Los nodos
Me ocurrió lo mismo hace poco con unas llaves del coche que suelo esconder, por si vuelvo a recibir la visita de unos ladrones (ya van dos veces…). Había vaciado esa estantería y la había vuelto a llenar, organizando los libros de otra manera. Las busqué varias veces en su sitio y no las encontré. Seguí buscándolas por toda la casa e incluso hice una horaria que me decía que las llaves estaban escondidas en una estantería en la parte oeste de la casa. Al final las encontré… en su sitio: en la estantería de la parte oeste de la casa. Estaba tan convencida de que no las había puesto allí después de limpiar la estantería que, simplemente, mis ojos no las veían, a pesar de tenerlas delante.
Esta larguísima introducción sólo sirve para dejar sentado que únicamente vemos aquello que estamos predispuestos a ver y que nuestra mente no puede aceptar lo que ella ha decidido de antemano que es falso. Por eso tengo pocas esperanzas de que los lectores entiendan lo que voy a escribir sobre los nodos, y menos aún de que lo acepten, pero vamos a intentarlo:
En el mundo occidental, cada vez que uno pregunta qué son los nodos encuentra un alma caritativa que le explica que el nodo sur nos indica de dónde venimos y el nodo norte adónde vamos, y las lecciones que hemos de aprender en esta vida. O sea: nuestro karma. Como uno no recuerda nunca sus vidas anteriores y que, en este mundo, tenemos TODAS las lecciones para aprender, ¿cómo va a resultar esto falso? Si lo pensáramos bien, veríamos que sí lo es: lo que es demasiado cierto acaba por resultar falso. Si algo se podría decir de cualquier cosa, no se puede decir de ninguna, ya que eso significa que no es más que una banalidad sin contenido. Pero hemos oído tantas tantas veces esa explicación sobre los nodos que ya nos parece la única posible. Y, por más que se le diga, la gente no está predispuesta a escuchar otra.
El caso es que hace años leí un texto de Denis Labouré (un astrólogo de astrología védica) y en él afirmaba que los nodos no tienen nada que ver con el karma. Entonces se me encendieron todas las alarmas. Para asegurarme de que esta afirmación no era algo específico de ese autor, planteé la pregunta a otros astrólogos de astrología védica o tibetana y me dijeron lo mismo.
Allí sí me quedé completamente perpleja: ¿Cómo podía ser que dos tradiciones astrológicas milenarias, muy respetadas en sus países y vinculadas muchas veces a las clases sacerdotales - clases sacerdotales de unas religiones a las que debemos la poca idea del karma que tenemos aquí- no consideraran los nodos como indicadores del karma?
No era lógico. Esas religiones conocen mucho mejor que nosotros, los occidentales, la teoría del karma. Incluso diferencian entre tres tipos de karma. Los astrólogos que las practican están formados en esos conocimientos y, desde luego, no tenemos nada que enseñarles sobre esas cuestiones.
¿De dónde venía pues que nosotros, en occidente interpretáramos los nodos como significadores del karma mientras nadie lo hacía en oriente? Me dijeron que la idea vino de Dane Rudhyar. Dane Rudhyar (Daniel Chennevière) es de sobras conocido. Dice la wikipedia de sus escritos astrológicos: “Most of Rudhyar's more than forty books and hundreds of articles concern astrology and spirituality. The book that established his reputation in the astrological field was his first on the subject, The Astrology of Personality (1936). Arguing that astrology is not essentially predictive but rather productive of intuitive insights, this has proven to be one of the most influential tracts of "free-will" astrology, despite being written in the dense, circuitous style that characterizes much of Rudhyar's writing.
Rudhyar's astrological works were influential in the New Age movement of the 1960s and 1970s, especially among the hippies of San Francisco, where he lived and gave frequent lectures. Rudhyar regarded the hippies as potential harbingers of a New Age, noting with reservations the use of psychedelics as providing a gateway to the transcendental: “Following the 1954 publication of Aldous Huxley’sDoors of Perception, increased interest in LSD and other psychedelic drugs led to experimentation by Timothy Leary and his pioneering New England group. The publicity resulting from this work led to widespread use of the drug by young people fascinated by its powerful effects, until “acid” was declared illegal in October 1966. In 1967 the psychedelic scene reached its peak in the…Summer of Love in San Francisco.” [2] Most notably, Dane Rudhyar predicted in 1972 that the Age of Aquarius would begin in AD 2062.[3]”
Cada uno tiene su camino y ninguno es mejor que el otro, pero recordemos, por un lado, que Dane Rudhyar no aceptaba la astrología como ciencia predictiva, y, por otro, que lo que a él le interesaban eran los estados alterados de conciencia. Pero, ¿nos sirven hoy en día unas teorías que fueron moda en el San Francisco de los años 70, los de la ideología hippy y del LSD? ¿Son fiables unas ideas nacidas de la nada entre tanto New Age y tanto tripy? No quisiera desprestigiar ninguna corriente astrológica (aunque la frase anterior suene algo despectiva), pero ninguno de nosotros es un profeta. Todos somos sensibles a las influencias externas y nadie se puede sustraer a las modas pasajeras de su tiempo. Todos interpretamos la realidad según el color de las gafas que llevamos puestas.
Así pues, en mi opinión, si lo único que hacemos 40 años después es repetir unas cuantas ideas que no están avaladas por nadie ni por nada anterior a Dane Rudhyar, cabe cuestionarse esos conceptos.
Empecé a hacerlo y, como no tenía donde agarrarme, tomé directamente las analogías de los nodos que encontré en un libro de astrología védica de Denis Labouré: “Introduction à l’astrologie indienne” (Cédra-Astralis). Aunque la astrología occidental y la védica sean distintas, las analogías de los planetas sí son más o menos las mismas. Los nodos no son planetas, pero sí significadores relacionados con los dos astros más importantes: el Sol y la Luna.
Todos los significadores astrológicos tienen analogías materiales (lugares, colores, formas etc.), mentales y espirituales. En ese libro encontré aquellas analogías “comprobables” que tanto echaba de menos. ¡Por fin algo con que experimentar! Sería muy largo describirlas aquí. El lector las puede encontrar muy detalladas en el texto citado y, bastante menos detalladas, en mi libro “Astrología mundial”, editorial Kier.
A partir de allí apliqué esto a las cartas natales, mundiales, pero también a los tránsitos , progresiones y direcciones primarias. La experiencia me ha ido confirmando sobre todo las analogías del nodo sur: infecciones, virus, heridas, hernias; carácter crítico o desprendido; engaño o espiritualidad. También las he comprobado en las sinastrías y he visto cómo, si el otro nos pone el nodo sur sobre un significador personal, esa persona nos critica o engaña. En cambio, si es el nodo norte, nos elogia.
De los dos nodos ciertamente el más delicado es el sur. En el mejor de los casos nos da espiritualidad, pero, en el peor, da pérdidas y engaños. O engaña uno o es engañado. A veces está incluso a un paso de la locura.
El nodo norte es más cómodo, pues da más, pero también hay allí un punto de exageración y una falta de objetividad. De hecho, si está en una carta horaria en la casa de la cuestión, suele indicar que nos falta información sobre ese tema: o por circunstancias involuntarias o por una ocultación deliberada. No olvidemos que los eclipses se producen en los nodos.
Abogo pues desde aquí por otra utilización de los nodos, menos psicodélica y más concreta. Recomiendo a los lectores que estudien sus propias cartas y las de sus conocidos, buscando qué les pasó con una progresión de los significadores personales al nodo sur (energías diversas, lugares de culto, magia, viajes peculiares, salidas de tono) o al nodo sur (heridas, hernias, virus, intoxicaciones, mentiras, pérdidas, espiritualidad etc.).
Pongo aquí unos cuantos ejemplos:
En astrología mundial:
Aquí tenemos la carta de la Luna Nueva de noviembre 2010 en España. Basándome en el nodo sur en IX y el nodo norte en la III, conjunto a Plutón, anuncié: “Puede haber una situación delicada a nivel internacional. El peligroso nodo Sur (mentiras, contaminación, enredos) en IX nos habla de relaciones diplomáticas en las que abundarán las situaciones poco claras. Estando Plutón en la casa contraria e influyendo sobre todo el eje, se pueden esperar muchas manipulaciones”. Fue en esta lunación cuando se produjo la filtración de los papeles de Wikileaks sobre la diplomacia norteamericana y nos enteramos de cómo nuestro gobierno había mentido y enredado en el caso Couso y respecto a los vuelos de la CIA sobre nuestro territorio. También se produjo la huelga ilegal de los controladores que cayeron todos enfermos súbitamente y bloquearon nuestro espacio aéreo. La IX es los viajes, aparte de la diplomacia.
En astrología natal:
En esta carta podemos ver que el sol es regente de XI (yernos y nueras) y que el nodo sur se halla en XI.
Cuando el Sol en primarias llegó al nodo norte y el asc. se puso sobre el nodo sur, murió un yerno electrocutado.
En esta carta el nodo sur viene de XII (enfermedades, pérdidas).
Cuando se puso sobre el sol, la nativa sufrió una operación de los ojos que le produjo una úlcera muy dolorosa.
Esta persona tiene una casa VII aparentemente buena: contiene a Júpiter exaltado. No obstante, su matrimonio fue un desastre, porque su marido era una personalidad extraña y un maltratador despótico (aparte de infiel).
La boda se produjo con una dirección primaria de Júpiter (planeta situado en VII) sobre el nodo sur. He visto a menudo engaños con esa posición de los nodos en el eje I-VII.
No puedo poner más cartas aquí, pues son de amigos o clientes y no sería correcto exponer su vida personal a la curiosidad pública. No obstante, recomendaría a cada uno que empezara a trabajar en las cartas que tenga para ver qué dieron los tránsitos o las direcciones primarias de los nodos. O qué dan en el natal. Es posible que muchos se lleven sorpresas.
http://www.bedaweb.com/verarticulo.php?nid=93
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