jueves, 21 de marzo de 2019

El canto del cisne de la Astrología culta. Fragmento. Por Luis Miguel Vicente García













La crítica en torno a Torres Villarroel no es siempre unánime en valorar la modernidad de sus aportaciones literarias, pero lo es de un modo casi absoluto, en calificar su visión del conocimiento y su saber astrológico como anticuado o perteneciente a un tiempo pre-científico, inferior por tanto a los rivales con quien polemiza, como el Dr. Martín Martínez y Feijoo.1
El tema que nos ocupa de la polémica con ambos ilustrados es el de la
validez de la Astrología.2 Lo cierto es que la Astrología culta que Villarroel
conoce y explica con bastante claridad era la misma que conocían nuestros
clásicos hasta Quevedo, Lope o Cervantes, y la que ya no conocen ni Feijoo
ni el médico Martín Martínez por lo que es de justicia darle la razón a Torres
Villarroel cuando afirma sobre sus detractores que atacan lo que no entienden
porque no lo han estudiado, sin duda porque soplan vientos muy contrarios a
hacer el esfuerzo de estudiar la Astrología culta cuando a tantos ha llevado ya
a la hoguera o a la desgracia.

Es preciso hacerse una idea históricamente objetiva de hasta qué punto con
la excusa de defender el libre albedrío, se le prohibieron al hombre todas la
libertades; de creencia, de conciencia, de investigación u opinión... No hubo
para el libre pensamiento época más brutal que la que se vivió después del
cisma católico protestante a ambos lados, con políticas integristas que hoy nos
estremecen, pero que llevaron a Giordano Bruno, Miguel Servet, Galileo y a
muchos humanistas médicos y astrólogos al martirio.

Uno de los estigmas que empezó a correr parejo al fatal de tener sangre impura
fue el de practicar la Astrología; de hecho volvieron a asociarse ambas cosas
como en los tiempos más oscuros de la Edad Media, antes de que las mentes
preclaras de Alfonso X o Santo Tomás permitieran no privarse a los cristianos
de unos conocimientos milenarios que por algunas razones poderosas habían

trascendido fronteras y credos, siendo compartidos por egipcios, babilonios,
griegos y árabes entre otros.


La negrita es mia, para realzar las ideas que pretendo compartir.




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