¿Astronomía o astrología?
Lo confieso, ordené mi carta
astral por internet. Y aunque podría usar la excusa de que lo
hice porque iba escribir sobre astrología y tenía que hacer una
investigación sistemática, la verdad es que fue por pura curiosidad.
Me cuesta admitirlo porque parece que el tema de la astrología es tabú entre los astrónomos. Existe esta convención implícita de que tenemos que estar en contra de ella, es nuestra enemiga mortal, y si alguien la menciona, solo abriremos la boca para desacreditarla.
Sin embargo, mucha gente no sabe cuál es la diferencia entre
astrología y astronomía. No es raro que me digan astróloga, algunas
veces de broma pero otras con sincera confusión. Incluso en importantes
medios nacionales pueden aparecer notas
que nos dejan perplejos al confundir los dos términos. Pero aparte del
hecho de que se escriben casi igual, hasta no hace mucho tiempo la
astrología y la astronomía eran lo mismo –el estudio del movimiento de
los astros–.
De la conjunción a la oposición
La astrología/astronomía ha estado presente en todas las culturas del mundo. Es la forma en que los seres humanos tratamos de explicar nuestro lugar en el Universo. Al observar las estrellas lo más natural es preguntarnos de qué están hechas, a qué distancia están o porqué están ahí.
Ya en el renacimiento se estudiaban como dos disciplinas distintas,
pero como ambas requerían un amplio conocimiento de matemáticas para
calcular la posición de los planetas (a mano, no con una “app” del
celular), era común que muchos astrónomos de la época fueran también
astrólogos: Galileo Galilei, Tycho Brahe, Johannes Kepler… Tal vez la
revolución copernicana que sacó a la Tierra del centro del Universo haya
sido lo que inició esta separación. Luego llegaría Sir Isaac Newton con
su Principia Matematica donde expuso las leyes del movimiento
que ahora llevan su nombre. Newton además hizo importantes avances en
óptica, cálculo diferencial, y por supuesto, estableció la ley de la
gravedad. Todo esto cambió la forma de ver el Universo e hizo posible
predecir cosas como el retorno del cometa Halley. En cambio, ni la
tercera ley de Newton puede predecir el carácter de tu primogénito.
Signo solar
La astrología también ha cambiado a través de los siglos. Al descubrirse los planetas Urano, Neptuno y Plutón,
los astrólogos han incorporado características en sus horóscopos de
acuerdo a la posición de estos nuevos planetas en el cielo. También se
ha hablado de que debido a la precesión de la Tierra, se debería de
incluir un nuevo signo zodiacal: Ofiuco. Las constelaciones que forman
el Zodiaco son aquellas que se encuentran en la eclíptica, que es el
plano del Sistema Solar. Al moverse la Tierra en su órbita, el Sol
ocupará una de estas constelaciones más o menos cada mes. Tu signo
zodiacal corresponde a la constelación donde se encuentra el Sol el día
en que naciste. El problema es que algunas constelaciones son más
extendidas que otras. Por ejemplo, Virgo ocupa un área (ángulo sólido)
de casi 1300 grados cuadrados en el cielo, mientras que Capricornio
apenas ocupa 414 grados cuadrados. Para resolver esto, Ptolomeo (siglo 1
d.C.) dividió el cielo en 12 zonas de 30 grados cada una, empezando por
el punto vernal, que es el punto en el cielo en el que se encuentra el
Sol al momento del equinoccio de primavera. Todos los que nazcan el 20
de marzo del 2015 después de las 17:45 horas (Tiempo del Centro de
México) y hasta el 19 de abril, serán Aries, independientemente de si el
Sol está dentro de ésta constelación o no. De lo que no estoy muy
segura es de lo que pasó con Ofiuco. Si algún astrólogo serio me puede
aclarar este punto, se lo agradecería mucho.
Para mí, la astrología es el arte de interpretar
el movimiento de los planetas (donde el Sol y la Luna son considerados
planetas) y cómo su paso por las diferentes constelaciones del zodiaco
afectará nuestra vida, nuestra personalidad y nuestras relaciones.
La astronomía en cambio es la ciencia que estudia
no solo a los planetas, también estudia las estrellas, las galaxias y
la materia que se encuentra en el medio. En los últimos años se ha
empezado a usar más el término astrofísica para
enfatizar el uso de la física como su principal herramienta (aunque no
es la única pues las matemáticas, la química y la biología son también
indispensables). De esta forma, usando la ley de la gravedad podemos
calcular el movimiento de los planetas alrededor del Sol, medir la
cantidad de materia que debe haber en una galaxia y predecir la
existencia de agujeros negros.
Y es justamente la ley de la gravedad el argumento que muchos
utilizan para desacreditar a la astrología. Se dice que la interacción
gravitacional que tiene cualquier planeta con una persona en la Tierra
es menor que la que tiene esa misma persona con casi cualquier cosa que
se encuentre cerca, como un libro, un árbol, etc. La atracción
gravitacional que experimentamos hacia un objeto está dada por su masa y
por el inverso de la distancia a la que se encuentra (F=G Mm/r²). Es
decir, que si un objeto como Júpiter, aunque muy masivo, se encuentra
lejos, no sentiremos su fuerza. En cambio un objeto mucho menos masivo
como una manzana que se encuentre muy cerca de nosotros nos afectará de
tal forma que nos sentiremos inevitablemente atraídos hacia ella (y
seguramente terminaremos dándole una buena mordida).
Entonces, no es la gravedad. En eso estoy de acuerdo. ¿Existe
alguna otra fuerza con la que los seres humanos y los planetas
interaccionen? Tal vez aún no lo sabemos. El que algo no esté
científicamente comprobado no quiere decir que no exista. Hace un par de
siglos no había nada que demostrara la existencia de los virus, y mucho
menos que eran la causa de ciertas enfermedades. Tampoco había una
explicación para los campos magnéticos, los rayos X o los neutrinos, y
hoy en día se dice que el Universo está compuesto en su mayor parte de
“energía oscura”, que nadie sabe qué es…
La doceava casa
Escribir esta entrada me costó mucho trabajo; Por un lado sé que
algunos de mis amigos astrónomos se van a rasgar las vestiduras y van a
decir que estoy promoviendo la charlatanería. Pero por otro lado quiero
ser honesta con mis lectores. Empezar nuevos proyectos cuando hay Luna
nueva o tener cenas románticas cuando hay Luna llena no tiene nada que
ver con la “evidencia científica” que pueda haber detrás. Es simplemente
una forma de vivir la vida.
Si hay algo que respeto de las personas que creen en la
astrología, o se dedican a ésta, es que suelen estar al tanto de lo que
pasa en la bóveda celeste; saben exactamente cuando Mercurio entrará en
movimiento retrógrado y conocen la fecha del próximo eclipse. Pero sobre
todo, disfrutan de observar el cielo y se sienten conectados con lo que
pasa allá arriba.
Habrá muchos que se dicen astrólogos para engañar a la gente,
vistiendo túnicas llamativas y diciendo cualquier cosa para conseguir
dinero (y dudo mucho que quienes escriben los horóscopos del periódico
tengan algún poder psíquico). Pero seguramente también habrá auténticos
astrólogos que han hecho su tarea y creen honestamente lo que dicen,
porque lo sienten. Estos últimos son personas como cualquiera que vende
un servicio (horóscopos, cartas astrales, etc.,) como medio de
subsistencia.
Finalmente, estas opiniones son mías nada más. Si digo todo esto
es porque me gustaría ver más tolerancia en las personas, especialmente
en el ambiente académico. Creo que podríamos aprender mucho si
abriéramos nuestra mente y dejáramos de juzgar lo que no entendemos.
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