miércoles, 20 de agosto de 2014

Direcciones de tiempo ascensional. Por Rafael Gil Brand.










Direcciones de tiempo ascensional


Desde que empecé a estudiar astrología en el 1981, ando peleándome con las direcciones primarias. Fiel a la tradición, siempre he querido pensar que son un instrumento predictivo imprescendible. Porque desde tiempos de Ptolomeo, y no digamos desde Plácido y Morin, las direcciones primarias – al menos las zodiacales – tal y como las describió el autor del Tetrabiblos han formado parte inamovible del canon de técnicas predictivas. Y – fiel a la tradición – no he cejado en atormentar a mis alumnos con semiarcos diurnos, distancias meridianas y fórmulas trigonométricas.



 De paso se aprende astronoPtolemaiosmía de posición y cálculo. Es un consuelo. Pero nunca acababa de estar satisfecho con las direcciones primarias en base a arcos proporcionales. No acababa de sentirme seguro en la predicción. Demasiado a menudo no coincidían bien los hechos con las promesas de la dirección. Únicamente el ascendente dirigido me resultaba, desde siempre, un factor predictivo fiable.
Y es que Ptolomeo siempre hacía de las suyas. Mira que hasta su santificación en la Europa medieval sus términos no los tenía en cuenta nadie, ni tampoco su manera de  calcular la rueda de la fortuna, ni los regentes de la triplicidad de agua, ni siquiera el zodiaco tropical (si es que Ptolomeo consideró un zodiaco tropical, pero eso es otro tema). Eso sí, su modo de calcular direcciones hizo escuela.
Cuando leí por primera vez a Vettius Valens me pasó desapercibido, o no le dí más importancia al hecho de que hacía la dirección del afeta según las ascensiones del lugar natal, es decir como si el planeta estuviera en el ascendente. Después de leer la “Astrología Hermética” de Eduardo Gramaglia y la descripción que hace de las direcciones según Valens, ya me quedé con la copla. Pero tuvo que pasar bastante tiempo hasta que me planteara la cuestión seriamente: ¿será que las direcciones primarias funcionan mejor usando los tiempos de ascención del lugar?
Pues sí. Un sí rotundo. Las direcciones – no solo las del afeta – funcionan de maravilla, tal y como enseñaban los antiguos. Pero no las de Ptolomeo, no las primarias zodiacales en base a arcos proporcionales. Funcionan las direcciones – o circunvalaciones – con los tiempos ascensionales de la latitud natal. Es como si el cuerpo astral memorizara el arco ascensional que hay entre cada significador y cada promisor, y tradujera el arco – un grado por año – en tiempo de vida.
Ya va siendo hora de que los programas profesionales de astrología incluyan esta forma ancestral de dirigir los planetas, como una opción estándar. A ver si en los próximos días os presento unos ejemplos prácticos…



 http://www.astrologia-tradicional.net/







martes, 19 de agosto de 2014

La Astrología medieval y su impronta en la ciencia occidental. Por José Antonio Gómez Di Vincenzo.









La astrología medieval y su impronta en la ciencia occidental


Por José Antonio Gómez Di Vincenzo
La astrología ha sido duramente vapuleada por la crítica meta científica contemporánea, esa que desde hace décadas, ha emprendido una cruzada contra ella, contra el psicoanálisis y contra el marxismo. Con la férrea razón en sus manos, los críticos han sostenido que la astrología se encuentra más ligada a lo irracional, a las supersticiones, a lo primitivo, a la charlatanería que impregnada por aquellos elementos que según ellos caracterizan a la ciencia: su objetividad, método, criterios de validación de las teorías y demás factores duros que dan cuenta del alto estatus de las disciplinas occidentales. Sostener que haya existido una influencia de la astrología sobre las disciplinas científicas mientras ellas iban encontrando los causes de sus respectivos desarrollos implica, a priori, una toma de posición epistemológica que corre el eje de la discusión sobre el estatus de las disciplinas de un enfoque prescriptivo a uno descriptivo tomando en cuenta el contexto social, político y económico en el cual se dan los desarrollos teóricos y las influencias que dichos adelantos pueden recibir en términos de presupuestos metafísicos, metáforas, analogías, folclore y cultura en general. Una vez más, hereje hay que ser para comprender la herejía.
Que la poca valoración que hoy tiene la astrología no nuble nuestra mirada acerca de su influencia e importancia histórica en el pensamiento y la cultura de los pueblos sería la consigna. Y como sostiene el brillante historiador de la ciencia David Lindberg “debemos perdonar a los estudiosos medievales por ser medievales y dejar de castigarlos por no ser modernos”.[1] En otras palabras, no juzguemos a los pensadores medievales por ser medievales, tratemos de comprender sus presupuestos y en una de esas entenderemos mejor el sentido de sus desarrollos y sus aportes. La astrología medieval se elaboraba en una cocina plagada de recetas e ingredientes medievales: una cosmovisión, criterios de racionalidad específicos y criterios de validación, también particulares.
Lindberg sostiene que hay dos formas de considerar la astrología:
A) Como un conjunto de influencias físicas astrales.
B) Como el arte de la predicción por medio de horóscopos.
La primera, más vinculada a los aspectos metafísicos y cosmológicos, rara vez era cuestionada en el Medioevo; mientras la segunda, era más proclive a ser discutida desde diversos espacios: reclamo por evidencia empírica, objeciones filosóficas y teológicas.
Desde tiempos antiguos se creía que los cielos y la tierra estaban conectados de algún modo, que lo que ocurría en las esferas celestes determinaba lo que sucedía en la región terrestre. Las estaciones se vinculaban con el tránsito del Sol por la elíptica, las mareas con la posición de la Luna. El calor proveniente del Sol y su luz inundando la tierra y todo lo viviente fortalecían la imagen de una conexión astral. El descubrimiento de la brújula en China y su posterior difusión en occidente hacia fines del siglo XII, potenció la idea de que del mismo modo que los polos terrestres influían magnéticamente sobre los minerales, todos los astros podían intervenir sobre lo inanimado y lo animado.
A este tipo de cuestiones, más bien empíricas, debemos agregar todo un conjunto de creencias ligadas con las religiones antiguas, el folclore y la tradición. En otro artículo[2] hemos visto que los viejos estoicos creían en la influencia de una fuerza que mantenía cohesionado el cosmos, el pneuma. La idea de una divinidad en los cielos que influía en el ámbito terrestre, de que los sucesos estelares y planetarios eran signos (hacen bien Lindberg y otros historiadores en remarcar que lo eran más que causas) y anticipaban eventos en terrestres se había extendido antes que en Grecia, en la Mesopotamia. Fue entonces cuando comenzó a pensarse que el conocimiento de la posición de los astros en el momento del nacimiento de una persona podía ayudar a anticipar las características de su personalidad y detalles de su vida. Lo astral y lo psíquico quedaban así ligados, unidos por una fuerza cósmica. Y la lectura y comprensión de los presagios demandaba, entonces, el estudio refinado de los astros y sus movimientos.
En la antigua Grecia, Platón y Aristóteles hicieron interesantes aportes a la cuestión. Platón sostuvo, en el Timeo, que el Demiurgo delegaba en los dioses planetarios la labor de hacer nacer las cosas en el mundo sublunar. Platón sostuvo, al igual que posteriormente lo hicieran los estoicos, la continuidad o analogía entre el macrocosmos y el microcosmos.  El estagirita, por su parte, mantuvo la idea de que el motor inmóvil era el causante del cambio y el movimiento en el sector sublunar del cosmos. El tránsito de las estaciones, la generación y la corrupción terrestres eran producto del movimiento solar. Los ya nombrados estoicos sostuvieron una visión del cosmos activo y orgánico y como se ha dicho líneas arriba, también cohesionado y caracterizado por la unidad y la continuidad.
Resulta claro que, en la antigüedad, hubiese sido excepcional encontrar algún pensador que rechazara la idea de que existe una conexión entre los astros y los sucesos terrestres. Ptolomeo, por ejemplo, reconocido como un gran astrónomo antiguo en nuestras universidades contemporáneas mas no como astrólogo, aseguraba en su Tetrabiblos, la existencia de fuerzas celestes y defendía la validez de los pronósticos astrológicos.
Como quiera que sea, la resistencia hacia la astrología no es un fenómeno moderno. Nada más alejado de la realidad. Quienes más la atacaron fueron los denominados padres de la Iglesia Católica para quienes era totalmente inaceptable la idea de determinismo y la atribución de divinidad (al estilo platónico, por ejemplo) a las estrellas y planetas. Así los debates entre intelectuales de la edad media temprana matizaban diversas posiciones. Estas iban desde una influencia determinante hasta una indeterminación total, pasando por cierto condicionamiento en algún punto de la vida para luego, dar lugar al libre albedrío más adelante.
Hay que aclarar que ningún intelectual, por entonces, centraba su crítica en la influencia cósmica. Esta era comúnmente aceptada. Lo que se debatía era el fatalismo y el determinismo de los astros por sobre la naturaleza, en particular, por sobre la naturaleza humana. Agustín (354 – 430), por ejemplo, defendía la libertad de la voluntad por sobre el determinismo, rescatando el tema de la responsabilidad humana en las acciones. Si hubiera un determinismo férreo y un fatalismo absoluto, junto a la ausencia de libertad, voluntad y responsabilidad por parte de los seres humanos, no cabría lugar para que el pecado sea castigo. Pero Agustín no iba tan lejos. Aseguraba que podía existir cierta influencia cósmica sobre el cuerpo de los hombres. Pero esta fuerza física influía sólo sobre el cuerpo y no sobre la mente.
A pesar de las condenas propias de la literatura medieval temprana, la astrología logro hacerse camino en las cortes, gracias al cada vez más extendido convencimiento de la influencia estelar y planetaria sobre cosas físicas como la salud, la enfermedad, las tormentas o sobre el temperamento, y la posibilidad de realizar pronósticos a partir del estudio de las posiciones de los astros.
Hacia el siglo XII, gracias a la influencia del astrólogo árabe Albumasar y su Introducción a la ciencia de la astrología, la ciencia de los astros logró un fundamento filosófico apropiado al integrarse sus saberes con la filosofía aristotélica. La adopción de la metafísica del estagirita, junto con la afirmación de que los cuerpos celestes son los causantes de la generación y corrupción terrestre, reforzaron los saberes astrológicos dándoles estatus en diversos espacios del saber.
Por supuesto, los teólogos continuaron obsesionados con el tema de la determinación. Pero ocurrió con la astrología algo similar a lo acontecido con todo el corpus aristotélico. Los pensadores se esforzaron por analizar los conocimientos astrológicos con el objeto de ajustarlos a las prescripciones dogmáticas y tomando aquello que les era de provecho. Así, a pesar de las penalidades (la cuestión del determinismo, por ejemplo, fue objeto de sanción en la famosa condena de Étienne Tempier de 1277) y a pesar de que los practicantes de la astrología eran acusados de charlatanes, hasta los críticos aceptaban ciertas influencias de los astros. Es el caso de Oresme, un ácido censor de la astrología, que aún así, creía en la influencia de los astros en la aparición de plagas, mortandades hambruna, inundaciones, grandes guerras, la aparición de profetas y catástrofes de diverso tenor.
La astrología, en definitiva, se desarrollaría hasta el siglo XII y tal vez, un tiempo más en occidente, perdiendo impulso con el advenimiento de la modernidad. No obstante, fue por la obsesión a la hora de medir la posición exacta en la banda del zodíaco que los astros tendrían en un determinado período del año para la realización de pronósticos y predicciones que la astrología ayudó a la confección de tablas astrales cada vez más exactas, demandando a su vez de un refinamiento en las tecnologías de medición y un desarrollo en las matemáticas aplicadas.



[1] Para ampliar sobre este y otros interesantes aportes medievales y antiguos al desarrollo de la ciencia, el lector puede consultar del mismo autor Los inicios de la ciencia occidental. Hay una muy buena traducción de editorial Paidos. Este artículo toma principalmente los aportes del libro de Lindberg  junto a otras fuentes menos destacadas.
[2] Los estoicos y su loco mundo material: del pneuma a la fuerza. http://contraelmetodo.blogspot.com.ar/2012/09/los-estoicos-y-su-loco-mundo-material.html
 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 18 de agosto de 2014

Las Horas planetarias. Por Dr Spicasc.










 
DR. SPICASC

Un tema del que se ha conversado mucho son las horas planetarias. En el pasado, hace ya muchos años, hice mis observaciones con las que figuran en libros de la línea de Piobb o Papus y no llegué a ningún resultado positivo. Sin embargo, luego de ello, conocí en Buenos Aires a un personaje singular: Don Carmelo Silva, ya fallecido, esoterista (línea ocultista), mago, fabricante de talismanes, astrólogo (línea hindú) era sin duda alguien muy peculiar. Incontables fueron las charlas que tuve con él. En una de ellas me entregó unas horas planetarias (que jamás supe de donde las obtuvo) que funcionan. Para explicar como son necesitamos el siguiente diagrama: 
 
 


 
Según este esquema de horas el día comienza en la puesta del Sol del día anterior. Esto es común entre los pueblos árabes. Así las dos primeras horas normales y corrientes de tiempo a partir de la puesta del Sol el domingo corresponden ya al día lunes y a la hora de Luna. Las dos horas siguientes corresponden a Mercurio, y así siguiendo hasta la puesta del Sol el lunes. Ahí comienza el martes con la hora de Mercurio en el instante de la puesta de Sol el lunes. No se confundan!: la primera fila de la tablita no son horas sino simplemente el nombre del día y el astro que le corresponde a ese día. Con estas horas he observado muchas cosas impresionantes pero no quiero influenciar ni impresionar a nadie: lo mejor es que cada uno haga sus propias observaciones y luego nos haga conocer sus observaciones: las publicaremos para beneficio de todos.
Una observación obvia: en rigor no son dos horas exactas pues según la época del año el día se va alargando o acortando. Pero la diferencia de un día a otro es muy pequeña para ser de importancia práctica. Conviene sin embargo actualizar la hora de puesta de Sol por lo menos una vez por semana.


USO PRACTICO

DE LAS HORAS PLANETARIAS


De acuerdo a la tradición las actividades

diarias deben ser encaradas reservando para

cada una de ellas el momento más propicio.

Desde luego, si lo que debemos

realizar reviste máxima importancia no

podremos conformarnos en modo alguno con

elegir adecuadamente la hora planetaria para

su realización.

El astrólogo responsable y criterioso deberá

valerse de temas electivas, tras analizar

cuidadosamente las revoluciones y direcciones

para la fecha que corresponda a la acción a

emprender. Los tránsitos, lunaciones y eclipses

pueden ser analizados pero son, en realidad, de

mucho menor importancia y solo los charlatanes

insisten en ellos pues no conocen otra cosa.

Pero, para actividades cotidianas sin

demasiada

trascendencia, pueden ser estas horas un

auxiliar valioso. También diré que detrás de

actividades de carácter espiritual pero esto

deberá ser descubierto por quien esté

calificado para ello.

Presentamos a continuación un cuadro que

hace al uso práctico de las horas planetarias.
 
 






 
 
 
 
 

domingo, 17 de agosto de 2014

División de casas, Fuerza Planetaria y Cúspides en la Astrología Helenística. Por Robert Schmidt.










División de Casas, Fuerza Planetaria y Cúspides en la Astrología Helenística
por Robert Schmidt

-- traducción: Alhena Casanova --




En el siguiente análisis de la división de casas dentro de la Astrología Helenística, haremos una nueva distinción para la cual aun no existe una terminología precisa. A veces nos estaremos refiriendo a la división en 12 sectores hecha con el propósito de mejor identificar la fuerza planetaria, a lo cual llamaremos una división "dinámica". En otros casos nos interesara una división en 12 sectores con el fin de establecer regiones asociadas con casas en el sentido moderno de áreas de la vida, a lo cual denominaremos una división "tópica". Este ultimo termino es muy apropiado ya que deriva del griego topos que significa simplemente lugar (es decir, un lugar relativo a la ubicación del ascendente). Sin embargo, esta palabra griega también ha adquirido el significado de un "tópico" o tema en el sentido moderno, un ejemplo puede ser el de Ptolomeo quien frecuentemente llama "tópicos" a los capítulos del Tetrabiblos que tratan temas específicos tales como los padres, la forma del cuerpo, etc.
 

La Tradición Temprana en la División de Casas

Uno de los primeros usos de la división zodiacal para señalar zonas especiales o áreas de la vida, se halla en un trabajo que antecede al texto raíz de Nechepso/Petosiris. Es conocido como Salmeschoiniaka y trata acerca de los decanatos. Solo quedan fragmentos de este trabajo, pero felizmente una parte citada por Hephaistio emplea los decanos como lugares poseedores de gobernancia acerca de temas especiales.
"Se deben examinar también los decanos ya que el primero a partir del Horoskopos trata sobre el nacimiento, el 28avo. a partir del Horoskopos, que culmina a edad temprana, trata sobre la subsistencia, el. 25avo, que culmina a mediodía, trata sobre la enfermedad, el 9no., que se eleva tarde en el este, trata sobre las heridas (agresiones), el 17avo. que se eleva en el oeste, se refiere al matrimonio y la esposa, el 8º., la puerta de Hades, se refiere a los niños, y aquel que coincide con el [eje] subterráneo trata sobre la muerte" (II 18).
Ya que los decanos son vistos como relativos a las divisiones de los signos, se les podría considerar como un sistema de casas a modo decanal. Posiblemente sea contemporáneo con este, el dodekatropos (dodecamoviles o "12-giratorios") atribuido a Hermes. Este es mencionado en el epitome de Trasyllus y en el Rhetorius, también parece estar implícito (si bien no se menciona a Hermes) en dos citas en Valens y en la discusión de Maternus en el Libro III, capítulos 2-7. En todos estos casos los doce lugares (o casas, para emplear un termino actual algo confuso) coinciden inequívocamente con los signos. En ninguna parte hemos hallado entre los primeros escritores un sistema de casas iguales a partir del grado Ascendente o algún sistema de casas mundanas (como por ejemplo las basadas en la división del cuadrante mundano). Muchos de ellos, por ej. Dorotheus, ni siquiera trata la cuestión. Simplemente hablan acerca del Horoskopos y el Mediocielo y lugares relativos a estos. Al faltar un tratamiento especifico del tema, nos da la indicación de que la división en casas era una convención que se tenia por valida y ni siquiera debía ser justificada. En cuyo caso, los pocos que dan indicaciones claras acerca de un sistema de signo-total pueden tomarse como representativos de la practica habitual.
 

Casas de signo-completo en Valens, con dos excepciones

Aunque históricamente sea posterior a Ptolomeo, Valens representa la tradición temprana no influenciada por el Tetrabiblos. Dentro de la considerable cantidad de traducciones que hemos hecho hasta ahora de la Antología, hemos hallado un uso consistente de las casas de signo-total , aparentemente con dos excepciones que trataremos aquí. En el Libro III, capitulo 2, aborda una división de los cuadrantes mundanos en 3 partes iguales (luego llamado el sistema de Porphyrius). Sin embargo resulta claro a partir del contexto que su intención allí es determinar los lugares en los cuales los planetas pueden ser mas o menos activos. En ninguna forma indica que esté estableciendo una división tópica, o un sistema de casas en el sentido lato. De hecho aclara que no lo esta haciendo cuando aborda el segundo sector así construido, "y juzgar otro tercio de los grados como mediano, ni de mayor beneficio ni mas bajo considerando la post-ascensión del Horoskopos y la Diosa y el diámetro del Dios".
Ahora bien, la post-ascensión del Horoskopos es el segundo signo-total, en tanto la Diosa es el nombre tradicional para el tercer signo-total. En otras palabras, esta división tiene un nivel de actividad intermedia ya que los signos tradicionales segundo y tercero se superponen con ella. Obsérvese que el autor no reasigna el termino de "post-ascensión" al segundo intervalo ni el nombre de "Diosa" al tercer intervalo de su nueva división mundana.
Inclusive, Valens ofrece esta evaluación de los niveles de actividad como su aporte correctivo de una tradición que lo precedía, en la cual el primer tercio del cuadrante mundano era considerado como poderoso, y los restantes grados como débiles. Por lo cual puede haber sido Valens el primero de todos los que extendieron la evaluación de la actividad a 12 sectores en lugar de 8, en cuyo caso tal sistema no puede haberle precedido.
 

La segunda excepción aparente al empleo consistente de casas de signo completo por Valens' , ocurre en el Libro IX, capitulo 3, y es llamativo. Se trata del capitulo en el cual Valens introduce el conocido procedimiento de "hacer rotar la rueda" para derivar significados adicionales de las casas a partir de los básicos. Explícitamente el llama a este proceder "12-moviles" como hemos comentado antes, un método atribuido a Hermes, de modo que este pasaje aparentemente preserva la tradición temprana. Ahora, en su delineamiento detallado de este sistema el explícitamente menciona (y frecuentemente los implica por genero) los zoidia. Emplea también los nombres tópicos tradicionales tales como Buen Espíritu , Diosa, etc. Por lo cual, también este es un sistema de signo-completo. El problema surge en el párrafo siguiente, que aquí traduzco:
"Pero ante todo es necesario calcular los lugares hasta el grado. Y al menos siempre que se pueda establecer el grado del Horoskopos, es necesario contar a partir de este grado en adelante hasta completar los 30 grados del siguiente zoidion. Ese será el lugar concerniente a la vida. Luego en forma similar hasta completar otros 30 grados será el lugar concerniente a la subsistencia, y así siguiendo. Ya que a menudo dos lugares que caen juntos (o coinciden) en un zoidion son predictores de ambas naturalezas según sus distancias en grados. Y en forma similar, es necesario examinar al señor del zoidion, en que zoidion esta ubicado y a que clase de lugar queda referido (anclado) de acuerdo a su descripción canónica en grados. Ya que de esta manera [o quizás mediante la giratoria] puede juzgarse el procedimiento Y si alguien calculara pláticamente a un lugar por zoidion (lo que es raro), ellos ´[los nativos? los lugares?] encontraran apremios y ultrajes, o complicación de los asuntos. "
 

No confío mucho en esta traducción. Por ejemplo, no estoy seguro a que dos lugares se refiere en medio del párrafo. Podrían ser dos lugares en el estilo de las casas iguales desde el Ascendente, superpuestas por un zoidion, pero esto contradice su propio uso de signos-completos en las delineaciones inmediatamente precedentes; también podría tratarse de dos lugares derivados (es decir, los que coinciden perfectamente con un zoidion) lo cual seria consistente con el contexto pero nos deja en la incertidumbre acerca de las dos ultimas frases. Tampoco estoy seguro acerca del significado de la cláusula algorítmica "es necesario contar a partir de ese grado hasta completar 30 grados del siguiente zoidion". Pero le ahorro al lector los detalles.
En medio de esta confusión, y asumiendo que Valens si tiene en mente algún sistema de división zodiacal a partes iguales basado en el grado Ascendente, permítaseme hacer una especulación en base al uso que hace Valens de los lots (sectores), lo cual puede brindarnos una clave importante acerca de la relación entre las casas-signo y las divisiones iguales a partir del Ascendente. Resulta intrínseco a su tratamiento de los lots que estos puedan ser vistos como "Horoskopoi", o cuasi-ascendentes, es decir, que pueden devenir las casas primeras de sistemas de casas derivadas por signo-completo, siendo los significados de estos signos en sucesión, análogo a aquellos del mapa básico natal. La única diferencia real es que el sistema fundamental a signo-completo es visto como mas general, en tanto el sistema derivado se dirige a obtener mayor detalle. Sin embargo, ambos son conceptualizados de la misma manera.
Ahora bien, cada lot (sector) ocupa un grado en algún lugar del signo destinado a ser la casa primera de un sistema derivado, y la presencia del lot debe pensarse como algo que altera el signo en el cual cae, convirtiéndolo así en una casa primera apropiada para aquello que concierne al sector (el padre, por ejemplo). En forma similar, el signo en el cual cae el grado Ascendente se vuelve la casa primera de la organización general a signo-completo, así el grado Ascendente es un ‘kentron’, un eje , pivote o bisagra alrededor del cual el signo gira, y es este pivotaje el que altera el signo y lo hace apropiado para su rol como primer signo-completo, en tanto el punto Ascendente puede caer en el signo mismo. No podría ser que el primer grado de cada "casa" igual a partir del Ascendente, fuera considerado el "pivote" del signo total en que acontece, un tipo de punto alrededor del cual da vueltas y que constituye al signo entero en lugar segundo (o casa), por ejemplo, dándole así su característica propia? Por lo cual, los "12-móviles" seria una extensión de la idea de un pívot, antes restringido a los ángulos, ahora apto para todos los signos intermedios.
En conclusión, si esta interpretación posee algún merito, cada grado que dista 30 grados (o su múltiplo) a partir del Ascendente, seria visto como una "cúspide" (o punto dinámico) del signo completo en el cual se produce , aunque no una cúspide en uno de los extremos del signo. Sigue de esto que los intervalos entre estos grados no pueden ser vistos como casas. Tal sistema de casas iguales en el sentido moderno seria una interpretación equivocada del propósito original existente detrás de la división del zodiaco en sectores iguales a partir del Ascendente, propósito que habría sido establecer los puntos dinámicos dentro de los signos mismos. Es interesante notar que Maternus es el primer autor que conocemos quien explícitamente utiliza un sistema de casas iguales a partir del Ascendente (en Libro II, capitulo 19, si bien en otros lugares emplea casas-signo relativas al Ascendente, tal como en Libro III, capitulo 2). El vivió dos siglos después de Ptolomeo y Valens. Podría ser que el haya malinterpretado la tradición temprana? Al menos resulta interesante que el emplee el termino cuspis para el primer grado de cada una de estas casas, ya que la palabra cuspis significa punta, y cardo, que significa bisagra, son ambas buenas traducciones de la palabra griega kentron, la cual parece contener ambos significados latinos.
Antes de finalizar con Valens, hay un punto mas. Antes de su tratamiento de los "doce-móviles" menciona los "ocho-móviles", los cuales habrían sido usados aparentemente por Nechepso/Petosiris. La naturaleza de este sistema es aun algo misteriosa. Sin embargo, por el contexto podríamos decir que también es coincidente con algunas divisiones del zodiaco, mas bien que ser definido por una bisección de los cuadrantes mundanos. Intuitivamente yo destacaría que en los tiempos antiguos los signos no solo estaban divididos en tres mediante los decanos, sino también en dos mediante los "pasos". De este modo, así como cada casa-signo comprendía tres decanos, cada división octanaria puede haber coincidido con tres pasos del zoidia.
 

El sistema de casas iguales de Ptolomeo

Ptolomeo es considerado el autor de un sistema especial de división de las casas, que comienza cinco grados encima del ascendente, y hoy día es ampliamente aceptado que este era su sistema preferido. Sin embargo, se deben puntualizar aquí tres cosas. La primera, antes del Libro III, capitulo 11, la discusión acerca de la duración de la vida, no hay ninguna razón para creer que Ptolomeo considere el Horoskopos o el Mediocielo como algo distinto de casas-signo. El emplea todas las denominaciones tradicionales de pivote, post-ascensión y declinación. En el Libro III, capitulo 6, que trata sobre los gemelos, explícitamente llama zoidion al lugar de la madre e invoca el sector 10 en relación con esto, en la forma tradicional de un sistema de casas derivadas. El no presenta ningún sistema de casas en su primer libro, el cual versa sobre los elementos de la astrología. Asimismo, nunca declara que vaya a describir su sistema de casas en algún capitulo próximo, en cambio si lo hace en cuanto al Parte de la Fortuna y otros temas. No contamos con evidencia acerca de este especial sistema antes de Ptolomeo, y si el estuviera introduciendo una innovación, seria esperable que lo especificara.
El segundo punto es, que cuando el si presenta su sistema en el Libro III, capitulo 11, lo hace en el muy especifico contexto del calculo de la duración de la vida. El problema reside en determinar los "lugares de descarga", es decir, los lugares en los cuales el descargador (o hyleg como luego fue llamado) debe estar ubicado para calificar en dicha función. Lo consecuente es que los lugares por el listados son lugares en los cuales el planeta posee la mayor actividad, solo allí se hace valido como significador de la duración de la vida. De acuerdo con esto afirma "por lo cual se debe denegar tal autoridad a toda la región subterránea" Igualmente lo deniega a varios lugares (o casas), tales como la séptima, novena y onceava, que no tienen inmediata conexión tópica con la duración de la vida. Así parece que la división zodiacal por el descripta no tiene por objeto establecer casas per se.
Tercero, uno de los primeros comentaristas del Tetrabiblos, Pancharios (citado por Hephaistio) no pensaba que Ptolomeo tuviera en mente un sistema de división del zodiaco en casas iguales, sino mas bien un sistema de casas mundanas similares a las mencionadas arriba en la discusión acerca de Valens, constituyendo la única diferencia el hecho de acomodar los cinco grados por sobre el ascendente requeridos por Ptolomeo. Ya que Valens introdujo casi el mismo sistema con el claro propósito de hacer distinciones en la actividad planetaria y no en cuanto a los tópicos, podemos dar por entendido que esta es también la intención de Pancharios. Como lo he indicado en mis notas, con toda evidencia Pancharios tuvo a su disposición un texto diferente, el cual le permitió hacer esta interpretación (por inferencia, como el mismo indica).
Si alguien quisiera argumentar que Ptolomeo sí considero su división como un sistema de lugares de casas en todo sentido, la evidencia mas fuerte en su favor serian los pasajes del capitulo 11, en el cual el aparentemente designa estas nuevas divisiones mediante los nombres tradicionalmente empleados para designar casas-signo, tales como Mal Espíritu, Buena Fortuna, etc. Sin embargo, tal como yo he mencionado en mi comentario de dicha sección, hay al menos otras dos formas de hacer la lectura del pasaje en cuestión, sin asumir que Ptolomeo este transfiriendo nombres de casas a su propia división. Y en razón de la cantidad de variantes del manuscrito en puntos clave del texto, parecería que una cantidad de lectores y copistas hayan estado en duda acerca de este significado. Mas allá de esto yo diría que estos nombres de casas se hallan tan inconexos con la sintaxis básica de la frase, que podrían incluso haber sido interpolados por un editor mas tardío: están incluidos en el texto que cita Hephaistio y pueden haber estado presentes en el texto consultado por Pancharios, si bien esto no puede inferirse con certeza a partir de los escritos de Hephaistios.
Una indicación mas: Si hubiera sido la intención de Ptolomeo emplear un sistema de casas iguales con origen cinco grados por encima del Ascendente, el dejo en claro que no trataba de establecer las cúspides de casa de un sistema a signo-completo al modo de nuestra anterior especulación. En cambio, serian los intervalos lo que constituia el interés, lo cual resulta natural solo en el caso de querer establecer la fuerza del planeta. Y si el mas allá de esto, aplico los nombres de casa tradicionales a sus nuevas divisiones, esto podría significar que los dos prototipos diferentes pero por igual fundamentales de la división de casas, aparte de los signos (cuyos propósitos serian en un caso determinar la actividad planetaria y en el otro las cúspides de casas a signo completo) han sido fusionados en un solo sistema híbrido.
 

Divisiones Iguales y Mundanas en los últimos comentaristas

Paulus todavía emplea las casas-signo exclusivamente en sus delineamientos tópicos, no obstante su admiración por Ptolomeo, como si el no considerara el sistema de casas iguales de aquel, como tópico. De las notas de Hepaistio, resulta claro que la mayoría de sus contemporáneos, salvo Pancharios, consideraron el sistema de Ptolomeo como un sistema tópico de casas iguales a partir de cinco grados por sobre el Ascendente, lo cual constituye una interpretación común hoy día. Sin embargo, Hephaistios parece inclinarse por la interpretación de Pancharios basada en una trisección modificada de los cuadrantes mundanos, así como lo hace Porphyrio, y finalmente también Rhetorius (aunque este ultimo menciona los "12-móviles" de Hermes). No existe evidencia de que ninguno de los tres haya tenido como meta transformar dicha división dinámica en un sistema tópico. Maternus, como ya he mencionado, emplea un sistema de casas iguales en forma tópica a partir del Ascendente, si bien en otros lugares emplea lugares relativos al signo ascendente.
 

Conclusión

Si el anterior análisis es correcto podemos extraer algunas conclusiones. Primero, ya que aparentemente ningún astrólogo que haya escrito en griego empleo una división dinámica tópica, tendremos que buscar en la ulterior tradición medieval para ver cuando tuvo lugar la transferencia. Asimismo hemos de considerar tal traslado con gran precaución ya que muy probablemente se baso en una mala interpretación de la tradición anterior. Por supuesto, siempre es posible que se trate de una mala interpretación creativa que accidentalmente posee alguna verdad, pero al menos hemos de poner entre paréntesis el uso de las casas mundanas en forma tópica, hasta tanto pueda verificarse su congruencia de una manera experimental. Sin embargo, aun nos queda el problema de establecer una correcta división dinámica, si bien en esto los datos de Gauquelin nos pueden ser de ayuda.
En segundo termino, en algún lugar del decurso las cúspides mismas (que originalmente caían en algún lugar del signo y fueron empleadas para determinar los puntos-dinámicos de estos signos) pasaron a ser entendidas como los limites o extremidades de las casas, un malentendido que ya comenzó en el tiempo de los Griegos. Las cúspides en la división dinámica con toda evidencia sufrieron la misma transformación. SIn embargo, podríamos también especular que las cúspides mundanas, o cúspides de una división dinámica, podrían ser interpretadas como dotando al signo en el cual ocurren, de un carácter dinámico particular, diferente del tópico. Esto puede conectarse con la antigua doctrina de los lugares benéficos (o sitios de prosperacion como estamos ahora traduciendo), constituidos por los signos en los cuales cada planeta tenia suficiente actividad para conducir sus asuntos, o en los cuales ellos podían utilizarse en forma oracular dependiendo de como interpretemos el ambiguo termino chrematistikos. Aquí también hemos de mirar en la posterior tradición medieval para ver como este segundo malentendido vino a pasar por bueno.
Una metáfora serviría par unir estas diversas especulaciones. Podemos imaginar que la cúspide dentro del signo dota al signo de una cierta "curvatura" que lo califica para ser el segundo, tercero, etc., entre las casas-signo. Las diferentes posiciones posibles de la cúspide dentro del signo no cambian el tipo fundamental de curvatura otorgada al signo, solo lo modifican dentro del tipo, así como existen diferentes hipérbolas individuales, que poseen cada una su propia curvatura, pero todas poseen los signos definitorios característicos de la hipérbola. La presencia de una cúspide dinámica en un signo lo modifica de una manera diferente, le dota de un énfasis, por ejemplo lo magnifica o lo reduce. Estas cúspides tópicas y dinámicas unidas, determinan en forma absoluta la "curvatura" y el "tamaño" de un determinado signo.
Invitamos a los astrólogos actuales a intentar distinguir estos dos aspectos de la división de casas, en sus lecturas de mapas astrales.



 http://cura.free.fr/xxv/25schesp.html






sábado, 16 de agosto de 2014

Sinastría. Como reconocer el amor en una relación. Por David Parcerisa.











Os dejo un interesante vídeo sobre Sinastría, por el astrólogo David Parcerisa.













Por la Astrología, pero, cual ?. Por Patrice Guinard.











Por la astrología! - Pero, ¿cuál?
(Actas de la Conferencia de París - Dic. 2000)
por Patrice Guinard

-- traducción Pía Urruzuno --


El astrólogo y el charlatán

"¿Por qué arrojar sobre el arte la culpa del obrero, y por qué es necesario sancionar a una ciencia porque aquellos que quieren ejercerla sin capacidad abusan de ella?" (Eustaque Lenoble, Uranie)
 

     Deseo a todos la bienvenida al último congreso astrológico en habla francesa del milenio. Jacques Halbronn organiza congresos astrológicos desde 1974-1975. Ha lanzado en Francia la dinámica de los congresos, y la mayor parte de los astrólogos franceses han participado en una u otra época, al igual que numerosos extranjeros.
     Este año, el M.A.U. de Jacques Halbronn se ha asociado al C.U.R.A.. Deseo que esta asociación sea fecunda. Este coloquio será esencialmente un foro de intercambio entre astrólogos, científicos e historiadores, un debate de ideas, que espero sea fructífero, instalado bajo el signo de una crítica sana. Al hilo de nuestros tiempos, el congreso del M.A.U. se ha convertido, en relación con otros congresos que se han llevado a cabo ulteriormente, en lo que el Canard Enchaîné es al Jours de France.
     En sí misma, una conferencia de astrología no puede ser una conferencia como las otras, pues la astrología no es una actividad reconocida de utilidad pública, ni incluso digna de estima pública. Sería en cambio una actividad de uso privado. Nietzsche, en 1878, escribió que "El Estado tiene que defender la ciencia, no la religión, la astronomía, no la astrología. Esta última queda como una tarea del particular."
     Sin embargo, como lo ha demostrado el historiador François Furet en 1978, desde que la revolución francesa y el advenimiento de los derechos del hombre y del ciudadano inauguraron la secularización de la conciencia moral y la disolución de la vida privada y social en el dominio público (véase hoy el rol principal del estado en todos los niveles de la existencia individual desde el nacimiento del niño: salud y hospitales, educación y escuelas, patrimonio y bancos...), uno puede preguntarse si el Estado no ganaría también al administrar y controlar la astrología que trata sobre las representaciones mentales que la persona se hace de sí misma y de su entorno, puesto que ella informa en primer lugar -- o debería-sobre el psiquismo, sobre el equilibrio de las "pulsiones" individuales, sobre la energía de los deseos, y sobre la percepción íntima del ambiente y de la realidad.
     Sería necesario para esto que la astrología fuera una disciplina fiable, que tenga capacidad de presentar indicaciones y resultados cuantificables y reproducibles, explotables por los oficiales del pensamiento público. Algo que está lejos de ser el caso, y hace de la astrología un saber esencialmente huidizo. De allí la relativa libertad y autonomía de los astrólogos, que viven en un no man's land (tierra de nadie) del pensamiento, exentos de los controles culturales que tocan a otros dominios. La astrología es una actividad gozosa que escapa al control del Estado. La pregunta que no dejo de hacerme, en cuanto a mí, es la siguiente: ¿Hasta dónde esta libertad es deseable?
     La astrología ha entrado hoy en día en una fase feudal: por doquier pequeños señores locales, unos condotieros [N. del T.: forma españolizada del italiano condottiere: jefe de soldados mercenarios en Italia; soldados mercenarios en general.] insometibles, rebeldes ante cualquier designio común. Ninguna autoridad central. Pero, el consultor astrológico que se retira, con sus biblias y sus ídolos, a la alcoba del consultorio, temiendo que se le quite una parte de su libertad, ¿no está haciéndole el juego a los charlatanes?
     De aquí la paradoja de las asociaciones de practicantes, de los estatutos y de los códigos de deontología elaborados: ¿Quién va a definir las competencias de un astrólogo, quién va a designar a éste como digno de practicar la astrología, y no a aquél? ¿Según que criterio? --- Ciertamente no en razón de la aplicación, incomprobable, de reglas azarosas, sobre todo motivadas por los intereses asociativos más que establecidas para comprobar las competencias reales del postulante. Antes de evaluar a los candidatos, ¡son las asociaciones y las escuelas de astrología las que sería necesario someter al exámen!
     La astrología está presa de un círculo vicioso, entre el desafecto de los investigadores y el desdén de los intelectuales por un lado, y la rapacidad de los charlatanes y de los comerciantes por el otro, quienes proclaman, como el consultor astrológico, su capacidad de hacer y de vender astrología, de atraer y satisfacer a una clientela. ¿Qué es lo que diferencia a un charlatán de un practicante, si tienen el mismo discurso, si distribuyen quimeras más o menos equivalentes, si rehusan tanto los unos como los otros aprender y perfeccionarse, si adoptan una actitud estrictamente idéntica frente a la investigación? ¿El argumento de la autoridad? ¿El disparo de advertencia de los pequeños ídolos de capilla?
     No son las instituciones las que tienen que acabar con el debate, ya que ellas no se preocupan por el destino de la astrología, y el astrólogo no desea en realidad que ellas se ocupen. El astrólogo de asociación no puede del mismo modo demandar que se le garantice la seguridad de su caparazón, mientras rehusa a exponerse al debate de ideas. Él sueña con que el estado le dé garantías contra los charlatanes, como en tiempos de Alfonso X el Sabio, mientras que no está dispuesto a apoyar la investigación, incluso muy a menudo está inclinado a negarla, si no a obstruírla, como lo he experimentado desde hace más de diez años.
     Alfonso había tomado medidas judiciales contra los usurpadores y los incapaces, pero concedía créditos por la edición, la traducción y la investigación. Lo mismo sucedía en todos los períodos de progreso de la astrología. Ya que el precio a pagar por la libertad de la que gozan los astrólogos es simplemente la ausencia de medios para la investigación. El mundo de los astrólogos permanece como un campo cultural marginalizado, alejado de los dispositivos estatales, contrariamente al psicoanálisis que ha sabido adaptarse a la ideología moderna.
     No hay más que una solución: que las asociaciones de practicantes de la astrología apoyen los esfuerzos de la investigación - sean de orden histórico, psicoestadísticos, científicos, antropológicos o filosóficos - y que cada practicante pague un impuesto o tributo a la investigación - como es el caso de la medicina. Es la única regla de "deontología" que vale. Este impuesto no significa que la investigación validará las prácticas ejercidas (consultas, cursos, horóscopos de periódicos, comercio Minitel e Internet...), sino que sea un precio a pagar por tener el derecho de utilizar o usurpar el título de astrólogo.
     Entonces un debate internacional podrá ser instalado a condición de que cada astrólogo digno de su nombre, diga 1) cuál ha sido la experiencia inicial que lo ha incitado a tomar seriamente a la astrología, 2) en que consiste su práctica de la astrología, 3) cuales son los elementos y las técnicas que utiliza, 4) cuáles son sus fuentes, y por qué las ha elegido, 5) cuál es la lógica intrínseca (si hay alguna) de su modelo de la astrología, y por último 6)cuál es su concepción de la historia de la astrología y de la evolución de los modelos. No hay salida para la astrología fuera de este debate.
     El alejamiento de la astrología del campo del saber data del siglo XVII. Después de la catástrofe de las "Luces" en el siglo XVIII y de los positivistas del siglo XIX, la astrología ha perdido el derecho de figurar honorablemente en los tratados históricos, y a pesar de su ubicuidad y el status radiante (la reina de las ciencias)del que ha podido ser revestida en el pasado. Su status ambiguo hace que no ocupe más que un lugar menor y ocasional, a menudo incluso inexistente, en las diferentes historias, bien sea la historia de las ciencias y de la astronomía, la historia de la filosofía, o la historia de las religiones.
     Este estado de hecho está cambiando: en Seattle, en Southampton, en Zaragoza, en Amsterdam. Hay pues que desear que este congreso participe en esta renovación y suscite la vocación por la investigación. Ciertos oscurantistas creen que el retorno de la astrología a la universidad es una fantasía, y minimizan el lugar que ha podido ocupar en el pasado. Son los mismos oscurantistas que presiden o incluso honran (!)las diversas pequeñas asociaciones tras varios decenios, tiempo largamente necesario para haber comprobado, si no la imposibilidad para la astrología de integrarse en la universidad, ¡al menos su incompetencia!
     Esta conferencia será consagrada a la investigación, mal que les pese. El título anexo de la conferencia, de Nostradamus a los Gauquelin, señala el prestigio y la influencia del pensamiento "astroesotérico" francés en el mundo. No hay autor, en el dominio de la profecía, que haya tenido un esplendor comparable al de Nostradamus. Asimismo los trabajos contemporáneos de Michel y Françoise Gauquelin han tenido un impacto considerable en el extranjero, aunque se han convertido, por la investigación astroestadística, en un punto de partida inevitable. "El efecto Marte" es discutido a capricho por los investigadores anglosajones (y también por los comités de los escépticos universitarios), si bien yo he podido hablar de un "efecto Gauquelin" sobre la investigación astroestadística de los anglosajones.
El objeto mismo de la conferencia, las Fronteras de la Astrología puede ser entendido de dos maneras:
  • Se puede intentar definir las fronteras de la astrología para determinar en qué medida la astrología documenta los dominios que, a priori y teniendo en cuenta el ambiente cultural moderno, no tienen relación con ella (historia, geografía, medicina, biología, psicología, psiquiatría...)
  • Se puede intentar también, en esta problemática, definir qué es astrología y qué no lo es, dicho de otro modo, interrogarse sobre la naturaleza misma de la astrología.

     ¿Cuál es la permeabilidad de las fronteras entre la astrología y la no astrología? ¿La astrología está en condiciones de definir sus propias fronteras? ¿Qué astrología? ¿Y quién puede hablar en su nombre? ¿El astrólogo es el astrónomo filósofo de ayer? El practicante que realiza cartas natales y reivindica el status del astrólogo profesional, porque tiene una clientela, da cursos, y/o pertenece a una asociación, ¿está en condiciones de definir qué es la astrología, y las fronteras de ésta con lo que no sería?
 

La astrología entre saber y creencia

"Y no sólo las actividades, sino también todas las guerras, todos los gobiernos y todos los productos del espíritu, reciben su impulso de los astros, ahora y por siempre. Y todos los músicos y artesanos estarían muertos, ese maestro de escuela subsistiría... y continuaría aún instruyendo a los nuevos." (Paracelso, Astronomia magna)
     ¿La astrología es lo que hacen los astrólogos? ¿O está más allá de lo que aquellos hacen? ¿Todas las interpretaciones y los discursos sostenidos por los astrólogos son legítimos por el mero hecho de existir? ¿O bien existe un campo del conocimiento, la astrología, que estaría a descubrir, un saber con sus leyes, sus imperativos y sus limitaciones, como la matemática, o más bien una puesta en perspectiva del saber, relativamente independiente de aquello que los modelos y las comunidades astrológicas han desarrollado en el pasado?
     Dicho de otro modo ¿es la astrología una rama autónoma del conocimiento humano que posee, en tanto saber, un potencial intrínseco de desarrollo?, ¿o no es más que un simple reflejo de una actividad circunscrita por sus riesgos culturales e históricos?
     Se podría volver a la astrología del pasado, a la astrología griega de Schmidt y Hand, o a la astrología medieval de Zoller y Bezza. Sería necesario saber en qué este conocimiento de la astrología es susceptible de aclarar una visión moderna de la astrología. Pues no existe sino una sola astrología: la actual, y sobre todo la futura. El proyecto Hindsight de Robert Schmidt no es concebible sin un Project Foresight al estilo Elwell (autor de Cosmic loom, ed. rev.2000).
     El conocimiento de la historia de la astrología no tiene por objetivo la imitación de los antiguos, o la descalificación de la astrología actual (como para el historiador), sino la comprensión de la evolución de los modelos astrológicos: la razón de una multiplicidad de modelos en el curso de su historia está ligada en gran parte al fracaso de las predicciones. Comprender el error del pasado, comenzando por la esclavitud de la astrología a la filosofía aristotélica, es también darle a la astrología una perspectiva y un porvenir.
     ¿Existe una unidad a través de las prácticas, interpretaciones y discursos que reclaman depender de la astrología, o son contradicciones entre los unos y los otros? ¿Qué es lo que "funciona" en la astrología? ¿La sensación de que la astrología funciona es simple autosugestión? ¿Depende de una armonía y de una verdad que sobrepasa los límites del entendimiento? ¿Resulta la astrología de una estricta influencia que la ciencia moderna estaría en posición de definir si se tomara el trabajo de consagrarse? ¿Racionalidad o irracionalidad?
No existen más que tres respuestas al hecho astrológico:
  • No funciona. Y la astrología no puede concebirse en tanto que artefacto, autosugestión del astrólogo, efecto placebo. Es la respuesta última de la astroestadística al estilo Geoffrey Dean, o más precisamente la de la interpretación escéptica de los resultados de la astroestadística.
  • Funciona siempre. Si la astrología es un lenguage simbólico, una simple herramienta de interpretación y de discurso, se puede hacer funcionar lo que se quiera y finalmente no garantizar la validez del discurso, salvo por la virtuosidad del intérprete. Todo funciona así pues al igual que el tema aleatorio, la "wrong chart" ("carta incorrecta"), ya que la astrología finalmente no es más que interpretación y hermeneutica. El astrólogo es un narrador que nos cuenta historias sobre nosotros mismos - y que se cuenta historias!. Es la respuesta común del practicante, expuesta con virtuosismo por Geoffrey Cornelius en su Moment of astrology (Momento de astrología) (1994)
  • Una tercera respuesta consiste en decir que "funcionar" o "no funcionar" son vacíos de sentido: la astrología es una concepción de la realidad dependiente de ciertos imperativos científicos. Existe una relación física real entre los planetas y la materia viviente, relación que produce cambios en el psiquismo, y que implica una astrología susceptible de definir y de rendir cuentas de la mejor de estas relaciones, un tanto objetivas, entre los ciclos planetarios y la psique.

Yo propongo la siguiente explicación sobre el nacimiento del hecho astrológico:

  • 1) La señal astronómica está integrada a la organización neurofisiológica.
  • 2) La impresión astral es el efecto psíquico imperceptible de esa señal. Es "quasi vivido".
  • 3) El símbolo astrológico es la traducción psicomental y cultural de esa impresión.

     Esto se debe a que la señal astronómica enerva de manera permanente a la conciencia, y deja vestigios neuropsíquicos, donde el símbolo es posible. Causalidad así, en tanto origen energético exterior, menor en apariencia. Sincronicidad entonces, en el sentido que tiene coexistencia y simultaneidad espaciales de realidades separadas: los procesos son coordinados, allí en la conciencia y en el cosmos, en el seno de una dinámica común. Ciclicidad también, porque sus resonancias impregnan la conciencia por la repetición temporal de las fases, de ciclos y de ritmos. Matricialidad por último, porque estos ritmos sólo pueden enraizar verdaderamente en razón de una cristalización de orden estructural.

     Dicho de otro modo la causalidad es sincrónica, la sincronicidad es cíclica, la ciclicidad es matricial. Entre las cuatro concepciones de la astrología (causalidad, sincronicidad, ciclicidad y matricialidad), sólo la última es susceptible de rendir cuentas de la realidad astrológica en su totalidad.
     Y la Matriz no es, definitivamente, lo que ciertas personas entienden de ello, especialmente Jacques Halbronn que recientemente se ha adueñado de este término ("abordaje matricial" o "matricialista" del cielo), tras la lectura de mi Manifiesto. No hay lugar para hablar "de astromatricialistas", porque todos los abordajes de la astrología son "matricialistas" por definición, incluyendo la suya, desde el momento en que establecen un modelo, como sería el reducido a Saturno, a las luminarias y a dos estrellas. La primera protoastrología de los hombres del paleolítico era más simple aún: no comprendía más que el Sol y la Luna, lo que no le impedía, en aquel momento, ser matricial.
     La Matriz es el concepto más difícil entre los que he introducido en mi tesis de 1993. Lo impresional y la razón matricial no presentan problemas; ocurre lo contrario con la Matriz que comprende al menos tres cosas:
  • La matriz es la causa final de la astrología, como acabo de demostrar. Y para razonar, aquí, con la terminología de Aristóteles: la causalidad sería la causa motriz, eficiente, exterior, la sincronicidad la causa formal, y la ciclicidad la causa material (nótese que esta repartición cuaternaria es típica de aquello que he llamado " razón o lógica matricial", que los filósofos utilizan bastante frecuentemente con mucha más inventiva y genio que los propios astrólogos!)
  • La matriz es el lugar de encuentro y de armonización de las estructuras astrológicas (Zodíaco, Planetario, Dominio y Cíclada), y no una de sus estructuras, como lo cree Halbronn. Un conjunto de doce signos es una estructura, nada más, al igual que un conjunto de diez planetas. La matriz es el objeto ideal para el reencuentro de estas estructuras, no debe ser confundida con una u otra de estas estructuras, y menos aún con los modelos de los que da cuenta.
  • La matriz es incognoscible por definición: es el eterno objeto o proyecto del saber astrológico.

     Pero, ¿por qué es tan difícil de justificar la astrología? Si la vivacidad de la astrología no es más que el resurgimiento de lo irracional en la cultura moderna, como lo afirman los sociólogos, entonces ¿por qué el vudú, la filosofía de Platón, la alquimia o las religiones no han corrido la misma suerte a pesar de los esfuerzos de la investigación académica? ¿Por qué la astrología, que se ha mantenido durante más de tres mil años de existencia en la conciencia popular - mientras que otras "creencias" y religiones no son más que curiosidades - debe soportar inagotablemente el ostracismo de la gente intelectualizante y remunerada por los ministerios? El astrólogo, incapaz de comprender que se trata ante todo de problema ideológico, es un paralítico. Si la astrología es un saber, entonces es en alguna parte una forma, innata, de la conciencia cognitiva, como lo comprendió Parascelso, en el Siglo XVI. Si no es más que una simple creencia, en ese caso: ¡que vaya al cubo de la basura!



 http://cura.free.fr/esp/21porapq.html




viernes, 15 de agosto de 2014

El juez Elpidio Silva, se casa.





Elpidio con Eliana, en el centro, y una amiga.



 
http://www.publico.es/538856/elpidio-silva-se-casa-en-nueva-york-con-la-numero-dos-de-su-partido


Elpidio Silva eligió la fecha de su  55 cumpleaños para casarse con Eliana.



Nació en Granada, el día 15.08.1959,  a la 1.14 a.m. según mi hipótesis.



Veamos su carta contrastando con el ciclo del 84, que se emplea para asuntos de la casa VII.










A partir de un ascendente en Géminis, nos encontramos por el ciclo del 84 , al atacir del Descendente, o cúspide de la casa VII, sobre Mercurio en Leo , que es regente de su ascendente y está en el domicilio del Sol.



Muchas felicidades a la pareja.







Astrología Gallica. Morin de Villefranche

         El texto está en francés.     https://ia802308.us.archive.org/7/items/ned-kbn-all-00004541-001/ned-kbn-all-00004541-001.pdf