Personaje excéntrico y polémico dedicó su vida a las Matemáticas, la Medicina, la Astrología y la Filosofía.
Hijo
ilegítimo de un jurista, Cardan nació en Pavía el 21 de septiembre del
año 1501, a pesar del intento de aborto por parte de sus padres. Padeció
una infancia plagada de enfermedades y desatenciones afectivas. Sin
embargo, fue educado en las universidades de Pavía y Padua, consiguiendo
el grado de doctorado en medicina. Fue profesor en Milán, Pavía y
Bolonia.
A pesar de su difícil carácter, su reputación llegó tan lejos que el año
1562 se trasladó a Escocia para curar al arzobispo de Saint Andrews,
John Hawkins, que tenía una difícil enfermedad. Cardan demostró entonces
intuir el problema de las alergias y el asma -muy desconocido por
entonces-, al curar al arzobispo de este problema.
Como médico era bueno, aunque como astrólogo cometió grandes errores.
Durante su largo viaje para curar al arzobispo, Cardan fue consultado
por el joven rey de Inglaterra, Eduardo VI, de 16 años de edad, que por
entonces estaba enfermo. Cardan advirtió que era difícil hacer
pronósticos para una persona enferma, pero los hizo, y se equivocó al
pronosticarle muchos años de vida, ya que murió a los pocos meses.
En el año 1545 publicó Ars Magna, un tratado de álgebra -el más avanzado
de su época- en el que daba solución, por primera vez, a la ecuación
cúbica o de tercer grado. El problema es que la solución la había
obtenido por mediación de Tartaglia, su auténtico descubridor, quien le
había pedido mantenerla en secreto.
A pesar de todo, Cardan era un genio. A él se deben las primeras
descripciones médicas de las fiebres tifoideas. También publicó un libro
con el título Liber de ludo aleae (Libro de los juegos de azar), en el
que presenta los primeros cálculos sistemáticos de probabilidades.
Publicó muchas obras estrictamente astrológicas, como De revolutione
annorum, mensium et dierum, (1547). En el año 1570 fue acusado de
herejía por hacer la carta astral de Jesucristo y arrestado por ello.
Después de unos meses logró ser liberado con la ayuda del Papa, pero
perdió su condición de profesor y se le prohibió publicar libros. Ya
solo pudo completar su autobiografía, De propia vita. En el año 1571 se
trasladó a Roma como astrólogo al servicio del Papa. Cardan predijo con
exactitud la fecha de su muerte y, algunos malitencionados, de entre sus
numerosos enemigos, llegaron a decir que se había suicidado con tal de
acertar.
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