En sus comienzos, la propagación
de la medicina española
a Europa fue consecuencia del prestigio
de la civilización árabe. Si
los árabes de los primeros tiempos
de la Hégira eran simplemente guerreros,
más adelante los califas
abbasidas en Bagdad y los omeyas
en Córdoba protegieron calurosamente
las artes y las ciencias, hasta
el punto de que a la Universidad
de esta última ciudad afluía no
sólo la juventud árabe española,
sino que -a partir del año 900-
recibía estudiantes del resto de
Europa, quienes al regresar a sus
hogares eran los mejores voceros
de la cultura del Andalús.
https://raco.cat/index.php/AnalesMedicina/article/view/142939
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