El
11 de diciembre de 1964, Sam Cooke murió acribillado a balazos por la
dueña de un motel, la señora Bertha Franklin, a quien supuestamente
intentó atacar mientras iba semidesnudo. Más tarde la mujer declaró que
el artista había intentado violar a la chica que lo acompañaba esa
noche, una joven llamada Lisa Boyer, quien huyó por una ventana mientras
Cooke la perseguía casi sin ropa.1 Aun así, muchas fuentes
especulan, que el cantante solo trataba de explicarle un malentendido a
la dueña del hotel, que lo mató sin que él se le acercara.
No
se quiso dar mayor revuelo al incidente, por lo que no se inició una
investigación formal de lo sucedido (ya que Sam Cooke era un hombre
negro), acabando todo en un veredicto de homicidio justificado.2 Cooke
tenía 33 años. Hasta hoy el caso sigue sembrando dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario