Los acontecimientos que estamos viviendo están removiendo mis convicciones, o quizá es que mis convicciones no estaban bien asentadas.
Yo me considero una persona de izquierdas, entendiendo el ser de izquierdas como la tendencia a ser progresista, y a luchar por un mundo más justo para todos.
Eso estaría en las antípodas del capitalismo salvaje bajo el cual nos encontramos.
Por otro lado nos encontramos en que estamos entrando en una dictadura global de corte comunista, o marxista, como querais, y a si me están encajando mucho discursos que provienen de la derecha, como los de la doctora Chinda Brandolino, o como los que provienen del canal TLV 1, argentino.
Tenemos la paradoja de que nos presentan a Trump como al malo de la película, y ese discurso parece claramente provocado por los intereses del Estado Profundo, que en teoría estaría dirigido por esa élite de corte comunista-satánico-masónico.
Escucho también a gente de la ultraderecha defendiendo estos discursos de la derecha, y por lo tanto no puedo dejar de sentirme desubicado en determinados momentos.
Porque a ver, yo me pregunto: ¿ Stalin era de izquierdas ?.
Obviamente, Stalin fue un dictador, y poco más que añadir.
Aquí habría que preguntarse si existe la izquierda real, también presuponiendo que la derecha y la izquierda son conceptualmente un invento para mantenernos enfrentados.
Y que la izquierda que todos conocemos siempre se ha postrado y ha pactado con los intereses económicos de la élite, con lo cual tenemos ante nosotros un panorama completamente paradójico.
Quizá habría que apelar por un discurso del sentido común, del que nos caracteriza como humanos, y que nos diferencia de los animales o de las plantas.
Aunque no se, si eso sería buena cosa, o no.
No el discurso, sino la diferenciación.
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