En
1985, Fitzgerald fue hospitalizada brevemente por problemas
respiratorios; en 1986, por insuficiencia cardíaca congestiva, y en
1990 por agotamiento. En 1993, Ella tuvo que sufrir la amputación de
ambas piernas por debajo de la rodilla debido a los efectos de la
diabetes. Su vista se vio afectada también.
En
1996, cansada de estar en el hospital, Ella quería pasar sus últimos
días en casa. Confinada a una silla de ruedas, pasó sus últimos días en
el patio trasero de su mansión de Beverly Hills en Whittier, con su
hijo Ray y su nieta, Alice, de 12 años de edad. «Solo quiero oler el
aire, escuchar a los pájaros y escuchar reír a Alice» le habría dicho.
En su último día, fue llevada fuera por última vez y se sentó allí
durante aproximadamente una hora. Cuando se la llevaron de nuevo, Ella
alzó la vista con una suave sonrisa en su rostro y dijo: «Estoy lista
para irme ahora». Murió en su hogar el 15 de junio de 1996, a la edad de
79 años.
Carta Rectificada.
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