Cabe
destacar que, como la mayoría de maestros hinduistas, mantuvo una dieta
vegetariana, es decir tenía como condición de gran ayuda para el
desarrollo espiritual de alto nivel, la necesidad de consumir alimentos
sáttwicos (puros) es decir no consumir alimentos basados en la matanza
de animales. Sí aceptaba derivados como la leche, pero no los huevos
debido a la vida potencial que se encuentra en ellos. Al igual que san
Francisco de Asís, fue un gran amante de los animales, siempre los
cuidó y protegió, de manera maternal, él decía: «No sabemos qué almas
pueden habitar esos cuerpos y para completar qué parte de su karma
buscan nuestra compañía». Su discípula más devota fue su vaca Lakshmí.
También había varios perros en el áshram (en la India los perros son
muy despreciados y maltratados), que incluso no comían hasta que Ramana
comía, también varios pavos reales, monos, mangostas, ardillas y hasta
serpientes.
En
1947 se temía por su salud y en 1949 se le detectó un tumor canceroso
en el brazo izquierdo. Se sometió a varios tratamientos, pero ninguno
dio resultado. Se le veía indiferente frente a su final. A sus
discípulos que se lamentaban les decía: «Se desaniman porque dicen que
me voy, pero ¿adónde podría ir, y cómo?». Falleció en su institución, el
Sri Ramana Ashram, en la ciudad de Tiruvannamalai (India) el 14 de
abril de 1950, a los 70 años de edad.
Carta Rectificada.
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