Nos recordaba Hilty que este horóscopo se podía resolver por un
cálculo infalible y absolutamente fidedigno que indica el 12 de marzo
de 1254, la posición del Sol correspondiente a las 6.28 de la maña-
na, ventidós minutos después de su salida, calculado para la latitud
y longitud de Toledo. La rúbrica, bien interpretada, concuerda con
el resultado del análisis del horóscopo tal y como con más detalles
había presentado ya en su edición de las cinco primeras partes de la
versión castellana del Libro conplido (Hilty l954: LXI-LXV). Hacía
más de medio siglo que Hilty había hecho este hallazgo y en el artí-
culo reciente mencionado arriba no tenía por objetivo demostrar lo ya
demostrado, aunque de todos modos insistía en un aspecto que nos va
a resultar muy útil para nuestro propósito aquí: señalar la singularidad
intencionada desde un punto de vista astrológico de ese momento en
que Yehudá ben Mošé inicia su traducción.
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