Hay un lado de la Luna que nosotros no vemos nunca, pero no por ello deja
de ser esa media parte oculta un factor tan potente en la causa de las mareas,
como la media parte visible a nuestros ojos. Asimismo, hay una parte invisible en
el hombre la cual ejerce una influencia poderosa en la vida, y al igual que las ma-
reas están medidas por el movimiento del Sol y el de la Luna, así también las
eventualidades de la existencia están medidas por las estrellas que pueden ser
por lo tanto llamadas el "Reloj del Destino" y el conocimiento de su naturaleza
constituye una fuerza inmensa, pues para el astrólogo competente el horóscopo
revela todos y cada uno de los secretos de la vida.
Así, pues, cuando ha dado una persona a un astrólogo la fecha de su nacimiento,
le ha entregado con ella la llave de toda su alma, pues no hay secreto alguno que
este no pueda conocer. Este conocimiento puede ser empleado para el mal tanto
como para el bien, tanto para herir como para sanar, de acuerdo con la naturaleza
de tal persona. Solamente a un amigo probado debe serle confiada esta llave de
nuestra propia alma y, por lo tanto, no debe entregarse NUNCA a ninguno de esos
que son lo suficientemente desgraciados para prostituir esta divina y espiritual
ciencia por una ganancia materia
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