martes, 28 de enero de 2025

Paula Findlen (ed.), Athanasius Kircher. The Last Man who Knew Everything (Routledge, Nueva York/Londres, 2004) (Traducción española).

 

 


 

 

 

 Cuando me interesé por primera vez por Athanasius Kircher a mediados de la década de 1980, había muy pocas personas, fuera de los miembros selectos de Internationalen Athanasius Kircher Forschungsgesellschaft (f. 1968) y el académico australiano John Fletcher, que habían oído hablar de él. Entre los que lo habían hecho, lo más probable es que temieran por mi cordura al elegir un tema tan poco prometedor, tal vez incluso absurdo. Me parece recordar que me preguntaron más de una vez: “¿Así que quieres escribir sobre ese erudito loco, ese jesuita extraño, el hombre que lo entendió todo mal?” Afortunadamente, no todos se sintieron así. Mi primer agradecimiento es para Martha Baldwin, quien pasó una velada conmigo en Roma en 1987 discutiendo nuestro deleite mutuo en el Padre Athanasius. John Heilbron, cuyo temprano interés en la filosofía natural jesuita llenó la Biblioteca Bancroft con muchos de los libros de Kircher, sin darse cuenta contribuyó a la génesis de este proyecto al hacer de Berkeley un lugar extraordinario para iniciar esta investigación. He tenido la suerte de estudiar en dos instituciones diferentes que valoraron a Kircher, ya que la Universidad de Chicago — como lo deja claro el reciente catálogo de Ingrid Rowland, The Ecstatic Journey también contiene una excelente colección Kircheriana que usé con mucho gusto en 1985- 1986, antes de trabajar con sus manuscritos en la Universidad Gregoriana de Roma.

 

 

 https://www.academia.edu/126663245/Paula_Findlen_ed_Athanasius_Kircher_The_Last_Man_who_Knew_Everything_Routledge_Nueva_York_Londres_2004_Traducci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_?auto=download&email_work_card=download-paper

 

 

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