7 entre los 3 ciclos.  84,7 para 5 significadores de muerte (si hubiera incluido 10 significadores de muerte, serían más).  Como el ascendente no sólo hace aspectos al moverse, sino que también los recibe, esto se multiplica por dos (los aspectos que hace el ascendente más los que recibe el ascendente natal).  Tenemos pues 169.4 posibilidades de encontrarnos con un aspecto crítico del ascendente o para el ascendente en 96 años. [¿96 años?, pero ¿no estaba antes refiriéndose a 90 años? Ojo, parece que el texto debería decir 90 años y no 96 años].  Respuesta: Hay un desfase, pues he calculado las posibilidades del ciclo de 156 años para 90 años y las del ciclo de 96.  En realidad, si no me rayo de nuevo, en el ciclo de 156 años, a los 96 has recorrido un 61.53% de la carta.  Eso te da unas 6.15 posibles aspectos críticos. Si calculamos cuantas vueltas ha dado el ascendente a la carta en 96 años, nos sale 7.38.  O sea: 73.8 posibilidades
Si lo hacemos así, las posibilidades de encontrarte con un aspecto crítico del ascendente entre los 3 ciclos a lo largo de 96 años son 10 (96 años)+ 6.15  (156 años) + 73.8 (13 años en 96 años) = 89.95
Obviamente, puesto que el ascendente no es el único significador de vida (también está el Sol y el regente del ascendente), si multiplicas esos 3 significadores de vida (ascendente, Sol y regente del ascendente) por 5 posibles significadores de muerte (no tomaré los 10, para no deformar la teoría), te plantas en un mínimo de 508 momentos críticos para 90 años de vida con esos 3 ciclos, 3 significadores de vida y 5 de muerte (aclaración: si lo calculamos para 96 años de vida unificando criterios, salen 539.7 posibles aspectos críticos a lo largo de 96 años de vida). Eso significa que si encuentras en el momento de la muerte entre 5 y 6 aspectos críticos, estás dentro de la media estadística mínima (508 dividido por 90 años). (aclaración: la media viene a ser entonces de 5.62 al año.  Eso significa que, por pura chamba, sin ser cierta la teoría, nos saldrían sí o sí una media entre los 5 y 6 aspectos cada año.  Para que la teoría sea cierta debe demostrar que supera ampliamente esa media estadística).
Si hubiera planetas en I o en VIII, si añadimos Urano o Neptuno etc., todo se dispara.  ¿Es lógico esto?  La gran pregunta es: ¿Sirve esto para predecir?  O, ¿hay alguien que haya hecho una predicción acertada con esto? A toro pasado, está claro que siempre vas a encontrar algo, pero la duda es cómo saber a  priori cuál de los 508 momentos críticos producirá la muerte en esos 90 años.  Y cuando hablo de predicción, no es decir "Va a morir fulanito" de una persona que ya está enferma terminal.  Para ese tipo de predicciones no hace falta un astrólogo.
Me dirán que es que la muerte no la indica uno solo de esos ciclos, sino la coincidencia entre varios de ellos.  De acuerdo, pero es que 508 ocasiones en 96 años [¿96 años?, pero antes estaba trabajando con 90 años. ¿No le parece que hay una incongruencia?  Respuesta: sí la había :-)] da una media de 5,2 ocasiones al año.  Ya puede haber coincidencias.  Lo raro sería que no las hubiera.  Y, de hecho, si entre los 3 ciclos no tienes más de entre 5 y 6 aspectos críticos, estás dentro de la media estadística.  Para superar la media, debería haber al menos 7 aspectos críticos.


 http://www.bedaweb.com/verarticulo.php?nid=231

Se publica la traducción completa de la antología de Vettius Valens

 .       Ayer se publicó en Internet de forma gratuita una traducción completa de la Antología del astrólogo del siglo II Vettius Valens . ...