jueves, 23 de enero de 2020
Juan Vernet, arabista. Los árabes salvaron el saber clásico.
Juan Vernet. Tengo 79 años y nací en Barcelona. Soy arabista: historiador de la ciencia árabe, doctor en Filología Semítica, catedrático de árabe en la UB y miembro de la Real Academia de la Historia y del Institut dEstudis Catalans. Estoy casado y tengo tres hijas treintañeras. Soy "hanif", o sea, un buen monoteísta. Soy de centro. He escrito "Astrología y astronomía en el Renacimiento", "Los orígenes del islam", y "Lo que Europa debe al islam de España" (El Acantilado)
Don Quijote cargó contra los molinos de viento. Molinos de viento los había en el siglo XVII en toda Europa. Pero, ¿alguna persona sabe dónde estuvo el primer molino de viento de Europa?
Juan Vernet. Lo sabe Juan Vernet, uno de los mejores arabistas del mundo: el primer molino estuvo en la España árabe, en el siglo X. Pero, ¿dónde, exactamente? En el Camp de Tarragona (donde hoy -nada nuevo bajo el viento- hay parques eólicos). Y, desde Tarragona, los molinos pasaron a toda Europa en los siglos XI y XII.
He aquí un pequeñísimo ejemplo de "Lo que Europa debe al islam de España", título de una de las fascinantes obras de este arabista. Si hay alguien en el mundo que conoce al dedillo la aportación de los árabes a la cultura europea, ése es Juan Vernet. Voy a su casa: charlaremos un rato de todo esto, bajo una sola condición del sabio: "No hablaremos del islote del Perejil, ni de Marruecos, ni de política actual y todo eso, ¿de acuerdo?" ¡Acepto, encantado!
¿El molino fue un invento de los árabes españoles?
Los árabes trajeron a la península Ibérica la técnica del molino de viento, originaria de los confines de Persia, donde se les llamaba "tahuna". De ahí deriva la palabra tahona (molino de harina, horno de pan).
¿La cultura europea sería como la conocemos sin el concurso de los árabes de España?
Sería distinta, porque todas las culturas interactúan, pero no puedo imaginar cómo sería.
¿En qué áreas del saber hicieron aportaciones los árabes?
En astronomía, matemáticas y física. ¡Y en medicina! En navegación. ¡Y en filosofía! Y en literatura, arquitectura, alquimia, zoología, botánica, geología...
Alto, alto...
Introdujeron en España los números que hoy usamos, trayéndolos desde India. Pusieron la bases del cálculo infinitesimal, que luego desarrollaría Leibniz. Y trajeron también el juego del ajedrez: se jugaba desde hacía siglos en Oriente Próximo y lo trajo a Córdoba el músico iraquí Ziryab en el año 857.
Pero, a ver: los moros que conquistan la península Ibérica...
Del año 711 al 720...
...debían de ser aguerridos soldados sin mucha cultura, ¿no?
Eran guerreros bereberes, norteafricanos, recientemente islamizados.
Entonces ¿de dónde sale tal abanico de saberes?
Llega un siglo después. Verá: en Bagdad, en el siglo IX, son traducidos al árabe muchos textos clásicos griegos y latinos, y también antiguos textos persas y babilonios. Y, desde allí, esos textos en árabe circulan rápidamente por el islam hasta desembarcar en España.
¿Y qué contenían esos textos?
Sobre todo, secretos científicos, saberes técnicos. Los árabes, inteligentemente, se hacían pagar por los bizantinos con manuscritos clásicos, y así iban vertiendo al árabe los mejores saberes de persas y griegos, ¡todo Aristóteles incluido! Hoy diríamos que compraban patentes...
Traducciones de saberes clásicos que llegan a España.
Sí, los árabes salvan el saber clásico, pero no sólo eso: sobre esos saberes trabajan los árabes de España (Al Andalus), los andalusíes, ¡y desarrollan avances y logros originales en todos los campos de la ciencia y de la cultura! El momento más floreciente se dará en el siglo XI.
¿Y cómo llegará todo ese saber a informar la cultura europea?
También a través de las traducciones: en este caso, de traducciones de los textos árabes al latín.
¿En la llamada Escuela de Traductores de Toledo?
Sí. Allí trabajaba Gerardo de Cremona, que, en el siglo XII, tradujo más textos que nadie del árabe al latín. Pero hubo también centros de traductores en Tarazona, en Sevilla, en Astorga... Esos libros traducidos eran muy apreciados, dado el prestigio que tenía la cultura y la ciencia árabe entonces, por ser la más desarrollada de la época.
¿Y a través de qué vías circulaban aquellos valiosos textos?
Vertidos al latín, circularon de corte en corte, de monasterio en monasterio, y así fueron filtrándose hacia el norte, hacia Europa.
¿Pasando por Cataluña?
Sabemos que en el monasterio de Ripoll, en la época de Gerbert (que luego sería el Papa Silvestre II), en el siglo X, tenían una buena relación de manuscritos árabes.
Todo el saber griego y latino, persa y babilónico llegó a Occidente, pues, gracias a los árabes de España. Entendido. Pido ahora a Vernet ejemplos particulares de saberes que, desarrollados por los andalusíes, acabasen modelando en algún aspecto la cultura europea, nuestra cultura occidental.
¿Empezamos por la astronomía?
Bien. Ya sabe que Copérnico propuso en el siglo XVI el modelo astronómico que hoy aceptamos: la Tierra -y los demás planetas- giran en torno al Sol, en contra de lo que en su época aún se defendía oficialmente, es decir, el sistema ptolemaico, a saber: que el Sol y demás planetas giraban alrededor de la Tierra.
Sí, el giro copernicano: ¡una revolución científica!
Pues bien: ¡ya el gran Averroes, en el siglo XII, sometió a crítica el sistema planetario aristotélico-ptolemaico! Copérnico conocía su trabajo, así como los del astrónomo andalusí Azarquiel (siglo XI), uno de los mayores astrónomos de todos los tiempos, que planteó nuevos modelos planetarios.
Me habla del gran Averroes. ¿Por qué fue grande?
Averroes (Córdoba, 1126) es el español que mayor influjo ha ejercido sobre el pensamiento humano en toda la historia.
¿Tanto?
Sí: en medicina, en astronomía, en metafísica, en filosofía... Y sabemos que Copérnico leyó en manuscritos árabes los comentarios críticos de Averroes a la cosmología de Aristóteles.
¡Gracias, Averroes!
Copérnico también leyó en Padua, en 1503, traducciones bizantinas de los modelos planetarios heliocéntricos de la escuela astronómica persa de Maraga.
¡Y él se llevó toda la gloria!
Claro, porque ya funcionaba la imprenta de tipos móviles de Gutenberg, y, al imprimirlas en papel, Copérnico universalizó sus obras.
Por cierto, ¿es el papel también una aportación de Al Andalus?
El papel es un invento chino, pero entró en Europa por España: ya lo hay en Córdoba a fines del siglo X. ¡Hasta entonces, escribir una Biblia en pergamino suponía el sacrificio de 200 terneros grandes!
La influencia árabe, ¿fue sólo científica?
Principalmente, sí. Pero no olvidemos que en "La divina comedia" de Dante Alighieri (1265-1321) hay pasajes influidos por el "Libro de la escala" (que se tradujo del árabe al latín en Toledo) y de otras ideas árabes. Y el "Decamerón", de Boccaccio (siglo XIV) está inspirado en "Las mil y una noches".
Alguien debería explicarle esto a Oriana Fallaci.
Yo me pongo muy nervioso cuando alguien equipara islamismo a terrorismo. ¡No!: hay que hablar de "extremismo islámico", o de extremismo judío o extremismo cristiano.
¿Hubo entre los andalusíes extremistas y quemas de libros?
Almanzor, en el año 1002, quemó la biblioteca de Al Hakam (dicen que tenía 400.000 libros) para hacerse popular ante los religiosos más ortodoxos. ¡Pero no quemó los libros científicos, sólo los teológicos "heréticos"! Los textos científicos reaparecen en Toledo y Zaragoza.
Vuelvo a la astronomía: ¿para qué la usaban los árabes?
Para cuestiones de carácter religioso... y para la navegación. ¡Las cartas náuticas, los derroteros y la brújula son aportaciones árabes a Europa!, traídas desde el Índico.
Veo que tiene usted aquí colgado un astrolabio...
Sí, es árabe. Determinaba la latitud mediante las estrellas. Ya los fenicios navegaban guiándose por la estrella polar, ¡pero era un secreto!
Pasemos a la ciencia médica.
Pues citaré a Abhomeron Avenzoar (1092-1161), autor del célebre "Taysir", manual de terapéutica y profilaxis: describe por primera vez el absceso de pericardio, recomienda la traqueotomía, la alimentación artificial a través del esófago o del recto. El "Taysir" se tradujo al latín en el siglo XIII. Pero había muchísimas más obras de ciencia médica.
Cíteme alguna más.
La del cirujano Abulcasis (Córdoba, siglo X): inventó el fórceps y el catéter de plata, y describió sus amputaciones, operaciones de fístula, hernia, trepanaciones, uso del cauterio... Y fue un precursor de Lavoisier en su enunciado de la conservación de la materia.
¿Y trataban la salud mental?
¡Europa copió de la medicina árabe la institución de los manicomios! En España hubo ya manicomios antes del siglo XIII, y desde aquí se extendieron hacia el resto de Europa.
¿Hubo entre los árabes algún doctor Freud?
Ibn Sirin (siglo VIII) interrogaba a sus pacientes al estilo de Freud, e interpretaba sus sueños. Los árabes cultivaron la oneirología (ciencia de los sueños): tenían colecciones de sueños escritas para interpretarlos. Almanzor (siglo X) lo hacía, y también Alfonso VI (1040-1109).
Vaya, diríase que a los árabes españoles sólo les faltó volar...
Pues el matemático cordobés Abbas Ibn Firnas voló en el siglo IX: se cubrió el cuerpo con un traje de seda revestido de plumas, construyó un par de alas como las de los pájaros y se lanzó al vacío: ¡voló un poco, recorrió cierta distancia!
¡Bravo!
No aterrizó bien: se lastimó el trasero. Lo atribuyó a no haberse hecho cola. Ecos de esta hazaña se leen en el romancero y hasta el siglo XVII.
https://www.webislam.com/noticias/42413-juan_vernet_arabista_los_arabes_salvaron_el_saber_clasico.html
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