Todo hace suponer que en el Universo nada es dejado al azar,
sino que está gobernado por una ley cósmica natural. La filosofía de la
Astrología demuestra que el Sistema Solar es un todo organizado que
crea las condiciones para nuestro progreso y perfeccionamiento. Esta
filosofía nos da una seguridad que nace del conocimiento, al mismo
tiempo que hace de verdadero escudo frente a las injusticias o
desigualdades de la vida, a las que hasta ahora hemos tomado con
resignación.
Podemos preguntarnos, para qué deseamos saber lo que el futuro nos depara. Alguien dijo una vez: “No es lo que una persona sabe lo que le daña, sino lo que no sabe”. Toda persona razonable planifica su futuro, y cuanto más culta es, más hacia delante planifica. La astrología proporciona la información, para que los planes puedan ser llevados a cabo de una forma realista, dando la oportunidad de percibir lo que está oculto acerca de las influencias, mucho antes de que ellas se manifiesten y en tal sentido, podemos ser capaces de ajustar nuestra mente o recibirlas de conformidad. Por supuesto, el grado de control depende de nuestra etapa de evolución individual, porque debemos rectificar equivocaciones pasadas que se manifiestan en esta vida como desagradables experiencias, antes de que podamos llegar a ser maestros de nuestro destino.
Uno de los principios básicos que observamos en la vida y particularmente en la astrología es que, cada cosa, está constantemente cambiando. Así como cada día se convierte en noche y la noche se vuelve día, del mismo modo las figuras que forman los movimientos planetarios cambian infinitamente. La astrología correlaciona estas figuras cambiantes con nuestra vida humana personal, y con el mundo en general. Tenemos épocas buenas y épocas malas, períodos en que las cosas van mejor y son agradables y otros en los cuales todo parece salir mal y venirse abajo. Nada permanece en el mismo estado, cada cosa cambia de acuerdo con unas pautas y unos ciclos definidos.
Lamentablemente, muchos de nosotros gastamos gran parte de nuestro tiempo y energía luchando contra la corriente o fluir de la vida. Las oportunidades que se dan, así como la gente apropiada, aparecen y tienden a unirse a nuestra existencia cuando el tiempo está maduro. Cuando forzamos una circunstancia o acontecimiento, a menudo conseguimos aquello que queremos, pero no lo que realmente necesitamos. Acorde con este principio, la astrología nos enseña que existe un tiempo para cada cosa, tal como está escrito en el cielo.
Esto no quiere decir que debamos sentarnos y cruzarnos de brazos hasta tanto el cielo se acomode a nuestro favor, sino más bien tratar de ver cómo podemos hacer para mejorar nuestros ciclos; cuando nos toca ir “hacia arriba” o “hacia abajo”, de manera tal que seamos más conscientes de cómo los ciclos planetarios se correlacionan con nuestras vidas. En otras palabras, cuando es tiempo de esperar y cuando es tiempo de moverse hacia adelante.
La astrología ayuda a descubrir las verdaderas actitudes e intenciones y de este modo, nos obliga a obrar con responsabilidad. Si no asumimos la responsabilidad indicada por los tránsitos y progresiones, proyectamos la energía hacia afuera y llegamos a ser víctimas de las circunstancias. Pero si la asumimos, somos más conscientes y, por lo tanto, tenemos más control sobre nosotros mismos y nuestro entorno. Esta manera de encarar la astrología es totalmente contraria a la asumida por muchas personas, que quieren “escapar” a las influencias “negativas” de los astros.
La astrología predictiva nos ayuda a distinguir las probables áreas favorables de aquellas que pueden ser de lucha o temor. También esta clase de astrología nos enseña a transformar una actividad de conflictos y temores por otra que signifique armonía. Cuando el camino de menor resistencia es dañino para nosotros, estamos como condenados a vivirlo. Nada puede obligarnos a seguir un camino autodestructivo; nada excepto nuestra propia pereza. Mucha gente sigue este camino de menor resistencia y ésta es la razón de porqué las predicciones se cumplen o son efectivas.
La lección que frecuentemente da la astrología predictiva es que la gente hace casi siempre lo que es más fácil para ella. Si nuestro fin es predecir lo que la gente hará, lamentablemente nuestra regla más efectiva es la de suponer que seguirá la línea de menor resistencia y esto sucede más de la mitad de las veces. Pero si nuestro fin es ayudar a la gente a crecer, entonces esta suposición debe cambiar, porque debemos reconocer que existe una innata capacidad en el ser humano para convertir aquellas áreas probables de acción negativa por otras positivas.
El conocimiento de la astrología ayuda al ser humano a ser consciente de las energías que están obrando en determinado momento y esto le permite ser una parte activa de la realidad. El propósito de la astrología predictiva es ayudar a que la gente haga mejores elecciones, aclare la naturaleza del ambiente psicológico que atraviesa y le sirva como un faro que ilumina su camino en la vida. La esencia de la astrología es completamente humanitaria. Ayudar a la gente a comprenderse a sí misma y a sus experiencias vitales es la misión del astrólogo.
http://www.hectordelatorreastrologo.com/prediccion_astrologica.php
Podemos preguntarnos, para qué deseamos saber lo que el futuro nos depara. Alguien dijo una vez: “No es lo que una persona sabe lo que le daña, sino lo que no sabe”. Toda persona razonable planifica su futuro, y cuanto más culta es, más hacia delante planifica. La astrología proporciona la información, para que los planes puedan ser llevados a cabo de una forma realista, dando la oportunidad de percibir lo que está oculto acerca de las influencias, mucho antes de que ellas se manifiesten y en tal sentido, podemos ser capaces de ajustar nuestra mente o recibirlas de conformidad. Por supuesto, el grado de control depende de nuestra etapa de evolución individual, porque debemos rectificar equivocaciones pasadas que se manifiestan en esta vida como desagradables experiencias, antes de que podamos llegar a ser maestros de nuestro destino.
Uno de los principios básicos que observamos en la vida y particularmente en la astrología es que, cada cosa, está constantemente cambiando. Así como cada día se convierte en noche y la noche se vuelve día, del mismo modo las figuras que forman los movimientos planetarios cambian infinitamente. La astrología correlaciona estas figuras cambiantes con nuestra vida humana personal, y con el mundo en general. Tenemos épocas buenas y épocas malas, períodos en que las cosas van mejor y son agradables y otros en los cuales todo parece salir mal y venirse abajo. Nada permanece en el mismo estado, cada cosa cambia de acuerdo con unas pautas y unos ciclos definidos.
Lamentablemente, muchos de nosotros gastamos gran parte de nuestro tiempo y energía luchando contra la corriente o fluir de la vida. Las oportunidades que se dan, así como la gente apropiada, aparecen y tienden a unirse a nuestra existencia cuando el tiempo está maduro. Cuando forzamos una circunstancia o acontecimiento, a menudo conseguimos aquello que queremos, pero no lo que realmente necesitamos. Acorde con este principio, la astrología nos enseña que existe un tiempo para cada cosa, tal como está escrito en el cielo.
Esto no quiere decir que debamos sentarnos y cruzarnos de brazos hasta tanto el cielo se acomode a nuestro favor, sino más bien tratar de ver cómo podemos hacer para mejorar nuestros ciclos; cuando nos toca ir “hacia arriba” o “hacia abajo”, de manera tal que seamos más conscientes de cómo los ciclos planetarios se correlacionan con nuestras vidas. En otras palabras, cuando es tiempo de esperar y cuando es tiempo de moverse hacia adelante.
La astrología ayuda a descubrir las verdaderas actitudes e intenciones y de este modo, nos obliga a obrar con responsabilidad. Si no asumimos la responsabilidad indicada por los tránsitos y progresiones, proyectamos la energía hacia afuera y llegamos a ser víctimas de las circunstancias. Pero si la asumimos, somos más conscientes y, por lo tanto, tenemos más control sobre nosotros mismos y nuestro entorno. Esta manera de encarar la astrología es totalmente contraria a la asumida por muchas personas, que quieren “escapar” a las influencias “negativas” de los astros.
La astrología predictiva nos ayuda a distinguir las probables áreas favorables de aquellas que pueden ser de lucha o temor. También esta clase de astrología nos enseña a transformar una actividad de conflictos y temores por otra que signifique armonía. Cuando el camino de menor resistencia es dañino para nosotros, estamos como condenados a vivirlo. Nada puede obligarnos a seguir un camino autodestructivo; nada excepto nuestra propia pereza. Mucha gente sigue este camino de menor resistencia y ésta es la razón de porqué las predicciones se cumplen o son efectivas.
La lección que frecuentemente da la astrología predictiva es que la gente hace casi siempre lo que es más fácil para ella. Si nuestro fin es predecir lo que la gente hará, lamentablemente nuestra regla más efectiva es la de suponer que seguirá la línea de menor resistencia y esto sucede más de la mitad de las veces. Pero si nuestro fin es ayudar a la gente a crecer, entonces esta suposición debe cambiar, porque debemos reconocer que existe una innata capacidad en el ser humano para convertir aquellas áreas probables de acción negativa por otras positivas.
El conocimiento de la astrología ayuda al ser humano a ser consciente de las energías que están obrando en determinado momento y esto le permite ser una parte activa de la realidad. El propósito de la astrología predictiva es ayudar a que la gente haga mejores elecciones, aclare la naturaleza del ambiente psicológico que atraviesa y le sirva como un faro que ilumina su camino en la vida. La esencia de la astrología es completamente humanitaria. Ayudar a la gente a comprenderse a sí misma y a sus experiencias vitales es la misión del astrólogo.
http://www.hectordelatorreastrologo.com/prediccion_astrologica.php
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