¿POR QUÉ FUNCIONA LA ASTROLOGÍA?
Jorge Bosia
El significado de la palabra Astrología es: “comprender (la indicación de) los astros”.
Durante miles de años el
hombre recurrió a los astros para saber cuando se acercaba la estación
de las lluvias o de las cosechas o cuando era el tiempo de migrar hacia
otras tierras, etc. Los astros repetían ciclos que eran acompañados por
ciclos terrestres, como las estaciones del año, entonces el hombre
volvió su cabeza al cielo para poder predecir –decir con antelación- qué
determinados fenómenos sucederían. El cielo describía los ciclos de la
naturaleza.
Sin embargo, esta visión
es muy simplista. Es una mirada desde esta época, en la que ya se ha
constituido la “naturaleza”. Los pueblos antiguos no vivían en conexión
con la naturaleza, simplemente vivían. De modo que, para ellos, conocer
los ciclos que nosotros llamamos “naturales” era, sin más, conocer los
ciclos. Y esto incluía sus propios ciclos, los humanos.
Pero es probablemente
recién en la época de los griegos o poco antes, cuando se perfecciona el
instrumento que permite a los hombres empezar a comprender que la
observación del cielo habilita a captar verdades acerca de sí mismos.
Esto se viene precisando y afinando desde hace 3 ó 4 mil años.
Ahora bien, ¿cómo es
posible que las posiciones de los planetas y demás configuraciones en el
cielo nos hablen acerca del temperamento y el destino?
Para la mentalidad
actual esto es un verdadero disparate. Tanto quienes se escudan en el
“sentido común” como aquellos que esgrimen como espadas relucientes al
“pensamiento científico” (en el fondo, lo mismo) pueden argumentar que
cada tanto se reúne algún grupo de científicos y filósofos y emiten una
declaración en la que atacan en forma furibunda a la Astrología. Por lo
común estos científicos jamás han leído ni investigado nada que tenga
que ver con la verdadera Astrología. Por tanto, se basan únicamente es
sus abundantes y bien regados prejuicios.
Para peor, hay algunas
personas que dicen ser “astrólogos” que pretenden ser “científicos”. Eso
significa, sencillamente, que no han comprendido qué es la Astrología.
La Astrología no es ni será jamás una ciencia al estilo de la Física, la
Biología u otras de esa clase. Es otra cosa.
Empezando por el hecho
de que los astrólogos partimos del supuesto de que el mundo no es una
máquina, sino un “cosmos”, palabra cuyo significado etimológico es
“orden hermoso”. Para nosotros, los astrólogos, el mundo es una “obra de
arte”, sólo que, a diferencia de las que hacen los artistas, ésta surge
sola o, quizá, por obra de algún dios escondido.
El punto crucial es que,
como cualquier obra del arte, el Cosmos tiene significado. Y la
Astrología es, nada menos que un método para hallarle significado.
Hay muchas frases hechas
sobre la Astrología. Por ejemplo, algunos “esoteristas” dicen que no
existen las “casualidades”, sino que hay “causalidades”. Pero estas
frases que, cuando se emitieron (hace décadas) podían sonar ingeniosas,
llevan hoy en día a la confusión.
La Astrología no trata
con “causas y efectos”. Es una sabiduría del significado, del sentido
del mundo y de la vida.
El primer principio de la Astrología dice: “Así como es arriba es abajo...; pero inmediatamente agrega: “y así como el abajo, es arriba”.
Este principio básico quizá se remonta a una gran antigüedad; pero su
enunciación más antigua conocida pertenece a un autor griego que se
escondía bajo el seudónimo de “Hermes Trimegistos” (que quiere decir:
“El triplemente grande Hermes”). Su libro se conoce como “La Tabla de
Esmeralda”.
La pregunta del millón es: ¿qué relación hay entre el “arriba” y el “abajo”?
Desde ya que no se trata de que el “arriba” sea la “causa”
y el “abajo” el “efecto”, ni nada por el estilo; de eso tratan,
repetimos, las ciencias, pero no la Astrología.
Lo que indica la frase
es que entre el Cielo (el “arriba”) y la vida humana (el “abajo”) hay
una relación muy peculiar: una relación de analogía. ¿Qué significa
“analogía”? Analogía significa “proporción”. Pero con eso no adelantamos
demasiado porque, ¿qué significa “proporción”? Proporción es una
conexión entre dos fenómenos hecha de modo tal que se mantiene intacto
el significado.
O sea: entre el Cielo y
la vida humana hay una relación tal que tienen ambas el mismo
significado. Algunos, conectando esta idea con la de los ciclos o el
tiempo, llaman a este principio, como veremos, “sincronicidad”.
Pongamos una imagen: es
como si el Cielo fuera un espejo de la vida humana. Pero ¡ojo!: La vida
terrestre también es un espejo del Cielo. Son dos espejos que se espejan
mutuamente y, juntos, apuntan a lo incognoscible.
Eso quiere decir que hay
analogía entre el Cielo y la Tierra. Podemos entender lo que nos pasa
aquí en la Tierra mirando el cielo; ¡y podemos entender lo que pasa en
el Cielo mirando lo que ocurre aquí en la Tierra!
Así fue como se construyó la Astrología, mirando un poco al Cielo y un poco a la vida humana.
Además, a la frase de Hermes Trimegistos los astrólogos le agregamos otro detalle: “así como es arriba es, a la vez, abajo; y así como es abajo es, a la vez, arriba”. Las cosas ocurren sincrónicamente arriba y abajo.
Por otra parte,
“arribas” y “abajos” hay muchos. Porque hay muchos planos de la realidad
y todos están ordenados de arriba a abajo. Y entre todos hay la misma
relación de analogía. Está el plano de cielo, pero también el plano del
cuerpo, el plano psicológico, el plano histórico, etc., lo que nos
permite trasladar el significado de lo que observamos en uno cualquiera
de los planos, por analogía, a cualquiera de los otros. Y entre todos
hay sincronicidad [1]; o sea: las cosas que significan lo mismo ocurren a
la vez.
El cielo es entonces una
especie de pizarra en la cual está escrito el mismo texto que está
escrito en el psiquismo humano (y en los demás planos de la realidad).
Si logramos descifrar lo que dice el cielo sabremos también lo que
ocurre en nuestro interior, y viceversa. El pensamiento griego sabía de
este “viceversa”, por eso dejó plasmada esa famosa consigna a la entrada
del Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”.
De lo dicho hasta aquí
nos queda muy claro que los astros no influyen ni causan nada en
nosotros, sino que describen el mismo proceso que atraviesa el alma de
una persona. Descifrar ese proceso nos aportará una invalorable
información.
Algunos dicen que “los
astros no obligan, pero inclinan”, o frases por el estilo. Pero esto
equivale a no entender cómo funciona la Astrología. Los astros ni
obligan, ni inclinan, ni nada de eso. La Astrología es un saber relativo
al significado del Cosmos, entendiendo que al Cosmos pertenece tanto el
Cielo como la vida humana. Y se basa, repetimos, en que hay una
relación de analogía entre los diversos planos de la realidad, de modo
que, leyendo y entendiendo un plano, tenemos muchos elementos para
comprender los otros.
Una Carta Natal es algo muy simple: es un mapa (“carta”)
de la situación que tiene el cielo cuando una persona está naciendo
(respirando por primera vez, porque antes de nacer no es independiente
biológicamente, es una unidad con la madre).
Ahora bien, ¿cómo leer ese mapa del cielo? Tratemos de pensar en un alfabeto de 34 letras: 12 Signos zodiacales (que son las doce cualidades que tiene toda realidad), más 10 Planetas (que simbolizan las diez funciones de una entidad viviente y conciente como nosotros), más 12 “Casas”
que simbolizan las doce áreas o escenarios en que se desarrolla nuestra
vida. Estos son los elementos que aparecen en el mapa natal de una
persona.
El trabajo del astrólogo es aprender a utilizar estos 34 símbolos para comprender el desarrollo de lo viviente.
La Carta Natal no sólo
es un mapa del Cielo que había en el momento del nacimiento de una
persona, sino –y esto es lo interesante- un mapa de ruta para toda el
desarrollo de la vida de esa persona, o una suerte de “manual de
instrucciones” para ella.
Lanzarse a conocer hacia
donde nos dirigimos, con qué potencialidades contamos, cómo podemos
aprovecharlas mejor, cuáles son los obstáculos con que podemos tropezar
en el camino, etc., es una tarea tan apasionante que, una vez iniciada,
es difícil volverse atrás. Y tanto más cuanto que no sólo podemos
comprendernos a nosotros mismos, sino también ayudar a otras personas a
conocerse mejor.
Ese es el sentido de la Astrología a nuestro juicio.
Jorge Bosia.
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