ASTROLOGÍA, FATALIDAD y LIBRE ALBEDRÍO
por Norbert Pákula
(fundador del Centro Astrológico de Buenos aires en 1961)
La Astrología es una ciencia, basada en la unidad del universo, que
afirma la sincronización entre el cielo y la tierra.
La creencia en la
influencia de los astros sobre la vida humana y los
acontecimientos es un concepto que ha evolucionado. Originado en la
mala interpretación del conocimiento de siglos pasados, impresiona las
mentes hasta la actualidad. No existe tal influencia. Los astros no
deciden nuestro destino. Existe sí, una relación de analogía entre el
macrocosmos planetario y el microcosmos humano y múltiples
correspondencias entre las energías del sistema solar. Como, por
ejemplo, entre
una gota en el mar y éste. Analizando una de aquellas deduciremos la
composición del mar en determinado lugar y período. Estudiando una
zona del mar en cierto momento, podremos obtener conclusiones infalibles
sobre el contenido de la gota. La relación entre el individuo y el
mapa celeste está basada en las leyes de analogía y sincronicidad. No en
inexistentes influencias.
La
clara afirmación y comprensión de este punto esencial elimina en forma
definitiva una discusión secular, relacionada con el libre albedrío. O
con que “los astros inclinan pero no obligan”, como afirman tantos
estudiosos de la Astrología, aspirando a quedar bien con Dios y con el
diablo.
Al
mismo tiempo desaparece la excusa de las almas débiles, de quienes
carecen del valor de enfrentarse a sus propias falencias, de asumirse
responsables de su vida, de sus actos, de sus debilidades. Porque cada
ser humano es el responsable de su destino. El mapa celeste del momento
del nacimiento no condiciona la existencia de nadie. Sólo refleja, cual
un inmenso espejo, nuestro propio ser. Este piensa, habla actúa y habrá
de atenerse luego a las consecuencias, placenteras o dolorosas. Ya no
podemos echar culpas a fuerzas exógenas. Sintiéndonos libres de asumir nuestra vida. Procedamos con autenticidad, descartemos
esta falacia cuya finalidad es proseguir viviendo con nuestros defectos,
los cuales colocan trabas a nuestra evolución.
La Astrología, dignamente comprendida, se transforma así en un
instrumento poderoso de progreso, tanto para el individuo como para la
humanidad.
Se aclara así el
problema secular del determinismo. Se explica la
conocida frase “lo de abajo es como lo de arriba y viceversa”. La unidad
del universo es verdad fundamental de la Astrología. Considera al
sistema solar como un organismo, siendo la conciencia individual una
expresión integrada que refleja la conciencia cósmica. Comprendiendo el
macrocosmos entenderemos el microcosmos y viceversa.
A los Astrólogos
con aspiraciones mayores, les apasiona el progreso espiritual del ser
humano. La mejor forma de adelantar es conocer
las propias limitaciones. Recorriendo este camino, la Astrología permite
ahondar en el alma humana.
Lo antecedente es el fundamento y la base de la Astrología.
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