Astrología y Predicción
Patricia Ordoñez
Particularmente a partir del S. XVII la ciencia ha buscado explicar y predecir fenómenos con la intención de controlar y dominar a la Naturaleza.
Ha tenido bastante éxito en su objetivo, especialmente en lo referido a los aspectos mecánicos de nuestra realidad: calcular cuánto tardará un avión entre un punto y otro; predecir con un mínimo margen de error los efectos de cierto medicamento, etc.
La astrología no se ha mantenido inmune a esta práctica que privilegia una mirada cuantitativa y predictiva de los fenómenos a abordar.
Sin embargo, una cuestión es calcular anticipadamente la trayectoria de aspectos mecánicos en los objetos y hasta en algunos ámbitos de la naturaleza, y otra muy distinta abordar con esta actitud predictiva y mecanicista la complejidad de los sistemas vivientes, en particular, del humano.
Hoy la matemática de los sistemas dinámicos caóticos (como la del clima), sabe que aquéllos (los sistemas dinámicos caóticos) están caracterizados por un tipo de orden altamente complejo en el cual la predicción se torna también sumamente limitada. A esto lo denominan “horizonte de predictibilidad”. Así notamos, por ejemplo en los fenómenos climáticos que las predicciones se reducen a probabilidades “dentro de 3 o 4 días, a lo sumo”..
Si la matemática de los sistemas dinámicos caóticos es inherente al orden que caracteriza a los sistemas vivientes; entonces, los seres humanos respondemos privilegiadamente a la complejidad característica del orden viviente. Frente a esta situación, la predicción –que sí funciona en sistemas que responden a órdenes mecánicos relativamente simples (trenes, aviones, las máquinas en general) se vuelve una tarea no sólo muy dificultosa -por no decir sin utilidad ni sentido inmediato-, sino además dañina, en el caso de la condición humana.
Si hay algo que caracteriza a la psicología humana, es la evasión constante de la plena percepción del Ahora. Vivimos atrapados en el pasado, en recuerdos tristes o placenteros con los cuales nos proyectamos hacia el futuro –con fantasías apocalípticas, o redentoras de reencuentro de un paraíso perdido y anhelado-. Nuestro aprendizaje por excelencia, entonces, radica precisamente en ser receptivos al “ahora”.
Por lo tanto, la práctica astrológica que proponemos, consiste en brindarle elementos al consultante, que lo ayuden a ser más consciente de su “Ahora”, y de los condicionamientos del pasado… con los cuales se proyecta hacia el futuro.
El astrólogo que en la actualidad aún practica una astrología predictiva –propia del paradigma mecanicista que predominó durante los últimos tres siglos, está ofuscado por una omnipotencia que le impide percibir y apreciar la tremenda riqueza y complejidad del orden viviente, y en particular del fenómeno humano.
Esta actitud es hoy en día particularmente responsable del rechazo que muchos intelectuales tienen por la astrología. Aún más, hablando desde la psicología clínica, una práctica astrológica llena de “certezas” (y no de probabilidades), es una práctica delirante indicadora de patología psíquica.
Proponemos –decía más arriba- una práctica, con la cual partiendo desde una actitud exploratoria, esté atenta a la complejidad del fenómeno humano y sea receptiva al trabajo a realizar en el orden simbólico –el “ir ligando”, “concientizando”- (propio de la especie humana).
Desde esta actitud básica de partida que atiende a la complejidad de lo viviente y a lo simbólico como drama propio de lo humano (sin reducir lo humano a un mecanicismo simplificador); una consulta astrológica brinda información acerca de los ciclos en la vida de una persona. Los ciclos de nuestra vida los vemos reflejados en los ciclos de los astros, pues están correlacionados con ellos.
Los astrólogos sabemos que todo está sujeto a “estaciones”, “ciclos”, y que éstos vienen cualificados . Es decir, cada fase de un ciclo tiene una “tonalidad”, un “clima propio” y propone el atravesamiento de ciertas experiencias y aprendizajes que serán facilitados con escenas, modalidades energéticas y estados anímicos característicos.
Una información de esta clase puede servir de valioso aporte al consultante, para disponerse a acompañar “lo que viene”, más conscientemente. Es decir, un asesoramiento astrológico ofrece la posibilidad de ampliar el campo perceptivo del consultante, dándole elementos para accionar más conscientemente en su vida, facilitándole la comprensión de su kairós –de su “momento oportuno”-.
La actual propuesta astrológica, entonces, en lugar de oficiar como fomentadora del despliegue de nuestros mecanismos de control y de evasión o aislamiento de la vida, muy por el contrario, nos ofrece herramientas que nos ayuden a profundizar la compresión de la misma para brindar respuestas más sensibles y conscientes de las repercusiones que éstas tienen sobre la totalidad en la cual estamos integrados.
La práctica predictiva tradicional es más efectiva en “individuos máquina”. Cuanto más mecánico sea un ser humano, más predecible será su trayectoria – destino. Y esta situación de “repetición histórica” es tan evidente, que no hace falta ser astrólogo para predecir. Todo psicólogo sabe que “lo no comprendido retorna, insiste en nuestra vida” (como decía Freud, Jung y hasta Krishnamurti), y que por lo tanto, la neurosis hace destino. Es decir, no es necesario ser “adivino” para anticipar que algo volverá a suceder en la vida de una persona, si ésta no hace un trabajo de comprensión en sus propios procesos. Podríamos imaginar a la Vida como una especie de “maestra” que insiste con cierto tema hasta que lo hayamos comprendido. Cuando esto sucede… simplemente “la maestra” pasa a otro tema.
En cambio, cuanto más rica en matices espirituales y psicológicos sea la existencia de un ser humano, menos predecible será la persona y su “trayectoria – destino”, pues su vida estará guiada por la complejidad del orden caótico –el cual, según me enseñó mi marido matemático-, es también una forma de orden… pero altamente complejo.
Una práctica predictiva, reduccionista y omnipotente enajena al individuo y lo condiciona (“la profecía autocumplida”).
Por eso proponemos una mirada que le brinde a la persona elementos para enriquecer su percepción, los cuales favorecen la comprensión del AHORA y eventualmente nos conducen al siguiente paso a dar.
La Astrología es una disciplina sagrada que tiene como finalidad ayudar a acompañar conscientemente el despliegue de la vida y el movimiento incesante de la existencia.
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