Tras elaborar el horóscopo de un niño enfermo, un astrólogo asegura a
su madre que vivirá muchos años, pero, cuando le pide sus honorarios y ésta
le dice que vuelva a cobrar al día siguiente, exclama: “¿Y qué pasa si el niño
muere esta noche y me quedo sin mi paga?”. Este chiste, transmitido en la
colección de historias jocosas conocida como Philogelos1, cuya redacción
suele situarse en torno al siglo IV d. C., nos alerta sobre el escepticismo
popular hacia las prácticas adivinatorias de los astrólogos, pero también
puede revelarnos el grado de difusión que alcanzó esa antigua creencia y
ponernos en la pista de su importancia para un conocimiento profundo de
la sociedad y la cultura de la Antigüedad grecolatina.
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