lunes, 15 de diciembre de 2014
Astrología vs Ciencia. Por Walter Anliker
Astrología vs Ciencia. 1 : 0
Por Walter Anliker
El viernes 18 de diciembre de 2009 a las 3 de la tarde en la ciudad de México, participé en un programa de televisión en el canal 40: Pensar México. El tema del día era Astrología versus Ciencia. La Luna estaba “fuera de curso” como se ve en la carta 1, y aunque no pasó nada nuevo la experiencia me condujo a reflexionar con más profundidad sobre lo acontecido y aclarar algunos puntos específicos.
Frecuentemente los astrólogos tenemos que defender nuestra disciplina frente a escépticos o, como en el caso del programa mencionado, contra dos científicos de la UNAM, eminencias cargados de títulos académicos, uno era incluso doctor en física nuclear, pero lamentablemente, según mi punto de vista, estaban demasiado encerrados en una imagen del mundo materialista. Según ellos, no es posible explicar cómo funciona la astrología y por lo tanto tacharon nuestra disciplina de charlatanería. Según ellos no se puede comprobar la astrología científicamente y no hubo forma de lograr su aceptación.
Antes del programa pensé, como buen acuariano, que podríamos hablar, por ejemplo, de las leyes de la sincronicidad que propone el psicólogo Jung, del modelo platónico “Anima Mundi”, de la evidente relación entre Macrocosmos y Microcosmos, incluso de la teoría del caos y de la física cuántica como modelos para explicar cómo funciona la astrología. Estoy seguro de que hubiera sido interesante para los televidentes. Lamentablemente no fue posible y quedaron muchos temas significativos sin haberlos tratado.
Presenté en su momento gráficas del “Efecto de Marte” (Fig. 1), un estudio estadístico del astrólogo y científico francés Michel Gauqueline sobre profesiones y ciertas áreas del horóscopo, dónde aparecen con mayor frecuencia ascendiendo o culminando ciertos planetas:
Marte, en caso de deportistas y militares;
Luna, para escritores;
Júpiter, para actores y políticos;
Saturno, para científicos.
El experimento fue realizado hace 50 años, resistió a todo tipo de críticas y varias veces científicos hostiles a la astrología repitieron el experimento obteniendo los mismos resultados, por lo que en diferentes partes del mundo tuvieron que aceptar las conclusiones de Gauquelin.
Como mis opositores en el debate no conocían el estudio y no encontraron forma de criticarlo, lo ignoraron simplemente, igual que los gráficos del “Índice cíclico” del astrólogo francés André Barbault para el siglo XX, http://www.astrowalter.com.mx/articulo.php?id=19.
Quienes hemos estudiado y practicado la astrología en su profundidad sabemos que funciona, pero no necesariamente la podemos explicar a partir de la ley de causa y efecto. La astrología, en mi opinión, describe y narra una especie de guión celeste, muestra un sistema dinámico y simbólico, con un lenguaje codificado para la vida en la tierra.
La Astrología es una ayuda de vida, un lenguaje simbólico y a la vez es el estudio de las posibilidades.
Como dijo el astrónomo y astrólogo Johannes Kepler:
“Las estrellas inclinan, pero no obligan”.
Asistí al programa junto con la astróloga Kitty Bracho, quien ha editado en los últimos años su exitoso anuario astrológico. Ella mencionó que la astrología solar, la que casi todos conocen a través de los distintos medios de comunicación, representa únicamente la punta del Iceberg de esta maravillosa y sorprendente disciplina. Comentó que es obvio que toda la complejidad de la astrología no se expresa en un sistema dónde la humanidad está dividida en 12 personalidades.
Tuve que aclarar que la astrología solar es una práctica relativamente joven, comenzó al principio del siglo pasado en Inglaterra, cuando a un astrólogo que tenia una columna semanal en una revista prestigiosa se le ocurrió dividir sus mensajes para los 12 signos solares. Su intento tuvo tanto éxito que aumentaron notablemente las ventas de la revista y ahora, más de un siglo después, los horóscopos están presentes en muchos periódicos, revistas, radio, tele e Internet. Este tipo de astrología, aunque no es la más seria, para mucha gente es el primer contacto con esta disciplina y sin lugar a dudas tiene su valor comercial y como forma de entretenimiento. A la vez, es una excelente oportunidad para los astrólogos de difundir más nuestra disciplina a un gran público. Sin embargo, el éxito de este tipo de trabajo radica en gran parte en el carisma del astrólogo y en su talento de saber redactar y comunicar bien sus mensajes, no tanto en su conocimiento astrológico.
Creer versus investigar y estudiar
En otro momento del programa uno de los científicos dijo que él no puede creer que un planeta tan alejado del nuestro como, por ejemplo, Urano, pueda provocar algo en la vida de un ser humano. Le dije que no debe solamente creer, especialmente porque es un científico, sino investigar. Después le pregunté si ha estudiado la astrología y me contestó que no, yo respondí que justamente por eso mismo no tiene los criterios para poder opinar sobre la validez de la astrología.
Para poder opinar sobre la astrología se necesita primero muchos años de estudio, de observación y comprobación que sólo lo dan la experiencia, elaborando y desarrollando cientos de estudios personalizados. A continuación, la conductora del programa, Carolina Rocha, dijo que el debate queda 1:0 a favor de la astrología.
Aunque salimos del “Ring” como ganadores, me pregunté cual era realmente el sentido de lo ocurrido. ¿Sirve esto a la astrología o solo al “rating” de la televisora? Para defender mi profesión, tuve que mostrar mi lado escorpiónico, (lo tengo en el Ascendente). La falta de respeto a la astrología, al llamarla una forma de charlatanería, más la escasa o mejor dicho nula información y preparación por parte de los científicos, a la que se sumó su prepotencia esnobista, hicieron que se rebasara el nivel de mi tolerancia, generándose un debate bastante marcial, en vez de un intercambio de información objetivo y mercurial, como yo hubiera querido.
En el camino de regreso de la TV muchas ideas y preguntas cruzaron por mi mente. Al llegar a casa, me alegró mucho encontrar en el buzón la revista astrológica suiza Astrologie-Heute. En ese número había justamente un artículo de una de mis primeras maestras de astrología, Mónica Kissling*, que trata sobre cómo enfrentar la crítica y los prejuicios en contra de la astrología en eventos públicos: ¡un ejemplo perfecto de sincronicidad!
Al leerla, llegaron a mi mente las respuestas que buscaba minutos atrás. Cada vez que sucede una sincronía de este tipo, percibo que estoy en lo correcto. Por eso escribo estas líneas, que pueden ser útiles a otros colegas.
En la maravillosa y milagrosa realidad astrológica, lo ocurrido se explica de la siguiente manera: el grado del ASC del horóscopo para el inicio del programa (carta 1) esta en 11° de Tauro y en exacta conjunción con mi Marte natal; fue esto lo que me hizo competitivo, firme y seguro. Júpiter en tránsito estuvo a pocos grados de hacer conjunción con mi Sol natal, aparte el Sol en tránsito estaba en un sextil partil a mi Sol natal durante el tiempo del programa de televisión.
En su artículo, Monica Kissling afirma que, desde hace muchos años, en este tipo de debates sobre la astrología los astrólogos se tienen que defender contra los mismos prejuicios, sin que exista un diálogo ni un intercambio abierto de información. De lo que se trata generalmente es de rechazar la legitimidad de la astrología o de ridiculizarla, al etiquetarla sólo como una forma de entretenimiento.
A continuación siguen algunos fragmentos del artículo, sin que se trate de una traducción textual: “Los astrólogos que se presentan en discusiones públicas tienen que tener un caparazón muy duro, porque están expuestos frecuentemente a una polémica ciega y a fuertes descargas emocionales por parte de sus adversarios. En general, los astrólogos se preparan con argumentos bien fundamentados para poder responder de manera imparcial a ciertas controversias cuando participan en una discusión o mesa redonda. Pero los oponentes nos tratan normalmente con una mezcla de lástima, desprecio y agresión, por lo tanto las discusiones entran rápidamente a un nivel muy emotivo. Esto significa que el astrólogo, al prepararse para la discusión, tiene que reflexionar muy bien sobre cómo va reaccionar cuando lo ataquen de manera provocativa e injusta.
Críticos o adversarios
En vez de un dialogo abierto, acontece frecuentemente una pelea entre diferentes filosofías e imágenes del mundo. Lo que es un hecho es que los adversarios casi siempre no cuentan con mínimos conocimientos serios de la astrología. M. K. dice a propósito adversarios, porque un crítico serio conoce la materia que ataca y al conocerla se gana el respeto de aquel con quien dialoga.
Los adversarios de la astrología no se toman el tiempo de estudiarla seriamente, porque de entrada están convencidos que no tiene ninguna validez. Se llaman críticos o escépticos sin tener la menor idea de las bases elementales de la astrología. Por lo tanto, la imagen de la astrología que exponen es muy pobre, incompleta e ridícula. En realidad ellos no argumentan en contra de la astrología, sino -y aquí Monica Kissling cita a Dieter Koch “en contra de su limitada imagen de la astrología”.
Es muy frecuente que científicos o periodistas se expresen en contra de la astrología sin que sus argumentos estén bien fundamentados, muchas veces son dogmáticos o polarizan sus puntos de vista sustentándolos en la autoridad científica y académica. En este contexto hay que cuestionar realmente la competencia de los adversarios, porque nosotros tampoco opinamos y juzgamos sobre temas que no tenemos conocimiento básico ni experiencia. Por otro lado no debemos dejar que los grados o títulos académicos nos deslumbren, aunque aceptamos que sean reconocidos profesionales en sus especialidades, no hay ninguna garantía que lo sean también en astrología y en caso de que sí, son raras excepciones.
Comprobar la astrología
Casi siempre, los científicos rechazan la astrología porque no se deja comprobar con sus métodos mecanicistas. Especialmente con el método estadístico es difícil comprobarla, porque los símbolos astrológicos son ambivalentes y tienen -como corresponde a los símbolos-, una amplia variedad de significados en cual se expresan y que incluso van cambiando con el tiempo. Además, cada símbolo es parte de un conjunto difícil de aislar. Por ello, cada vez que se usa un símbolo, hay que tomar en cuenta su contexto específico.
El que sea difícil de mostrar con el método estadístico la validez de la astrología no significa que no funcione, sino que es el método equivocado para comprobar su validez. Quien afirma que la astrología no tiene legitimidad científica, ignora el último estado de la ciencia. La física cuántica expresa que las leyes en la naturaleza no son predeterminadas por causalidades. Se ha comprobado que hay una interrelación de sistemas con intercambio de información sin necesidad energética. Se sabe que lo que pasa en un lugar puede influir inmediatamente en otro, sin intercambio de información o de energía. La nueva imagen del mundo cuántico es muy compleja y para muchos todavía intangible, pero amplía enormemente las declaraciones científicas que se limitan solamente a un nivel físico clásico”.
Aquí quiero mencionar un libro que puede ser interesante para todos los astrólogos, estudiantes, críticos y científicos, escrito por la astróloga australiana Bernadette Brady: Astrology, a place in chaos, Edit. Wessex Astrologer, UK 2006, sobre astrología y la teoría del caos.
Seguimos a M. K. en su artículo: “En vez de comprobar la astrología científicamente, nos convencemos de su validez por la experiencia y la aceptamos porque nos funciona. Por lo tanto, para la mayoría que practicamos la astrología no es tan importante que se pueda comprobar científicamente, porque su validez la vemos cada día en nuestra práctica diaria. La exactitud en la superposición entre los símbolos astrológicos y las circunstancias reales en la vida son frecuentemente tan exactas y acertadas que no se necesita la opinión científica para aceptarlos.
Aquí no estamos hablando de cualidades de carácter en las que a todos nos gusta identificarnos, sino de las asombrosas coincidencias de constelaciones astrológicas y profundas experiencias emotivas en consultas astrológicas, cuando se trata de comprender la esencia del ser humano en toda su complejidad. No sólo en la carta natal experimentamos y comprobamos la validez de la astrología, sino también en relación con el trabajo temporal, dónde se analizan periodos en el pasado de un ser humano o se trata de conocer simbólicamente tendencias hacía el futuro, temas que el astrólogo experimentado logra describir de manera muy diferenciada.
Experiencias astrológicas colectivas
Si a nivel personal la experiencia astrológica es impactante, también lo es a nivel colectivo, al describir los tránsitos planetarios importantes procesos y eventos históricos. Claro ejemplo es la conjunción de Júpiter y Urano que aconteció el 20 de julio de 1969, justamente el día en que el hombre pisó por primera vez la Luna. Recordemos que el significado de esta combinación planetaria es: “expansión de consciencia y descubrir mundos nuevos”.
En 1989, cuando cayó el muro de Berlin, Saturno estaba en conjunción a Neptuno. Como sabemos, astrológicamente Saturno es el símbolo de las fronteras y Neptuno representa la disolución.
En el pasado reciente encontramos a Saturno en oposición a Urano justamente el día que fue elegido Barack Obama como presidente de los Estados Unidos. La oposición representa cambios estructurales y reformas muy profundos, es simbólicamente una quiebra (Urano) de viejas estructuras (Saturno).
Con la astrología no solamente se perciben eventos aislados, sino también procesos colectivos a partir de los cuales los valores de una sociedad se transforman. Por ejemplo, el tránsito de Plutón del signo de Sagitario a Capricornio en 2008 describe el fin de una época de excesos y expansión (Sagitario), seguido por un repensar de valores como humildad, responsabilidad y autenticidad (Capricornio).
Astrología no es religión
Lo que está muy claro es que la Astrología no es una religión. Frecuentemente al principio de una discusión se nos pide que definamos si la astrología es ciencia o religión. También se pregunta al astrólogo si cree en la astrología, lo que en sí es una rara pregunta, porque a ningún médico se le pregunta si cree en la medicina, pues su oficio se basa en conocimiento y experiencia. Con la astrología pasa lo mismo, no por no dejarse comprobar científicamente es sólo una creencia.
La astrología es un estudio que se basa en los hechos, en las experiencias de observar por miles de años la relación de los astros en el cielo y su manifestación en la tierra. La astrología se puede comparar con la homeopatía, la cual hasta hoy día no se deja comprobar científicamente y es justamente por eso que muchos científicos niegan su validez. También en este caso el rechazo científico está en contra lo que perciben los pacientes, a quienes no les importa la opinión científica si la homeopatía los cura. Aquí se aplica la frase: “quien ayuda tiene la razón”. En relación con la astrología se puede decir sin duda que logra hacer una descripción acertada, diferenciada y exacta sobre un ser humano y su desarrollo, por lo que merece ser escuchada y estimada. ¿Por qué entonces negar este nivel de información, si es posible llegar a conclusiones satisfactorias, profundas y fructíferas?
Lo que está claro es que la astrología no se basa en el principio de causa y efecto. Lo que los astrólogos sabemos y los adversarios normalmente no, es que la astrología no funciona con leyes causales. No afirmamos que los astros en el cielo provocan algo físicamente concreto y científicamente aceptado en la tierra. Tampoco creemos que los planetas se interesen por nuestras parejas, vida sexual, dietas, salud, carrera y finanzas o que los astros distribuyan la suerte por signos. Para ser astrólogo no hay que creer en fuerzas milagrosas ni en los obscuros poderes del destino; tampoco hay que ser un “elegido”. Lo que sí es necesario es estudiar mucho. Ya sabemos que los críticos usan estos argumentos por desconocimiento o justamente a propósito para ridiculizar la astrología.
Anima Mundi
Con la astrología percibimos un universo inteligente y con alma, que parte de una unidad entre el cielo, la naturaleza y los seres humanos, quienes juntos evolucionan bajo las mismas leyes. Esta descripción se puede reconocer en el antiguo concepto platónico de “Anima Mundi”, dónde se parte de una unidad del universo con los seres vivientes. El universo como Macrocosmos es estructurado en analogía al Microcosmos que es el ser humano. El vehículo de movimiento para los dos es el alma, lo que significa que el cosmos es un organismo vivo y sagrado. Todo lo que existe fuera del ser humano tiene su analogía adentro de él. “Como arriba de lo mismo es abajo” es la ley hermética, según la cual los movimientos de los astros en el cielo se reflejan en la vida en la tierra. El horóscopo es un mapa celeste que nos guía y nos orienta. El horóscopo por sí mismo no provoca nada, pero describe la dinámica de las leyes cósmicas que valen para la vida en la tierra. Finalmente seremos nosotros quienes las aceptamos o no”.
Cita Monica Kissling a Hans Dieter Leuenberger: “La astrología y el esoterismo es el conocimiento de una energía que se encuentra en todo y que se puede expresar a través de todo. En un contexto superior contiene todas las áreas de la vida, las que se pueden percibir con nuestros sentidos, más otras que no se perciben. A través de esta energía se mantiene vivo nuestro universo y al mismo tiempo todo se encuentra bajo un orden superior”.
Concluyendo quiero agregar la siguiente definición, producto de mi experiencia de varias décadas: El firmamento, la bóveda celeste, con sus astros en movimiento, es una fuente muy precisa de inspiración para la evolución de la conciencia humana y tiene sus raíces en la mitología universal. Comprobar su valor es una experiencia personal y subjetiva, nunca se ha afirmado que se puede comprobarla científicamente, aunque algunos pocos experimentos lo han logrado. Creo también que dedicarse al estudio de esa relación entre el Macrocosmos y el Microcosmos que se describe en la astrología es un privilegio y una gran responsabilidad.
http://www.astrotranspersonal.com.ar/astrologiavsciencia.htm
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