Las revoluciones de las esferas celestes
En su obra De revolutionibus orbium coelestium
(Las revoluciones de las esferas celestes), publicada justo antes de su
muerte, el astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543), sostenía que
el sol era el centro del universo y que la Tierra se movía en el cielo
como un planeta más. Copérnico anticipó que sus ideas serían
controvertidas y esperó más de 30 años para publicar su libro. De Revolutionibus
comienza con un breve argumento a favor del universo heliocéntrico y
sigue con una extensa serie de pruebas matemáticas y tablas
astronómicas. Copérnico no intentaba cuestionar la reconocida sabiduría
de astrónomos y pensadores religiosos; sino más bien buscaba descubrir
un orden más elegante en el universo. Aunque sus ideas fueron
revolucionarias, se basaban en una línea de pensamiento que ya existía.
Filósofos y astrónomos estaban perplejos desde hacía tiempo por el
movimiento de Mercurio y Venus. Platón y Eudoxo habían notado que esos
planetas nunca se desviaban muy lejos del sol: era casi como si
estuvieran atados al sol, ya que solo podían moverse un poco hacia
delante o un poco hacia detrás de él. En el siglo V, Marciano Capella
había argumentado que Mercurio y Venus orbitaban alrededor del sol, que,
a su vez, giraba alrededor de la Tierra. Aristarco de Samos había
propuesto un sistema heliocéntrico, y los pitagóricos anteriores
sostenían que el sol era el «fuego central». Si bien no formaban parte
de la corriente de pensamiento dominante, todas estas fueron ideas sobre
las que Copérnico basó su obra. Aunque hizo contribuciones
revolucionarias a la astronomía, su concepción del sistema solar era
fundamentalmente diferente de la que tiene la ciencia actual. Su modelo
todavía suponía un movimiento circular perfecto en los cielos. Esto
significaba que, como Ptolomeo, tenía que utilizar círculos
concéntricos, o epiciclos, para explicar el movimiento de los planetas.
Los círculos de Copérnico eran mucho más pequeños que los del sistema
ptolemaico, pero de todas maneras eran necesarios para que su modelo
funcionara. Astrónomos posteriores, como Johannes Kepler (1571-1630),
Galileo (1564-1642) e Isaac Newton (1642-1727), tomaron como base la
obra de Copérnico para avanzar en la comprensión humana del sistema
solar.
https://dl.wdl.org/3164/service/3164.pdf
magnifico
ResponderEliminargracias