Breve Panorama Histórico de la Astrología
Introducción
Merece la pena que empecemos haciendo un bosquejo de cómo nació, se expandió y halló su declive la ciência astrológica, recurriendo a historiadores y fuentes fidedignos; entre las razones para que la Astrología suscite tantas suspicacias y sonrisas de autocomplacencia se encuentran la ignorância y las opiniones interesadas existentes sobre el tema, que en ciertos casos se mantienen por pura inercia.
La ciencia de los juicios de las estrellas – así la llaman algunas obras dedicadas a ella – ha sido parte notable y sustanciosa em el desarrollo del conocimiento humano; siempre se la considero como tal y gozó de gran prestigio, y no fue hasta los siglos XVII y XVIII cuando fue desalojada de las universidades europeas.
Como todo conocimiento humano há sufrido el devenir cíclico de la Historia, com sus altibajos, pero en los períodos de esplendor de las culturas que la desarrollaron fue cultivada por las elites intelectuales del momento. De ella, no lo podemos olvidar, nació la Astronomía tal como la conocemos en la actualidad, aun que no debemos olvidar que, en términos generales, tanto Astrología como Astronomía fueron términos sinônimos hasta el siglo XVII. No es una afirmación apriorística nuestra, así lo confirma los historiadores y puede comprobarse en las bibliotecas1.
1. Ver por ejemplo la opinión del historiador David Romano en La ciencia hispanojudía. O el Tractatd’astronomia de Ramon Llull,dedicado íntegramente a cuestiones astrológicas.
La Astrología trata básicamente de los influjos de los astros sobre la Tierra. La parte «natural», dedicada al estudio de la cronología, medida del tiempo,ciclo climático anual, etc., no ha sido puesta nunca en entredicho; San Isidoro de Sevilla, en sus Etimologías, la encuentra plenamente legítima y digna de estudio. En cambio, la que trata del destino de las personas, de los reyes y de las naciones, no ha dejado de contar con problemas, y ello por diversas razones.
Hacer predicciones para un gobernante siempre resulta comprometido, y más según de qué clase se trate éste; en los demás casos el problema del destino ha chocado casi siempre con cuestiones de tipo filosófico, teológico o religioso. El judío cordobés Maimónides, que la estudió y conocía al dedillo, previno contra este tipo de Astrología «adivinatoria» en su obra Sobre Astrología. Carta a los judíos de Montpellier2, dedicada exclusivamente a desacreditarla. Gémino, al filo de los comienzos de nuestra Era, ya clamaba en su Introducción a los fenómenos3 contra quienes atribuyen a las estrellas y no al efecto del Sol los períodos álgidos de calor y frío que se producen en el ciclo anual (de esa creencia espúrea vienen los dias caniculares, o the dog days, de cuando se asociaba el calor del verano al momento en que salen juntos el Sol y el Can Mayor).
2. Existe edición reciente de esta obra. Moseh Ben Maimon. Maimónides. Sobre el Mesías. Carta a los judíos del Yemen. Sobre Astrología. Carta a los judíos de Montpellier. Notas biográficas, introducción, traducción y notas por Judit Targarona Borrás. Riopiedras Ediciones. Barcelona,1987.
3. También puede leerse esta obra en la actualidad (edición castellana en los clásicos de Editorial Gredos).
En todo caso, si queremos acercarnos al problema, lo mejor será recurrir a las fuentes escritas y a los hechos comprobables, y no a las meras hipótesis o a los prejuicios. Porque estos últimos, como decía Voltaire, son la razón de los necios.
Astrología Paleolítica
Puede parecer sorprendente hablar de ciencia de las estrellas en el período Paleolítico (-35.000 a -10.000 aproximadamente); pero, según las investigaciones y hallazgos arqueológicos e históricos van avanzando, los conocimientos de la humanidad en aquellos tiempos no dejan de sorprender a quienes, porignorancia, simpleza o mala fe, tenían a los hombres de esa época por unos brutos ignorantes.
No debiéramos hablar de ciencia astronómica paleolítica en el sentido que damos ahora a esta palabra, aunque de lo que no hay dudaes de que fueron tiempos en los que la Luna constituyó el gran cronómetro de la humanidad (cronología lunar). Las tribus paleolíticas, con una baja densidad de población, eran nómadas, por lo que la única referencia temporal válida para ellos era la Luna, tanto para elegir los momentos adecuados de caza y pesca, donde la luz de nuestro satélite es importante, como fijar las fiestas, encuentros con otras tribus para intercambios, y, por supuesto, para computar el tiempo.
La cronología lunar se basa en el ciclo de 27,5 días (aproximadamente 28) que tarda la Luna en recorrer el cinturón estelar que sirve de referencia para seguir su revolución; puesto que cada noche es visible sobre un grupo de estrellas y a la consecutiva se há desplazado hacia otras situadas más a la izquierda del observador, no hay duda de que el seguimiento diario de este «sendero» constituye el origen del primer Zodíaco o referencia estelar, que posteriormente se conoció con el nombre de «Moradas» o «Mansiones» lunares en Europa (Edad Media), introducido por los árabes, que lo tomaron de persas, indios y estos seguramente de China, nación con cómputos astronómicos muy antiguos.
Zodíaco es término griego que significa «camino de animales»; el Zodíaco griego, que constituye el nuestro actual, posee algunas figuras humanas (Géminis,Virgo y Acuario). El Zodíaco chino, en cambio, sólo consta de 12 animales, por lo que hemos de suponer es anterior, y posiblemente tenga su origen en el Paleolítico (importanciade la caza en la economía de esa época).
Más antiguo sin duda es el sistema de las «moradas» lunares, que son 28, las noches del mes lunar en que nuestro satélite es visible sobre el fondo de estrellas fijas. Teniendo en cuenta que el día de la luna nueva ésta no es visible en el cielo, tenemos un ciclo total de 29 días (el ciclo de las fases consta de 29,5 días muy aproximadamente).
En la cueva de Altamira se cuentan hasta 27, 28 o 29 bisontes, que se hallan pintados sobre el techo y es preciso mirar hacia arriba como en la cúpula de una iglesia (donde también vemos representados soles, lunas y estrellas junto a ángeles y santos, Dios y la Virgen María, etc.). Unos bisontes están fuertemente coloreados en rojo y ocre, otros no tienen color (talvez lo hayan podido perder), sumando un total de 21 animales; los demás poseen color negro. No todos presentan el mismo tamaño, y hay uno más grande que el resto (talvez simbolizara la luna llena); si la interpretación resulta adecuada, los negros, oscuros y pequeños serían representativos de los días anteriores y posteriores a la luna nueva,cuando nuestro satélite es poco visible.
El lector interesado puede encontrar publicado sobre este apasionante tema la tesis doctoral de Luz Antequera en Arqueoastronomía hispánica. Prácticas astronómicas en la Prehistoria de la Península Ibérica y los Archipiélagos Balear y Canario. Altamira. Astronomía, magia y religión en el Paleolítico.
Esta autora interpreta el gran toro de la cueva de Lascaux (Dordogne, Francia) como la constelación de Tauro; en ella puede verse unos puntos en la misma posición que las Pléyades sobre el cielo. Si la interpretación resulta correcta, habríamos de suponer que, en tiempos de cronología lunar, debería tratarse de la época en que la primera luna nueva del año (solsticio de invierno) se producía junto a este grupo estelar. En comparación de ciclos, el invierno (mínima iluminación solar) es equivalente a la luna nueva.
Refuerza esta idea el hecho de que en el Egipto clásico se encuentre el recuerdo de que la estrella Sirio (Can Mayor) constituía el «hogar de la Luna», cuando actualmente, durante la luna nueva del solsticio invernal, nuestro satélite se halla muy lejos de esa estrella, la principal del cielo; hechos los cálculos (precesión de los equinoccios), la luna nueva cercana al solsticio de invierno se producía junto a Sirio en-11.500, aproximadamente la fecha de Altamira4.
4. Demetrio Santos. Altamira: Astrología paleolítica. XXI Congreso Ibérico de Astrología. Santander, 2004.

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