Matices de los Decanatos y su interpretación
Signos y Decanatos
Los Dioses Planetarios aportan diversos
matices acordes con nuestra tradición simbólica a los Decanatos
controlados por ellos. Decíamos que los tres Dioses que aparecen en el
signo, matizan a todo el signo, independientemente de que tenga una
influencia más visible en su Decanato. Sostengo además, y creo que con
éxito, la hipótesis de que los Signos que presentan idéntica serie de
Decanatos están vinculados. Veamos unos ejemplos (unos 12 bastarán).
Los Decanatos de Aries
Aries
está dominado por Marte/Nergal, Sol/Shamash y Venus/Ishtar. La relación
de Marte y Sol con la individualidad y la masculinidad es evidente para
cualquier principiante en la Astrología. Pero, ¿Venus?. Para empezar
Venus es el símbolo principal del “Otro”, del Tú. cualquiera que haya
observado de cerca a los Aries más prototípicos, habrá visto que se
afirma en función del otro. En Aries la consciencia de ser el primero,
uno de sus impulsos básicos, necesita obviamente que haya al menos un
segundo. No se puede competir sin rivales, y esto es cierto en
cualquiera de los Decanatos de Aries. La competencia reproductiva, la
afirmación y transformación personal a través de la sexualidad
simplemente, el cambio fisiológico y personal que se produce en la
maduración sexual, nos ponen en contacto con la fertilidad venusiana y
el principio del placer. Añadamos que el cuerpo es la fuente única del
placer (así como del dolor, de la alegría, el miedo y cualquier otra
sensación), y está representado por el Ascendente, correspondiente
simbólico del Signo de Aries. El placer guarda íntima relación con la
sexualidad y posteriormente en el sexual Escorpión se repetirá la misma
secuencia de Decanatos. Como observación particular podemos notar que
los Ascendentes del tercer Decanato de Aries no son menos irreflexivos
ni lanzados que los otros dos, pero sí menos agresivos en su trato y más
afectivos y conciliadores. Igualmente es lógico el orden de desarrollo.
Del impulso inicial, casi meramente corporal (Decanato de Marte), nace
la consciencia de uno mismo (Decanato de Sol), al adquirir esa
consciencia podremos desarrollar la consciencia del Otro (Decanato de
Venus).
Los Decanatos de Tauro
En este signo de Venus y exaltación de la
Luna nos encontraremos a Mercurio/Nebo, Luna/Sin y Saturno/Ninurtu. La
tendencia al bienestar y a los pequeños placeres cotidianos de los
sentidos, especialmente en alimentación, es evidentemente lunar, al
igual que el cuidado que pone el agricultor o el ganadero en su trabajo,
actuando como “Madre” de sus plantas y animales proporcionándoles
cuanto necesitan (para comérselos, como las madres a sus hijos en
algunos mitos femeninos). El espíritu trabajador o comercial de los
Tauro prototípicos también es conocido, este corresponde al simbolismo
Mercurial. La capacidad de reflexión, previsión, estabilidad, paciencia y
materialismo y extrema sosez, son claramente saturninas. ¿Sigo? Hay una
imagen muy extendida de Tauro, particularmente de Luna en Tauro, que
más que la de un signo fijo, parece la de un signo paralítico o
artrítico, ¿esto no es saturnino y más específicamente lunar/saturnino?.
Pero también hay algo que molesta mucho a los Astrólogos modernos, y
somos los Tauro inquietos, que nos ponemos a escribir como enloquecidos o
nos escribimos un libro entre la paella y el café (por ejemplo un país
de dinámica claramente Tauro/Escorpio como es Alemania tiene un gran
número de autores de obra densa y escasa pero clásicos en todas las
ramas del pensamiento). El sistema de Decanatos Caldeos nos permitirá
ver al llegar a Sagitario la relación entre la Filosofía y la Teoría por
un lado y la Experiencia Sensorial de Tauro. Este aparente desfase
entre el simbolismo y la realidad, responde al olvido del Decanato
mercurial. En cuanto al desarrollo del signo y por poner un ejemplo
claramente taurino, nos encontramos com Siembra/trabajo/Mercurio,
Crecimiento/regadío/Luna y Maduración/cosecha/Saturno. Si queremos ver
como se desarrolla el signo desde Aries, veremos que a un Decanato final
de Aries de Venus, el Otro y el placer material, sigue como primer
Decanato de Tauro un Mercurio indicando el principio del contacto.
Los Decanatos de Géminis
A Géminis le corresponden Júpiter/Marduk,
Marte/Nergal y Sol/Shamash. Júpiter/Marduk nos trae cierta confusión, ya
que por la dialéctica Géminis/Sagitario podemos encontrar justificación
a cualquier tendencia jupiterina en Géminis sin recurrir a los
Decanatos. Ello es cierto, pero no es menos cierto que este primer
Decanato Júpiter sigue a un Tercer Decanato Saturno en Tauro. O sea a la
concentración, acumulación y solidificación producida en Tauro, sigue
la expansión y el desarrollo teórico propio de este signo de Aire.
Cuando se resuelve el problema alimentario en una comunidad aparece la
expansión material, crecimiento de la comunidad, el comercio (Géminis)
que lleva a la importación y exportación (Júpiter y Sagitario como
complementos), y la posibilidad de hablar, teorizar y dedicarse al arte,
la filosofía, el conocimiento y la religión. De aquí nacerán nuevas
formas de consciencia del Yo, simbolizadas por los Decanatos de
Marte/Nergal y Sol/Shamash, pero ahora menos motoras y sensoriales y más
conscientes. En lo que respecta al Sol, y en parte a Marte, al
establecer una forma de comunicar las ideas mediante el lenguaje y más
tarde la escritura, nos encontraremos conque el individuo ya no depende
de su propia experiencia y de sus genes para aprender y ser consciente,
la relación con sus semejantes, la aparición de tradiciones y la
transmisión de conocimientos permitirán que en ciertos aspectos pueda
continuar el trabajo donde otros individuos lo han dejado (Más adelante
veremos la profunda relación que indican los Decanatos entre signos tan
dispares en una aproximación superficial como Géminis y Capricornio).
Consciente el individuo de que hay algo alrededor, se siente finalmente
centro por relación dialéctica de conceptos, este es el valor solar
final de Géminis. En un nivel más elemental podemos ver la presencia
agresiva de Marte/Nergal en cuestiones como la competencia comercial, la
agresión verbal y la polémica, incluso en temas como los vecinos,
especialmente si lo llevamos al campo nacional, se aplica el lema
militar “Todo punto de contacto es potencialmente un punto de
conflicto”.
Los Decanatos de Cáncer
Los Decanatos de Cáncer están regidos por
Venus/Ishtar, Mercurio/Nebo y Luna/Sin. El Sol en que acaba Géminis es
como decíamos un centro, un punto alrededor del cual los individuos
pueden localizarse y focalizar esfuerzos de todo tipo. El individuo aquí
toma consciencia de su pertenencia a un colectivo (Venus/Ishtar,
cualquier forma de asociación o unión), sea familiar, sea local, sea
nacional. Esto es consecuencia de la capacidad de comunicación
desarrollada en Géminis (la principal seña de identidad de una nación no
es tanto el territorio, como el idioma y las naciones nómadas son una
prueba palpable). Esto está reforzado por la presencia de un Decanato
Mercurio/Nebo que siempre habla de comunicación. Comunicación supeditada
a lo lunar/inconsciente del signo, pero comunicación, Cáncer da con
frecuencia escritores, especialmente de cuentos, fantasía, psicología o
historia. El tercer Decanato pertenece a la Luna, Señora de todo el
Signo, por lo que poco se puede añadir aparte de indicar que de la unión
venusiana y de la comunicación y relaciones de vecindad mercuriales
surgen la tribu, la localidad y la nación (Luna como símbolo del
pueblo), o la integración del individuo en su familia (Venus = Unión,
Mercurio = Hermanos). En conjunto estamos en el mundo en el que se
forman los Mitos y los Símbolos, aquí de forma inconsciente, local, como
máximo planetaria. Pero la misma serie de Decanatos aparecerá en
Acuario, otro Signo relacionado con el Símbolo, pero puesto este en los
cielos, y con una clara tendencia a establecer unidades suprafamiliares y
sobre todo supranacionales.
Los Decanatos de Leo
La serie de Decanatos de Leo está
compuesta por Saturno/Ninurtu, Júpiter/Marduk y Marte/Nergal. La
tradicional relación de Leo con la realeza, la aristocracia y en general
el gobierno en sus formas clásicas es evidente. Saturno es el poder
ejecutivo, Júpiter el legislativo y religioso (solo recientemente
separado en las apariencias) y Marte el militar. Veamos ahora su
desarrollo desde el Decanato Luna en que termina Cáncer. Empezamos por
Saturno/Ninurtu (“Sol de la Noche”), que crea un orden, una
organización, una jerarquía de cualquier tipo. Así la colectividad
nacida en Cáncer se organiza, el blando Decanato Luna en que acaba, se
ve protegido por una sólida cubierta saturnina. Empieza por establecer
unas estructuras, unas normas surgidas generalmente de costumbres
íntimamente relacionadas con la necesidad de sobrevivir del grupo (el
último Decanato del Signo anterior es la Luna). Esta fase, aparentemente
la más organizada tiene todavía un fuerte componente instintivo. Luego
nos encontramos con Júpiter/Marduk, aparece la religión, la filosofía,
la ley, los rituales (y de ellos el teatro, tan vinculado con Leo), y la
transmisión estructurada de conocimiento que necesitan esta actividades
(educación). De aquí surge una nueva consciencia individual
representada por el Decanato Marte. Este Decanato indica también que
como resultado de lo anterior aparece una nueva fuerza, una nueva
capacidad de acción, creación, ataque y defensa, esta vez basada en lo
colectivo, y en las ventajas que este proporciona al individuo (Marte).
El sentido de unicidad y de personalidad que Leo ha conscienciado de la
vivencia Cáncer, nos llevará a pensar en la posibilidad de entidades
superiores al individuo en las que este esté integrado, y así llegaremos
al sentimiento de disolución del Ego en un todo mayor que indica la
repetición de esta serie de Decanatos en el Signo de Piscis. También
podemos estudiar aquí las tres fases de la redistribución de bienes en
las sociedades primitivas, muy relacionadas con Piscis. En la primera
etapa el que aspira a ser una “gran hombre” convence y moviliza a
parientes y amigos para producir más de los necesario, luego procede al
reparto de este excedente en una fiesta quedándose solo con lo peor. Es
una situación muy similar a la de los estajanovistas, el individuo se
sacrifica (Saturno y Piscis) a cambio de fama y respeto (Leo). En
sociedades con más medios el “gran hombre” organiza el trabajo ajeno y
se convierte en un “río para su pueblo”, en un “gran árbol”, da grandes
regalos e incluso destruye y despilfarra (Júpiter/Leo, ceremonias del
potlatch en Canadá) para demostrar su riqueza con la finalidad de atraer
más gente a su comunidad, pero ya empieza a quedarse con parte de lo
mejor, no es él el que hace el trabajo principal e incluso emplea
prisioneros de guerra. En la tercera etapa el “gran hombre” ha adquirido
fuerza militar y puede organizar a la comunidad para dominar y
esclavizar a otras (Marte/Leo, Marte/Piscis).
Los Decanatos de Virgo
Los Decanatos de Virgo están regidos por
Sol/Shamash, Venus/Ishtar y Mercurio/Nebo. En Virgo acaba la etapa
individual/inconsciente, aparece la lógica y la capacidad de análisis,
la capacidad de dividir. El Decanto Sol indica claramente que estamos en
una principio de consciencia bastante madura, que siempre sigue a la
acción de Marte, último Decanato del Signo anterior. Consciencia de lo
evidente, obtenida de lo que vemos y sentimos, que requiere por lo tanto
una elaboración intelectiva por un lado y una plasmación concreta por
otro. Aplicando la fuerza marciana obtenida en Leo podemos actuar sobre
la materia, podemos romperla, manipularla, cambiarla, ya no dependemos
de nuestros propios medios para sobrevivir. La consciencia grupal
anterior nos permite ver no solo que nosotros somos parte de algo, sino
que en todo hay partes y estas pueden ser lo bastante pequeñas o nuestro
grupo lo bastante grande, para poder manipularlas. Es el primer paso
para la aparición del trabajo y del análisis intelectual, basado todavía
en la materia. Usamos esta capacidad y obtenemos una serie de
beneficios (alimentos, arte, herramientas) que nacen de la unión que
siempre proporciona Venus (ahora segundo Decanato). El sentido colectivo
primitivo desarrollado hasta Leo y conscienciado en el Decanato Solar
de Virgo empieza a dar sus frutos. De esta unión, y de la capacidad de
ver aunque solo sea a nível material la relación unión/parte surge la
capacidad de análisis, de trabajo y comienza también la ruptura (la
desmembración del rey de Leo, de los rituales antiguos) de la
personalidad puramente individual. Así el Decanato final de Virgo
indicará no solo la capacidad de trabajar, sobre todo en las labores de
la tierra, sino también la de poder asimilar (Virgo rige el intestino
delgado), todo lo que hemos desarrollado en este cuadrante
inferior/individual/inconsciente de la carta. Ahora podemos ver primera
vez con ojo crítico y lógico cuanto hemos hecho inconscientemente, o en
procesos más avanzados, analizar cuanto hemos llevado al inconsciente
por cualquier motivo, para elaborarlo, conscienciarlo y luego en Libra
re-integrarlo. Esta fase de análisis y des-integración de la unidad
adquirida en Leo, es única como serie de Decanatos, la secuencia vista
aquí no vuelve a repetirse.
Los Decanatos de Libra
La serie de Libra es Luna/Sin,
Saturno/Ninurtu y Júpiter/Marduk. En Virgo hemos obtenido un montón de
partes y hemos llegado a la plena consciencia de que nosotros también
somos partes (es muy distinto limitarse a ser una parte, que saber que
se es una parte). Vistas las partes surgen dos ideas compararlas, que es
tanto medir y pesar, y reunirlas. Al medir, pesar y comparar (La
balanza del Signo), elevamos la simple práctica de Virgo a nivel de
conocimiento, podremos llegar a conclusiones sobre la materia solo con
su estudio. Al intentar reunir las partes, sean las de objetos,
conceptos o simplemente los individuos que forman las sociedades nos
encontramos con un nivel de unión superior al de Cáncer. Entra aquí el
concepto de sociedad, no ya como familia, clan, tribu o nación, basadas
en la sangre, el idioma y el territorio, empezamos con las
abstracciones. La integración se hará mediante la Luna, todavía queda un
resto de inconsciencia en la primera etapa, de no ser así habría
empezado con Venus/Ishtar, y además la unión aquí no se realiza solo de
individuo a individuo (unión de base reproductiva que se da en Cáncer),
pueden intervenir grupos y masas preexistentes. Ahora seguirá un proceso
de organización análogo al de Leo, pero más rápido y sobre todo no
dependiente de la voluntad de un individuo dominante, aquí no es
necesario ya cambiar de Signo para realizarlo. Saturno crea la cobertura
institucional protegerá al grupo, que esta vez tiene un carácter
voluntario. Podemos pues mantenernos al margen, o bien el grupo puede
marginarnos, pero sin que esto suponga necesariamente una especie de
condena a muerte. Se están estableciendo acuerdos y asumiendo
responsabilidades (no se trata ahora necesariamente de imponer). Júpiter
realiza ahora funciones similares a las que tenía en Leo, pero ya no es
necesario que cree rituales, sino que organice los mismos para un
amplio colectivo, ya no encarna la ley una persona, ahora la ley es la
Ley. También debe establecer las normas. La Luna/Sin primaria en su
forma de Hécate es la Diosa de la Justicia, por regir la memoria, clama
venganza y la obtiene. Las cosas cambian, la justicia que aparece aquí
es más fría, no es una simple venganza; hay que comparar y sopesar lo
sucedido según unos criterios aceptados. Surge la mediación , la
negociación, los límites a la venganza (ajustar la pena a la ofensa y a
las circunstancias). Se crea un marco para el pacto libre y el contrato.
Las nuevas circunstancias dan vías de expansión al individuo y a la
sociedad (Decanato final de Júpiter), pero la expansión en el individuo
tendrá unas consecuencias mucho mayores. Al descubrir el Tú, y aceptar
plenamente al Otro, se tiene que redefinir a sí mismo. Esta redefinición
tendrá también su manifestación fisiológica, de niño se pasa a adulto,
de cría se pasa a reproductor. En Escorpión todo debe volver a empezar.
Al igual que en Virgo la secuencia de Decanatos de Libra no tiene
paralelo en el Zodiaco. Esto sucede exactamente en la zona
correspondiente a los 0ºd, la del Tú. Sí observamos que aparecen todos
los dioses Planetarios del septenario clásico, excepto Marte/Nergal
representante del Yo y de la agresividad. Es obvio que si hubiese
aparecido Marte en Libra o en Virgo, la falta de objetividad haría
imposibles los acuerdos y el análisis por que se habría implicado el
propio sujeto.
Los Decanatos de Escorpión
Se repite la secuencia de Aries
(Marte/Nergal, Sol/Shamash, Venus/Ishtar), pero la situación ha cambiado
mucho. Desde aquí a Piscis hay que repetir todo el proceso que se hizo
entre Aries y Leo, pero a una escala superior y más compleja. Lo que
antes era inconsciente, instintivo, automático es ahora consciente, cada
avance es evidente y los adultos no nos cuidan ni nos ayudan para
lograrlo. Si empezamos por Marte es obvio que debe haber nuevamente
corporeidad. Hay en efecto una transformación corporal en la
adolescencia, pero mientras en especies muy inferiores esta
transformación se realiza en fase de crisálida nosotros nos la tenemos
que tragar bien despiertos. En la crisálida hay una disolución que
correspondería a una fase Piscis. Pasada la violenta etapa inicial de
revoltijo biológico, el Sol nos da una cierta consciencia de lo que
estamos sufriendo y exige que nos replanteemos nuestra personalidad. Lo
que en Aries se solucionaba como una consciencia básicamente motora,
aquí requiere que el individuo se aclare emocionalmente y pronto
intelectualmente. Lo que en Aries no podía llamarse plenamente egoísmo,
ya que ni se planteaba la existencia de los otros, en Escorpio sí lo es
porque nuestros deseos incluyen al Otro y nos damos cuenta. Pese a la
opinión de los padres el sujeto que hay ahora es biológica y
psicológicamente distinto al niño, que podemos considerar muerto en
función del simbolismo del Signo. Si no hemos matado al niño durante
esta fase, peor para él, pues ahora ocupa un cuerpo con unas necesidades
que no son las suyas y al que se la van a exigir unas responsabilidades
que no puede cumplir. Con el pleno desarrollo de la sexualidad nos
encontraremos con la aparición de la forma más intensa, transformadora y
conflictiva de placer, y como no podía ser menos ahí tenemos a
Venus/Ishtar, Diosa del Placer y de la Fertilidad para aclararnos adonde
debemos dirigirnos y buscar la solución de los nuevos problemas.
Los Decanatos de Sagitario
Para mayor sorpresa y deleite de grandes y
chicos el filosófico e idealista Sagitario repite la serie de Decanatos
del sensorial y pragmático Tauro: Mercurio/Nebo, Luna/Sin y
Saturno/Ninurtu. Recupérese y siga leyendo. Sagitario es un Signo
conocido por su afición a la bebida, la comida y la alegría de vivir,
pero estas condiciones son muy distintas de las equivalentes de Tauro y
perfectamente asumibles por su regencia jupiterina. Sagitario corre
riesgos, a Tauro no le gustan ni de lejos. Veamos primero como plantear
el desarrollo desde Escorpio y luego intentemos ver si es posible
encontrar ese factor común entre Sagitario y Tauro, mucho más difícil de
asumir que entre Aries y Escorpio. Desde el Decanato Venus de Escorpio
se sigue que tiene que haber comunicación (al menos esos nos pasó el
hemiciclo anterior), ciertamente es así, pero el nivel cambia mucho, lo
que se comunica ahora son grandes conceptos, la sacudida de Escorpio nos
obliga a pensar sobre lo que somos, la experiencia de Venus en Escorpio
es demasiado profunda. En Escorpio apareció el ¿quién soy? y por si
solos aparecen ahora las demás grandes preguntas: ¿de donde vengo?
¿adonde voy? Los valores se han trastocado, debemos desarrollar unos
nuevos y aunque no hablé de la muerte en Escorpio, también hemos llegado
a la consciencia de ella, y eso también da que pensar: la filosofía y
la religión han aparecido como entidades propias. Y también todas las
demás teorías, necesitamos concepciones del mundo, esquemas en los que
movernos, para protegernos. Tras el juego mental, de las dudas del
Decanato de Mercurio empezamos a tomarnos en serio el asunto, nuestra
sensibilidad (el Decanato lunar de Sagitario) necesita expandirse,
crecer y al mismo tiempo volver a protegerse. Esta expansión la dan las
ideas, las filosofías, las religiones (llama la atención que la
necesidad religiosa aparece con más frecuencia en mujeres que en
hombres). Asumida esta necesidad nos queda construir una sólida coraza
conceptual y de valores que de sentido al bla-bla de Mercurio y proteja a
la Luna. El establecimiento definitivo de las teorías se dará con
Saturno como regente del tercer Decanato. En campos más concretos
podemos jugar con Sagitario como significador del extranjero. Aparece la
consciencia de que hay otras comunidades, que hablan (Mercurio) de
manera distinta, son de raza (Luna) distinta y se organizan (Saturno) de
manera distinta. El choque consiste no solo en aceptar que hay que
relacionarse con otros, sino que estos otros pueden ser algo totalmente
alejado, extraño y por ello quizá temible (Saturno/Luna) o interesante
(Mercurio/Luna).
La repetición de la serie de Tauro
requiere una mención especial. No se suele concebir un Tauro filósofo,
pese a su obvio natural rumiante y contemplativo. La relación existente
entre los dos Signos es la de la experiencia del mundo real,
especialmente de la vida en todas sus formas y de la necesidad de
solucionar nuestros problemas de subsistencia de Tauro, y que de ello
nacen necesariamente las teorías. En nuestra era las teorías parecen
haber adquirido cierta autonomía, pero las únicas que valen son aquellas
que nacen de la experiencia vital directa, lo demás son metateorías.
Igualmente nuestra concepción del mundo surgida en Sagitario puede
afectar nuestra economía o capacidad de disfrute en Tauro. La Economía
se basa ante todo en esperanzas, no cuenta tanto lo que hay ahora como
lo que esperamos que suceda a la hora de ahorrar, invertir, gastar o
sembrar; su supuesta objetividad es un canelo en el que creen más los
políticos, los pequeños inversores y los votantes que los economistas y
grandes inversores. Una de las pocas cosas que espanta más la inversión
que los impuestos altos es una política fiscal imprevisible, nuevamente
la relación estabilidad económica/estabilidad legal. Como indicamos en
Géminis el desarrollo intelectual y por lo tanto de lo legal, filosófico
y religioso solo es posible cuando alcanzamos unos mínimos de
subsistencia y excedentes. Un ejemplo histórico interesante es el Egipto
Antiguo, sociedad esencialmente Tauro, que puede considerarse una de
las sociedades más religiosas jamás conocidas. Finalmente destacar la
profunda relación que debe haber entre teoría y práctica.
Los Decanatos de Capricornio
Capricornio repite la serie de Géminis:
Júpiter/Marduk, Marte/Nergal y Sol/Shamash. Adelantaba en Géminis la
relación entre los dos Signos. A primera vista la mayor parte de los
Astrólogos no encontraría una relación directa, pero el lenguaje
cotidiano la encuentra continuamente. Capricornio rige a los políticos y
la mayor parte de los que no trabajan en política ve relación entre
político y ladrón, política y medios de comunicación, política y
comercio, política y mentira, política y falta de principios, política y
cambio de chaqueta, las dos caras de los políticos… es decir, entre
Capricornio y las facetas más chorizas e inmaduras de Géminis. Desde un
punto de vista menos crudo pero más profundo no se suele pensar en que
la estructuración Capricorniana de una sociedad o grupo al establecer
sus formas de gobierno o desgobierno, está íntimamente relacionada con
las capacidades de comunicación. Igualmente el sistema de costumbres y
tradiciones de Cáncer, que sostiene buena parte del esquema de poder
requiere como indicamos en su momento el desarrollo del lenguaje. Una
transmisión eficaz de información hacia arriba y de órdenes hacia abajo
es la esencia misma de la eficacia de las jerarquías. En los problemas
de organización y decisión se usan constantemente dos teorías
matemáticas muy geminianas: la Teoría de la Información y la Teoría de
Juegos. El Decanato inicial es sorprendente para muchos por los
criterios actuales de Júpiter. Me remito a las ideas de Sinesio Rodenas
sobre la Expansión post-Saturnina y la Depresión post-Jupiteriana. Mi
interpretación primera y manifiestamente mejorable es que tras una
estabilización y formalización de las ideas en el Decanato Saturno con
que termina Sagitario, es posible una expansión del individuo y de la
sociedad en el plano estrictamente material. Y esta parece ser la
función principal de Capricornio. La aparición posterior de
Marte/Nergal, indica que tras esta expansión es posible actuar con
agresividad, conquistar, realizar. Capricornio es el signo de exaltación
de Marte, que aquí adquiere estabilidad, constancia, disciplina y
enfría sus impulsos primarios para poder aplicar su agresividad con
cabeza y no a cabezazos. Las legiones romanas o los tercios españoles,
ambos imbatidos durante largos periodos, son posibles solo gracias a la
creación de grandes estructuras de mando dotadas de enormes recursos
materiales y humanos, es decir provenientes de una expansión material
indicada por el Decanato de Júpiter en Tierra. Finalmente esta actividad
material, y la lógica asunción de responsabilidades del individuo al
encontrarse abandonado en la intempérie del día a día material (no en
vano todo el signo está bajo el control de Saturno), formará una nueva
consciencia través de su papel social simbolizada por el Decanato final
del Sol y, aunque por una vía necesariamente dura, habrá conseguido su
independencia y por ella la madurez. También el grupo social formará una
nueva unidad al institucionalizarse y jerarquizarse.
Los Decanatos de Acuario
Repetimos aquí la serie de Cáncer:
Venus/Ishtar, Mercurio/Nebo y Luna/Sin. Aparece aquí la relación de
amistad. Al tener un nuevo papel como ser social, el individuo establece
relaciones que no tienen vinculación necesaria con su origen familiar o
local. Las preferencias, la ayuda mutua, las ideas comunes, el
desarrollo libre, o simplemente la diversión y la expansión personal
(polaridad con Leo, el Ocio) toman el relevo de la disciplina
Capricorniana. Así se establece el contacto (Venus), de ahí la
comunicación y la proximidad (Mercurio) y finalmente nace un tipo de
comunidad o colectivo (Luna) nuevo no basado en las necesidades
reproductivas o económicas, y que no renuncia a la recién conquistada
independencia individual de Capricornio. Si quiero recalcar que Acuario y Cáncer tienen una estrecha relación con el mundo de los símbolos.
Empezaremos por algo obvio, la Astrología es Acuario, ya que Acuario es
el Cielo, especialmente el Cielo Estrellado. La materia prima del
Astrólogo es el Símbolo leído en los Cielos, no el simple número y la
materia (simbolizados estos por la dominante Saturnina de Acuario).
Sigamos tirando del hilo: el Símbolo es un concepto subconsciente, por
lo tanto Canceriano y Terrestre (Cáncer representa el hogar – Planeta
Madre -, pero también el simple Suelo contrapuesto al Cielo. He aquí que
de dos maneras distintas la serie Venus/Mercurio/Luna nos lleva al
manejo del Símbolo. Se desarrolla este en Cáncer al poner a Mercurio
entre la feminidad de Luna y la de Venus. En Cáncer es todavía
inconsciente, inmaduro y adaptado al terreno y a la cultura local. En
Acuario se repite, pero esta vez no sentimos los Símbolos en nuestro
interior, los vemos en los astros. Y los astros son iguales para todos.
El Sol siempre sale por el este, las estrellas brillan de noche y Marte
es un puntillo rojo que se mueve de manera extraña por mucho que varíe
nuestro lugar de observación. Acuario coge el Símbolo Canceriano y a
través de la elaboración intelectual propia de los Signos de Aire
convierte lo local en universal, lo planetario en espacial. La
interacción continua de ambas tendencias lleva a la construcción de lo
que muchos llaman la Tradición Unánime, la continua repetición bajo
distintas formas de los mitos religiosos, y en psicología a la aparición
de los mismos Símbolos bajo multitud de formas en los sueños de los
humanos de cualquier parte del mundo (Inconsciente Colectivo). La manía
de muchos pueblos neolíticos carentes de escritura, de dedicarse a
tallar los sólidos platónicos en piedra, anotar las fases de la Luna en
colmillos de mamut construir observatorios con megalitos de toneladas,
indica la fascinación que durante este periodo evolutivo de desarrollo
canceriano ejerce el Cielo. Si no tenemos en cuenta la relación
Cáncer/Acuario en esta fase de desarrollo esas actividades son
insensatas, pero gracias a ellas aparecen las civilizaciones de manera
brusca al establecer el contacto con los Genios, regidos unos por el
Decano de Mercurio en Cáncer y otros por el Decanato de Mercurio en
Capricornio. También destacaré que si Acuario tiene que ver con el
Cielo, que es el único lugar más alto que las montañas de Capricornio, y
representa por ello una ascensión más allá de la materia, también tiene
que ver con los ríos y cualquier otra forma de canalizar energía,
fluidos o gases. A través de Acuario tomamos el camino para separarnos
de este planeta alcanzando la unidad indiferenciada del vacío espacial, y
volvemos a la Tierra Primaria alcanzando la unidad indiferenciada del
Océano representado por Piscis.
Los Decanatos de Piscis
Piscis repite la serie de Leo:
Saturno/Ninurtu, Júpiter/Marduk y Marte/Nergal. No debería sorprendernos
demasiado ya que en Leo están exaltado Júpiter y Neptuno y se dan
actividades tan fantasiosas como el teatro. La Luna final de Acuario
necesita como paso siguiente el orden, la protección y la concreción de
Saturno, pero este es un Saturno un tanto disuelto, está en un Signo de
Agua y por lo tanto no cumplirá su función de la manera normal
(obsérvese la tendencia depresiva de Piscis). En Piscis ya tenemos
desarrollada plenamente la individualidad (independencia de Capricornio)
y desde Acuario el individuo solo puede trascender esa individualidad
(progresión hacia el útero)3 o disolverla patológicamente (regresión
hacia el útero). La fase uterina de Piscis es inevitable, el que se
produzca una “progresión” o una “regresión” dependerá en gran medida del
desarrollo sexual en la fase Escorpio. Meditando sobre las escasas
prohibiciones sexuales de los egipcios, he llegado a la conclusión de
que consideraban peligroso para el Maat, y por lo tanto
para la Estabilidad que tanto valoraban, las prácticas que podían
implicar retorno hacia el útero materno o huida, temor o rechazo del
mismo: homosexualidad masculina e incesto madre/hijo. En cambio las que
iban en el sentido de desarrollar consciencia y experiencia de un útero
distinto del maternal estaban permitidas: lesbianismo, incesto
padre/hija y todas las prácticas heterosexuales. El monoteísta faraón
loco Akenatón, el “hijo del dios único” que arruinó su país, infringió
ambas prohibiciones. Decíamos que Saturno, la soledad, está un poco
fuera de tiesto en el agua. ¿Cómo se puede estar solo en el mundo de los
sentimientos? ¿Como establecer barreras en el campo de las emociones?
Podemos emplear la represión (Piscis puede ser mucho más represivo que
Capricornio), pero también podemos aislarnos del exterior para proteger
nuestra individualidad y crecer hacia el interior. En las sociedades
esta tendencia se refleja en un incremento de las actividades místicas,
religiosas y ocultistas, en una expansión hacia el exterior por los
océanos (características ambas de la España Conquistadora), y en un
futuro ya visible puede tener que ver con la expansión de nuestra
especie por el espacio. Vemos que hablando de Saturno hemos llegado a la
expansión Jupiterina del segundo decanato. Tras la expansión debe venir
una concreción en una individualidad (Marte). Que la individualidad que
aquí nace vuelva a ser simplemente personal o suprapersonal al
encontrar el sujeto su ego impersonal en el contacto con el Todo, es un
problema de evolución individual y oportunidad material. En cualquier
caso hemos llegado a una definición del individuo y a un nuevo nivel de
consciencia, lo que nos enlaza con el simbolismo solar de Leo.
Recordemos que la soledad y el aislamiento son un punto importante a la
hora de definir nuestra personalidad, ya que nos obligan a desarrollar
un concepto de nosotros mismos ajeno a las referencias externas. También
recordar que ciertas actividades creativas (Leo) solo se desarrollan
adecuadamente en aislamiento. De hecho si no está bien resuelta la
dialéctica Acuario/Leo, Piscis tiende a despreciar y aniquilar la
individualidad. Acabar algo y llevarlo a sus últimas consecuencias, y
más si es un ciclo vital, requiere en algún momento una gran cantidad de
energía final y valor, y ambos los da el Decanato de Marte que cierra
el ciclo. En un terreno práctico o simplemente anecdótico podemos
encontrar en las órdenes religiosas y monásticas, la tendencia a la
represión y el aislamiento de Saturno, a la alegría interior o exterior
(los mejores vinos y cervezas de Europa se lo deben todo al segundo
Decanato jupiterino de Piscis, tan manifiesto en la figura del fraile
golfo y borrachín). Y la tremenda agresividad que demuestran las
organizaciones, sectas y grupos religiosos piscianos con su militancia e
incluso violencia nos dan la clave de la acción de Marte en el tercer
Decanato. También nos falta estudiar una última forma de agresividad,
después de la de Aries (conquista y agresión frontal), Géminis
(competencia y agresión verbal), Leo (primacía grupal y conquista
erótica), Escorpio (destrucción, asesinato y agresión sexual), y
Capricornio (colectiva, institucional, de dominación social) y esta es
la pura y simple traición, que corresponde a Marte en Piscis.
3 Los conceptos de “regresión” y el más novedoso de “progresión hacia el útero” se explican en El Desarrollo de la Conciencia, de Sinesio Rodenas, Ed. A.C.A. Kepler, Dist. Alfaomega (Madrid).
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