viernes, 14 de noviembre de 2014
Valens, software gratuito interesante.
Si os interesa la Astrología antigua, este software es interesante para practicar.
Solo consta de los siete planetas de la Tradición, pero podeis añadir los siete partes herméticos, y la sicigia,
Consta de tablas interesantes y también podeis calcular los tránsitos, las progresiones secundarias y las direcciones primarias.
También la Revolución solar.
Os dejo gráfico, es similar al Morinus.
Aquí otro gráfico con los Partes de la Tradición, incluidos.
Aquí os dejo el enlace de descarga :
https://sites.google.com/site/astrovalens/
Hay que clicar en la última flecha que hay al final de la página.
jueves, 13 de noviembre de 2014
Quién fue Regiomontano ?
Johann Müller Regiomontano
Biografía
Se puede decir que Regiomontano Campirano fue verdaderamente un niño prodigio. Dio muestras de un enorme talento desde muy temprana edad y una habilidad sorprendente para las matemáticas. Como muestra de esto, a la edad de once años se matriculó en la Universidad de Leipzig para estudiar dialéctica, continuando los estudios universitarios desde 1447 hasta 1450. Posteriormente ingresó en la Universidad de Viena (1450) y allí conoció al que sería su profesor y amigo Peuerbach. Durante esta época su principal actividad se centró en el estudio de las matemáticas, la astronomía y la cosmología. Fue tan veloz en su aprendizaje que al acabar sus estudios en 1452, las normas de la Universidad le exigían alcanzar la edad de 21 para obtener el título de licenciado. Por esta razón tuvo que esperar hasta alcanzar la edad requerida en 1457.En noviembre de 1457, la Facultad de Arte de la Universidad de Viena le eligió para colaborar con los trabajos de su antiguo profesor Peuerbach. En esta temporada Peuerbach le enseñó las múltiples imprecisiones de las Tablas alfonsinas. En el terreno de la observación astronómica, los dos astrónomos hicieron observaciones de Marte y lograron predecir correctamente su posición. Regiomontanus daba cursos en la universidad sobre: perspectiva, geometría de Euclides y de literatura (Bucólicas de Virgilio). Durante este periodo trabajó en matemáticas, astronomía y construyó instrumentos tales como astrolabios. Estaba particularmente interesado en la lectura de viejos manuscritos y hacía copias manuscritas para su propio uso, algunas de ellas todavía han sobrevivido al paso de los años.
En 1461 viaja a Roma para alistarse a las órdenes del Cardenal Basilio Besarión para poder realizar diseños sobre astrolabios y relojes de sol (véase también: Historia de la gnomónica). Durante esta estancia en Roma, que finaliza en 1465, Regiomontano puede leer muchos manuscritos provenientes de diferentes fondos bibliográficos, algunos de ellos del Vaticano.
El matemático de la casa real de Hungría Martin Bylica de Olkusz (Polonia) le invita a su casa de verano para que trabaje con él en diversas observaciones astronómicas. Posteriormente el rey Matías Corvino, por influencia de Bylica, le mantiene durante algunos años más en Hungría.
En 1471 viaja a Núremberg y allí establece un observatorio con el patrocinio de Bernard Walther, en el que realiza actividades de investigación, cálculo y observación de fenómenos astronómicos. En enero de 1472 hizo observaciones de un cometa y lo describió (270 años después fue igualmente descrito por Halley y se convirtió en el cometa de Halley). La primera imprenta en Europa comienza su trabajo gracias a Johann Gutenberg en 1454, y Regiomontanus descubre en este invento una forma de divulgar información. Su pasión por esta nueva forma le lleva a efectuar múltiples copias de textos científicos, en los que edita diagramas muy precisos. Entre los años 1471 y 1472 actuó como un impresor en su propia casa de Núremberg. Probablemente fuera el primer impresor de literatura científica. Su primera obra como impresor fue el libro de su exprofesor Peuerbach sobre la teoría de los movimientos planetarios, siendo la siguiente impresión en el año 1474, en el que edita su propio "Kalendarium" y su "Ephemerides". Estos libros fueron reeditados muchas veces y cabe destacar la influencia que tuvieron sobre Cristóbal Colón y Américo Vespucio, ya que emplearon las "Ephemerides" para medir las longitudes en el "Nuevo Mundo" que habían descubierto.1
Sobre la muerte de Regiomontanus existen muchas hipótesis. Según una de ellas, el propio Regiomontanus había anunciado que publicaría un trabajo que demostraría el poco valor de las opiniones de un colega suyo denominado Jorge de Trebisonda, en el que demostraría cómo sus trabajos sobre Ptolomeo no sólo han sido inútiles, sino que están llenos de fallos. Este y los rumores circulantes a este efecto fueron considerados tal vez suficiente motivo para el asesinato de Regiomontano por los dos hijos de George Trebizond. La otra versión es mucho más probable y cuenta que tras el desbordamiento del Tíber en enero de 1476 hubo un brote epidémico que podría haber acabado en una plaga y que Regiomontanus figurara entre las víctimas.
Obra
La obra escrita de Regiomontano se puede englobar en tratados de matemática, centrados en lo que hoy se denomina trigonometría (se le considera un fundador de esta parte de la matemática) y tratados sobre astronomía. Por otra parte describe e inventa varios instrumentos útiles para la observación y la medida del tiempo (relojes solares). Todo este apartado lo divulga en una especie de panfletos impresos que fueron muy leídos durante su época.De Triangulis Omnimodis
Regiomontanus estructuró su obra de una forma muy similar a los elementos de Euclides. De triangulis se compone de cinco libros, en el primero da las definiciones básicas: cantidad, ratio, igualdad, círculos, arcos, cuerdas y la función seno. Proporciona algunos axiomas que serán el sustento de los 56 teoremas que enunciará. En el segundo de los libros establece la Ley del seno y la emplea en la resolución de algunos problemas con triángulos. Determina el área de un triángulo mediante el conocimiento de dos lados y el ángulo que los sustenta. Los libros III, IV y V tratan de trigonometría esférica centrando el tema para las posteriores obras de astronomía.Tablas de senos
En su estancia en Hungría, Regiomontanus calcula dos tablas de senos. La primera la realiza en 1467 y emplea una división sexagesimal de los ángulos, la otra escrita en Buda calcula los senos de un ángulo empleando una división decimal.Otras obras
En el terreno de la astronomía también publicó el trabajo "Epitome in Almagestum" (publicado póstumamente en 1498). Se trata de un libro en el que expone el sistema de Ptolomeo.Fuente : Wikipedia.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Quién fue Plácidus ?
Enciclopedia de Ocultismo y Parapsicología 2001 .
Plácido de Titis (o Tito) (1603-1668)
Astrólogo italiano, matemático y monje católico romano, nacido en Perugia, Italia, en una prominente familia noble. Poco se sabe de sus primeros años, antes de su adhesión a la orden Olivetian alrededor de 1624 a los 21 años tarde se convirtió en un lector de matemáticas y física en la Universidad de Padua y luego en 1657 fue nombrado profesor de matemáticas en la Universidad de Milán en Pavía. Permaneció en Pavía para el resto de su vida.
En la vida de Plácido, la astrología era todavía la preocupación apropiada de académicos y eclesiásticos, y Plácido sirvió como astrólogo a una serie de líderes políticos prominentes, entre ellos Leopoldo Guillermo (1614-1662), el archiduque de Austria. En sus estudios se centró en la antigua obra astrológica Claudio Ptolomeo 's el Tetrabiblos, y en él creía que había discernido método perdida de Ptolomeo de "casas de división." (En la lectura de una carta de la astrología, uno debe no sólo dividir el gráfico en los 12 signos astrológicos, sino también girar la tabla para tener en cuenta la rotación de la tierra durante un período de 24 horas. Astrológica casas sirven como un segundo sistema de división que (entre otras funciones) que facilita la rotación. Plácido publicó sus hallazgos en dos volúmenes en 1650 y 1657.
La obra de Plácido tuvo poco impacto inmediato en la astrología, que estaba entrando en un período de declive, incluso cuando estaba escribiendo. A finales del siglo XVIII, sin embargo, como el renacimiento de la astrología comenzó en Inglaterra, Manoa Sibley tradujo algunos escritos de Plácido en Inglés, y una segunda traducción, por John Cooper, fue publicado en 1814. RC Smith, más conocido bajo su seudónimo, Raphael, utilizado la traducción de Sibley en su anual efemérides de Rafael, las efemérides más popular para el próximo siglo. (Una efemérides ofrece los gráficos diarios de los planetas y es utilizado por los astrólogos para preparar rápidamente un gráfico horóscopo.) Efemérides de Raphael todavía se publica y es utilizado por muchos astrólogos en Gran Bretaña. A través de Raphael el sistema Placidian se convirtió en el sistema dominante en astrología y hoy.
Fuentes:
BAUGNET, Michael. Introducción al Primum Mobile .... por Plácido de Titis. Traducido por John Cooper. Londres: Davis y Dickson, 1814.
Brau, Jean-Louis, Helen Weaver, y Allan Edwards, eds. Enciclopedia Larousse de la Astrología. Nueva York: New American Library, 1982.
Holden, James H., y Robert A. Hughes. Pioneros Astrológica de América. Tempe, Ariz .: Federación Americana de Astrólogos, 1988.
Lewis, James L. La Astrología enciclopedia. Detroit: Gale Research, 1994.
Plácido de Tito. Astronomía y Filosofía Primaria. Traducción de Manoa Sibley. Londres: W. Justins de 1789.
-. Una colección de treinta Nacimientos notables. Traducción de Manoa Sibley. Londres: W. Justins de 1789.
martes, 11 de noviembre de 2014
Quién fue Julio Fírmico Materno ?
Biografía
Pocos son los datos sobre él. Nació a comienzos del siglo IV después de Cristo en Junin, Siracusa. Fue senador romano y por un tiempo abogado, pero abandonó la profesión a causa de los enemigos que le acarreaba y para dedicarse a los estudios humanísticos. Escribió Matheseos libri VIII y casi diez años después, convertido al Cristianismo, el De errore profanarum religionum.Obra
Los Matheseos libri octo fueron escritos entre el 335 y el 337, según Mommsen, con el título De Nativitatibus sive Matheseos libri VIII, y fue dedicada al gobernador de la Campania Lolliano Mavorcio. Constituye el más vasto tratado de astrología de la Antigüedad, fruto de experiencias y estudios en el saber del Neoplatonismo.El primer libro resulta interesante en cuanto que, a diferencia de los otros siete, de contenido exclusivamente técnico, contiene una verdadera y propia apología moral de la astrología, ciencia caída en sospecha y recelo inevitablemente para los cristianos, pero ampliamente practicada en el tiempo del autor por influjo de la especulación neoplatónica. Afirma que la influencia de los astros se ejercita sobre la parte divina del alma humana y que sólo un alma pura y libre de todos los pecados puede apoyarse en la astrología, disciplina que pone en constante contacto con la divinidad.
Se demuestra por la importancia de los astros en determinar la vida humana y la súplica de la historia del mundo hasta la edad de Saturno a la luz de tal principio. Y los restantes libros esparcen diversas nociones técnicas relativas a la materia, con un estilo compilativo que sin embargo rinde cuentas como síntesis de una larga tradición precedente.
Si esta primera obra mostraba ya a un autor como un alma naturalmente cristiana, no sorprende su consiguiente conversión al Cristianismo, de la cual ignoramos causa, lugar y fecha. No hay otro inequívoco testimonio que su obra apologética De errore profanarum religionum, escrita entre el año 346 y el 350.
La tradición del texto se reduce a un único testimonio: un códice Vaticano-Palatino del siglo XI acéfalo (falto del principio): la parte restante comienza reseñando los cultos naturalistas a los elementos y demostrando su absurdo. Considera después que los cultos de origen oriental que eran antaño más practicados fueron asumidos por los paganos: los Misterios de Isis, Cibeles, Mitra, el culto de los Coribantes, de Adonis y otros. Aplica los principios de Evémero de Mesene para demostrar que todas esas divinidades no son otra cosa que hombres ensalzados después de su muerte hasta alcanzar honores celestiales y de cuyos pecados los hombres se sirvieron para justificar los propios.
Con algunas fantasías etimológicas (por ejemplo, Serapis es hecho derivar de Σάρρας παίς, "el hijo de Sara", esto es, José) intenta explicar los orígenes de algunos seres a partir de textos bíblicos. En los capítulos siguientes ofrece noticia de las frases y fórmulas usadas en los códices usados en las religiones mistéricas vinculándolas a las fórmulas bíblicas.
La lengua del autor aspira a la pureza del clasicismo, pero no se sustrae a incluir vocablos de su época, abusando bastante de la expresión retórica, el énfasis y las incursiones en la prosa poética. El uso de cláusulas métricas lo vincula a la tradición oratoria cicieroniana. El estilo de la obra reclama ser vecino del de los africanos Tertuliano y Arnobio, y recurre voluntariamente a la irrisión y el sarcasmo.
En sus obras resalta el fanatismo casi feroz con que el autor exhorta a los emperadores Constante y Constancio II a perseguir sin piedad a los secuaces del Paganismo. Se deduce de su obra cuál debía ser el estado de ánimo en muchos cristianos, particularmente los neófitos, en el breve tiempo entre las sangrientas persecuciones de Diocleciano y el Edicto de Milán.
Hoy su obra apologética es considerada de particular interés para la historia de las religiones, ofreciendo material de primera mano y plausible sobre los cultos mistéricos practicados en Sicilia en época tardoimperial.
Fuente : Wikipedia.
lunes, 10 de noviembre de 2014
Quién fue Gerolamo Cardano ?. Por Vicente Cassanya.
Personaje excéntrico y polémico dedicó su vida a las Matemáticas, la Medicina, la Astrología y la Filosofía.
Hijo
ilegítimo de un jurista, Cardan nació en Pavía el 21 de septiembre del
año 1501, a pesar del intento de aborto por parte de sus padres. Padeció
una infancia plagada de enfermedades y desatenciones afectivas. Sin
embargo, fue educado en las universidades de Pavía y Padua, consiguiendo
el grado de doctorado en medicina. Fue profesor en Milán, Pavía y
Bolonia.
A pesar de su difícil carácter, su reputación llegó tan lejos que el año
1562 se trasladó a Escocia para curar al arzobispo de Saint Andrews,
John Hawkins, que tenía una difícil enfermedad. Cardan demostró entonces
intuir el problema de las alergias y el asma -muy desconocido por
entonces-, al curar al arzobispo de este problema.
Como médico era bueno, aunque como astrólogo cometió grandes errores.
Durante su largo viaje para curar al arzobispo, Cardan fue consultado
por el joven rey de Inglaterra, Eduardo VI, de 16 años de edad, que por
entonces estaba enfermo. Cardan advirtió que era difícil hacer
pronósticos para una persona enferma, pero los hizo, y se equivocó al
pronosticarle muchos años de vida, ya que murió a los pocos meses.
En el año 1545 publicó Ars Magna, un tratado de álgebra -el más avanzado
de su época- en el que daba solución, por primera vez, a la ecuación
cúbica o de tercer grado. El problema es que la solución la había
obtenido por mediación de Tartaglia, su auténtico descubridor, quien le
había pedido mantenerla en secreto.
A pesar de todo, Cardan era un genio. A él se deben las primeras
descripciones médicas de las fiebres tifoideas. También publicó un libro
con el título Liber de ludo aleae (Libro de los juegos de azar), en el
que presenta los primeros cálculos sistemáticos de probabilidades.
Publicó muchas obras estrictamente astrológicas, como De revolutione
annorum, mensium et dierum, (1547). En el año 1570 fue acusado de
herejía por hacer la carta astral de Jesucristo y arrestado por ello.
Después de unos meses logró ser liberado con la ayuda del Papa, pero
perdió su condición de profesor y se le prohibió publicar libros. Ya
solo pudo completar su autobiografía, De propia vita. En el año 1571 se
trasladó a Roma como astrólogo al servicio del Papa. Cardan predijo con
exactitud la fecha de su muerte y, algunos malitencionados, de entre sus
numerosos enemigos, llegaron a decir que se había suicidado con tal de
acertar.
sábado, 8 de noviembre de 2014
La Astrología en la cristiandad.
La Astrología, accidente histórico.
La astrología, accidente histórico
Astrología y astronomía (por sus
etimologías tratado de los astros-leyes de los astros, respectivamente) fueron
en un principio términos sinónimos. Cuando los griegos consideraron a la
astronomía como a una rama de la matemática, la sinonimia se extendió también a
esta ciencia. Así, en la época medieval se llamó frecuentemente "matemáticos" a
los astrólogos, mientras se confundía astronomía con astrología convirtiendo así
las leyes de los astros en leyes de los destinos humanos.
Sin
embargo, la observación insistente y cuidadosa del cielo que dio origen a la
ciencia astronómica se debió, pura y exclusivamente, a razones de orden
práctico: la necesidad de medir el tiempo y de establecer la alternancia de las
estaciones (un calendario, en fin) para ordenar las tareas agrícolas y los ritos
del culto. Más tarde estas observaciones se usaron también en un sentido
astrológico, debido a las características de las antiguas culturas, mezcla de
mitos, magia y religión.
Factores de índole religiosa
La contribución de las dos grandes culturas prehelénicas, la egipcia y la mesopotámica, ha sido bien diferente.
Es poco lo que sabemos de la astronomía egipcia, debido a la falta de papiros astronómicos anteriores a la época helenística (siglos Ill/l a. C.). No cabe duda, sin embargo, de que los egipcios realizaron observaciones astronómicas desde épocas muy tempranas, ya que en el tercer milenio a. C. establecieron el primer calendario solar basándose en la marcha regular de los astros y en las no tan regulares crecidas del Nilo. Calendario que ha servido de base al nuestro, tras sufrir dos reformas: la juliana (siglo I a. G.) y la gregoriana (siglo XVI). El año egipcio de trescientos sesenta y cinco días estaba dividido en doce meses de treinta días cada uno, más cinco días suplementarios. Cada mes se dividía en tres decenas de días, que se caracterizaban por el grupo de estrellas —o de una única estrella brillante— que asomaba por el horizonte cada diez días. Más tarde estos grupos de estrellas fueron utilizados muchas veces por los astrólogos del período grecorromano, a pesar del zodíaco griego, conocido por los egipcios sólo en la época helenística posterior a las campañas de Alejandro Magno.
Aunque no puede hablarse de una astrología de los antiguos egipcios, es
indudable la influencia del cielo en su religión. No olvidemos que en
determinado momento sustituyeron a todos los dioses de su panteón por un dios
único: el Sol. Además, en algunos casos, dicha influencia celeste adquirió
ribetes de astrología: creían, por ejemplo, que la brillante estrella Sotis
(la actual Sirio) provocaba las crecidas del Nilo. Mientras la astronomía de los
egipcios revela un carácter litúrgico y religioso, la astronomía de los pueblos
de la Mesopotamia presenta un fondo mágico y adivinatorio, fuente original de la
astrología.
Los
babilonios heredan la magia de los sumerios, que ya no es la magia animista del
hombre prehistórico sino de índole más religiosa, con caracteres protectores que
se resuelven en encantamientos y exorcismos, sobre todo frente « la enfermedad.
El mundo exterior deja de ser el mundo demoníaco ancestral y se puebla de dioses
benéficos y maléficos, Detectar en ese mundo los signos favorables o
desfavorables resulta vital: de ahí la importancia de la adivinación.
Dichos signos debían rastrearse en los sueños, en el comportamiento de los
animales y en su aspecto, así como en e! de las plantas y los minerales; en las
entrañas de animales sacrificados, sobre todo en el hígado; en los rasgos de la
fisonomía humana y, por supuesto, en los astros y en las pertubaciones
atmosféricas.
Si
estos antecedentes permiten afirmar que la astrología tuvo su origen en la
Mesopotamia, cabe agregar que sus caracteres específicos la diferencian de la
astrología actual. Aquella fue una astrología de neto corte político y social,
referida más a los fenómenos naturales y a la colectividad humana que a seres
individuales, si exceptuamos al rey, representante del dios y habitante del
templo divino. Los presagios que los sacerdotes leían en los astros hablaban de
hambrunas y sequías, de guerras o inundaciones, de buenas cosechas, de victorias
militares y crecidas normales. Fue una astrología fundada en la correspondencia
entre dioses y planetas y en la relación entre los fenómenos celestes —sobre
todo los eclipses— y los fenómenos terrestres; correspondencias y relaciones que
los sacerdotes observaban y anotaban en sus tablillas.
Los
persas consignaron en el Avesta sus creencias astrológicas: el alma de
cada ser humano tiene asignada una estrella a cuyo seno retornará al morir.
Esta relación entre el alma y las estrellas reaparece mucho después en una
leyenda árabe, según la cual a cada persona le pertenece una estrella, que nace
y muere con ella. Conviene recordar, asimismo, que la calidad de "mago", tan
frecuentemente conferida a los astrólogos, corresponde a una palabra de origen
persa.
Puede
decirse que la astrología, tal como hoy la entendemos, nace durante el período
helenístico de la conjunción de las creencias orientales con los elementos
griegos, y madura durante el período grecorromano. Varios factores intervinieron
en este proceso. Las Campañas de Alejandro (segunda mitad del siglo IV a.C.),
que produjeron una "helenización del Oriente", contribuyeron también a la "orientalización
de Occidente", sobre todo en el terreno religioso.
La
religión de los griegos, con su Olimpo poblado de dioses demasiado humanos, no
resistió el embate de las creencias orientales que entre otros elementos
introdujeron la astrología entre los griegos y, más tarde, por intermedio de
éstos, en la India.
En
cuanto a la astrología china, el fenómeno es más complejo. En primer lugar,
entre el pueblo chino prospera toda clase de artes adivinatorias; en segundo
término, se trata de un pueblo esencialmente agrícola, que desde muy antiguo
reconoció la influencia del sol y de la luna sobre las estaciones. Estos dos
hechos permiten pensar que las prácticas astrológicas tuvieron en China un
origen semejante al de la Mesopotamia.
A
partir de los primeros siglos de la era cristiana, comienza a practicarse y
adquiere gran desarrollo la astrología actual. En cambio, estas prácticas no
hicieron mella entre los judíos, por lo menos en la época helenística. Ya
Jeremías: ". . .no temáis las señales del cielo, de las que tienen pavor las
gentes. . .". Isaías, por su parte, apostrofa a Babilonia: "Quédate con tus
encantamientos y con las muchas hechicerías con que te fatigaste en tu
juventud", y agrega, refiriéndose a "los que miden el cielo": ". . .serán como
paja y el fuego los quemará; no se salvarán a sí mismos del poder de las llamas.
. ."
El fondo filosófico
A estos factores de índole religiosa que contribuyeron a la estructuración de la astrología actual, debemos agregar varios factores de fondo filosóficos.
En el
pensamiento griego clásico, fusión de ley y de mito, de ciencia y de poesía, no
tiene cabida la idea de astrología en el sentido actual, si bien se identifica
el cielo con las ideas de perfección y de divinidad. Es probable que la idea del
cosmos como un universo bien ordenado y de los planetas no como cuerpos
"errantes" sino como cuerpos perfectos —esferas— que se mueven según movimientos
perfectos, es decir uniformes, se deba a los filósofos pitagóricos del IV a. C.
Estas
ideas serán desarrolladas más tarde por Platón, a quien se debe también la
importante concepción —para la astrología actual— de la correspondencia
existente entre el macrocosmos (el universo) y el microcosmos (el hombre), en
virtud del carácter divino e inmortal de las almas del mundo y del hombre.
También influirá en la astrología la idea de la divinidad de los astros, tal
como aparece en el "Epinomis", diálogo platónico probablemente apócrifo.
Para Aristóteles, más realista, el cielo tiene sus propias leyes, independientes
de las humanas: "Si Zeus —es decir el cielo— hace llover, no es para que crezcan
las mieses sino por necesidad." Aunque en su astronomía la divinidad es una
"causa primera", este concepto, puramente metafísico, es sólo el punto de
partida de su explicación mecánica del sistema planetario.
En
cambio en Alejandría, centro cultural del mundo helenizado a partir del siglo IV
a. C. la convivencia del filósofo griego, del sacerdote egipcio —mezcla de
intelectual y religioso— y del astrólogo caldeo, convierte a la antigua
astrología sumerja, fruto quizás de una conciencia ingenua, en una tarea de
rasgos científicos, muy intelectualizada.
Las
corrientes filosóficas de la época, de acentuados tintes místicos, y sobre todo
el estoicismo, ejercen su influencia decisiva en tal transformación. Según los
estoicos, el hombre y el mundo constituían un todo ordenado, que se mantenía
unido mediante el "pneuma". Este .término ("soplo" en griego) designaba
al alma, espíritu o conciencia universal que poseía los caracteres de la
divinidad. La cohesión entre los elementos, la razón y la vida misma no eran
sino distintos estados de tensión del "pneuma", comparable al parche de
un tambor, cuyas distintas tensiones producen sonidos diferentes. Mientras el
alma humana para Aristóteles era resultado de una especial organización de la
vida que desaparecía con la muerte, para los estoicos era parte integrante del
alma del mundo y de la muerte la devolvía a su lugar de origen. De aquí nace la
vinculación entre la vida humana y la vida de las estrellas.
La
concepción estoica otorga también nueva vida a la doctrina del macrocosmos y el
microcosmos, a la que Platón había conferido carácter racional al explicar la
creación de la especie humana. Según Platón, el Demiurgo —constructor o artífice
del universo, de índole distinta al dios de los estoicos— encomendó a los dioses
menores la creación de las razas mortales, y ellos utilizaron para crear al
hombre los mismos elementos que el Demiurgo había usado para crear el universo.
En consecuencia, el universo y el hombre —es decir el macrocosmos y el
microcosmos— resultaron impregnados de igual racionalidad y movidos por
mecanismos semejantes, lo que permitió establecer correspondencias y
paralelismos entre ambos mundos.
El zodíaco
Según ya hemos dicho, la astrología con sus actuales caracteres —el predominio del horóscopo individual, sobre todo, lo que los caldeos utilizaron esporádicamente desde fines del siglo V a. c.— nace en el mundo elenístico, donde aparecen los conceptos del zodíaco y sus signos.
El
zodíaco es una faja celeste por donde viajan, aparentemente, el Sol, la Luna y
los planetas, cruzada en la parte central por la eclíptica, circunferencia
convencional que señala la trayectoria solar.
Desde
antiguo se habían distinguido en esa faja grupos de estrellas de distinta forma
y extensión —constelaciones—, a los que la imaginación popular había dado
nombres de acuerdo con sus semejanzas. De ahí que los griegos designaran a esta
faja con el nombre de zodíaco, palabra que deriva de un término que significa
"pequeñas figuras" (la etimología que hace derivar zodíaco de animal no parece
correcta).
Los
caldeos habían dividido al zodíaco en doce partes iguales de treinta grados cada
una, que se hicieron corresponder aproximadamente con doce constelaciones. De
este modo, a cada constelación correspondía una parte o "signo" del zodíaco,
aunque a veces la constelación escapara del signo y hasta del zodíaco. A estas
dos divisiones del zodíaco —una irregular por las constelaciones y otra regular
por los signos—, los astrólogos agregaron otra división regular por las "casas".
Es decir, otra división en doce partes iguales a partir de un punto variable, el
"ascendente", intersección de la eclíptica con el horizonte en un instante y
lugar determinado.
El
nombre astrológico de las doce constelaciones zodiacales, en el sentido del
movimiento aparente del Sol, es el siguiente: Aries (Carnero), Tauro (Toro),
Géminis (Mellizos), Cáncer (Cangrejo),Leo (León), Virgo (Virgen), Libra
(Balanza), Escorpio (Escorpión), Sagitario (Arquero), Capricornio (Cabra),
Acuario (Aguatero), Piséis (Peces).
Desde el punto de vista astronómico, son importantes las dos intersecciones de la eclíptica con el ecuador celeste, sobre todo una de ellas, el llamado "punto vernal", como origen de coordenadas celestes.
Desde el punto de vista astronómico, son importantes las dos intersecciones de la eclíptica con el ecuador celeste, sobre todo una de ellas, el llamado "punto vernal", como origen de coordenadas celestes.
En la
época helenística ese punto se encontraba en Aries, motivo por el cual los
astrólogos la eligieron como primera constelación zodiacal. En virtud del
fenómeno de precesión de los equinocios (rotación del eje
terrestre alrededor del eje de la eclíptica que se produce en un lapso de 26.000
años), ese punto ha retrocedido desde entonces: ha recorrido la constelación,
Piséis, y actualmente está por entrar a Acuario. Al astrólogo, empero, no le
interesa este movimiento porque no trabaja con las constelaciones sino con los
"signos", aunque de este hecho resulten ciertas contradicciones entre las
astrología y la realidad astronómica.
Los planetas y los días de la semana
Un legado astrológico probablemente helenístico que aún perdura en el mundo latino es el nombre de los días de la semana, que reflejan claramente los nombres de los siete planetas conocidos en el mundo antiguo. En orden decreciente de su distancia con la Tierra, ellos son: Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y Luna (la sustitución del "día del Sol", el inglés "sunday" o el alemán "Sonntag", por el domingo, "día del Dómine" —Señor— fue una innovación posterior).
La
historia de este legado no es simple. Los babilonios habían dividido la semana
en siete días, cada uno de los cuales estaba consagrado a un dios. Como a cada
dios le correspondía una estrella, es decir un planeta, cada día de la semana
tomó el nombre del planeta correspondiente.
Llama
la atención, sin embargo, que el orden de los días de la semana no coincida con
el orden de los planetas; por ejemplo, a Saturno (sábado) sigue Júpiter (jueves)
y no el Sol (domingo). Pero un examen más detenido demuestra que entre el orden
de los planetas y el orden de los días de la semana existe una relación fija.
Para comprobarlo bastan dos sencillos diagramas: dibújese una circunferencia y
divídase en siete partes iguales. Si en cada uno de los puntos se colocan, en su
orden, los nombres de los planetas, y se unen entre sí siguiendo el orden de los
correspondientes días de la semana, se obtendrá uno de los dos eptágonos
estrellados, es decir un polígono regular. Si, en cambio, se colocan los nombres
de los días de la semana en su orden y se unen los puntos siguiendo el de los
correspondientes planetas, se obtiene el otro eptágono estrellado. Pero esto ya
no es astrología sino pitagorismo.
Astrología y astronomía
Así como la astrología hizo presa fácil del mundo helenizado, también rápidamente en el mundo romano y terminó extendiéndose a las tribus germánicas, más allá de las fronteras del Imperio.
A
pesar de la general aceptación, también hubo opiniones desfavorables.
Carneades (siglo II a. C.), filósofo platónico integrante de la embajada que
introdujo la filosofía griega entre los romanos, afirmaba que era imposible
comprobar la verdad de los horóscopos, y en apoyo de sus argumentos señalaba los
destinos distintos de los hermanos mellizos y se preguntaba por qué los animales
no tenían horóscopo. En el siglo siguiente, Cicerón sostenía que los muertos en
una misma batalla, dado que estaban signados por un mismo destino fatal,
deberían haber nacido todos en el mismo instante y en el mismo lugar.
Tiempo después, Vitrubio se muestra más imparcial y también más
impreciso. En su "Arquitectura" dice, refiriéndose a la astrología: "En lo que
respecta a la rama de la astronomía que se refiere a la influencia de los doce
signos, de los cinco astros, del Sol y de la Luna sobre la vida humana, debemos
dejar todo esto a los cálculos de los caldeos, a quienes debemos el arte de
confeccionar horóscopos que les permiten declarar el pasado y el futuro mediante
cálculos fundados sobre los astros.
Tales
descubrimientos han sido transmitidos por hombres inteligentes y de gran
agudeza, provenientes directamente de la nación de los caldeos. El primero de
ellos. Seroso, que se estableció en la isla de Cos, donde abrió una escuela. Más
tarde continuó en esa tarea Antipater, y luego Arquinábolos dejó
las reglas para confeccionar horóscopos fundados ya no en el momento del
nacimiento sino en el de la gestación."
En el
siglo I de la era cristiana, Plinio, en su poco crítica-"Historia Natural",
informa que las artes mágicas arraigaron a través de tres conductos: la
medicina, la religión y la astrología. Alude a la antigüedad de las tres artes y
se extraña de que Hornero no las mencione en su "Ilíada", mientras que en
la "Odisea" abundan los actos de magia.
Refiriéndose a la astrología en particular, dice que el hombre la ha incorporado
a las otras artes porque "todo hombre ansia conocer su porvenir y piensa que tal
conocimiento se extrae con más certidumbre del cielo." En los primeros siglos de
nuestra era aparecen nuevas concepciones filosóficas: las ideas cristianas y
judías luchan victoriosamente contra el ya decadente paganismo; el
gnosticismo—mezcla de concepciones racionales y místicas— favorece las
especulaciones de tipo mágico y, por ende, a la astrología.
En
este ambiente cultural, la astrología se desarrolla ampliamente y llega a su
punto culminante con la obra de Ptolomeo (siglo II d. C.), quien al separar
netamente a la astronomía de la astrología convierte a ésta en una rama autónoma
del saber, rama que describe y estudia en un tratado especial, el Tetrabiblos,
verdadera biblia de los astrólogos actuales. Aunque es evidente que las nociones
de Ptolomeo —tierra fija y astros móviles—, cabe destacar que sus dos obras
fundamentales, el Almagesto (astronomía) y el Tetrabiblos
(astrología) difieren en su estructura científica. Mientras en el primer tratado
desarrolla la astronomía en forma estrictamente científica, sobre la base de
rigurosas demostraciones geométricas, en el segundo se limita a tratar los
mismos temas mediante aproximados métodos aritméticos.
Las
cuatro partes (de ahí el título "Cuatro Libros") que componen la obra
astrológica de Ptolomeo comprenden, respectivamente, generalidades acerca de la
astrología y de los planetas, a los que divide en maléficos y benéficos,
masculinos y femeninos, diurnos y nocturnos; pronósticos de carácter general
concernientes a las distintas regiones de la tierra o a características de los
planetas; pronósticos de carácter individual; factores astrológicos vinculados
con distintas circunstancias y aspectos personales.
Ptolomeo comienza distinguiendo las dos maneras de formular predicciones
astronómicas: 1) señalando la configuración de los astros según sus movimientos
(astronomía); 2) los cambios producidos en las cosas por influencia de los
astros (astrología). Resuelve que, aunque en este último campo no se ha arribado
a la misma perfección que en el primero, lo considerará de acuerdo con la
filosofía, es decir científicamente.
En
consecuencia fundamenta a la astrología en estos términos: "Ante todo es
evidente, sin necesidad de mayor prueba, que una cierta fuerza circula y se
extiende desde la naturaleza etérea y eterna a. todo lo que envuelve la tierra,
provocando continuos cambios. Ante todo en los elementos sublunares, fuego y
aire, que se agitan en virtud de los movimientos del éter, y con ello hacen
partícipes de su movimiento a las cosas inferiores: la tierra y el agua, y todos
los animales y plantas que en ellos nacen." Reseña luego los distintos efectos
del Sol y de la Luna y agrega: "El curso de los astros asume, en el aire
numerosos significados: anuncia las tormentas, las lluvias y los vientos que
afectan a las cosas terrestres.
La
configuración misma que adoptan entre sí, en especial cuando al acercarse unen
sus efectos, provocan múltiples y variados cambios. En efecto, si bien en el
orden de la constitución general del mundo las fuerzas del Sol son las
preponderantes, algo agregan o quitan las que residen en los demás astros. En lo
que se refiere a la Luna, la cosa es más evidente y frecuente, en virtud de las
lunas llenas y nuevas y de los espacios que las separan. Para los demás astros
la cosa es menos cierta y se produce a intervalos más separados; por ejemplo,
cuando aparecen o desaparecen, o cuando están en condiciones especiales.
Si se
atiende a estos hechos, no sólo se comprenderá fácilmente cómo la constitución
de las cosas es afectada por el movimiento de los astros, sino que además
señalará cómo, de acuerdo con el estado del cielo, se forma y estructura el
nacimiento y desarrollo de los gérmenes." A esta última creencia aludía Cicerón
cuando decía, al referirse a los astrólogos, que "creían no sólo verosímil sino
absolutamente cierto que los animales y los niños se forman según la disposición
del cielo en el momento de su nacimiento, y que bajo tal influencia se
constituían el ingenio, las costumbres, los hábitos y los caracteres de los
cuerpos, así como todo el curso de la vida y de las acciones futuras de cada
uno."
Fuente Consultada:
Enciclopedia de los Grandes Fenómenos de Nuestro Tiempo Tomo II Astrología, Horóscopos y Ciencia
http://www.portalplanetasedna.com.ar/historia_astrologia.htm
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