El 26 de octubre de 1928, a la una de la madrugada, cuando contaba con 18 años, Django regresaba a su casa-caravana
de una noche de música en el nuevo club La Java. La caravana había sido
llenada con flores de celuloide por su mujer, que pretendía venderlas
al día siguiente. Django creyó oír un ratón y utilizó una vela para
poder verlo. Un poco de cera caída sobre las altamente inflamables
flores bastó para provocar un infernal incendio. El músico se envolvió
en una manta para protegerse de las llamas. Tanto él como su mujer se
salvaron, pero su mano izquierda y toda la parte derecha de su cuerpo,
de la rodilla a la cintura, quedaron seriamente dañadas.
Carta Rectificada.
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